Bella Mae, nacido hace tres años en Oklahoma, aprendió una lección que nunca olvidará.
Según
informó el Daily Mail, ni bien recibieron al animal en su consultorio,
los veterinarios decidieron realizarle una cirugía de emergencia para
extraerle las punzantes espinas de su cabeza y sus pies. Pero a pesar de
que ya se está recuperando del ataque que sufrió algunas de las púas
quedaron dentro del cuerpo del perro.
Jerry
y Noles Allison, los dueños del bulldog, explicaron que éste se hallaba
jugando con otros animales domésticos cerca del estanque de su casa el
29 de julio pasado, cuando se encontró con un puercoespín. Esto a pesar
de que este tipo de roedor erizado, lento y pasivo, suele moverse
durante la noche.
La
familia Allison cree que el puercoespín visitó su estanque para beber
agua porque la misma está escaseando en Oklahoma. Y también piensan que
Bella Mae se colocó demasiado cerca de su agresor, lo que provocó su ira
y el posterior ataque punzante.
Los
médicos del Centro de Emergencia Animal de la mencionada ciudad
estadounidense llevaron a cabo un duro trabajo sobre la mesa de
operaciones para quitar las espinas de la cara del bulldog, el cuello,
las piernas y el pecho. El can tuvo suerte de que ninguno de esos
pinches golpeara sobre sus ojos.
Por
su parte, el veterinario Leonardo Báez aseguró que "nunca había visto
un ataque tan horrible de un puercoespín contra una mascota. Sólo había
observado algunos galgos y perros de caza que habían entrado en contacto
con ellos, pero esto no sucede muy a menudo, sobre todo aquí en la
ciudad".
Mientras
tanto, Bella Mae se halla sometida a un tratamiento con antibióticos
por las espinas que mantiene incrustadas en su piel y que los
veterinarios no pudieron removerle.
Fuente: infobae.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario