Primero intentarán el diálogo. Antes de que acabe junio, los países
del Caribe espera conversar con los ocho Estados de Europa a los que
reclama una disculpa pública y reparaciones económicas por haber
participado de tres siglos de esclavitud colonial y de comercio
transatlántico de esclavos. La pobreza y el analfabetismo son la
consecuencia de aquellos tiempos, argumenta la Comunidad del Caribe,
(Caricom) que pide en compensación que Reino Unido, Francia, España,
Portugal, Holanda, Noruega, Suiza y Dinamarca condonen las deudas de las
antiguas colonias, e inviertan en salud, infraestructuras y educación.
La Caricom cuenta con la asesoría de una firma británica de abogados que le representará en tribunales internacionales en un eventual proceso judicial de reclamación de reparaciones, si el diálogo no es suficiente.
Hace una semana, los líderes de los países de la Caricom aprobaron el Programa de Caribeño de Justicia Reparadora: una agenda de 10 puntos que servirá de base a las futuras discusiones con Europa sobre la esclavitud. “Estas cosas nunca vienen fáciles, pero son 15 los países soberanos [del Caribe] que representan a 16 millones de personas, con una gran diáspora en Estados Unidos, en Canadá, en Europa. Creo que tenemos alguna influencia y estamos convencidos de que tenemos la ley y los acontecimientos de nuestro lado en relación al legado del genocidio de nativos y la esclavitud de africanos”, dijo el primer ministro de San Vicente y las Granadinas y presidente de turno de Caricom, Ralph Gonsalves.
El plan fue elaborado por la Comisión de Reparaciones del Caribe, que preside el historiador barbadense y profesor de la Universidad de las Antillas, Hilary Beckles, y que agrupa a académicos, abogados y economistas de toda la región, que desde el año pasado trabajan en la sustanciación de la denuncia con los abogados de Leigh Day & Co. El programa contempla, entre otras, la exigencia de compensaciones económicas por los “traumas psicológicos” generados en las sociedades del Caribe como consecuencia de la esclavitud, el financiamiento de un programa de educación para erradicar el analfabetismo, el establecimiento de instituciones culturales en el Caribe, la cancelación de la deuda de los 15 países que integran la comunidad y la puesta en marcha de un plan de repatriaciones a favor de comunidad rastafari del Caribe que aspira a volver a África. En las próximas semanas, el programa será discutido a fondo por el Subcomité Ministerial sobre Reparaciones que lidera el primer ministro de Barbados, Freundel Stuart.
La aspiración de los líderes y del profesor Beckles es que este asunto sea tratado dentro de la tradición de la diplomacia internacional. “La iniciativa diplomática está diseñada para asegurarse de que habrá reconciliación, verdad y justicia, y para poner fin a esta terrible historia y que el mundo pueda seguir adelante en el siglo XXI como un lugar más armonioso”, ha dicho el presidente de la Comisión de Reparaciones del Caribe, quien además es autor, entre otras obras, del libro La deuda negra de Gran Bretaña: reparaciones por la esclavitud y el genocidio indígena del Caribe, de 2012.
De acuerdo a las estimaciones más conservadoras, al menos 12 millones de hombres, mujeres y niños fueron llevados por la fuerza desde África hacia América entre los siglos XVI y XVII, para trabajar como esclavos en las plantaciones y minas de las colonias europeas de ultramar; se estima que solo los británicos son responsables de la trata de tres millones de ellos. Este comercio generó “un continuo sufrimiento y un daño permanente” en las sociedades caribeñas que les impide avanzar en su desarrollo. Una de las tareas pendientes de la Comisión de Reparaciones será establecer un monto estimado de indemnizaciones, de acuerdo al daño ocasionado a cada Estado.
La Caricom, fundada el 4 de julio de 1973, es la segunda organización de integración regional más antigua tras la Unión Europea. La integran Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Santa Lucía, San Kits y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Suriman y Trinidad y Tobago. Son en su mayoría Estados insulares, con economías modestas y desiguales, basadas en el turismo, el cultivo de plátanos y la producción de azúcar.
Entre 2004 y 2011, algunos de estos países intentaron, sin éxito, obtener alguna compensación de parte de los países europeos involucrados en el tráfico de esclavos pero es ésta la primera vez que intentan una acción conjunta. El reclamo inicial de la Comisión de Reparaciones del Caribe, en junio de 2013, involucraba a las principales potencias coloniales: Reino Unido, Francia, España, Portugal y Holanda.
