Las Expediciones de Junio de 1959, 2da Parte.
Este ensayo fue originalmente presentado con muy pocas páginas en el Curso contra el olvido. Hacia la
recuperación de la memoria históricanacional, celebrado por la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
en el Museo Nacional de Historia y Geografía el 7 de diciembre de 1990. Dos
años después y un poco ampliado fue publicado en la revista Estudios Sociales, Año XXV, Nº 88,
pp. 35-66, Santo Domingo, abril-junio de 1992. Siete años más tarde, nuevamente
ampliado y corregido, se publicó en la desaparecida revista Ecos, Año 6, Nº 7, pp. 11-56, Santo
Domingo, abril-junio de 1999, órgano del Instituto de Historia de la
Universidad Autónoma de Santo Domingo. Hoy se reedita en la revista Clío por el hecho de que un profesor
de la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo
Domingo y antiguo director de su Instituto de Historia, ha tenido el descaro de
reproducir en su blog
“Notícialas históricas dominicanas” plagiándolas, partes de este ensay sin
señalar la fuente y, lógicamente, sin mi autorización
Emilio Cordero Michel
Miembro de Número, presidente de la Junta Directiva de la Academia Dominicana
de la Historia y editor de esta revista.
Fuente; Revista CLIO.
Órgano de la Academia Dominicana de la Historia. Núm. 177-04. Año 2009.
Integración del
Movimiento de Liberación Dominicana (MLD)
Después que
Fidel Castro inició a fines de enero de 1959 en la Universidad Central de
Venezuela (Caracas), la colecta pública de fondos para derrocar a Trujillo y de
comprometerse frente a los dirigentes de la UPD de Venezuela a prestarles todo
tipo de ayuda para pagar la deuda contraída por el pueblo cubano con Máximo
Gómez, el 29 de marzo, en La Habana, quedó constituido el Movimiento de
Liberación Dominicana (MLD) y su brazo armado, el Ejército de Liberación
Dominicana (ELD).
Las
organizaciones participantes fueron las enunciadas anteriormente, firmantes de
la Declaración de La Habana. El marxista Movimiento Popular Dominicano
no quiso integrarse al MLD por considerar que la lucha contra Trujillo había
que realizarla desde dentro del país y no desde el exilio. Ni el Partido
Revolucionario Dominicano, lidereado por Juan Bosch, ni Vanguardia
Revolucionaria Dominicana, dirigida por Horacio Julio Ornes Coiscou, ni muchos
otros pequeñosgrupos de tendencia marcadamente conservadora o derechista,
quisieron formar parte del MLD.
Es más, algunos
hicieron todo lo posible por denunciar y sabotear las Expediciones de Junio de
1959 bajo la acusación de estar controladas por los comunistas, como fueron los
casos de Luis Aquiles Mejía (MLD) y Angel Miolán (PRD), quienes el 26 y 29 de
junio, respectivamente, fueron a la Embajada de los Estados Unidos en Caracas a
hacer tales denuncias a fin de evitar una segunda Cuba, ante el primer
secretario de embajada, John M. Cates Jr., y los segundos secretarios de
embajada, Robert G. Cox y Sam Moskowitz, según consta en el despacho No. 5 de1
1º de julio de 1959 al Departamento de Estado
(Archivos Nacionales de los Estados
Unidos de América. Departamento de Estado (ANEU.DE.) Washington. Secciones
739.00/0; 739.00/2; 739.00/3; 739.00/4; 739.00/5; 739.00/7; 739.00/12 y
739/00/W (7). Agradezco al Lic. Bernardo Vega Boyrie haberme gentilmente
facilitado el acceso a esa información microfilmada de los archivos de
Washington que guarda en su biblioteca)
El MLD fue un
frente político pluralista, que aglutinó a lo más sano y valioso del exilio,
hombres de diversas ideologías y de diferentes clases sociales, caracterizados
por un elemento y objetivo comunes: su anti trujillismo y la patriótica
decisión de liberar al pueblo dominicano de la tiranía que lo oprimía.
