PAPEL DE LOS
AFRICANOS Y LOS NEGROS Y MULATOS EN EL MARCO DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL.
Ponencia
presentada ente el Congreso de Historiadores, en el 150 aniversario de la Independencia Nacional, el 18 de febrero de
1994
Fuente: Revista CLIO. Órgano de la Academia Dominicana de Historia, de la
República Dominicana. No. 161-02. Año 1994. Pág. 29 a
Por
Franklin Franco Rosario
Historiador.
Entre las cosas
positivas que-nos dejó el período; en que nuestra sociedad vivió integrada a la
República de Haití, 1822-1844 uno de los hechos más
relevantes lo fue la abolición de la esclavitud, y consecuentemente, la
liquidación del prejuicio racial anti negro y el afianzamiento en el seno del
pueblo, del principio de la unidad de raza. El racismo, tara antisocial surgida
durante el periodo de la colonización esclavista española, sólo quedó presente
entre los hateros, y los comerciantes importadores y exportadores, éstos últimos, casi todos de origen extranjeros.
El primer ensayo
independentista dominicano, ocurrido en
1821 bajo la dirección del licenciado
José Núñez de Cáceres, fracasó precisamente porque no tomó en cuenta, ni la
importancia de la abolición de la esclavitud, ni mucho menos adoptó medida
alguna que afectara los profundos sentimientos racistas de la minoría
aristocráticas que le acompañó en su
aventura. Bien mirada la historia
nacional con objetividad y sin apasionamiento, esa conducta de Núñez de Cáceres,
abrió de par en par las puertas de la integración dominicana a la República de
Haití.
Uno de los
grandes méritos del fundador de la República Juan Pablo Duarte, estriba en
haber comprendido la importancia estratégica de la unidad de raza en su
proyecto independentista, destinado a llevarse en efecto en una sociedad
integrada en más de un 95% por negros y mulatos de todos los
matices. Esa unidad de raza, que Duarte adoptó como consigna, explica el
Dr. Alcides García Lluberes, “existía en el país como consecuencia forzada de la ocupación
haitiana” y en tal virtud, era de suma importancia para el proyecto
independentista, partir de esa realidad, para ganar a su favor el apoyo de la inmensa mayoría de la población.
Paro el lograr
imponer ese principio, no fue tarea fácil para Duarte. Entre otras cosas,
por su propia procedencia social y racial, y además, según explicación
de la hija del prócer, doña Mariana de la Concha de Serra, porque la sociedad
secreta La Trinitaria, “parecía al
principio un movimiento racista de los descendientes puros o casi puros de
europeos” (Duarte de la Reforma, Alcides
García Lluberes, BAGN No.105.pág 124). Por su parte. Rosa Duarte, hermana del patricio dejó constancia
de que originalmente en el seno de la Trinitaria, Duarte encontró resistencia a
sus ideales de unidad racial.
Cuanta esa
insigne mujer, testigo singular, que en
reunión donde se discutía el proyecto de Constitución que su hermano había elaborado, cuando se pasó a discutir un
artículo sobre los derechos ciudadanos
que expresaba que “ la ley no reconocía más vileza que la del vicio, ni más nobleza que la virtud, ni más
aristocracia que la del talento,
quedando para siempre abolida la aristocracia
de la sangre como contraria a la unidad de raza, que es uno de los
principios fundamentales de nuestra asociación política “, fue “ combatido
acaloradamente” y que por ello “ Duarte
en un rapto de irritabilidad, hizo pedazos la Constitución que estaba
escribiendo ( Rosa Duarte. Apuntes para
la historia de la isla de Santo Domingo y para la biografía del general dominicano Juan Pablo Duarte. Véase
también; Duarte y la Unidad de Raza de Alcides García Lluberes. BAGN. No. 102,
1976. Pág. 132).
Esa resistencia
fue finalmente vencida, pues de otra manera no puede comprenderse la presencia
de Sánchez y Mella, dos mulatos, en calidad de dirigentes de la Trinitaria.
