DUARTE Y LA CRUZ.
Fuente: Dr. Alcides García. Boletín del Archivo
General de la Nación. Núm. 105. Años XXV. Volumen XXV. Enero- Diciembre 1976. Edición especial en el centenario de la muerte de Juan Pablo
Duarte.
“Donde quiera que dos
leños, dijo un latino, se crecen sobre el ápice de cualquier eminencia, el ojo triste de los hombres sabrá encontrar
allí el signo de la redención”.
El 16 de Julio de 1212 derrotaron los reyes
católicos de Castilla, León, Aragón y
Navarra, en la famosa batalla en Las Navas de Tolosa, los trescientos mil
musulmanes del Mitramamolén Almasir.los obispos de Narbona y Toledo, presente
en Las Navas, se valieron de la Cruz para
excitar al combate. Ese memorable día comenzó una nueva era en la vida de España; el secular poderío de los
moros fue quebrantado allí y los iberos se apoderaron de Sierra Morena, lleve
de la Llanura Andaluza. En
conmemoración de tan espléndida
victoria, la Iglesia celebra todo los
años, el 16 de julio, la fiesta de “El Triunfo de la Santa Cruz”. Juan Pablo
Duarte, que quería inaugurar la Revolución contra Haití al conjuro de la Cruz del Salvador, y que al emprender sus
trabajos abría otra era en la
vida del dominicano, escogió para poner
por obra sus altos designios tan significativa fecha; de aquí nuestro inolvidable 16 de julio de
1838, día de la fundación de la Trinitaria.
Empero, como la circunstancia en que la cruz había
hecho más patentemente el papel de ° auxilio
superior, para ayudar al triunfo de una causa justa en su lucha con un
poder tiránico más fuerte, había sido de la guerra entre Constantino el Grande
y el déspota Mejencio, Duarte lleno de
fe evocó también el 16 de julio
de 1839 aquella solemne ocasión en que el hijo de Santa Elena vio en los aires,
al encabritársele el caballo, la señal del cristianos, o, acompañada de estas
palabras; “ Hoc signo vice ( con esta señal vencerás)”
Algunos testimonios calificados de contemporáneos
del Padre de Patria relativamente a los momentos en que éste iniciaba su grande
obra. Dice Rosa Duarte, en uno de sus ya
famosos manuscritos: “ Corría el mes de Julio; él sabía que día en su patria se celebraba el triunfo de
la Santa Cruz, recordó que bajo su égida
venció Constantino el Grande al tirano Mejencio, y que
se creyó ser él también vencedor,
emprendiendo sus trabajos bajo la protección del signo de nuestra redención. El 16 de julio de 1838 – día del
triunfo de la Santa Cruz – se pronunció con varios patriotas, dominicano
independiente”. y José María Serra, al hablar de la fundación de la Trinitaria, expresa; “ Cuando signó de último, con el pliego abierto, dijo
Duarte; “ No es la Cruz el signo del padecimiento, es el símbolo de la redención; queda
bajo su égida, constituida la Trinitaria, y cada uno de
sus nueve socios obligado a
reconstruirla, mientras exista uno,
hasta cumplir el voto que hacemos
de redimir la Patria del poder de los haitianos”
En el transcurso de la Revolución, Duarte
llamaba “templarios” a sus amigos, esto
es, “caballeros de la Cruz”. De ello dan
fe los siguientes versos, notables
además por el gran espíritu apostólico y revolucionario que los anima, y porque
sirven también para demostrar que
Jacinto de la Concha fue iniciado en los
secretos trinitarios primero que su
inmaculado hermano Tomás. El original de estos versos, de puño y letra del
fundador de la República, se conserva en
el archivo del historiador García.