Programa Mínimo del MLD y Manifiesto al Pueblo Dominicano
El Comité
Central Ejecutivo del MLD se encargó de redactar el Programa Mínimo de
Liberación Nacional y el Manifiesto al Pueblo Dominicano, que se harían del
conocimiento de todos los dominicanos, fuera y dentro del país, por diferentes
medios de comunicación.
Dicho programa,
como se desprende de su nombre, contenía los puntos mínimos que unían a los
exiliados de las diferentes tendencias políticas e ideológicas, así como los
objetivos de la revolución que se iniciaría con la lucha armada contra la
tiranía. Su contenido era revolucionario porque perseguía conquistas enmarcadas
dentro de la liberación del pueblo dominicano, al propugnar abiertamente por el
derrumbamiento del régimen trujillista, y la implantación de una serie de medidas
económicas, sociales, políticas e internacionales de puro corte
democrático-burgués, muchas de las cuales, todavía en nuestros días no han
podido alcanzarse.
En su esencia,
el Programa Mínimo planteaba la liberación nacional, por la que tantos pueblos han
estado luchando desde la conclusión de la II Guerra Mundial y, particularmente,
a partir de la Conferencia de Bandung de 1955. Esto así, porque liquidar los
monopolios trujillistas y de capital extranjero, reformar el sistema
tributario, implantar una profunda reforma agraria que beneficiara al
campesinado, elevar el nivel cultural de la población, establecer un sistema de
seguridad social que abarcara a los sectores populares, desarrollar una
política económica de empleo total, fortalecer la independencia nacional y
aplicar una política internacional independiente, basada en el mantenimiento y
robustecimiento de relaciones amistosas y en pie de igualdad con todos los
países del mundo, encarnaban objetivos verdaderamente democráticos.
El Ejército de Liberación Dominicana (ELD)
A mediados de marzo de 1959, en una finca ganadera de un batistiano
confiscada por el Gobierno Revolucionario Cubano llamada Rancho Mil Cumbres,
ubicada en la Cordillera de losÓrganos, cerca de la población Diego Núñez, en
la Provinciade Pinar del Río, se concentraron los integrantes del Ejército de
Liberación Dominicana (ELD) y, de inmediato, comenzó el entrenamiento militar
de unos 261 combatientes: 211 dominicanos, 20 cubanos, 13 venezolanos, 9
puertorriqueños, 3 norteamericanos, 3 españoles, 1 guatemalteco y 1
nicaragüense, de los cuales no todos arribaron a tierra dominicana.
Había, además, 4 compatriotas en calidad de combatientes: Dominicana
Perozo, hermana de Manuel de Js. Perozo (Masú), quien vino por Estero
Hondo, perteneciente a la familia mártir de Santiago; Dulce Díaz, igualmente de
Santiago; Betty Rodríguez, de Bonao; y Linda Ortiz, de Santo Domingo. Estas 4
mujeres, además de entrenarse como cualquier otro miembro del ELD, lavaban la
ropa de los expedicionarios, cocinaban para toda la tropa, hacían la limpieza
de las “chabolas” en que dormían los integrantes del ELD y fungían de
enfermeras.
Al acercarse la fecha de la salida de los expedicionarios, fueron
trasladadas a La Habana con el pretexto de recibir en tratamiento
en primeros auxilios, para evitar su participacióny desligarlas de los planes
bélicos.11
Con los 261
combatientes, se formaron 5 pelotones de 50 hombres cada uno, subdivididos a su
vez en 5 escuadras de 10 guerrilleros cada pelotón. Estos fueron: el Juan Pablo
Duarte, el Máximo Gómez, el Gregorio Luperón, el José Martí y el Simón Bolívar
que, durante los entrenamientos, estuvieron bajo la dirección de veteranos
cubanos de las campañas guerrilleras de la Sierra Maestra.
El rudo
entrenamiento a que fueron sometidos perseguía endurecerlos en marchas y contramarchas
diurnas y nocturnas, orientación con brújula, enseñanza de elementos de táctica
de guerra irregular de montañas, esto es, guerrillera; manejo de armas y
prácticas de tiro al blanco con fusiles Springfield, FAL, Garand, Browning
Automatic Rifle (BAR), carabinas Cristóbal, carabinas Garand, M-1 y M-2, ametralladoras
calibres 50, 30 y de mano Thompson 45; uso de explosivos; minas; granadas de
mano; confección de “trampas para bobos”, comunicaciones,
etc.
