Lagarde alerta del “muy serio daño” que puede provocar la crisis fiscal en EE UU
La directora del FMI afirma que el recorte del gasto por el enfrentamiento político es un lastre
El Tesoro de EE UU advierte de que puede provocar una recesión peor que la de 2008
SANDRO POZZI Nueva York 3 OCT 2013 - 16:51 CET35
Tercer día de parón gubernamental en EE UU por falta de presupuesto, y nuevo toque de atención a los legisladores en Washington para que solucionen pronto sus diferencias. Este llega desde el Fondo Monetario Internacional. Su directora gerente, Christine Lagarde, ha advertido este jueves de que el drama político puede acabar provocando “un muy serio daño, no solo a la economía de EE UU, sino a la economía de todo el planeta”.
Lagarde, en el discurso previo a la reunión de otoño que organiza el organismo y el Banco Mundial, dice que el cese parcial de la Administración estadounidense “ya es suficientemente mala”. “Pero el fracaso al elevar el techo de la deuda federal es mucho peor”, apuntó. Como viene repitiendo desde hace tiempo, EE UU debe afrontar sus problemas fiscales con calma y cuanto antes.
Los grandes ejecutivos de Wall Street ya alertaron el miércoles que las cosas se pueden poner muy feas si se llega al 17 de octubre sin un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento. Se entrará en un territorio nunca explorado, con efectos que pueden ser muy severos no solo para la economía de EE UU, también para el sistema financiero global y eso es lo que preocupa al FMI.
Por su parte, el Tesoro de EE UU volvió a advertir al Congreso de las consecuencias "catastróficas" de no elevar a tiempo el techo de la deuda federal, al decir que provocará una recesión que "puede ser igual o peor a la de 2008". También señala que se perciben las primeras señales de que el debate fiscal actual está afectando a los mercado financieros. Por eso considera que la única manera de salir de esta crisis es "actuando".
Técnicamente, la mayor potencia económica del planeta estará en una situación de impago porque no tendrá efectivo para cubrir sus obligaciones legales. EE UU ya tocó ese límite, fijado en los 16,7 billones de dólares, en mayo. Sin embargo, logró gracias a la adopción de medidas contables extraordinarias mantener su capacidad de pedir prestado sin rebasarlo.
El margen de maniobra del Tesoro se agota, y podría suceder incluso algunos días antes de esta fecha guillotina, momento en el que el Gobierno tendrá que empezar a priorizar que es lo que paga antes con lo que le queda en caja. Dos semanas después de ese momento, la situación será realmente fea porque la deuda es el motor central para dar liquidez a la economía.
En su intervención, Lagarde hace mención al lastre que está provocando el recorte del gasto derivado del último choque político. Pero a la vez que pide se rebaja la presión por ese lado, señala que EE UU debe contar con un plan que le permita reducir la deuda. “La incertidumbre política no ayuda a hacer frente a ese reto”, lamentó. Por eso considera “crítico” que se resuelva el impasse.
Los economistas de Citigroup consideran que lo que menos se necesita en este momento de la recuperación es incertidumbre y falta de confianza. Por eso piden al presidente, a los demócratas y a los republicanos que se comporten como adultos. Como otros analistas, desde Moody´s reiteran que más se acerque el 17 de octubre, más se correrá el riesgo de caer en otra recesión.
En el escenario dibujado por Christine Lagarde, EE UU es ahora una sombra importante. No solo por la crisis fiscal. El otro punto de atención es el proceso de retirada de estímulos monetarios y cómo eso puede afectar a los países emergentes. “La salida se iniciará pronto”, augura, un proceso hacia la normalización monetaria que espera se realice “con mucho cuidado”.
"Una responsabilidad especial"
“Como eso va a afectar a tantos mercados y personas por el mundo, EE UU tiene una responsabilidad especial”, remachó la alta funcionaria. Lagarde destacó en su discurso la fortaleza de los emergentes, al decir que los últimos cinco años fueron los que “mantuvieron la economía global a flote”. Pero ese ímpetu se modera y crecen dos puntos y medio por debajo a 2010.
El final de la política de dinero barato en las economía avanzadas está provocando que el capital que fluía hacia esos mercado retroceda. Una política más laxa monetaria podría ayudar a compensar en algunos países, pero hay otros, como Brasil, que por la alta presión inflacionista “tienen menos margen de maniobra”. Tampoco ve mucho para recurrir a políticas fiscales.
Respecto a la situación en Europa, augura que tras seis trimestres en recesión, la economía volverá a crecer el año próximo cerca de un 1%. Pero un 12% de paro de media lo considera aún “demasiado alto”, especialmente entre los jóvenes, grupo en el que uno entre cada dos no encuentra trabajo. Aunque reconoce los avances en la integración fiscal y financiera, dice que “hay que hacer más”.
El FMI publicará la semana que viene sus previsiones económicas. Sin dar cifras, habla de un crecimiento global que califica de “tenue”. En algunas economía avanzadas, señala, se ven finalmente “signos de esperanza” gracias a una expansión más robusta, al retorno de la estabilidad financiera y a que las cuentas públicas se están saneando. Aunque Lagarde dijo que "la niebla de la crisis empieza a levantarse", cree que la recuperación plena de la recesiónserá un proceso que llevará más de una década.
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