LA
PRESENCIA DE JOSE MARTI, EN LA VEGA.
NOTA: Este trabajo
fue escrito, a solicitud del director
del Museo de Historia y Geografía, en Santo Domingo ese entonces, José Chez Checo, con motivo del
150 aniversario del nacimiento de Máximo Gómez,
para ser ofrecido a manera de disertación en el Instituto Vegano de
Cultura, como acto previo a la cabalgata conmemorativa del tercer y último
viaje del inmortal José Martí, de La
Vega a Montecristi
El día 28 de agosto del 1986, por su autor
Don Mario Concepción Susana
Compilación de Ubaldo Solís
Ureña
La presencia de José Martí en La
Vega no tiene sólo la significación de una
horada visita, sino que encierra todo un acontecimiento histórico, que
bien merece el honoro de una constante evocación, dada la notable trascendencia
que constituye tal suceso.
Por ese entendible motivo, se ha
creído oportuno aprovechar el 150 aniversario del nacimiento de Máximo Gómez,
el Libertador de Cuba, para ofrecer por
este medio alguna informaciones sobre la estadía de Martí en La Vega, ya que
la vida de estos dos
superhombres estuvo ligada a través de su inmensa obra redentora, por lo
que gracias a su genio portentoso tuvo
brillante realidad el ideal de Cuba
Libre que sustentaron con a centrada
devoción
Para hablar de Martí comenzaremos
expresando que estuvo vinculado a La Vega, ciudad que visitó en dos ocasiones, en los años 1892 y 1895, honrándola
su planta de peregrino del ideal de redención
por el cual dio la vida, a pocos
días de su última visita a nuestro pueblo,
cayendo heroicamente en Dos Ríos.
Según expresa Emilio Rodríguez
Demorizi, el 15 de septiembre de 1892
Máximo Gómez regresa a su finca de La
Reforma, situada en Montecristi, después
de despedirse en Santiago de los Caballeros de Martí, que sigue hacia la
Ciudad de Santo Domingo.
Pero oigamos en las propias palabras de Rodríguez Demorizi
el relato de este primer viaje de Martí a Santo Domingo, al referirse a su
partida de Santiago con rumbo inmediato a La Vega, en la forma que sigue:
<<<< A la puerta de
Nicolás Ramírez, ya cumplida la patriótica
misión, con un largo abrazo sin
palabras se despidieron el Maestro y el Guerrero. El viejo Soldado volvió su
caballo hacia sus labranzas y el peregrino tomó el camino a La Vega Real. Nadie, que viera la sencilla,
escena, pensara que todo el destino de un pueblo estaba en el abrazo de aquel anciano, grave y
enjuto, y de aquel soñador y poeta, que parecía
incapaz de alzar un pueblo y de
lanzarlo a la guerra, tan sólo
con la mesiánica espada de su palabra>>>>
EN
EL SANTO CERRO Y EN LA VEGA
< acompañado de Ortiz, el guía
experto que le lleva el escaso equipaje,
va Martí hacia La Vega, con su
gran sombrero de yarey. Ortiz, de la Otra Banda (Santiago de los Caballeros,
RD) años después muere en Alto de Yaqué,- también sabe contar cosas de amor,
de trabajo y de guerra. Al paso
de su caballo, como de costumbre, Martí va apuntando lo más saliente de la charla, que
acorta la jornada. Antes de llegar a La
Vega abandonan el camino real y toman por
la izquierda la escalonada vereda que conduce al Santo Cerro.
¿Qué busca Martí, en la premura
del viaje, por el místico Santuario, que ha
de alargarle el camino y la
fatiga?¿Quiere acercarse a Dios o quiere contemplar el valle maravilloso que ya
conoce desde su ávida lectura de Enriquillo?. En la Iglesia, junto al Santo Hoyo, donde Colón plantó su cruz de
níspero invulnerable a las hachas y al fuego indígenas, ante la belleza portentosa
del panorama ilimitado tan alabado por Las Casas, ha de meditar profundamente,
porque es sitio de meditaciones y de recogimiento. Al abarcar con los
maravillosos ojos y con los claros ojos del espíritu el valle inmenso,
encontraría en él un símbolo de la obra titánica que estaba aconteciendo. Toda
ella le daba luz como un amor de mujer en el corazón.
Para su recuerdo del sitio
encantado bastaría una frase.
CON
MERECIDA PREDILECCIÓN VISITÉ LAS
REGIONES DE LA VEGA REAL, DONDE DOMINÓ EL INFORTUNADO GUARIONEX”.