El objetivo
inmediato era el de preparar la tropa, lo más rápidamente posible, para que
pudiera estar en condiciones de combatir contra el ejército de Trujillo en los
frentes que se abrirían en las zonas montañosas del territorio dominicano, particularmente
en las Cordillera Central. Una vez allí, siguiendo el patrón de referencia del
reciente triunfo cubano, se comenzaría a crear la base social guerrillera, la
incorporación del campesinado, de los sectores anti trujillistas populares y de
las mismas fuerzas armadas que se suponía se les unirían en las montañas.
La táctica y
estrategia militares, basadas en la concepción foquita, estaban inspiradas en el
romanticismo pequeñoburgués, democrático y populista del castrismo,12experiencia
que se intentó calcar sin tener en consideración las enormes diferencias en los
procesos históricos de los pueblos cubano y dominicano durante los años
1930-1960, y que el Movimiento Revolucionario 26 de Julio contó, en todo
momento, con un eficaz apoyo revolucionario interno. Por eso mismo, el planteamiento
de que el foco guerrillero crearía las condiciones revolucionarias dominicanas,
sin contar con el más mínimo contacto con núcleos de la oposición interna (que
los había dispersos), aseguraba de antemano el fracaso militar de las expediciones.
Siguiendo esa
concepción, originalmente se planeó atacar a Trujillo por 6 lugares distintos; 2
incursiones aéreas en aviones C-46 por San Juan de la Maguana y Constanza, que
servirían de diversión para garantizar 4 desembarcos marítimos que se harían
desde lanchas rápidas de asalto inglesas, por 2 puntos de la costa del norte y
2 por la del sur. Por varias dificultades este proyecto tuvo que ser cambiado
al conseguirse sólo un avión C-46 y modificarse los planes tácticos: se haría
un desembarco aéreo por San Juan de la Maguana o Constanza y dos marítimos; uno
por Sosúa y otro por La Isabela. Los tres serían concomitantes para obligar a
Trujillo a dispersar sus fuerzas en tres frentes y evitar que concentrara su
poderío bélico contra un solo grupo. Los dos grupos que desembarcarían por la
costa norte deberían converger hacia el macizo central paraunirse al de la
expedición aérea y, en caso de no ser posible, asentarse y consolidarse en la
Cordillera Septentrional, cercana a Puerto Plata y al Valle del Cibao, zonas en
las que existía un mayor sentimiento anti trujillista.
Naturalmente,
estos planes tácticos debían realizarse con la mayor discreción para poder
sorprender a Trujillo. Sin embargo, el secreto no primó en 1959, como tampoco
con el intento de Manuel Batista en 1958; de Luperón en 1949, ni de Cayo
Confites, en 1957, y en Nueva York, Caracas, Puerto Rico y La Habana, se
hablaba por los codos de los preparativos militares.
Los que partían
hacia La Habana a enrolarse al ELD para iniciar el entrenamiento militar, lo
hacían de manera descubierta y hasta con orgullosa indiscreción. Trujillo, a
través del SIM, de sus agentes no incorporados a ese servicio, del Departamento
de Estado de los Estados Unidos y de comandantes cubanos vendidos y ya en
franca conspiración contra la Revolución Cubana, estaba al tanto de todo. En
efecto, ya desde el mes de abril, Trujillo conocía todos los planes, los
nombres de los que se entrenaban y hasta tenía algunas fotografías tomadas en
Mil Cumbres.
De ello se
encargaban de informarle las siguientes personas: El comandante Pedro Díaz
Lanz, jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba, ya vendido al tirano y a
punto de traicionar a Castro; los comandantes William Morgan y Eloy Gutiérrez Menoyo,
los llamados “come vacas del Escambray”, igualmente en contacto con Trujillo y
planeando la invasión de opereta de Trinidad, fusilado el primero y apresado el
segundo, luego de desembarcar en Cuba desde nuestro país; un dominicano de apellido
Almonte, un tipo grueso y corpulento, quien constantemente fingía estar enfermo
en los entrenamientos de Mil Cumbres;13 los aventureros griegos.
