El Gran
Corruptor (1/6)
26 DE
OCTUBRE DEL 2011
Carlos Báez Evertsz
SABER MÁSACERCA DEL AUTOR
CARLOS BÁEZ
EVERTSZ
Politólogo y sociólogo
Sobre mí
Doctor en sociología
(PhD).Postgraduado en comunicación política. Funcionario de carrera por
oposición del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado de España
(en activo de 1986 al 2009). Ha sido profesor de sociología y ciencias
políticas. Actualmente es analista político.
Era la primera legislatura del presidente Fernández, un entusiasta y
dinámico secretario de Estado encargado de los análisis de la prensa y otros
menesteres, almorzaba conmigo en Madrid en un restaurant vegetariano. Yo
invitaba. En la conversación amena y amistosa, recuerdo que me expresó que de
los dirigentes del PLD el que tenía más sentido político era el presidente.
Eso se me quedó grabado ya que reconocía en mi interlocutor una prolongada
experiencia política. Cierto que la misma había sido, hasta ese momento, en la
oposición. Pero desde allí también se aprende a conocer a los políticos y
además hay que hacer aún, si cabe, más política, ya que casi la única arma de
la oposición es la persuasión.
Mi amigo parece que tenía razón ya que con el paso del tiempo el señor
Fernández Reyna ha demostrado tener buenas dotes para la política. Tanto así
que reforzando el criterio ya citado, y hace apenas dos meses, un muy
experimentado en cuestiones del poder, amigo mío, al que considero uno de los
estadistas más sabios en cuestiones empíricas del funcionamiento del Estado en
Santo Domingo, me hacía un símil en una conversación privada que cito de manera
no textual:
"Leonel Fernández tiene las cinco cualidades necesarias para ser un
buen pelotero: batea, atrapa bien la pelota, tiene un buen brazo, corre, y
tiene vista para otear el campo y el juego del contrario. Esto lo extrapolaba a
la política para señalar que tenía muy buenas condiciones para la misma. Pero,
su problema es que se ha pasado de la raya...
Mi amigo, sabio, experimentado, que ha conocido y tratado de tú a tú a
todos los gobernantes dominicanos, con excepción de Trujillo, y que a pesar de
haber estado –como dicen en España-, montado en un coche oficial con chofer,
desde que apenas tenía 21 años, y haber desempeñado puestos durante casi 40
años, en algunos de los cuales se hubiera hecho multimillonario, si fuera un
corrupto, es apenas, a sus sesenta y pico de años, un señor de "clase
media-media-alta".
No sólo esto sino que sigue siendo un gran defensor de lo público y de los
bienes del Estado. Aunque nunca ha sido marxista, ni se ha llenado la boca de
grandes frases sobre el socialismo, la lucha de clases, ni la liberación
nacional. Mientras otros, con ese perfil "revolucionario" lo
que han hecho es privatizar esos bienes y de paso hacerse con una fortuna
personal.
Simplemente ese amigo es una persona formada en los principios de la
búsqueda del bien común, de una política y economía humanista y, de que
al Estado se va para servir los intereses colectivos y no los particulares
(sean personales o de un grupo de adeptos o de adictos).Es, en dos palabras, un
político ético, no es un santo caído en esta tierra de pillaje sino alguien que
es muestra de cómo deben ser los políticos decentes, y de paso, que se puede
ser político y ser decente a la vez.
Leonel Fernández era un marxista que citaba a Marx, a Poulantzas, aunque en
esos escritos, leídos con la distancia que da el tiempo, tienen el aire de algo
formalista, un ejercicio de escritura escolar, con citas incluidas, donde falta
el impulso de la autenticidad, de lo que se asume vital e intelectualmente.
Agradezco a la minuciosidad y al rigor de investigador y documentalista de José
Antinoe Fiallo, a la par que a su generosidad, la remisión de algunos de esos
trabajos en formato digital.
Leonel Fernández es un político que tiene cualidades para el ejercicio de
ese "oficio", el de la política, tratar de negarlo es de tontos. Otra
cosa es que tenga esas cualidades excelsas que incluso antes de ser elegido por
primera vez se les atribuían. Hay que recordar que fue elegido gracias a
Balaguer y a otros personajes que no cito, pero que están en la mente de todos
y que también se declaraban marxistas. Esa alianza entre "marxistas"
o marxofagos y Balaguer es un asunto que da materia para muchos análisis y para
infinitas hipótesis de trabajo de análisis político y social.
