domingo, 6 de septiembre de 2015

Leonor de Aquitania, la Primera Reina “Feminista” de la Historia

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Portada-Leonor de Aquitania, detalle de la Vidriera de la Crucifixión de la Catedral de Poitiers, siglo XII (Foto: Danielclauzier CC-BY-SA 3.0)

Leonor de Aquitania, la Primera Reina “Feminista” de la Historia

Leonor de Aquitania continúa siendo una mujer incapaz de pasar desapercibida. La noble Duquesa, reina de Francia e Inglaterra y madre de diez hijos entre los que se contaba Ricardo Corazón de León, luchó por su dignidad, sus intereses y los de sus descendientes, llegando a sufrir reclusión ordenada por su segundo marido.
Mucho se ha escrito sobre esta longeva mujer y no siempre de forma amable. Durante siglos se ha construido una leyenda negra en torno suyo. Tal vez por haber sido una mujer poderosa. Quizá por su gran personalidad y belleza. Acaso por su increíble preparación cultural o por su pasión hacia  los trovadores. Una leyenda negra difundida por monjes, frailes e historiadores que no veían con buenos ojos a esta mujer transgresora,  fascinante y rebelde. Una mujer a la que resulta imposible separar de la leyenda porque sólo la conocemos, precisamente, a través de ésta. 
Leonor de Aquitania: la dama que rompió la unidad de Francia. Una reina a la que bastantes historiadores califican como “una de las primeras feministas de la historia” y que constituye el mejor ejemplo del gran poder ejercido por determinadas mujeres durante la Edad Media… Aunque la creencia popular defienda, justamente, lo contrario.
INFANCIA, PRIMER MATRIMONIO Y REINADO FRANCÉS
Leonor de Aquitania nació en Poitiers y pese a su importancia histórica, continuamos desconociendo a día de hoy la fecha exacta de su nacimiento. Algunos autores afirman que nació en 1122, mientras que otros aseguran que fue en1124. En todo caso, lo que sí sabemos es que fue la primogénita del matrimonio formado por Leonor de Chatellerault y  Guillermo X, Duque de Aquitania. Como primogénita, Leonor heredaría el ducado a la muerte de su padre, así que la educaron como a cualquier otro varón: aleccionándola en las artes de la lectura, escritura, caza, cetrería y estrategia militar. Además, el Duque dispuso que sus bienes, títulos y posesiones sólo pudiesen ser  legados a sus descendientes directos y nunca pasasen a manos de futuros consortes.
El Palacio de Poitiers, probable lugar de nacimiento de Leonor de Aquitania (Wikimedia Commons)
El Palacio de Poitiers, probable lugar de nacimiento de Leonor de Aquitania (Wikimedia Commons)
Guillermo X falleció en el año 1137 mientras participaba en una peregrinación a Santiago de Compostela. Leonor, que contaba con tan sólo 13 o 15 años, se convirtió  en la heredera del condado de Poitiers y del Ducado de Aquitania y Gascuña: un territorio vastísimo que se extendía desde el Loira hasta los Pirineos y que era mayor que el reducido reino de Francia gobernado por la dinastía capeta. En cuanto el rey francés, Luis VI “el gordo”, se enteró de la muerte del Duque Guillermo, se apresuró a pactar el matrimonio de su hijo Luis, de 16 años, con Leonor.
Se casaron en Burdeos, el 4 de julio de 1137. El rey capeto murió poco después convirtiéndose así su hijo y Leonor en reyes de Francia. Ocho años más tarde, nacería su primera hija: María, futura Condesa de Champaña.
Nada más  llegar a su nuevo hogar, Leonor descubrió un  mundo diametralmente opuesto al que conocía. La joven se topó con una corte parisina austera, fría, sin los trovadores que tanto le gustaban y sin la poesía caballeresca que la apasionaba. Leonor, que era nieta del gran trovador Guillermo de Aquitania, a quien se atribuyen los versos más antiguos encontrados en Francia escritos en occitano, intentó convertirla en una corte más acogedora y alegre, haciendo llamar a juglares, lo que fue tomado por muchos cortesanos como una clara ofensa.