Stelio Bellelis
y Constantin Theodorakis, quienes ya el 8 de abril de 1959 habían informado al
Primer Secretario de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, John L. Topping
y al periodista de la Columbia Broadcasting System (CBS), Stuart Novins, que
dentro de pocas semanas saldríauna expedición hacia República Dominicana en dos
naves, en las que ellos irían.
Dicho Stelio
Bellelis fue el capitán del yate Carmen Elsa y el causante del trágico
drama en que concluyeron losdesembarcos de Maimón y Estero Hondo, seis días
después delde Constanza por lo que se rumoró en Cuba que ambos fueronfusilados;
Tomás Reyes Cerda, agente del SIM, de quien dijo sujefe, el coronel Johnny Abbes
García a Ramfis Trujillo, luegode interrogar prisionero a Delio Gómez Ochoa a
mediados dejulio, en el despacho del Estado Mayor de la Base Aérea deSan
Isidro:
“General, ¿Usted
no sabe que el espía mío parece que me lo fusiló Fidel? El general levantó la
vista hacia él y pareció no haber oído las palabras de Abbes. ¿Cómo?
–preguntó-. Digo que parece que Fidel me fusiló mi hombre… a Reyes Cerda”.
Reyes Cerda no
fue fusilado, sino sólo detenido por algún tiempo y luego volvió a residir en
el país para convertirse en periodista vocero de la oligarquía fascistoide y
clerical que se opuso al Gobierno Constitucional de Juan Bosch.
Sin lugar a
dudas, hubo otros muchos informantes, incluso entre los que participaron en los entrenamientos y, a
última hora,el 7 de junio, decidieron en Cienaguillas, cerca de Holguín,
noformar parte de las expediciones. Tan infiltrado tenía Trujilloel ELD, que el
jefe del SIM vivía informándole fechas enque ocurrirían los desembarcos.
Lógicamente, el tirano sepreparaba, acuartelaba soldados, movilizaba tropas. El
quelea las Memorias de Cesar A. Saillant Valverde comprenderáel estado
de alerta en que estaba Trujillo, en base a lasinformaciones constantes que
recibía por muy diversos canales.
Quien igualmente
consulte los documentos de los ArchivosNacionales de los Estados Unidos, podrá
comprobar que, desdeel 30 de diciembre de 1958, el embajador Farland informaba
al Departamento de Estado que Trujillo tenía conocimientode que dos semanas
antes Castro había concertado los planespreliminares con la UPD y Enrique Jiménez
Moya paraorganizar una expedición para derrocarlo.16 Puesto que Trujillotenía
agentes cabilderos y protectores en Washington y todavíano había sido
desahuciado por el Departamento de Estado, esas informaciones le fueron transmitidas.
Las Expediciones de Junio de 1959
Al iniciarse el mes de junio, se
consideró que el entrenamientoera suficiente para poder iniciar la lucha armada
del ELD. Enla mañana del día 5,243 expedicionarios abandonaron elCampamento de
Mil Cumbres y, en autobuses, se dirigieronhacia Holguín, en Oriente, a más de
1,000 kilómetros dedistancia. Después de varias detenciones por desperfectos en
los vehículos, el día 7 llegaron a un nuevo campamento,ubicado al pie de la
Sierra Maestra, llamado Cienaguillas.
Endicho lugar se
seleccionaron los que vendrían por los diferentespuntos y 20 integrantes del
ELD se quedaron por enfermedado decisión de no participar en las expediciones,
con lo que lafuerza expedicionaria quedó reducida en un 8%.Conforme a los
nuevos objetivos tácticos, en dichocampamento se dividieron los 3 grupos que
vendrían por lasvías aérea y marítima y se entregó a los expedicionarios
fusilesFAL, Garand, carabinas Cristóbal, carabinas Garand M-2,ametralladoras
cal. 30 y 50, bazucas, morteros 3, abundantesproyectiles, granadas de mano,
minas, explosivos, equipos decomunicaciones y alimentos para 5 días. El plan
era crear frentes simultáneos: uno en el macizo central, con su punto deinfiltración
aérea por San Juan de la Maguana o Constanza, y 2marítimos en los yates Carmen
Elsa y Tínima, a ambos ladosde Puerto Plata, con desembarcos en La
Isabela y Sosúa parainfiltrarse y asentarse en la Cordillera Septentrional.