No se conoce la
fecha del ingreso de Sánchez y Mella, en
el movimiento independentista dominicano, pero se infiere que
ingresaron al mismo después de
1840, cuando La Trinitaria empezó a crecer, debido a la profundidad de la
crisis que comenzó a registrarse en aquel momento en el régimen de Boyer,
en cual si bien se inició como un
gobernante liberal, terminó sus días convirtiéndose en un déspota.
Meses antes del
surgimiento de la República Dominicana, se enrolaron en el ideal independentista
cuatro dirigentes militares de color,
cuya presencia sería en verdad determinante para consolidar la consigna
duartiana de unidad de raza, como
postulado esencial del proyecto
independentista: José Joaquín , Gabino, Eusebio y José Puello Castro. La idea
de sumar a los hermanos Castro a la causa trinitaria, fue obra de José Diez, tío de Duarte, quien según un
interesantísimo documento histórico de aquella época, intervino en una reunión
de los independentistas, expresándole las siguientes palabras; “Señores, no
se cansen ustedes. Mientras no inicien (sic) en la revolución algunas personas
que hay aquí que tienen bastante (sic) influencia en casi todas las clases de la ciudad, principalmente en la gente de
color, no hacen anda” (Emilio Rodríguez Demorizi.
Documentos para la Historia de la República Dominicana. Pág. 13. Archivo
General de la Nación. Vol. V. Editorial El Diario. 1944)
Este documento
señala que fue el mismo José Diez la persona elegida por el grupo reunido, para
efectuar los contactos con los hermanos Puello, a fin de ganar apoyo a la causa
trinitaria.
La integración
de los hermanos Puello fue un detalle
capital, por no decir decisivo, dentro
de los planes independentistas, pues se convirtieron, junto con Sánchez, en el
símbolo que representaba la unidad racial del proyecto, y ello permitió sumar
una buena parte de la gente de color, negros, mulatos e incluso, a africanos puros, traídos a nuestra
raza durante los últimos años de la
colonización española y durante la
dominación francesa.
Para que se
tenga una idea de la magnitud del hecho,
es importante consignar que la población
dominicana de entonces, según un investigador norteamericano que visitó
nuestro país por aquellos años, el teniente David Dixon Porter, enviado por el
Presidente de los Estados Unidos, ascendía a 165,000 habitantes, y estaba compuesta de la siguiente manera;
5,000 blancos; 60,000 cuarterones; 60,000 mulatos; 14,000 mulatos oscuros: y
20,000 africanos. (D. Dixon Porter.
Diario de una misión secreta a Santo Domingo. Sociedad Dominicana de
Bibliófilos, 1978)
Es decir, apenas
el tres por ciento de la población dominicana en los momentos de la
independencia, era blanca, mientras la población de color, en sus diferentes
matices, ascendía al 97%.
En (La
verdad y nada más Imprenta
Nacional, 1843, Rep. en Clío No.
15, mayo-junio de 1935. Pág. 78).
Presentadeclaraciones de Manuel María Valencia, sobre el temor de la gente de
color, sobre el movimiento
revolucionario independentistas, para volver a la esclavitud.
Destaca don Vetilio. Alfau Duran, que las
masas negras y los mulatos y ex esclavos que no habían olvidado los horrores de su
anterior condición durante la dominación española y francesa
de nuestra zona, muchos pensaban que si
la parte Este se desligaba de Haití, el restablecimiento de la esclavitud
hubiera sido un hecho inevitable (Vetilio Algau Durán. “En torno a Duarte
y la Unidad de la Raza”. Revista CLIO No. 100. Julio de 1954. Pág. 108)
Sin embargo la presencia de los afrancesados y antiguos funcionarios del gobierno de Boyer, en la dirección
política del movimiento independentista, con Tomas Bobadilla a la cabeza, creó ciertos temores entre los
integrantes de la milicias africanas, y esto originó que a las pocas horas
después de proclamada la Independencia Nacional, se registrase un motín en Monte Grande, sección
Guerra, que sólo pudo ser resuelto, cuando la Junta Central Gubernativa envió
al otro día a ese lugar a Manuel Jiménez y al propio Bobadilla, para brindar
garantías de que la esclavitud no sería restablecida.