Boda de Leonor de Aquitania y Luis VII de Francia. (Wikimedia Commons)
Boda de Leonor de Aquitania y Luis VII de Francia. Ilustración del Manuscrito Grandes Croniques de France, Douce 217 (Public Domain)
El matrimonio entró en crisis muy pronto al apoyar Leonor el matrimonio ilegítimo de su hermana Petronila con el Conde Raúl I de Vermandois, mientras que el rey enviaba a su hermano Roberto a invadir Vermandois en castigo por la bigamia del conde. Además, su comportamiento liberal comenzaba a ser duramente criticado por la curia eclesiástica y por su propia suegra, Adela de Saboya. Sin embargo, nada de esto importaba a Luis, que estaba locamente enamorado de ella. Finalmente, Leonor y su esposo lograron la legitimación y aceptación del nuevo matrimonio.
En el año 1147 el rey Luis VII decidió incorporarse a la segunda Cruzada. La reina Leonor, decidió acompañar a su esposo, lo que no agradó al soberano. Sin embargo, Leonor insistió en partir con el resto de señores feudales en calidad de Duquesa de Aquitania y como mayor feudataria de Francia, hecho que animó a muchas damas de la corte a unirse a sus maridos. Son varios los cronistas que  llegan a asegurar que la reina participó en la contienda, montando su caballo como cualquier otro varón. Esta fue la excusa perfecta para culpar a las mujeres del desastre de la segunda cruzada: un ejército acompañado de mujeres no podía tener el beneplácito divino y así se demostró con la derrota cristiana.
Los comandantes cristianos de la Segunda Cruzada: Conrado III de Alemania, el marido de Leonor, Luis VII de Francia (en el centro) y Balduino III de Jerusalén (Public Domain)
Los comandantes cristianos de la Segunda Cruzada: Conrado III de Alemania, el marido de Leonor, Luis VII de Francia (en el centro) y Balduino III de Jerusalén (Public Domain)
Tras la Cruzada se desplazaron a Antioquia, donde Leonor fue acusada de mantener relaciones con uno de sus tíos, Raimundo de Poitiers, Príncipe de la ciudad, provocando un nuevo alejamiento del matrimonio, aunque finalmente Luis obligó a su mujer a regresar con él a la fuerza. En su camino hacia Francia se detuvieron en Roma, donde el Papa trató de reconciliar a la pareja. Fruto de dicha gestión papal fue el nuevo embarazo de Leonor. En 1151,nació la segunda hija del matrimonio: la princesa Alix, futura Condesa de Blois. Una nueva hija que provocó otra profunda decepción en el monarca. El 21 de marzo del año 1152 consiguieron la anulación de su boda, basándose en la excusa de consanguinidad en cuatro grado. El precio que puso Leonor a esta separación fue la conservación de sus dominios.
Leonor de Aquitania, además de por su extensa cultura y su fuerte personalidad fue también famosa por su gran belleza. Ilustración del libro Biographical Sketches of the Queens of England – Esbozos Biográficos de las Reinas de Inglaterra (Public Domain)
Leonor de Aquitania, además de por su extensa cultura y su fuerte personalidad fue también famosa por su gran belleza. Ilustración del libro Biographical Sketches of the Queens of England – Esbozos Biográficos de las Reinas de Inglaterra (Public Domain)
SEGUNDO MATRIMONIO Y REINADO INGLÉS
Unos meses después volvió a desposarse. En esta ocasión lo hizo el 18 de mayo de 1152, también en Burdeos, con Enrique Plantagenet, diez años menor que Leonor. Enrique era Conde de Anjou, Duque de Normandía y pronto sería coronado Rey de Inglaterra. Juntos crearon el  Imperio Angevino: un territorio que se extendía desde Escocia a los Pirineos y que suponía un gran reto para el rey de Francia y anterior marido de Leonor. A la amenaza territorial, Luis tuvo que añadir el hecho de que Leonor y Enrique tuvieron ocho hijos, la mayoría varones, afianzando la dinastía de los Plantagenet. Hijos entre los que se contaban los famosos Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra.