Recuerdo que entre las amistades muy íntimas y queridas de mi familia hay
unos que poseen un gran patrimonio, personas ricas y que como casi siempre
ocurre, son de derechas y con una alta conciencia de clase (aunque ellos no lo
sepan, ni falta que les hace). Eran balagueristas furibundos y como
corresponde a ello, anti perredeístas iracundos, pues bien, me di perfecta
cuenta del giro que haría Leonel Fernández y el PLD, antes de que lo
ejecutaran, por el fervor Leonelista de esta familia.
¿El motivo para esa certeza? La derecha nunca se equivoca en su elección
política. Una mujer y un hombre de derecha jamás darán su voto por error
o por llevarse de una falsa imagen, por la persuasión o la manipulación
informativa. Cuando una persona de derecha de verdad, es decir, la que une un
ingente patrimonio y los valores propios de su estamento social, vota o escoge
a un político como "suyo", es porque saben muy bien que éste es realmente
de los suyos. Alguien que está en su esfera de influencia, un satélite al
servicio de sus intereses, aunque también busque los suyos personales.
Esto es justamente lo que, al contrario, hacen las personas que viven de su
trabajo o que intentan vivir del mismo, que están tremendamente estratificadas
y divididas en función de sus ingresos, de sus lugares de residencia, de su
nivel educativo, de sus ideas políticas o de sus percepciones de la sociedad y
de sí mismos.
El Gran Corruptor (2/6)
Los sectores de asalariados, de trabajadores manuales o de otro
tipo, de profesionales autónomos, no tienen esa unidad de percepción de
su situación real en el mundo que tiene la gente de derecha. Están divididos
por pequeñeces y sufren las consecuencias de su falta de sentido de identidad,
de sí mismos y de los otros. Es la perfecta "masa de maniobra" de
todos los politiqueros en busca de "idiotas útiles", es decir, de
votantes acríticos y desmemoriados.
El señor Fernández Reyna confesó una vez a un amigo
fraterno, que él aprendía rápido en el Palacio Nacional y como ocurre a la
gente práctica como él –aunque venda su imagen de "conceptualizador"
para consumo de distraídos o de interesados en aceptar, por conveniencia, ese
estereotipo-, se buscó un "modelo" a imitar.
Obviamente, Juan Bosch no le servía. Para un pragmático educado
en los esquemas del utilitarismo americano menos sofisticado, que emplea
como elemento clasificador de personas, en 20 segundos, el binomio de opuestos
de "winner" y "loser", don Juan Bosch era un
"perdedor". ¿Y qué escalador de la pirámide política y social va a
utilizar de modelo a un político que apenas se mantuvo en el poder unos escasos
siete meses y que se fue del poder sin ninguna fortuna personal o familiar?
El modelo que era menester utilizar si se quería permanecer en
el poder era el de dominicanos que hubieran permanecido en el mismo durante
años. Los más próximos eran Trujillo y Balaguer. Sociológicamente hablando eran
los que respondían más a la supuesta idiosincrasia dominicana o al
llamado "carácter nacional" dominicano.
Más aún cuando con la emigración masiva de haitianos se tiende a
una haitianización en ciertos aspectos de la vida social que no tardarían en
llegar a la política y que tienden a acentuar las prácticas más nocivas de la
politiquería de ambos lados de la frontera. Todo ello confluía en una
acentuación del autoritarismo-personalista, el clientelismo, la compra vulgar
de votos por un plato de comida, la distribución de regalos en ciertas fechas
claves, el asistencialismo generalizado, la política del "dao" como
sustituto de una política social racional.
La generalización de la corrupción, la patrimonialización del
estado por un grupo minoritario pero muy cohesionado alrededor de su persona
(el presidente), y unido a todo ello, el desprestigio sistemático de todo lo
público y de lo estatal, percibido como elemento perverso, negativo, y apto
solo para la privatización al servicio de los intereses de los que mandan (en
lo político y en lo económico).