Cayendo la tarde llegó Martí a
orilla del Camú. Baja el río de la montaña y como un brazo amoroso rodea el
talle de la ciudad. Tras el vedo del río está La Vega. Aquí ha de
pasar la noche antes de proseguir hacia
Santo Domingo.
Como en toda parte, Martí se une
a sus amigos cubanos y a los más notables de la intelectualidad y la política
del país. En La Vega el más destacado de los hombres de letras es un hijo de
cubano, Federico García Godoy. A su casa se
dirige el caminante. García Godoy recuerda fielmente la singular visita.
<<<<<< El
recuerdo de nuestro primer y único contacto espiritual persiste con fuerza
indeleble en mi memoria…. Eran
como las ocho de la noche y me
encontraba solo en la sala de mi hogar…. En una mecedora, de espalda a
la calle. De súbito sentí un breve ruido, como alguien se aproximara.
Volví rápidamente la cabeza. En el umbral, un hombree blanco, de mediana estatura, de cara
expresiva, en que lucía un espeso mostacho y en que la mirada fulguraba,
delatando una inmensa vida interior, se erguía sonriente ante mis
ojos. Me levanté apresuradamente, dirigiéndome hacia el desconocido. En mi
mirada se formulaba como una interrogación persistente…. ¡José Martí! Un abrazo
muy estrecho nos unió seguida y prolongadamente. Espontánea, franca, cordial,
como si fuéramos viejos conocidos, comenzó a desparramarse la charla… me abrió
de par en par las puertas de su pecho… Avanzaba la noche. Muy de madrugada se
proponía continuar su viaje. Quise acompañarle hasta el sitio en que tenía su posada. Allí reanudamos la interrumpida
causerie…. Empecé a creerle en lo que me
aseguraba a pie juntillas…nada
era, me repetía con calor de arraigada creencia , lo que había
hecho, en comparación con lo que le faltaba por hacer….. Antes de separarnos me
regaló un librito suyo, “Versos Sencillos” y un ejemplar de la primera
edición de “Ramona”… En la primera
página del tomito de ritmos puso una
dedicación, que no la escribo aquí para que no lo echen a mala parte los
ruines de corazón. Acerca de “Ramona”, escribí poco después un
comentario (en noviembre de 1893)… Nos
dependimos con un fuerte y prolongado abrazo…
Al otro día, 16 de septiembre,
el peregrino reanuda su viaje hacia el
Ozama. A la puerta de los Motas, en la Sabana de Pontón, se asoman las curiosas
doncellas a ver a aquel extraño
caminante de presencia tan distinguida y sombrero de yarey tan pobre. Y no
podían imaginar que desde los tiempos de
Las Casas no pasaba por allí un hombre semejante
Siguiendo la fuente
de Emilio Rodríguez Demorizi, en su obra “Martí en Santo Domingo,”, se
evoca a la tercera visita que hiera el Apóstol de la Libertad Cubana a Santo
Domingo, visita que mucho que ver con La Vega, comenzó la narración desde su desembarco en Montecristi el 7
de febrero de 1895, donde el General
Gómez, le aguardaba impaciente.
El autor citado, prosigue en
su interesante exposición “<<< luego de informar ampliamente
acerca del fracaso de Fernandita,
mientras Mayia,. Sigue a Santo Domingo, Martí, Gómez y Collazo se dedican a
buscar la salida a la grave situación,
por demás angustiosa, dado los escasos
recursos disponibles. Como solución
inmediata se resuelve pasar por La Vega a entrevistarse con Eleuterio Hastton, encargado del movimiento
separatista en Samaná, hombre decidido y
siempre activo en toda ayuda a la causa
EN SANTIAGO Y LA VEGA.
El día 12, muy de mañana, salen el General, Martí y Collazo
hacia la Reforma, donde pasan la noche y
al día siguiente, de madrugada, salen para Santiago, llegando el mismo día y alojándose en la casa
de Nicolás Ramírez. Allí aguardan aviso
de Hatton para ir a encontrarse en La Vega. El sábado 15, en la
noche, llegan Paquito Borrero y su
sobrino Fabio, desde Puerto Plata, y se le unen”
Como era de rigor en esa época, para viajar de un
pueblo a otro, se solicitaba pasaporte para transitar de Santiago a La Vega, el
cual es
expedido por la correspondiente autoridad en la
forma siguiente;
“GOBIERNO CIVIL Y MILITAR
SANTIAGO DE LOS CABALLERO
República Dominicana
Concedo. Pasaporte a los Señores
Máximo Gómez, Enrique Collazo, José Martí, Francisco Borrero y Nicolás Ramírez,
para que puedan dirigirse a La Vega por
vía Santo Cerro, en sus monturas y a
diligencias personales.
