martes, 10 de abril de 2012

Túnez: Una historia colonial desconocida


Túnez: Una historia colonial desconocida

El reino tunecino llegó hasta la mitad del siglo XIX, y por el Tratado del Bardo en 1881 pasó a ser protectorado de Francialogotipo de webislam

14/11/2010 - Autor: Roberto Correa Wilson - Fuente: Prensa Latina
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Túnez es el más septentrional de los países africanos y a pesar de tener una historia milenaria se conoce poco internacionalmente. (Foto: viajesytu
Túnez es el más septentrional de los países africanos y a pesar de tener una historia milenaria se conoce poco internacionalmente. (Foto: viajesytu
Entre Libia por el sur, Argelia al oeste y el mar Mediterráneo en el norte y este se encuentra Túnez, el más septentrional de los países africanos, que a pesar de tener una historia milenaria se conoce poco internacionalmente.
Cortado por tres grandes entrantes marinos a lo largo de la costa oriental -los golfos de Túnez, Hammamet y de Gabes-, se delimita la estrecha península que culmina en el cabo Bon y más al sur la amplia región del Sahel.
Sahel es el nombre recibido también por el territorio al norte del gran desierto del Sahara, integrado por varias naciones norafricanas; asimismo las cadenas montañosas del Atlas están presentes en Túnez, aunque sus elevaciones son menores que las de Argelia y Marruecos.
Ese territorio fue habitado en un principio por los bereberes, grupo étnico de las montañas del norte de Africa y los fenicios originarios del Cercano Oriente, que se establecieron en el litoral mediterráneo siglos antes de nuestra era (a.n.e.).
Hacia el año 146 a.n.e. cayó en poder de Cartago, ciudad fundada por los fenicios junto a Túnez y pasó al dominio de Roma después de la Tercera Guerra Púnica (contiendas entre Roma y Cartago).
Este país norafricano fue el núcleo principal romano en esa región con el nombre de Africa Proconsular.
Luego resultó centro del reino vándalo africano entre 450 y 533, y además fue conquistado por los bizantinos en el siglo VI; durante el siglo VII pasó al poder de los árabes en su avance por el norte del continente, región en la que ejercieron una influencia determinante.
La llegada de los árabes significó un momento importante para el destino futuro de la nación con la introducción del Islam que hasta el presente es la religión del Estado; en esa época se fundó Kairuam, una de las ciudades más importantes del mundo musulmán durante muchos años.
Siguieron siglos de una real turbulencia política, caracterizados por el establecimiento de diversas dinastías que se enfrentaban entre sí, constitución de reinos y conquista de diversas naciones. Debido a su estratégica posición geográfica, Túnez era un lugar apetecido por los poderes dominantes del área.
En 1236 el país recobró su independencia, pero décadas más tarde se organizó una Cruzada contra él, y después fue conquistado para el imperio turco por Khain Eddir, el llamado Barbarroja, tras un período de vasallaje al servicio español y varias invasiones de Madrid al territorio.
Presencia de Francia
En aquellos siglos y hasta la conquista francesa de Argelia en 1830, la piratería constituía el principal recurso de Túnez.
El reino tunecino llegó hasta la mitad del siglo XIX, y por el Tratado del Bardo en 1881 pasó a ser protectorado de Francia. El protectorado fue un recurso utilizado por las metrópolis europeas en Africa para asegurar el dominio sobre el país al cual pretendía resguardar, y en la casi totalidad de los casos sin ser solicitado por los nativos; también garantizaba la segura explotación de los recursos naturales.
Túnez fue regido por un bey (comandante supremo de tropas), cuyo mandato era hereditario y su autoridad indiscutida; la intervención de Francia se fundamentó en la agitación de tribus de la frontera de Argelia.
Sin embargo, el motivo real era la rivalidad política y económica existente entre Italia, Gran Bretaña y Francia pues el continente africano se había convertido en escenario de violentas disputas entre las potencias coloniales por el control de sus abundantes riquezas.
Nueva época
En Túnez la presencia de Francia, la cual para la época poseía un gran imperio colonial, sirvió como detonante con vistas al despertar de las tendencias nacionalistas que en la nueva etapa comenzaba a reivindicar la independencia.
El nacionalismo tunecino se inició al comenzar el siglo XX; en 1920 se fundó el Partido Desteur o Partido Liberal Constitucional, que tuvo sus antecedentes en las agrupaciones de Juventudes tunecinas.
Cinco años más tarde las autoridades coloniales aplicaron una violenta represión contra las fuerzas opuestas a la opresión de la Metrópoli.
Represión, encarcelamientos y persecución contra los dirigentes era la orden del gobierno galo que ejercía el control, además de ese país, de Argelia, Marruecos y Mauritania en el norte de Africa.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y después del armisticio franco-italiano de 1940, la regencia de Túnez, si bien bajo la administración francesa de Vichi (colaboracionista con el fascismo), fue dirigida por comisiones italianas hasta el 15 de mayo de 1943.
Las tropas aliadas, luego de la campaña de Libia, desalojaron a los fascistas alemanes que habían desembarcado en Túnez en noviembre de 1942; la administración tunecina fue confiada al general francés Juin, dependiente del Comité de Argel.
Un año después de finalizado el conflicto mundial, en 1946 Túnez entró a formar parte de la Unión Francesa, una variante empleada por las metrópolis con el fin de mantener su opresión colonial, tanto en Túnez como en el resto de Africa.
Entre 1946 y 1952, Francia trató de salvar su dominio en Túnez con fórmulas intermedias, con reformas económicas y hasta una pequeña participación del Partido Neo Desteur en el gobierno colonial.
Pero los tiempos habían cambiado; el colonialismo no podía entender que los pueblos de Africa, comprendido Túnez, no querían seguir siendo esclavizados.
Ante el incremento de la lucha popular, las autoridades francesas desataron nuevas represiones: la inestabilidad en la colonia llegó a tal extremo que la Metrópoli inició negociaciones y en 1955 concedió a Túnez la autonomía.
Las fuerzas progresistas no estimaron satisfactoria la decisión de París y demandaron la liberación total.
Francia no podía continuar con sus pretensiones coloniales y se vio obligada a ceder; Túnez proclamó la independencia el 20 de marzo de 1956, y así una historia milenaria de intervenciones y coloniaje quedaba definitivamente en el pasado.
(*) El autor es periodista cubano, especializado en política internacional, y ha sido corresponsal en varios países africanos.

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