La falta de institucionalización de hecho es la consecuencia de
todo ello, aunque se dicten leyes para poder citarlas ante los organismos
internacionales, aunque sin la más remota voluntad de ponerlas en ejecución. Es
la "modernización" en la versión de Leonel Fernández. Algo así como
conceptualizar sobre las escuelas con ordenadores aunque en la realidad
concreta nos encontremos que no hay energía eléctrica para los mismos.
La construcción de escuelas a cargo de programas de ayuda de la
UE o de otros organismos, donde el funcionario internacional que va a
supervisar la obra se encuentra que si habían pagado por puertas de metal, las
mismas son de "playwood", que los lavabos y los inodoros no funcionan
y, ante las quejas del mismo por esos hechos, el funcionario
dominicano del organismo correspondiente le dice que deje eso así, que "la
mafia" es muy peligrosa.
El funcionario internacional se va indignado –algunos, créanme,
se toman en serio su trabajo-, se lo cuenta a su superior del organismo
internacional y éste le dice que las cosas de este país son propias de Macondo,
pero ahí queda todo, no se hace nada, y así sigue marchando la espiral de
corrupción más impunidad, propia, esencial, del funcionamiento del régimen de
Leonel Fernández.
Hay otros modelos para mantenerse en el poder que suscitan
también su atención, además de los aportes criollos, básicamente de la
"hiena" Trujilllo y del "zorro político" dominicano
(Balaguer), como lo ha descrito Leonel Fernández en uno de sus últimos
discursos. ¿Cómo olvidar siendo vecinos y teniendo entre un 10 y el 20% de
población haitiana viviendo en el país, el duvalierismo?
Eso de los Ton Ton Macutes es demasiado "pesao"
("so heavy"), para aplicarlo, cuando uno aspira a ser reconocido como
un demócrata y recibido como tal, aunque la democracia que se pone en marcha es
un decorado de cartón piedra, una escenografía para calmar a los propios y
narcotizar (aunque sea previo costosos lobbies, dádivas y sobornos, a los
supervisores foráneos).
Pero siempre hay algo a retener y esa idea de "presidente
vitalicio" no es de desdeñar, aunque se vaya a ella por etapas, en función
de las reticencias que se encuentren en la sociedad nacional e internacional,
hasta ver si se llega a la coyuntura favorable. Nunca se sabe, y además, si
ganan los del "Tea Party", un gobierno autoritario y al servicio
total de ellos, no sería visto como contraproducente en esta región del Caribe.
No hay que negar que otro de nuestros vecinos también puede ser
una fuente de constante inspiración para los que se han puesto como meta la
permanencia continuada en el poder. Más aún si uno –"pecadillos de
juventud"- se haya declarado marxista y lo tenga por escrito. Los Castro:
¡Qué tentación! ¡Nada menos que 51 años de poder ininterrumpido!
Además, sin tener a un partido opositor como el PRD incordiando,
sin sindicatos que estén pidiendo alzas de salarios, bajada de precios de la
gasolina, sin un PRSC que aporta pocos votos y exige demasiados puestos, casi
un puesto en el Estado por voto aportado. ¿Cómo no fascinarse, cómo no tener esa
que llaman algunos "tentación totalitaria" ante esa muestra de saber
permanecer en el poder?
Y por otra parte, allí, en Cuba, la Policía si funciona. No
suelen robar y persiguen a los delincuentes. Los militares están con el
régimen y no se dedican a actividades ilícitas y cuando lo hacen los juzgan,
los encarcelan e incluso los fusilan, aunque sean antiguos camaradas y
compañeros íntimos y de la misma procedencia social de los Castro, como
los hermanos de la Guardia.
Pero claro, seguir el camino cubano no es práctico. Está mal
visto. No lo recibirían en ciertos lugares de América y de Europa. La UE y
otros le negarían ayudas. Y además, ¿para qué sirve el poder, con todo el
desgate psíquico y físico que produce, si no se compensan tantos sacrificios con
varias decenas de millones de dólares y de euros en cuentas suizas, en bancos
americanos, españoles y franceses, en las islas inglesas de paraísos fiscales?