Recomiendo a las autoridades de su tránsito, darle paso
libre
Dado en el Palacio del Gobierno Provincial de
Santiago a 17 de febrero de 1895
El General Gobernado
Pedro Pepín
En una nota manifiesta Rodríguez
Demorizi, con referencia al pasaporte transcrito procedentemente que “que la indicación “vía Santo Cerro”, pudo
ser para despistar a los espías
españoles, ya que ese vía alargaba mucho el camino y Martí, que habla con tanta
minuciosidad de ese viaje, en sus
Apuntes, nada dice del Santo Cerro; sólo hay
una fugaz alusión al bello santuario que conoció en 1892.
La partida para La Vega y el
Hatico, donde lo esperaba Hatton, debió
ser en la madrugada del 18 de febrero
del 1892. El pasaporte estaba firmando nada menos que por el célebre hombre
de armas General Perieco Pepín, entre cuyos grandes hechos de valor se
cuenta el recate del cadáver de Lilís, cuando fue muerto en Moca, el 26 de julio de 1899,
trasladándose a Santiago
El lunes 18, de madrugada, Martí
y sus compañeros salen hacia El
Hatico, cercanías de La Vega, donde se
entrevistaron con Hatton. Todo queda combinado allí para salir de Samaná, lo más pronto, en una goleta, sólo
con algunos de sus hombres. Se resuelve que Hatton parta hacia New York, y así
le avisa a Martí a Gonzalo de Quezada en la siguiente esquela, escrita precisamente desde esa ciudad.
La Vega, 18 de febrero de 1895
Sr. Gonzalo de Quezada
Secretario de la Delegación,
348 w.46th St., New York
Mi amigo muy querido:
Con comisión especial, y sólo
fiable a hombres de su mérito, va a esa ciudad, a concertar detalles con Tesorería, nuestro noble amigo el señor
Eleuterio Hatton. El merece nuestra mayor estimación, y yo ruego a usted que en todo se le muestre, en lo oficial y en lo
privado. Pocos hombres hay de
generosidad y reserva.
Saluda a V. muy afectuosamente
Delegado
JOSE MARTI
El ilustre historiador Manuel Ubaldo Gómez al
referirse a esa visita de Martí a La Vega, se expresa del modo siguiente:
“Recuerdo perfectamente cuando el
mes de febrero de 1895 estuvo en ésta, en la casa de Manuel Genao (El Hatico)
el ilustre prócer de la Independencia Cubana. José Martí. Vi entonces a Mayía
Rodríguez, cuando vino por el ferrocarril de Sánchez, desde su residencia en Sabana de la Mar, a conferenciar con Martí
y Gómez, quienes indudablemente escogieron las cercanías de La Vega, por
residir en ella el ilustre general del ejército cubano don Serafín Sánchez.
En esta vez estuvo Martí una
noche acompañado en la ciudad, y me consta que hablo con Don Federico García Godoy. Me parece que
estuvo también el general Paquito Borrero, sobre lo cual podría
informarle Pablito Borrero, su sobrino,
quien entonces vivía en ésta y actualmente reside en Sosua.
Continuando con los testimonios
consignados la obra de Rodríguez Demorizi, sobre estas memorables visitas de
Martí a La Vega, se tiene el de San Julián Despradel y Carlos, suministrado por Guido Despradel y
Batista, y dice:
<<< que allí
estábamos. Martí manifestó algunos puntos sobre su política. San Julián expresa
que Martí andaba con Don Máximo Gómez, y
con un mulato, de buen tamaño y lleno, con una chamarra y con un machete
amarrado a la cintura. Andaban además otras personas que él no recuerda.
