Cartas inéditas revelan el lado emocional de Charles Darwin
Última actualización: Miércoles, 27 de marzo de 2013
La pena de ver a su hijo destruido tras la muerte de su nuera y la comparación de su teoría de la evolución con "la confesión de un asesinato" son algunas de las joyas que se pueden encontrar en una colección de cartas inéditas escritas de puño y letra por Charles Darwin.
La colección de más de 1.400 cartas pronto estará disponible online, publicadas por el Proyecto de Correspondencia de Darwin de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.
Éstas tienen un alto contenido emocional y están dirigidas a su mejor amigo, el botánico Joseph Hooker.
De las muchas cartas que Darwin escribió y recibió en su vida, algunas de las más importantes precisamente forman parte de la correspondencia con Hooker durante 40 años.
Aparte del seguimiento del desarrollo de las ideas científicas de Darwin, las misivas dan una visión íntima de una amistad victoriana.
Tinte personal
Lo que más llama la atención de los documentos es el tinte personal que contienen.
En una conmovedora carta, escrita en 1876, Darwin escribió sobre la muerte en el parto de la esposa de su hijo Francis.
"La pobre Amy tuvo convulsiones severas debido a una falla en sus riñones. Después de las convulsiones se dejó caer en un sopor del que nunca se recuperó", escribe.
"Es un consuelo inefable el que no haya sufrido ni sabido que se iba para siempre del lado de su amado esposo. Ha sido un golpe más amargo para todos nosotros".
Unos años antes, Hooker le había escrito sobre la muerte de su propia hija, dirigiéndose a él como "Querido viejo Darwin", y diciendo: "Acaban de enterrar a mi niñita querida y vi tu nota".
Darwin recuerda los sentimientos de su amigo a partir de su dolor compartido.
"Te agradezco tu amable y sentida carta. Cuando te escribí desde Glasgow (carta que entiendo llegó demasiado tarde) no había olvidado tu antiguo dolor, pero no quise referirme a él ya que sabía que no sería bueno de mi parte hacerte revivir estos antiguos sentimientos, pero no me pude resistir a escribirte".
La misiva también revela la cercanía de los lazos familiares de Darwin, en particular su preocupación por su hijo.
"Nunca he visto a nadie sufrir tanto como el pobre Frank. Él ha ido al norte de Gales para enterrar el cuerpo en una pequeña iglesia entre las montañas (...) Me alegro de saber que él está decidido a hacer un esfuerzo y mantenerse trabajando ¿Hasta dónde será capaz de mantener esta sabia resolución? No lo sé".
Ventana íntima
Darwin y Hooker se conocieron en su juventud, después de que ambos viajaron extensamente como botánicos: Darwin a las Islas Galápagos a bordo del Beagle, Hooker a la Antártica.
Luego siguieron carreras científicas muy diferentes. Hooker se convirtió en el director del Real Jardín Botánico de Kew Gardens –al sur de Londres-, mientras que Darwin desarrolló sus ideas sobre la evolución por selección natural que resultaron completamente innovadoras.
Los dos hombres se veían de vez en cuando, pero su amistad floreció principalmente por correspondencia. Según Paul White, editor e investigador asociado en el Proyecto de Correspondencia Darwin, las cartas ofrecen una ventana íntima a la vida emocional de Darwin.
"Es un maravilloso conjunto de documentos no sólo sobre la ciencia victoriana sino sobre los vínculos sociales que se podrían haber forjado en la correspondencia, y los lazos emocionales que pudieran derivarse entre dos hombres", dice White.
Darwin también usa a Hooker como caja de resonancia de sus ideas científicas. Debido a su posición en Kew Gardens, Hooker lo puso en contacto con una amplia red de contactos científicos.
Esto fue vital para Darwin. "Fue muy importante, porque había decidido vivir una vida bastante solitaria. Él no tenía una posición institucional, por lo que Darwin utilizó las cartas más que la mayoría de la gente de su época, como una ventana al mundo", comenta White.
Fue con Hooker el primero con quien Darwin compartió sus ideas radicales sobre la evolución. Según White, el hecho de que confiara 100% en Hooker como para confiarle esta información, que había mantenido privado durante varios años, fue una señal de lo cercanos que se habían convertido.
Aun así, la comunicación de sus pensamientos no estuvo exenta de temor.
"Por fin vinieron los destellos de luz y estoy casi convencido (contrariamente a mi opinión inicial) que las especies no son (esto es como confesar un asesinato) inmutables", escribe.
Está claro que Darwin estaba consciente de la naturaleza revolucionaria de sus ideas. Y Hooker argumentó con fuerza a favor de su amigo en el debate religioso que siguió. Gran parte del debate se llevó a cabo a través de cartas, con Darwin respondiéndole personalmente a muchos de sus críticos.
White sugiere que las cartas ayudan a "dar una imagen diferente de Darwin y la actividad científica, al mostrar que esta está en colaboración y no divorciada de la vida privada".
Esto se debió, en parte, a las personalidades bastante distintas de ambos hombres, dice White.
"Hooker parece bastante irascible, él se muestra mal genio y chismoso, y a Darwin realmente le encantó eso -no era una cualidad que se expresara en sus cartas. Él era más reservado, actuaba con formalidad y cortesía. Pero probablemente fue gracias a esto que expresó cosas que no habría expresado de otra manera".
Es esta apertura, en conjunto a la luz que arrojan sobre la obra de Darwin, lo que hace estas cartas tan fascinantes.
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