Y al día siguiente, mediante su
primer decreto el primer gobierno dominicano estableció que; “La esclavitud ha desaparecido para
siempre del territorio dominicano, y el que propagare lo contrario, será
considerado como delincuente, perseguido y castigado si hubiere lugar(Emilio
Rodríguez Demorizi. Documentos para la Historia de la República Dominicana.
Vol. I. Pág. 18. Año 1944. Archivo General de la Nación. )
Y además, el jefe de los
sublevados, capitán Santiago Basora, nacido en África, fue designado oficial comandante del grupo de
militares del Presidente de la Central Gubernativa
Rufino Martínez destaca sobre el
Batallón Africano, que a partir de espíritu de igualdad reinante entre los
dominicanos”.
Ese mismo autor subraya, en la reseña Biográfica que escribió sobre Basora, (Ver
Diccionario Biografico-Historico Dominicano, 1821-1930 de Rufino Martínez.
Colección Historia y Sociedad No. 5. Vol. CLII. Año 1971. Editora de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo. Pág. 60)que el Batallón Africano
brindó decidido apoyo a Duarte y a sus
partidarios, cuando en junio 9 del 1844,
estalló el conflicto entre los trinitarios y los enemigos de la Independencia y
de la plena soberanía nacional, quienes querían
colocar nuestra patria, unos bajo el protectorado de Francia, y otros,
el retorno de la dominación colonial española. Ese día el sector nacionalista,
que seguías las ideas redentoras de Duarte, que defendía la Independencia
plena, decidió expulsar del seno de la Junta
Central Gubernativa, al grupo conservador.
Los más revelador; el cónsul francés Saint Denis, propulsor junto a Bobadilla, Caminero y Báez y otros
más del plan del protectorado, en esos momentos ideólogos de Santana, en carta
que escribiera a su jefe en París, Guizot, dando cuenta del anterior
acontecimiento, señalaba “que Puello y
Duartemal vistos de la población y los notables, no tienen más apoyo que de los
oficiales que los rodean y un centenar de
antiguos esclavos seducidos o engañados por sus promesas”
Como se conoce, la lucha entre los que tenían fe en la permanencia de la República sin la merma
de su soberanía, y el grupo antinacional
partidario de la enajenación de nuestra Independencia, culminó con el
apresamiento de Duarte y sus partidarios, y más tarde, con la expulsión perpetua ordenada por Santana en agosto del
1844.Como es natural, luego que los conservadores asumieran totalmente el
Poder, por su franco apoyo a los trinitarios, el Batallón Africano fue mirado
con recelo, y por ese motivo, fue enviado a la región Sur, donde permaneció por
más de dos años.
Enjulio de, 1844,luego de un
serio incidente donde se vio envuelto un español ,residente
en Puerto Rico,quien visitó nuestro país paran reclamar la entrega devarios esclavos suyos que habían huido de aquellaisla, y que según argumentaba,
se encontrabanenrolados en el Batallón Africano, la Junta CentralGubernativa,
presidida ya en esos momentos por elgeneral Santana, temerosa de un
levantamiento de lapoblación de color, mediante decreto, declaro Comolibres
"a todos los esclavos que pongan pie
en el territorio de la República".Ese mismo decreto además expresaba,
que "cualquier ciudadano de la República, sin distinción declase ni
persona, que hiciese armar buques para ir al África a extraer esclavos o
que seprestase y ocupasede este tráfico vergonzoso e inhumano, comprándoloso
vendiéndolos, será considerado como pirata,juzgado y castigado
con la pena de muerte.Ese decreto fue la respuesta obligada del
gobiernoa las pretensiones, no sólo del español residente en Puerto Rico, quien
por poco pierde la vida en las manos del
Batallón Africano,siendo salvado por la presencia del general Santana,
sino de otros nacionales,o como se expresa en el considerando elmismo
decreto, de "algunos espíritus mal. Intencionados,que quieren sembrar la
división y la desconfianza propagando falsa y maliciosamente, que a los
quefueron desgraciadamente esclavos en otro tiempo, seles pretende reducir a
tan ignominioso yugo" (EmilioRodríguez Demorizi. Academia Dominicana de la Historia.