Después que Martí y Don Máximo hablaron
con todo el mundo, llamaron a parte a Don Zoilo, quien era delegado del
Gobierno aquí en La Vega. >>>>>>
>>>>>Martí habló
en el mercado con Zamora, un cubano que residió en La Vega y quien buscaba hombres y recursos materiales para la
revolución cubana. Zamora era un buen hombre, de oficio carpintero, y vivía en
ese tiempo en una esquina, frente a la
plaza del mercado. Donde está actualmente establecido Ramón Hernández, calle
Rivas esquina Progreso, hoy Padre
Adolfo. Martí se reunió con varios compatriotas en casa del cubano Santiago Zamora, calle Restauración esquina Las Cerreras. Martí llegó a La Vega
como a las 2:00 de la tarde y duró aquí como hora y media. Agrega San Julián: Después supe que volvió a La Vega. Y
en el Zajón, donde Don Manuel Genao, uno de los principales agricultores
de esa región, volvió a entrevistarse con Zamora. No sabe nada
de la visita a Don Federico García Godoy. Zamora, expresa San Julián,
fue quien me señalo a Martí y a Don
Máximo, cuando estaban en la plaza del
mercado>>>>>>>
Otra evocación de esta viaje del
Apóstol Martí a La Vega es la del
meritorio saldado de nuestra Patria Alejandro Trinidad, apodado Don
Chicho, quien declara que:
Martí se hospedo en la casa de Santiago Zamora. De aquí partió para Santiago. Con él fueron: Dionisio Gil, y otros que no recuerda Zamora que era el comisionado de la Revolución cubana aquí en La Vega. Se encargaba de reclutar gentes y de reunir víveres y dinero. Se mandaron de aquí muchas semillas de ahuyama para sembrarlas en los campos de Cuba. Dicen que conoció a Serafín Sánchez. Martí llegó en el día y se fue en la noche del mismo día. En esta ocasión se constituyo un comité que laboraría por la libertad de Cuba.
Enrique García-Godoy, hijo del insigne Federico García Godoy, habla de la visita
de Martí a su padre, y al efecto
expresa: “yo estaba pequeño, pero si recuerdo que Martí fue a casa, ya
de noche, como las ocho y papá mandó a
buscara a don Nicolás Pereyra. Pero cuando éste llego ya Martí se había ido.
Papá me mostro la mecedora donde Martí
se había sentado”
Por su parte doña Fresa García
Godoy, hija de Federico García Godoy, dice: “Recuerdo que papá, con mucho
misterio, lo mandaron a buscar para entrevistarse con Martí en el Hatico. El
fue en coche. En eso días yo veía a papá muy preocupado”.
Don Napoleón Despradel y Suarez padre del Historiador Guido Despradel Batista, y
Hermano de Fidelio y Lorenzo Despradel, veganos que lucharon por la Libertad de Cuba, soldado el último
manifiesta: “ que él supo que Martí había
estado aquí en La Vega y que
estuvo donde Manuel Genao. El vio
después, en el patio de su casa, a Cesar Salas, a Panchito Gómez y otro.
Salieron de aquí para embarcarse.
Querían llevarse a Lorenzo, pero él se fue
más tarde.”
Respecto de las agrupaciones que hubo en nuestro
pueblo para colaborar con la causa de la
Antilla Mayor. Dice Doña Elvira
de Soñé, lo siguiente “se fundó aquí en La Vega una sociedad para ayudar a la
Independencia de Cuba, de mujeres, entre ellas; Angelita Lavatard (cubana),
Rosa Robiou, Elsita Espaillat, Felicia Ceara,
Chilina Valencia, y ella,
quien era la presidenta. Hacían kermesse
en la plaza del mercado, los domingos, para reunir fondos. Reunieron miles de
pesos. Todo esto era bajo la
dirección del Dr. Coronado, cubano
residente aquí.
He aquí
párrafo que el Dr. Coronado a doña Elvira, en diciembre de 1933, desde la
Cabañas Cuba, “A mí me pasa igual. Siempre recuerdo la hospitalidad del pueblo
dominicano a los pobres desterrados cubanos y el gran concurso y ayuda para la causa de la
Revolución que sosteníamos contra España…… Háblame de mis amigos los Espaillat, los García
(Carolina), los Despradel, los Robiou, Samuel Mendoza, el Juez a quien bauticé un niño y de García Godoy”…. Agrega
Coronado: “Le envió también un
certificado que dice así: “Dr. Ricardo Coronado, Certifica: Que en los
años de 1896 a fines de 1899, existió en
la ciudad de La Vega, una Asociación de Damas denominada “Hijas Beneméritas de
Cuba Libre”, de la cual, de la cual era
presidenta la entonces señorita Elvira García, la que lucho con gran entusiasmo, recogiendo recursos
para sostener la guerra de los cubanos
sostenían con España. A pesar de los
años transcurridos, aún existe en el corazón
de todo cubano un inmenso cariño y agradecimiento a las nobles Hijas
Beneméritas de Cuba Libre, de la ciudad
de La Vega. Cabañas, República de Cuba Diciembre de 1933 (firmado) Dr.