He aquí dichos versos;
Soi templario,
nos decías un día
Jacinto
entonces de la Patria armada,
y en sacro fuego el corazón se ardía,
Y Ozama el
alma se sentía abrazada
Tomás entonces
con placer te oyó
Y al alto
honor de ser primera ofrenda
Como templario
merecer juró
En la sagrada
nacional contienda
Tomás, de
heroica abnegación modelo,
De patriotismo
y de valor dechado,
Tomás, el
timbre de mi patrio suelo
Y honor y
gloria de mi pueblo amado
¿Do está el
amigo de mi tierna infancia,
El compañero
por demás valiente,
Y nadie, nadie
en mi desierta estancia
Responde el
eco de mi voz dolienta”
Después de
proclamada la Independencia, Duarte
sigue atribuyendo nuestros triunfos ase sagrado símbolo. La batalla de Azua es
ganada en virtud de la señal de la Cruz, y así nos dice; Un 19 de Marzo triunfó la Cruz y los Iscariotes (malos dominicanos, escribas y
fariseos proclaman triunfador a Santana” (Carta a Don Félix Ma. Del Monte,
fechada en Caracas a 2 de mayo de 1805).
Cuando la
dolorosa noticia de la anexión del país a España, fue a sacarle de la
conmovedora vida de aislamiento que
llevaba hacia ya cuatro lustros en el interior de Venezuela – él que había sido caudillo idolatrado de su pueblo en los
días del nacimiento de su libertad -
para traerlo, enfermo; pero lleno
de la más noble resolución, a la Guerra Restauradora. Durante escribió
entonces una canción patriótica cuyo es
este hermoso retornelo;
“Por la cruz,
por la patria y su gloria
Denodados al
campo marcharemos,
Si nos niega
el laurel la victoria
Del martirio
la palma alcancemos.
Como se ve,
nuestra lucha por la Independencia, merced a las palabras evangélica de Duarte,
ha sido una verdadera cruzada. Y casualidad notable: Duarte falleció el 16 de
julio de 1876. Su viacrucis duró, pues, 38 años completos. Leamos lo que dice Rosa Duarte en otro de sus
manuscritos respecto a los padecimientos
y muerte de su ilustre hermano “…. El pobre, una vez en la Guaira nos dijo: perdonadme el
haberos privado de la felicidad que gozabais para sumergiros en un mar de
lágrimas…. Por eso aunque sufriremos
mucho le vamos a acompañar a Sto. Dgo. Para
que sepulten sus queridos restos en el Cementerio donde él quería reposar; una losa con su
nombre, una copa sobe la losa, eso basta para nuestra tranquilidad; así, su
cáliz de amargura que bebimos hasta las heces, y la cruz que el 38
al nombre sacrosanto de Dios, Patria y Libertad tomó sobre sus
débiles hombros, es el momento más digno
del mártir que lleno de fe a los 38 años
de trabajos ascendió al cielo a entregar su palma y su cruz, cruz y palma que
le habían sostenidos hasta consumar su martirio. (En el informe
presentado por la Comisión Municipal
que fue a Caracas en 1884 a buscar los restos
de Duarte, compuesta los Sres. Álvaro Logroño y José Francisco
Pellerano, Vic-presidente y Sindico,
respectivamente, de aquel honorable y patriota Ayuntamiento; leemos “conmovidos
la siguiente noticia; “ terminado este
acto el de la exhumación de dichos restos, fue conducida la urna al templo de Santa Rosalía, y allí fue colocada en el centro de la nave
principal, sobre un modesto catafalco
cercado con grandes blandones y cubierta con el pabellón dominicano, sobre el
cual colocó una hermosa cruz de flores
naturales moradas y blancas, ofrenda de las
dignas hermanas del General Duarte.)
Cruz del Salvador;
Cruz de las llanuras de Turín y del Puente Milvio o Cruz Celestial de
Constantino el Grande; Cruz del 16 de julio de 1212 ó Cruz de la batalla de Las
Navas de Toledo; Cruz del 16 de julio de
1838: Cruz de la Trinitaria, Cruz de los Templarios de nuestra Independencia,
Cruz de nuestro lábaro o pabellón, Cruz de nuestro escudo de armas, Cruz
de Juan Pablo Duarte, sé siempre para el
pueblo dominicano lo que quiso en todo momento el padre de su emancipación
política que fueras: signo de la fe, insignia de triunfo,
égida salvadora, símbolo de Redención-
.
Listín Diario,
Santo Domingo, 28 de abril de 1929, y Boletín Eclesiástico, Santo Domingo, enero-febrero 1939.
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