El modelo cubano no le sirve porque es válido para los que les
interesa el poder por el poder, o porque creen que con él realizan sus sueños
milenarios, porque se tiene devoción ideológica y nacionalista. Esas son cosa
propias de "iluminados" y de gallegos transterrados con espíritu
numantino y actitud tozuda. El poder está para lo que está, para gente de la
estirpe a la que me refiero: para satisfacción personal, para obtener estatus
social, para acumular riquezas, para ensalzar los egos y la vanidad personal. Y
también para dar parte del botín a los que se declaren de palabra y de hechos
seguidores incondicionales, fieles a seguir los caprichos, al menor
rugido del "León".
El Gran Corruptor (3/6)
No olvidemos otro modelo a tener en cuenta. El amigo venezolano.
Gracias a un tal Miguel que una vez se lo encontró semi perdido en Santo
Domingo y le hizo un recorrido turístico salpicado de disgregaciones
"marxistas-leninistas", Hugo, se hizo amigo del actual Embajador y
Secretario de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores, nombrado con el
fin de que haga "los mandados" con el ya Presidente Comandante.
Ha sido tan eficaz en esas labores que hasta un periodista
izquierdista, de esos "rockeros que nunca mueren", ha dicho
públicamente que hay que alabar todo lo que ha hecho Miguel por la izquierda
dominicana. Aunque sesudos investigadores siguen buscando que ha sido lo que ha
hecho por ella, además de, según otras fuentes, desprestigiarla más de lo que
está. Tarea, según otros, casi imposible.
Fuentes generalmente bien informadas –que no debo citar por
deontología profesional, algo que se practica cada vez menos por los
comunicadores en el régimen fernandista -, me dicen que una de las tareas
cumbres en las relaciones dominico-venezolanas durante los gobiernos de Leonel
Fernández fue cuando Carlos Dore se inventó y montó muy eficazmente, el llamado
"Diálogo Nacional" –que muchos mal intencionados, agregan que ha sido
un diálogo de sordos, por sus resultados a mediano y largo plazo.
Chávez se interesó por el mismo debido a que su puesta en
ejecución le proporcionó a Fernández un valioso respiro político en un momento
de muchos conflictos sociales en las calles dominicanas. El vivía allá una
situación parecida y quería ver si utilizando ese formato desinflaba las
protestas en Caracas. Presto, veloz y solidario, mi querido y entrañable amigo
Carlos Dore iba a ceder al gobierno venezolano el "know-how" del
Diálogo Nacional y se prestaban a enviar a Miguel a hablar con su
"panita" Chávez.
En eso surge uno de los sabios políticos del régimen de Leonel
Fernández, un ministro en ese momento todavía no era "ministro de
Estado" como lo sería posteriormente, y dice que de ceder gratuitamente el
"modelo del diálogo nacional", nada de nada. Que eso tenía un costo
financiero que había que rentabilizar. Y así se hizo.
Se le informó a Chávez que la metodología tenía un valor
económico. Quien esto escribe no sabe si el gobierno venezolano pagó o no por
eso, lo cierto es que, pasado el tiempo los conflictos allí siguen, y más aún
ahora que se acercan las elecciones.
La cuestión a reflexionar es: ¿Cuál es el acendrado interés que
tiene Chávez en que Leonel Fernández siga en el poder en Santo Domingo? Nos
entrega petróleo a precio político, por debajo de los precios del mercado. Cosa
que se le han agradecido todos los gobernantes dominicanos, sea Hipólito Mejía
sea Leonel Fernández. Ya tienen la propiedad de la Refinería. Existen en el
país varios grupos pro la Revolución Bolivariana que propagan la bondad de su
liderazgo, y ni el PLD ni el PRD, fomentan ni estimulan movimiento alguno
activo contra el chavismo.
Sin embargo, Chávez se ciega con Fernández. Parece un
"amour fou" inexplicable. Creo que nadie en el mundo ha tenido la
osadía de proclamar y alabar como lo ha hecho Chávez a Leonel Fernández
diciendo que es el continuador de Tavarez Justo, de Caamaño y de todo lo
digno y decente que existe en nuestra historia patria.
De manera que, si se sigue un pensamiento lógico, uno no
sabe ya si Leonel es un seguidor de Chávez o Chávez un seguidor de Leonel. Si
ambos son iguales, aunque con estilos diferentes, o simplemente se trata de que
Chávez esté mal informado, debido a que sus servicios de Inteligencia política
están analizando pesimamente los datos sobre la situación dominicana. O
existen intereses de otro tipo que son un arcano. En todo caso, las relaciones
privilegiadas Hugo Chávez –Leonel Fernández, siguen siendo el secreto mejor
guardado del Caribe.