Era fundamental
la sorpresa y simultaneidad, debido a queel momento más difícil y peligroso
para la expedición era el dela aproximación y desembarco por la amenaza de la
deteccióny ataque con aviación y/o artillería. Por ello, las primeras
horasserían las decisivas, ya que, una vez en tierra e internados enlos montes
y montañas cercanos, la aviación, la artillería y losblindados serían poco
efectivos, y sólo se combatiría contrala infantería, cuando se considerara
necesario.
La expedición
aérea, en un C-46 camuflado con lasinsignias de la Aviación Militar Dominicana
(AMD), estababajo el mando de Enrique Jiménez Moya, comandante de laexpedición,
y su segundo era el comandante Delio GómezOchoa; la del yate Carmen Elsa,
estaba comandada por el Dr. José Horacio Rodríguez Vázquez, secundado por el
Dr.Virgilio Maynardi Reyna; y la del Tínima, estaba bajo el mandode
Rafael Campos Navarro, secundado por Víctor ManuelMaynardi Reyna (Silín).
Puesto que los
yates eran rápidos y podrían cubrir ladistancia a navegar en pocas horas, al
atardecer del día 13,desde el fondeadero de La Chiva, frente al Central
Preston, en laBahía de Nipe (en el mismo lugar en el que se concentraron
losintegrantes de la frustrada expedición Cayo Confites en 1947),zarparon el Carmen
Elsa con 121 expedicionarios y el Tínimacon 48. El primer yate
estaba capitaneado por el ya mencionado Bellelis secundado por Theodorakis,
mientras el segundo loestaba por el español Francisco Martín Fernández. Ambos
yateshabían sufrido modificaciones para permitir el emplazamientoen proa y popa
de ametralladoras cal. 50 y 30.
A poco de
zarpar, ya oscuro, Stelio Bellelis puso en peligro la expedición, porque con
una torpe maniobra casi chocó conel Tínima. Habían comenzado los
inconvenientes y sabotajesde la expedición marítima.
El plan era aproximarse
a Puerto Plata desde el oeste,navegando a unas 60 millas al norte de las costas
dominicanas,a fin de evitar la detección por las patrullas aéreas y navalesde
Trujillo. Pero los inconvenientes aumentaron esa mismanoche: el Carmen Elsa se
separó del Tínima, su timón sedescompuso, los alimentos estaban dañados,
el oleaje mareóa los expedicionarios. Se reparó el timón, se rellenaron
lostanques de combustible e, inexplicablemente, Bellelis ordenólanzar al mar el
sobrante.
Luego el yate
navegó en círculos, alejándose de las costasdominicanas, por lo que, ya al
amanecer, no se pudo tocartierra como estaba previsto, antes de la salida del
sol del día 15. Mientras
tanto, el Tínima, aislado del Carmen Elsa y portener su
comandante Rafael Campos Navarro órdenes expresasde no realizar desembarco
alguno sin estar acompañado delCarmen Elsa, viró el rumbo hacia el oeste
y se refugió, primero,en uno de los cayos de Gran Inagua y, luego, en una
ensenadacercana a Baracoa, en el oriente cubano.
Expedición de Constanza
El 14 de junio, a las 3 de la tarde, partieron en El
Aguacate,en el camuflado C-46, los 54 integrantes de la expedición aéreaque
serviría de movimiento de diversión a las expedicionesmarítimas que deberían
realizarse en la madrugada delsiguiente día. El avión, bajo el mando del piloto
venezolanoJulio César Rodríguez y asesorado por Juan de Dios VenturaSimó
(piloto de la AMD que dos meses antes desertó conun avión a chorro Vampiro y se
unió a los anti trujillistas),recomendó no tomar tierra en San Juan de la
Maguana porquepor ser la pista muy corta, obligaba hacer un aterrizaje
“debarriga”, lo que constituía grave peligro por el gran peso quetransportaba y
los explosivos que cargaba y porque, además,no permitiría el regreso de la
aeronave a su punto de partida.