Estirpe de Enrique II Plantagenet y Leonor de Aquitania, ilustración del Manuscrito Real 14 B VI, Biblioteca Británica (Public Domain)
Estirpe de Enrique II Plantagenet y Leonor de Aquitania, ilustración del Manuscrito Real 14 B VI, Biblioteca Británica (Public Domain)
Sin embargo este matrimonio tampoco fue feliz. Sus desencuentros culminaron en la aventura amorosa de su marido con Rosamunda Clifford, amante que mantendría hasta su muerte. Leonor, que no aceptaba ser la segunda, decidió pasar largas temporadas fuera de Inglaterra, cuidando de sus posesiones.
La Reina de Aquitania y Rosamund Clifford, pintado por Evelyn Morgan en 1905 (Wikimedia Commons)
La Reina de Aquitania y Rosamund Clifford, pintado por Evelyn Morgan en 1905 (Wikimedia Commons)
En 1170, Leonor indujo a su marido a entregar a su hijo, Ricardo Corazón de León, los dominios de Gascuña, Aquitania y Poitou. Mientras tanto contactó con su primer marido, Luis VII, para que apoyase la rebelión que había planeado de sus hijos contra su padre, Enrique de Inglaterra. La lucha implicó largos años de conflicto, sin embargo el rey inglés logró finalmente reprimir la rebelión. Enrique fue benevolente con sus hijos y aliados pero no con Leonor : fue acusada de traición y encarcelada durante más de quince años. Años en los que vio a su marido luciendo a su amante Rosamunda como si fuera la legítima reina. Leonor no fue liberada hasta la muerte de Enrique y la coronación de su hijo Ricardo como nuevo monarca.
Recuperada la libertad y con más de 60 años de edad, Leonor por vez primera, reinará de verdad al convertirse en regente de los dominios angevinos durante las ausencias de su hijo Ricardo. Como reina madre tuvo que regir el destino de sus territorios manteniendo a raya posibles rebeliones de nobles rebeldes y el levantamiento de su otro hijo, Juan Sin Tierra.
Ricardo Corazón de León, sin duda el hijo más famoso de Leonor de Aquitania. Cuadro de Merry-Joseph Blondel pintado en 1841 (Public Domain)
Ricardo Corazón de León, sin duda el hijo más famoso de Leonor de Aquitania. Cuadro de Merry-Joseph Blondel pintado en 1841 (Public Domain)
Tras la Tercera Cruzada y el regreso del Rey Ricardo, Leonor se retiró a la Abadía de Fontevraud. La muerte de Ricardo la hizo abandonar su retiro hasta conseguir la coronación de su hijo, Juan sin Tierra, relegando a su nieto, el Duque Arturo I de Bretaña.
En el año 1200, cuando casi contaba 80 años, llevó a cabo su última gran misión al viajar hasta Castilla para escoger entre sus nietas, infantas de Castilla -hijas de su hija Leonor y de Alfonso VII de Castilla-, a la que se convertiría en esposa del futuro Luis VIII. La elegida fue Blanca, una de las reinas de Francia más célebres.
Dos años después, Leonor de Aquitania murió en la Abadía de Fontevraud el 1 de abril de 1204, un lugar que era el panteón familiar de los Plantagenet y sobre el que Leonor, desde muchos años antes, había mostrado un interés especial ya que en él reposaban los restos de su esposo Enrique II, su hijo Ricardo y su hija Juana. El mismo lugar en el que la brava Leonor de Aquitania descansa eternamente desde entonces.
Detalle de la escultura de la tumba de Leonor de Aquitania en la Abadía de Fontevrault (Foto: Adam Bishop CC-BY-SA 3.0)
Detalle de la escultura de la tumba de Leonor de Aquitania en la Abadía de Fontevrault (Foto: Adam Bishop CC-BY-SA 3.0)
Imagen de portada: Leonor de Aquitania, detalle de la Vidriera de la Crucifixión de la Catedral de Poitiers, siglo XII (Foto: Danielclauzier CC-BY-SA 3.0)
Autor: Mariló T.A.

Fuentes:
Flori, J. (2005[2004]): Leonor de Aquitania. La reina rebelde. Edhasa.
Piquer Otero, A. (1999): Leonor de Aquitania. Alderabán Ediciones, S.L.
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