No sería desdeñable que en vez de estar haciendo actos para
enaltecer una de las raíces étnicas dominicanas, que son al menos de tres
árboles diferentes y no de uno sólo, como cualquiera sabe, ciertos grupos pro
chavistas se dedicaran si no a criticar al Comandante Presidente –cosa
impensable en nuestra cultura política de lealtad a toda prueba a aquél
que se erija en nuestro promotor o "sponsor"-, al menos, a informar
al Embajador venezolano aquí, y a sus patrocinadores allá en Caracas, que el
pueblo dominicano está un poco harto de que se inmiscuyan en su soberanía,
aunque esta vez no sea el imperialismo yanqui quien lo haga.
Hay que fortalecer aún más las relaciones dominico-venezolanas,
pero si el gobierno venezolano quiere cooperar con el pueblo dominicano debe
invertir sus fondos en ayuda al desarrollo gestionada por una entidad
independiente del Gobierno de Leonel Fernández y no dedicarse a subvencionar,
presuntamente, la continuidad en el poder de un aliado a todas luces tímido,
inestable y cambiante, como se ha demostrado en muchas ocasiones. Pero así como
el sueño de la razón produce monstruos, los sueños del irracionalismo producen
saltimbanquis políticos de actos impredecibles a la luz de la lógica.
Más le valiera a Chávez fortalecer las relaciones con el PRD,
con Alianza País y con otros partidos serios, y viceversa, para asegurarse unas
relaciones entre Estados sin traumas y que siga una continuidad sin
sobresaltos entre los Estados venezolano y dominicano, sean cuales sean
sus respectivos presidentes. Porque RD y Venezuela se necesitan mutuamente y
está en nuestra tradición política mantener una relación cordial con el gran
vecino sudamericano.
El Gran Corruptor (4/6)
¿Hay otros modelos de continuidad y de permanencia en el poder
que puedan haber suscitado el interés del pragmático presidente dominicano
además de los señalados?
No tengo ninguna certeza pero otro amigo viejo, Pablo Mariñez,
flamante embajador de la República durante el reinado de Fernández, por muchos
años en México y ahora en Chile, un seguidor de Bosch de larga data desde sus
años en Madrid, donde a través de él proporcioné a don Juan algunos libros de
Marx y Lenin (en esos momentos de difícil localización en España durante el
franquismo), que le sirvieron como fuente bibliográfica, entre otras muchas,
para la redacción de los libros que Bosch escribía en Benidorm. Seguro que
Mariñez le habrá informado a Leonel Fernández sobre las características de la
bien llamada por Vargas Llosa " dictadura perfecta" del PRI.
Ese modelo fue complejo y fue evolucionando pero se basaba en la
continuidad en el poder del PRI con la fórmula (que es rechazable para
Fernández, sin ninguna duda), de que los presidentes no repiten y tienen un
mandato de cinco años. La continuidad no está en el hombre está en el partido
en el poder. En terminología de Gramsci, el "principe moderno" en
México era el partido, el PRI, no el presidente de la República.
Para un cesarista como el presidente dominicano ese modelo no le
conviene. En el esquema de Fernández el partido es él, el Príncipe, es él. El
partido en su concepción profunda es un instrumento para ser usado y utilizado
a conveniencia. Si no que le pregunten, en la intimidad y sin micrófonos, a
Danilo Medina, que ha tenido que pagar y sigue pagando la osadía de retarle el
puesto de candidato a Presidente y de líder del partido.
Si se hubiera seguido la fórmula del PRI quizás el PLD estuviera
más tiempo en el poder del que los dominicanos nos merecemos, pero gracias a
Dios, esto no entra en la obsesión política patológica por el poder de
Fernández. Su lema político es "yo o el diluvio", "yo o el
caos", "yo o que se hunda la isla".
Sería una gran injusticia negar que Leonel Fernández haya tenido
la inteligencia política de renunciar a la herencia trujillista de la
eliminación física de los opositores irreductibles. Trujillo, es sabido, tenía
dos obsesiones, captar y nombrar a personas de cierta valía en los puestos
públicos para de esa manera ganarse su lealtad política, y eliminar a través
del asesinato a los que se resistían a servirle.
Balaguer fue en cierto modo más "populista" o
populachero en materia de nombramientos. Obligado a ganar votos, aunque en
última instancia necesitase el uso del fraude electoral para imponerse, las más
de las veces, no se limitó al nombramiento de notables y personas de valía en
los puestos públicos, ya que habiendo la posibilidad de ejercer una oposición
–aunque en ciertos periodos con muchas limitaciones-, y estando la "clase
política" dividida, tenía menos libertad de movimientos en materia de
nombramientos, es decir, necesitaba "agentes electorales" venidos de
sitios muy diversos y de diferente catadura.
Además, Balaguer servía a la clase dominante pero, a la vez, era
característico de él, tener un cierto desprecio muy pequeño burgués, por la
tradicional oligarquía dominicana y por los notables. Y junto a su casi
incondicional política de servir a sus intereses se manifestaban sus rabietas
de hijo de "clases subalternas", con sus expresiones del tipo:
"Esta gente es insaciable, lo quieren todo".
Si
se hubiera seguido la fórmula del PRI quizás el PLD estuviera más tiempo en el
poder del que los dominicanos nos merecemos, pero gracias a Dios, esto no entra
en la obsesión política patológica por el poder de Fernández. Su lema
político es "yo o el diluvio", "yo o el caos", "yo o
que se hunda la isla"
Rabietas que no tenían ninguna expresión política relevante,
aunque es justo decir, que en muchas ocasiones ejerció un "bonapartismo
político", que lo hacía creerse autónomo de los detentadores del poder
económico. Y claro, cuando era necesario, se acudía al asesinato político
selectivo, que sumando muertos alcanzó una cifra elevada. Fue nuestro versión
criolla de Thiers post Comuna de París en la coyuntura post revolución de
abril.
Balaguer captó para el Estado a parte de los notables
conservadores, a algunos técnicos y políticos gestores de calidad, pero infló
el aparato burocrático del Estado con una pléyade de inutilidades a todos los
niveles, a los que, además, les pagaba una miseria en relación con el coste de
la vida. Famosa es su frase que no necesitaba subir los sueldos de los
servidores públicos "porque ellos saben cómo defenderse".
Una proclamación de su idea de un estado poco gastador,
junto a una indiferencia absoluta y dejación de su responsabilidad como jefe de
estado. Control del gasto y del déficit, por un lado, aunque era
manifiesta su política de "dejar hacer" en materia de todo tipo de
corrupciones: comisiones por obras, contratos a dedo, sobornos a cambio de
resolución de gestiones administrativas, tráfico de influencia, robo de bienes
públicos, etc. etc. Todo esto se ha copiado y magnificado durante los años de
los gobiernos del señor Fernández.
Cuando Leonel Fernández habla de modernización administrativa,
sus palabras son sensatas y certeras, cualquier técnico de organismo
internacional la puede hacer suyas, repite, con su estilo, lo que se dice en el
Banco Mundial, en la ONU, en la UE, en la OEA, lo que querría el Departamento
de Estado. Buenas palabras no le faltan. También aquí no le tiembla al pulso al
firmar leyes de carrera administrativa, de modernización y transparencia de la
gestión pública, de persecución de la corrupción.
Sus actos, empero, son una continuidad de las peores prácticas
del pasado, pero con un "aggiornamiento", una puesta al día porque
los tiempos han cambiado. El gran mérito de Fernández ha sido decir: no se mata
a ningún político opositor, mejor que eso, se le compra. Ya lo dijo el general
Porfirio Díaz: No hay nadie que no sucumba a un cañonazo de un millón de
pesos... o de diez.
Quizás no sabremos nunca si Leonel tiene como Balaguer un sueño
de Gobierno que tuvo cuando niño, pero lo que si sabemos, es que en casi doce
años de Gobierno ha tenido tiempo para realizar bastante de sus sueños. El
balance de su gestión parece que se puede saldar con un notable o aprobado alto
en materia financiera según todos sus apologetas.