Se
acababa de ejecutar la primera modificación a los planestácticos de la
penetración a territorio dominicano.Se escogió, por lo tanto, a Constanza
aunque se sabía que allíhabía una fuerte guarnición militar y mercenarios de la
LegiónExtranjera Anticomunista. Al atardecer, el C-46 sobrevolóConstanza, y a
las 6:25 p.m. aterrizó sin contratiempos.
El desembarco, al final de la pista, comenzó a
ejecutarsedeslizándose los expedicionarios por un tablón, pero éste cayó
atierra por las vibraciones y el viento de los 2 motores aceleradosal máximo,
por lo que tuvieron que lanzarse desde una altura de más de
3 metros con mochilas sobrecargadas y equipos bélicosen las espaldas. Por eso,
algunos sufrieron ligeras lesionesen los tobillos y no pudieron ser desembarcadas
las bazucas,minas, explosivos y el equipo portátil de radiotransmisión antela
aproximación de una patrulla motorizada de la AMD quevenía a indagar lo que
ocurría.
Hubo un ligero
encuentro con dicha patrulla, en el quemurieron un oficial y varios soldados;
los expedicionariossaltaron una cerca de alambre de púas y se
dividieron,inconscientemente, en dos grupos: uno con 34 expedicionario al mando del comandante Enrique Jiménez Moya;
otro de 20,comandado por Delio Gómez Ochoa. El primero tomó el rumbohacia El
Río y Tireo, al norte, zonas muy pobladas y con víasde comunicación, mientras
el segundo buscó la zona de LosBotados, hacia el sureste, donde la densidad de
población era bajísima y muy escasa las fuentes de suministros alimenticios.
Los integrantes
de ambos grupos jamás volvieron a encontrarse,a menos que fuera siendo
prisioneros en San Isidro o en lascámaras de tortura de La 40 y El 9.Ramfis
Trujillo, jefe de Estado Mayor Conjunto de lasFuerzas Armadas de Aire, Mar y
Tierra, creyó que con susoficiales y poderosa aviación desvertebraría la
expedición enmenos de 24 horas, y que la limpieza y exterminio final losharían
sus compañías de fusileros, las tropas regulares delEjército, la Legión
Extranjera Anticomunista y los llamados“Cocuyos de la Cordillera”. Por ello,
desde tempranas horasde la mañana del día 15, escuadrillas de cazas P-51
(Mustang),de cazabombarderos a chorro Vampiro, P-47 (Thunderbolt)y Curtiss AT-6
comenzaron a saturar con metralla, bombasincendiarias de napalm y de
fragmentación de 500 kgs. Todaslas montañas aledañas al aeropuerto, en las que
se supusoestarían los expedicionarios.
Aquello fue un
verdadero infierno de metralla y fuego, enel que murieron también docenas de
campesinos. Sin embargo,ni en esa ocasión ni en las posteriores en que Ramfis
Trujillo empleó su poderío aéreo, hubo bajas entre los expedicionarios.
Él mismo lo confiesa en sus
megalómanas
Memorias, al afirmar
que:
“La aviación, a
pesar de que bombardeó, no tuvo efectividad,ya que no se atacaba un blanco
definido sino un pequeño grupoque había sido avistado en las inmediaciones de
donde seatacaba, pero sí fue muy efectiva psicológicamente”.( Trujillo Martínez, Rafael (Ramfis). Memorias
de las Expediciones de Junio de 1959. Inconclusas e inéditas.
Tomadastaquigráficamente porCésar A. Saillant Valverde y corregidas a mano por
su autor. SantoDomingo. s/f. Dictadas a partir de mediados del año 1959, p.
23.)