Ricardo Coronado, nota: en esa época era
quien suscribe presidente del club Carlixto
García y delegado de don Tomás Estradas Palma en la ciudad de La Vega
Además,
existían los clubes llamados Jicara y La Restauración que también se ocupaban de recabar fondos para la guerra de Liberación de Cuba. La vega supo darse
con inigualado fervor a la causa
de Cuba, como pueblo que siempre
se ha sumado con decisión a todo noble ideal
Así se tiene
que el vegano Lorenzo Despradel (Muley), se enrolara como soldado de la guerra
emancipadora de Cuba, como diría su ilustre hermano Fidelio Despradel, “ a pelear junto al viejo Gómez, siguiendo
las huellas de Martí”, abandonando el
periódico “ Albricias”, del cual formaba parte principal, y que se
publicaba en Montecristi, como órgano propagador de la
causa cubana. Lorenzo Despradel alcanzó el grado de Comandante del Ejército
Libertador de Cuba y Secretario de Máximo Gómez, fue notable escritor y
periodista y en Cuba dio a conocer en
una conferencia su tesis “La Falsedad de
nuestro origen Latino”
Otro vegano
que se incorporo de lleno a la lucha libertadora de Cuba, lo fue Dionisio Gil, hijo del prócer Basilio Gil. Su actuación fue tan
valiosa en esa guerra, principalmente en la acción de Peralejo, que mereció que
se le erigiera una estatua en Cienfuegos, para constituirse
en el primer monumento de su clase
consagrado a un dominicano en el extranjero.
Consideraciones
de Don Mario Concepción, sobre la presencia cubana en la ciudad de La Vega, en el
último cuarto del siglo XIX, que constituyó al desarrollo de esta ciudad, dice el ilustre vegano “ ahora bien se debe consignar a la vez que la
emigración de Cubana a La Vega de fines del siglo XIX, como consecuencia de la guerra de Independencia de la Isla
Mayor del Archipiélago Antillano, contribuyó mucho al adelanto de nuestro
pueblo vegano”
Más adelante
dice “Fueron cubanos los que
introdujeron el beisbol a La Vega,
con Samuel Mendoza y Ponce de León a la
cabeza, así como los que dieron mayor
realce a nuestro carnaval, pues vinieron
actores, profesionales, músicos que aportaron nuevas ideas en ese
sentido”. Así vino el gran músico cubano que se llamó Sindo Caray.
Asimismo,
cubanos fueron los constructores de dos
edificios los llamados palacios de Don
Zoilo ( de éste sólo queda la ruina ya que fue
devorado por un incendio y de su
edificación quedan en la actualidad las paredes de ladrillos, aún no ha sido
restaurados, por negligencias de las autoridades y de los propietarios del
inmueble) y de Don Juan Ramón Sánchez ( desapareció por la inconsecuencia y la ignorancia del
valor arquitectónicos de sus
propietarios) otras edificaciones construidas por cubanos en La Vega, fueron la
gobernación y la justicias, todas bajo
la dirección del maestro constructor Abelardo Lago, inspirados en edificaciones
de la Habana.
Muchas fueron las familias cubanas que vinieron a residir a La Vega, entre ellas:
los Cisneros, los Monte de Oca, Coronado, Borrero, Sánchez, Maldonado, Zamora, Mendosa, Aguilera, cuyo último
apellido cambió por el de Holguín, se dice que se debió a que procedían de esa población cubana
La
Vega, siempre tendrá a orgullo haber sido honrada en dos ocasiones
con la presencia del glorioso José
Martí. Hay dos hechos históricos en esa memorables visitas, que merecen destacarse por su gran
significación y son: El encuentro de Martí con Federico García Godoy en su
vieja casa de la calle Colón, hoy Manuel Ubaldo Gómez, donde admiraba el
apóstol cubano la rica biblioteca del insigne autor de “Rufinito”, “Guanuma” y “ Alma Dominicana”,
destruida por un incendio en 1925, y la entrevista del 1895 que sostuvo
Martí, y Máximo Gómez, en el Hatico,
lugar ya urbanizado, suceso donde
se tomaron acuerdo transcendentales para la continuación de la cruzada redentora del noble pueblo de Cuba.
NOTA Este trabajo fue escrito, a solicitud del director del Museo de
Historia y Geografía, en Santo Domingo
ese entonces, José Chez Checo, con motivo del 150 aniversario del
nacimiento de Máximo Gómez, para ser
ofrecido a manera de disertación en el Instituto Vegano de Cultura, como acto
previo a la cabalgata conmemorativa del tercer y último viaje del inmortal José Martí, de La Vega a Montecristi
El día 28 de agosto del 1986, por su autor Don Mario
Concepción Susana,
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