La moneda dominicana no se ha derrumbado, todavía. Las macro
magnitudes económicas crecen, y no todo ello es consecuencia del lavado de
activos de procedencia dudosa, sino de la inversión directa en el país. Tanto
es así que en un "delirium tremens" de fernandismo un seguidor ciego
nos decía que todas esas inversiones se la debíamos a los viajes del Presidente
y que era una mezquindad decir que esos viajes eran onerosos. Gracias a ellos
teníamos tantas inversiones extranjeras directas.
Me contaron que un humorista político, al estilo de Álvarez
Guedes, al oír ese comentario dijo: Chico, los dominicanos van a patentar el
mejor invento de promoción de las inversiones extranjeras que se ha conocido,
van a tener un Presidente volante que estará 365 días viajando por el mundo
para obtener inversiones directas. El interlocutor le replico que eso era
disparatado, además de muy caro, y el humorista le contestó: Que va, el gasto
es una nadería, un séquito de 30 o 40 personas, aviones privados, suites como
las del Ritz en Madrid o el Plaza en Nueva York, unas pequeñas compras en Dior,
Vuitton, Armani, ¿qué es eso ante los miles de millones de dólares en
inversiones que se esperan?
Y además, como el Presidente Dominicano es el eje de la economía
y las finanzas, se suprimirían todos los entes económicos del gobierno, salvo
un grupo de gestores en el ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo
(ates Técnico de la Presidencia). Si el Presidente es todo en materia
económica, los ministerios económicos sobran. Chico, le darán el Premio Nobel
de economía. Han descubierto la clave de bóveda del crecimiento
sostenido...desde un avión ¡Qué grandes son esos dominicanos!
La ficción, a veces, se queda pálida ante la realidad, de la
misma manera que la naturaleza suele imitar al arte.
El Gran Corruptor (5/6)
El "modelo" puesto en marcha por Fernández en la
gestión estatal ha sido llevar hasta sus últimas consecuencias el clientelismo.
En la primera legislatura se acusó al PLD y a su líder de ser unos
"comesolos". A partir de esa experiencia se aprendió rápido y se rectificó
en el sentido siguiente: nosotros comemos más y mejor, pero damos de comer a
todos los que quieran o a todos los que nos interese.
La contrapartida es ponerse al servicio del Presidente, abjurar
del PRD, ya que siendo este el único partido que en la realidad actual puede
desplazar a Leonel Fernández, la consigna es tratar de quitarle todos sus
activos políticos, y tratar de que en la masa de pequeñas notabilidades, más o
menos izquierdistas, centristas y conservadoras, no puedan pescar, no
logren conseguir seguidores o aliados, los perredeístas.
Es cierto que la alianza con el PRSC es muy cara. Estos
políticos no se andan con remilgos de ningún tipo, cuanto me das si te apoyo.
Nada de disquisiciones ni de palabras para encubrir la realidad. Queremos
puestos, bien pagados, con mucha gente para poder nombrar, presupuesto para
poder repartir hacia abajo y hacia arriba, y manos libres para hacer política.
Es decir, comprar votos. Con ellos las reglas de juego son prístinas.
Más difíciles son las relaciones y las adquisiciones de personal
de izquierda en sentido super amplio, es decir, desde aquél que "hubo una
vez" que militó, simpatizó, cooperó, o tuvo alguna veleidad en un partido,
movimiento, comité, asociación, centro, etc. que se tachara de izquierda.
A éstos se les contacta con una persona de su misma procedencia política y no
se les habla directamente de cargos sino de la gran ayuda que puede prestar en
el proceso de modernizar, gestionar, hacer más transparente o más ética y
eficaz la administración.
Una vez así ablandado se le habla del gran papel que puede jugar
como director de, subdirector de más allá, asesor, e incluso de consultor
nacional, internacional, lo que quieras...Como el Mercado de trabajo es
reducido fuera del estado y estar sin ingresos fijos desgasta mucho. Ante
la falta de perspectivas, acceden a cooperar: "Eso si, como
técnicos..."
La consecuencia ya se sabe, es la llamada "revolución
pasiva", no criticamos al poder, no escribimos contra el poder, no
opinamos en público contra el poder...pero eso si, en el fuero interno:
"Seguimos pensando lo mismo que antes" (¡sic!). Claro que eran los
mismos que antes hablaban de la unidad dialéctica entre teoría y praxis y etc.
etc. Si un pato nada como un pato, vuela como un pato, y croa como un
pato, es muy difícil creerse que es, digamos, un águila, aunque se obstine en
querer demostrar que si lo es.