Quizás el efecto
más importante de esos brutales ypermanentes bombardeos y ametrallamientos
aéreos fue queel grupo de Jiménez Moya comenzó a dividirse y a perdervolumen de
fuego. De este grupo, se escindió uno comandadopor el capitán cubano Ramón
López (Nene), que marchó enforma paralela hacia el norte, y luego de su
muerte, algunos desus integrantes llegaron hasta El Corocito, cerca de
Jarabacoa.
El día 16, después del combate de
La Guamita, Jiménez Moyasufrió otra división: José A. Batista (Chefito)
se desprendiócon 9 más hacia el Noreste, hacia Los Chicharrones. Al
díasiguiente, el 17, Rafael Tomás Perelló cayó prisionero aldescomponérsele el
fusil FAL. Interrogado en San Isidro, yluego torturado en La 40, confirmó a
Ramfis dos cosas:
1. Que se habían
realizado 2 desembarcos marítimos por la costa norte, conforme a los planes
tácticos (y que no habían ocurrido todavía), noticia que el hijo del tirano
conocía porque se había encontrado la mochila de Enrique Jiménez Moya con
planos, claves, etc. que así lo indicaban; y
2. Que Ventura
Simó había venido en la expedición por Constanza. Este patriota, que se separó
solo del grupo del capitán López, cometió la ingenuidad de someterse, cansado,
hambriento y con los pies hinchados, a unos campesinos de La Cotorra que lo
entregaron a las tropas trujillistas. Transportado a la Base Aérea de San
Isidro, sufrió inimaginables torturas, después que Ramfis hizo con él la
grotesca y dolorosa farsa de presentarlo ante la televisión y el cuerpo
diplomático como un héroe y de haber expresado, cínica y vulgarmente:
“Que Ventura
Simó tenía 3 veces cojones: por traicionarlo e irse el exilio a unirse con sus
enemigos; por haber regresado; y por haberse dejado coger vivo”(Saillant. Memorias…, p. 333).
El día 19,
Enrique Jiménez Moya fue muerto cerca de El Río y su grupo dejó de constituir
amenaza miliar alguna; los escasísimos expedicionarios que no murieron en
emboscadas oquedaron heridos y rematados por el Ejército al ser encontrados, se
rindieron por hambre y cansancio. Prisioneros, algunos fueron fusilados en el
aeropuerto de Constanza, y los demás trasladados a la Base Aérea de San Isidro,
donde corrieron peor suerte.
El grupo de
Delio Gómez Ochoa se mantuvo intacto por varios días en permanente movimiento,
internándose conrumbo sureste hacia El Convenio y causando algunas bajas al
Ejército. El día 17 tuvo la primera baja y el consiguiente bombardeo sobre la
zona en que había estado el día anterior.
El grupo se
inmovilizó por 5 días en Los Naranjos y luego continuó marcha hacia el este, en
busca de comida, por los lados de El Botado. El 28, los expedicionarios
comieron vainitas verdes. El 30 fueron detectados, cercados y atacados por
descuidos de los dos postas; el grupo tuvo un herido que fue dejado atrás, al
que remataron las tropas trujillistas.
Tras este
combate, el grupo se dispersó totalmente: Delio Gómez Ochoa quedó con 10
expedicionarios; Juan E. Puigsubirá (Johnny) con 2 más; el capitán
cubano José Luis Calleja con otros dos; Mayobanex Vargas quedó aislado y tomó
el rumbo hacia los predios de su padre. El 1ro. de julio, el hambre obligó a
Delio Gómez Ochoa a procurar comida con un campesino que lo engañó y llevó a
una emboscada, en la que cayeron prisioneros Miguel Ángel Feliú (Miguelucho),
participante en las expediciones de Cayo Confite y Luperón, y dos más que
fueron llevados a Constanza y fusilados por el general Mélido Marte en el aeropuerto.
El 3 de julio,
Mayobanex Vargas llegó a la finca de su padre y se entregó al general Juan
Tomás Díaz. Ese mismo día, el grupo de Delio Gómez Ochoa fue nuevamente
emboscado en un conuco en el que buscaban comida; Rinaldo Santiago Pou quedó
herido y fue rematado; Gonzalo Almonte Pacheco quedó aislado y fue apresado. El
pequeño grupo de Johnny Pugsubirá fue apresado: a él lo ejecutaron en el
lugar, y a los otros 2 compañeros los trasladaron a la Base Aérea de San
Isidro.