Documentos para la Historia de la RepúblicaDominicana.
Vol. IV Editora El Caribe, 1981. Pág.
39
Con
el mismo recelo que fue mirado el Batallón Africano de parte del sector
proteccionista o anexionista dominicano, también lo
fueron los hermanosPuello. Pero el gran arraigo que tenían en el seno de las masas populares, y a su vez, debido
alcrecimiento de su prestigio,
sobre todo del generalJosé Joaquín, luego de que éste derrotara al ejércitohaitiano en la Batallade la Estrelleta 1885, impidieronen principio que se actuara contra ellos.Esto último, a pesar de las presiones del Cónsul francés, Saint Denis, principal consejero y protectorde
Santana, quien demandó envarias ocasiones alejarlosde toda posición de mando.
Saint
Denis consideraba que José Joaquín
Puello, "en todo tiempo enemigo
de los blancos y hostil a laFrancia, por perjuicio de
su casta, no debe
ser tratado con miramiento. Peligroso para la tranquilidad
y el mantenimiento
del orden, capaz de
todo exceso por
lograr sus fines, es
indispensable alejarlo de los negociosy aún del
país. Es lo que
trabajo activamente y sinque haya
ningunaduda. Si llego
a obtener como loespero, que sean alejados de la villa los soldados negros, que
son su sola fuerza, no tenemos nada que temer de él. El comando de la plaza de
Santo Domingo,del cual está investido desde hace cuatro meses, leha hecho
peligroso para todos los partidos sin excepción"(F. Rodríguez Demorizi. Correspondencia delCónsul de Francia en Santo Domingo, Vol.
1. Pág.122. Colección Tmjillo
1944).
Según
un informe del Vicecónsul inglés, HarrisonJ. Thompson, en Puerto Príncipe, a su
Cancillería,elaborado siguiendo testimonios de agentes inglesesen Santo
Domingo, luego que la Junta Central Gubernativaasumió la responsabilidad del
protectorado, enreunión efectuada el 26 de mayo de 1844, el coronelPuello
"reunió a los habitantes y rodeó el PalacioNacional, gritando: 'abajo los
traidores que quierenvender la patria", e insistiendo en la expulsión de
dosde los miembros de la Junta, el señor Bobadilla y elseñor Caminero,
anteriormente firmes partidarios delPresidente Boyer.
"El clamor
que se produjo fue tan grande, queestos dos individuos se vieron obligados a
buscarPrecipitadamenteprotecci6n en casa del señor Juchere(Saint Denis)
el Cónsul francés, quien amenazó concañonear la ciudad si se cometía alguna
violencia paraapoderarse de sus personas en su casa. El Cónsul seadelantó y
dijo que la Convención era únicamente unproyecto, el cual no había recibido
todavía la sanciónde su gobierno, cosa que en cierto grado pacific6 a la gente
e hizo que todos se dispersaran".
"Después,
el coronel Puello envió algunos emisarios
al interior del país a invitar a la población negra aque se uniera a
151, y a decir que el deseo de losfranceses es el introducir nuevamente
la esclavitud enel país". (Emilio Rodríguez Demorizi. Documentospara
la historia de la República Dominicana. Vol. 3.Archivo General de la
Nación 1959).