Derecha, izquierda y villega y todo el que llega o quiera...o
casi, es objeto de una operación de compra-venta. Esa es la política de
reclutamiento del gobierno dominicano bajo Leonel Fernández. Y ello
provoca un crecimiento desmedido del gasto público, un aumento del déficit, un
alza del endeudamiento. Pero como la política entendida como politiquería de
búsqueda de beneficios personales y grupales es lo primero, lo esencial
para ello es mantener el poder, mantenerse en el poder, y después ya
veremos cómo se va arreglando la economía.
En definitiva se gobierna por y para un tercio más o menos de la
población, el resto, las clases peligrosas, la subclase, los depauperados, no
interesan. Para ellos se montan comedores gratis, se les reparten alimentos
básicos, se les da funditas, se le pone un sobre con varios cientos o miles de
pesos en la mano y mañana ya se verá. Y si se rebelan, palo con ellos, o algo peor.
Ya lo dijo aquél sabio chino, al pueblo hay que mantenerlo en la ignorancia y
si trata de rebelarse garrote, esa es la regla de oro del arte de gobernar, de
algunos.
Un fenómeno que no por sabido debe omitirse de cualquier
análisis es la generosidad inmensa, saudita se podría decir, del Presidente. Si
algo ha demostrado es que no peca por modestia. Le gustan las grandes obras. En
materia de construcción, metro, paso a niveles, túneles. Nada de acueductos
para puebluchos que nadie admira, nada de asfaltado de calles llenas de barro
en barrios y pueblos que nadie visita, nada de construir miles y miles de
modestas viviendas que hagan la vida menos penosa, por no decir, digna.
Eso no es propio de quien aspira a la gloria perpetua y, además, y esto puede ser
lo más importante, tampoco las pequeñas obras permiten una gestión más fluida
de los activos y de las comisiones. La cantidad de dinero invertido y las
comisiones son menos golosas. La gloria sí, pero a través de la
"pasta".
El tiburón se moja pero salpica. ¡Y cómo!... La selección de los
agraciados del régimen es amplia a derecha e izquierda. Hay familias muy de
clase media tirando a baja que se han encumbrado en estos casi doce años de
festival y despilfarro del dinero público. No es solo que hayan mejorado en
función de su trabajo, ahorro e inversión inteligente, es que se han colocado
en posiciones imposibles de lograr mediante tales vías como profesionales
honrados en tan poco espacio de tiempo.
Simplemente debemos reconocer, con modestia y admiración, que el
fernandismo ha parido centenares o millares de magos de las finanzas.
Individuos y familias enteras que harían la envidia de muchos corredores de
bolsa de Wall Street y del mismo Warren Buffet. Y todo eso gracias a una
actitud: la adhesión sin reservas al gran timonel. Un gran mérito, sin duda,
para enriquecerse al vapor.
Alguien
me sacaba las cuentas de una familia ni rica ni pobre, más bien acomodada, que
ahora ha colocado a toda la familia en el Estado: La madre, pongamos por caso,
es una comunicadora muy conocida por sus criticas acidas a los gobiernos y que
como consecuencia de ello recibe numerosos anuncios del estado y de agencias
públicas, ello permite unas sumas elevadas de ingresos. Pero la cosa no se
queda aquí.
El marido es un altísimo cargo, uno de los 28 viceministros de
un ministerio cualquiera, la hija está destinada en una embajada con ingresos
muy altos, admitamos que tanto como su coeficiente intelectual, lo que ocurre
es que compatibiliza ese trabajo con sus servicios pagados a grupos económicos
exportadores y a otros negociantes, otro miembro de la familia recibe en su
empresa pedidos del gobierno sin concursos previos, es decir, a dedo, etc. etc.
¿Excepción o regla? Ese es el lugar común de muchas familias en
el poder del fernandismo. El estado convertido en un medio de acumulación de
riquezas. Por tanto en República Dominicana es más rentable ser político que
ser empresario. Pero como la apropiación de los bienes y recursos financieros
del estado no crean riqueza y ser empresario deja de ser un oficio rentable y
los emprendedores no tienen muchas perspectivas, salvo que se enrolen a la
maquinaria estatal, vamos rumbo al abismo.
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