Gómez Ochoa
quedó solamente con 5 expedicionarios inició una marcha paralela hacia el
oeste, en búsqueda de comida por los lugares en que había estado días antes. El
10de julio, Poncio Pou Saleta y Medardo García Germán, tras negociaciones con
un sacerdote, se rindieron. Al día siguiente, 11 de julio, Delio Gómez Ochoa,
Frank López y Pablito Mirabal, descubiertos por perros sabuesos, igualmente se rindieron
ante la seguridad de que se respetarían sus vidas.
Había concluido
el frente de Constanza, luego de 27 días de asedio por las tropas trujillistas
y, lo que es peor aún, en mortal lucha por la búsqueda de alimentos. En ese
momento había 7 expedicionarios sobrevivientes que quedaron reducidos a 6, cuando
el teniente cubano Frank Eberto López fue obligado a llevar al ejército a buscar
armas y municiones que había dejado enterradas en las montañas. Puesto que
estaba en esa tarea y no pudo ser presentado a la prensa internacional junto a
sus otros compañeros, Ramfis Trujillo ordenó que fuera torturado y asesinado.
Los 6 sobrevivientes de la gesta de Constanza fueron: Delio Gómez Ochoa, Poncio
Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo Germán, Pablito Mirabal y
Gonzalo Almonte Pacheco (luego asesinado en La 40 al ser re apresado tras su
indulto en febrero de 1960).
El siguiente
cuadro, elaborado en base a las investigaciones hechas por Anselmo Brache,
Batista, publicadas en su obra Constanza, Maimón y Estero Hondo. Testimonios
einvestigaciones sobre los acontecimientos, muestra las bajas que tuvo el
ELD en el frente de Constanza y el destino de los heridos y prisioneros:
Expedicionarios muertos del frente de Constanza(Anselmo Brache B. Constanza, Maimón y
Estero hondo. (Testimonios e investigaciones sobre los acontecimientos), 2da.
edición. Santo Domingo,Editora Taller, 1985. pp. 73-143.
2 compañías de
fusileros de la AMD
(Una de ellas
bajo entrenamiento)............................ 290 hombres
2 compañías de
tropas del Ejército........................... 300”
Integrantes de
la Legión Extranjera.......................... 600 ”
Subtotal……………………...…………….............
1,190”
Fusileros de la
AMD y el Ejército........ 2,500”
“Cocuyos de la
Cordillera” y campesinos guías....... 600”
Total………………………………….…….….......
4,290”
Aviones de la
AMD:
Escuadrón de
Caza Ramfis (Mustang P-51)............. 52 aeronaves
Escuadrón de
cazabombarderos.................................
(Vampiros y
Thunderbolt P-47)……........................ 44”
Bombarderos
(B-25, B-26 y Mosquitos)…............... 8”
De entrenamiento
(Curtiss AT-6).............................. 10”
Helicópteros………………………………..............
6 ”
(C-46 y C-47)
incluyendo los de la CDA................. 14”
Pequeños
monomotores y bimotores para la
Observación……………………............................
8 ”
Total……………………………………..................
140”
Resumiendo: En
Constanza, solamente el 19% de los expedicionarios murió en combate, y el
restante 81% fue hechoprisionero, entre los que el 9% fue rematado en el lugar
de la captura por estar heridos; 24% de los prisioneros fue fusilado en el aeropuerto
de Constanza o en el sitio de apresamiento; 37% fue llevado ileso a la Base
Aérea de San Isidro, torturado en La 40 y El 9, y fusilado en el Centro de
Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), sin conocerse el porcentaje de los que
murieron sufriendo torturas; y el 11% sobrevivió esta trágica experiencia. Las
cifras demuestran la criminal saña de latiranía que fue más bárbara aún en
Maimón y Estero Hondo.
En el frente de
Constanza, el régimen trujillista opuso a los 54 expedicionarios el siguiente
aparato militar
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