Para 1947, José
Joaquín Puello, a quien Santanamantenía en cargos de importancia, al decir de
SaintDenis, por "necesidad" se encontraba en la cima de sucarrera
política y militar, y en medio de la profunda crisis económica y social que
sacudía el país en aquellos momentos, eravisto por amplísimos sectores nacionales
como el posible sucesor del Presidente de la
República. Esta situación levantaba odio y envidia en ciertos
representantes extranjeros, como el francés, y también entre varios miembros
del gabinete de Santana, donde Puello ocupaba ya las funciones de Ministro de
Hacienda y Comercio.
García señala a
este respecto que José Joaquín Puello "era blanco de la saña de muchos
hombres de importancia que veían en su preponderancia política un estorbo, hora
para realizar cualquier conspiración, hora para llevar a cabo proyectos
antipatrióticos, de los cuales se le miraba opositor" (José G. García. Negocio de los Puello. Clío No.
96, Pág. 100,1953).
Bernardo
Pichardo, por su parte, nos dice que el General Puello "gozaba de
universales simpatías, sobro todoen la gente de color" que componía la mayoría
de la población. Por esa razón "la camarilla que entonces rodeaba a
Santana vio que aquel bravo ydenodado general no tardaría en llegar a ser
presidente, y hubo de aconsejarle al mandatario, cuyo poder yprestigio empezaba
a debilitarse y disiparse, que dieraun paso enérgico para matar en flor las
esperanzas deaquellos que ya se agrupaban en derredor de Puello".
(Bernardo Pichardo. Resumen de Historia Patria. Pág. 89-90. Colección Pensamiento Dominicano.1969).
Además de las diferencias que, por razones
deprincipios en la cuestión de la defensa de la soberaníanacional, mantenía el
general Puello con los proteccionistassin fe en el destino de nuestro país, en
juliode 1847, una disposición del Poder Ejecutivo quefavoreció la inmigración
de personas de la raza blanca,creó un costado nuevo en el marco del mismoconflicto.
El general Puello, quien ya formaba partedel gabinete de Santana, manifestó
abiertamente suoposición a esa disposición, demandando que se permitieranlas
mismas facilidades de los blancos a losnegros y demás personas de color.
Señala Víctor Garrido en su libro Los Puello
quepara el general Puello, "la libertad de la gente de colortenía como
pedestal la independencia absoluta. Cuandose solicitó su concurso se lo dio al
obtener seguridadesde que se trataba de volver a Colombia. Ahoraque el gobierno
andaba en tratos con franceses v españoles, él desconfiaba. Si se perdía la
independenciapodía caerse de nuevo en la esclavitud. El mismopodía volver a ser
esclavo. Cuba y Puerto Rico eranun ejemplo de cómo gobernaba España."La
manera de evitar la caída, si se quería importarextranjeros, era trayéndolos de
todos los matices, sindiscriminación de color ni raza. La agricultura,
Quiero concluir señalando, que los negros y
mulatoscriollos, y los africanos puros, grupos que en aquelmomento constituían
la inmensa mayoría de la poblaciónde la nación dominicana, con los
hermanosPuello, y con Sánchez como sus máximos representantes,siguieron el camino
trazado por Duarte, pues seopusieron de manera decidida y abierta, al
proyectoproteccionista que apoyaban Santana, Bobadilla, Báez,Camineros y demás
conservadores.
Esa conducta aseguró el mantenimiento de
laindependencia nacional, aunque desgraciadamente,no por mucho tiempo, pues
como todo el mundo conoce, el grupo antinacional, enemigo de Duarte,luego de
liquidar a los principales dirigentes militaresnegros criollos y africanos
-Santiago Basora y su grupo fueron expulsados por Santana en 1849- culminósu tarea
convirtiendo en 1861 a nuestro país denuevo en colonia española.
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