Ramón del Orbe y del Orbe (1902-1972)
En
su residencia de la Ciudad de La Concepción de La Vega, donde habitaba por cincuenta y tres años, pasó a mejor vida el 8 de octubre de 1972, el distinguido profesor Ramón del Orbe y del Orbe, uno de los más
idóneos maestros normalistas con
que contaba la familia escolar
dominicana.
Formado
al calor de las aulas en donde enseñaban discípulos directos del Maestro
Hostos, profesó fervorosa admiración a la vida y a las ideas del precursor de la educación racional en Santo Domingo, y
tras largas vigilias escribió una
obra biográfica en la cual analiza la
fecunda obra del insigne antillano, que
lamentablemente no ha sido impresa aún.
Nació
el Señor Del Orbe en la villa de Pimentel, provincia Duarte, el 31 de agosto
de 1902, hijo del matrimonio de don Felipe del Obre y Castro y doña Petronila
del Orbe y Batista, pertenecientes
a antiguas familia de la
región del Cibao. Hizo sus estudios primarios en San Francisco de Macorís, ciudad cabecera de la Provincias,
y en 1919 se traslado a La Vega en donde
hizo los
superiores, recibiendo el título
de Bachiller en Letras y Ciencias en la Escuela Normal de Santiago de
los Caballeros en 1922.
Este mismo año entró como profesor en la Escuela
Normal de La Vega, permaneciendo en ella hasta el término de sus días. Después
de servir la Secretaria de dicha Escuela, que ahora se llama Liceo Don Pepe
Álvarez, paso a la dirección, promovido a ella con motivo del
fallecimiento del inolvidable profesor
don Mario Concepción Batista.
Fuera de la Normal, pero sin descuidar sus tareas
en ésta, sirvió como profesor en horas
de las tarde en el Colegio Juan Pablo Duarte, que idóneamente dirigía el profesor don Manuel
Acevedo Serrano, portorriqueño, de Arecibo, quien hizo estimable labor educacional en San Pedro de
Macorís, en Santiago, y en La Vega. El señor Serrano había sido en Puerto Rico
director técnico del Instituto
Universitario José del Diego.
Su
devoción al ideal y apostolado del Padre de la Patria lo indujeron a
consagrarle la ofenda de una bella
“Semblanza de Juan Pablo Duarte”, que alcanzó el ´Primer Premio del Tema V del
Certamen Nacional patrocinado por el Ateneo Amante de la Luz, de Santiago de los Caballeros, celebrado en 1938 con
motivo del centenario de la Sociedad
Patriótica La Trinitaria, genitora de la
República, trabajo publicando en el volumen tercero de los que recogen los galardones en dicho certamen, y
publicado además en un folleto.
Este
trabajo le abrió las puertas de la
Academia Dominicana de la Historia.
Que anotó su nombre entre los de sus
Miembros Nacionales Correspondientes. Perteneció al Centro de Historia de
La Vega; y al crearse el Instituto Duartiano, por medio del Decreto Número 1892
del 8 de diciembre de 1967, fue incluido
como uno de sus Miembros Fundadores.
Solía
ir expresamente a Santo Domingo desde La
Vega a las sesiones y actos culturales del Instituto.
Su
sepelio constituyo una sentida manifestación de dolor público. Su cadáver
fue velado en la Sala Capitular del
Ayuntamiento de La Vega, en donde
montaron guardia de honor sus
compañeros de labor, sus discípulos, los regidores y varias de las autoridades
locales. En la Catedral de la Concepción su cadáver fue
colocado en la nave central, y el Obispo Monseñor Juan Antonio Flores
Santana ofició una misa de cuerpo presente, durante que la Benemérita Banda de
Músicos Vegana ejecutabas marchas
fúnebres. En el cementerio ornamental de
La Vega pronunció un brillante
panegírico el Dr. Jaime Manuel Fernández. Secretario de Estado de Educación Bellas Artes, quien presidió las honras fúnebres. Expresando el
Dr. Fernández “el profesor Del Orbe será insustituible por el momento y por
muchos años en el campo de la Educación,
porque difícilmente aparezca otro titán que consagre toda la vida a crear
conciencia ciudadana. El profesor del Orbe fue
una institución de ejemplo y de civismo en las aulas y en las calles,
donde siempre se le vio dispuesto a
servir con dignidad y abnegación por el auge de los nobles postulados de la enseñanza”
En
verdad que el noble profesor se rindió al reclamo imperativo de la muerte con
las manos firmes sobre el arado, de ese
arado que abrió ancho y fecundo surco en el campo escolar
dominicano.
Fuente:
Necrología. CLIO. No 40 Pág. 128; 10-12 enero- diciembre 1972).
Vitelio Alfao
Duran, en CLIO. Escritos I, Vol. II Santo Domingo, 1994.pag. 146-148
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