Tras 10 meses de trabajo, los investigadores han expandido el foco a Suiza, Noruega y Dinamarca, por su participación en el tráfico de esclavos. Hasta ahora, los países afectados por la reclamación se han negado a considerar una reparación económica o a una disculpa pública. Quien más se acercó a ella fue, en 2007, el entonces primer ministro británico Tony Blair quien expresó su “profundo dolor y pesar” por el “sufrimiento insoportable” causado por Reino Unido durante los años de la esclavitud.
La Caricom cuenta con la asesoría de una firma británica de abogados que le representará en tribunales internacionales en un eventual proceso judicial de reclamación de reparaciones, si el diálogo no es suficiente.
Hace una semana, los líderes de los países de la Caricom aprobaron el Programa de Caribeño de Justicia Reparadora: una agenda de 10 puntos que servirá de base a las futuras discusiones con Europa sobre la esclavitud. “Estas cosas nunca vienen fáciles, pero son 15 los países soberanos [del Caribe] que representan a 16 millones de personas, con una gran diáspora en Estados Unidos, en Canadá, en Europa. Creo que tenemos alguna influencia y estamos convencidos de que tenemos la ley y los acontecimientos de nuestro lado en relación al legado del genocidio de nativos y la esclavitud de africanos”, dijo el primer ministro de San Vicente y las Granadinas y presidente de turno de Caricom, Ralph Gonsalves.
El plan fue elaborado por la Comisión de Reparaciones del Caribe, que preside el historiador barbadense y profesor de la Universidad de las Antillas, Hilary Beckles, y que agrupa a académicos, abogados y economistas de toda la región, que desde el año pasado trabajan en la sustanciación de la denuncia con los abogados de Leigh Day & Co. El programa contempla, entre otras, la exigencia de compensaciones económicas por los “traumas psicológicos” generados en las sociedades del Caribe como consecuencia de la esclavitud, el financiamiento de un programa de educación para erradicar el analfabetismo, el establecimiento de instituciones culturales en el Caribe, la cancelación de la deuda de los 15 países que integran la comunidad y la puesta en marcha de un plan de repatriaciones a favor de comunidad rastafari del Caribe que aspira a volver a África. En las próximas semanas, el programa será discutido a fondo por el Subcomité Ministerial sobre Reparaciones que lidera el primer ministro de Barbados, Freundel Stuart.
La aspiración de los líderes y del profesor Beckles es que este asunto sea tratado dentro de la tradición de la diplomacia internacional. “La iniciativa diplomática está diseñada para asegurarse de que habrá reconciliación, verdad y justicia, y para poner fin a esta terrible historia y que el mundo pueda seguir adelante en el siglo XXI como un lugar más armonioso”, ha dicho el presidente de la Comisión de Reparaciones del Caribe, quien además es autor, entre otras obras, del libro La deuda negra de Gran Bretaña: reparaciones por la esclavitud y el genocidio indígena del Caribe, de 2012.
De acuerdo a las estimaciones más conservadoras, al menos 12 millones de hombres, mujeres y niños fueron llevados por la fuerza desde África hacia América entre los siglos XVI y XVII, para trabajar como esclavos en las plantaciones y minas de las colonias europeas de ultramar; se estima que solo los británicos son responsables de la trata de tres millones de ellos. Este comercio generó “un continuo sufrimiento y un daño permanente” en las sociedades caribeñas que les impide avanzar en su desarrollo. Una de las tareas pendientes de la Comisión de Reparaciones será establecer un monto estimado de indemnizaciones, de acuerdo al daño ocasionado a cada Estado.
La Caricom, fundada el 4 de julio de 1973, es la segunda organización de integración regional más antigua tras la Unión Europea. La integran Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Santa Lucía, San Kits y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Suriman y Trinidad y Tobago. Son en su mayoría Estados insulares, con economías modestas y desiguales, basadas en el turismo, el cultivo de plátanos y la producción de azúcar.
Entre 2004 y 2011, algunos de estos países intentaron, sin éxito, obtener alguna compensación de parte de los países europeos involucrados en el tráfico de esclavos pero es ésta la primera vez que intentan una acción conjunta. El reclamo inicial de la Comisión de Reparaciones del Caribe, en junio de 2013, involucraba a las principales potencias coloniales: Reino Unido, Francia, España, Portugal y Holanda.
Tras 10 meses de trabajo, los investigadores han expandido el foco a Suiza, Noruega y Dinamarca, por su participación en el tráfico de esclavos. Hasta ahora, los países afectados por la reclamación se han negado a considerar una reparación económica o a una disculpa pública. Quien más se acercó a ella fue, en 2007, el entonces primer ministro británico Tony Blair quien expresó su “profundo dolor y pesar” por el “sufrimiento insoportable” causado por Reino Unido durante los años de la esclavitud.
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