lunes, 13 de junio de 2016

OPINION: ¿Que sera de nosotros

OPINION: ¿Que sera de nosotros?
EL AUTOR es historiógrafo, poeta y político. Reside en Santo Domingo.



OPINION: ¿Que sera de nosotros?

Según el parecer del último boletín de la Junta Central Electoral,  el 15 de mayo del 2016, el pueblo dominicano le entregó su soberanía y el mando nacional al Presidente Danilo Medina por un período que comenzaría el 16 de agosto de este año y que sólo concluiría cuatro años más tarde.
Con esa elección se mantiene invariable el rumbo que había tomado el país en este Gobierno. En economía, más sombras que luces. Comencemos por las luces. Los abogados defensores del régimen  proclaman que hemos reducido sustancialmente la deuda de PetroCaribe con Venezuela, en unos 2000 millones de dólares. Circunstancia originada por la desgracia de Venezuela, que la llevó a vender su deuda con la Republica Dominicana por el 48% de todo su valor. Que el déficit fiscal, heredado del 2012,  por la administración del Presidente Medina que había alcanzado unos  175 mil millones de pesos, quedo reducido a unos 80 mil millones de pesos.  Por lo general, los  trovadores grandilocuentes de estas noticias, dejan en penumbras,   la información  de que  la deuda externa ha crecido en unos 15 mil millones de dólares.  Una cifra  vertiginosa  que al inestable  cambio actual  alcanza los   690 mil millones de pesos. Que  el extraordinario crecimiento de la economía se ha fraguado merced al endeudamiento.
Muy probablemente continúen en la cosa pública los mismos Ministros; se mantenga en el candelero la misma circunstancia política, es decir, se continúe  el endeudamiento para apoyar el presupuesto cada año, que nos ha llevado emisiones de bonos de deuda  a una proporción de 4000 millones de dólares cada año. 12 mil millones ha tomado prestado el Gobierno para solventar los gastos del Presupuesto.  El cuerpo exangüe de la nación, amén  de consumir  altísimas dosis del ahorro nacional– la deuda interna es gigantesca–  ha necesitado, además, 334 millones de dólares cada  mes; 27 millones 750 mil  dólares  cada día; 1,156, 250 de dólares cada hora; 19,270.834 dólares  cada  minuto. Se trata , pues, de un paciente en cuidados intensivos. El 40% del presupuesto, es decir, unos 4,0442 millones de dólares se ha establecido para pagar los servicios de esa deuda.
¿Cuál es la proporción de este inmenso problema? ¿Podrá nuestra organización social seguir  endeudándose de manera improductiva indefinidamente?  Toda la riqueza nacional se calcula en unos 60 mil millones de dólares, la deuda externa ronda los 31 mil millones de dólares, con lo que, la deuda exterior representa el 50% del Producto Interno Bruto.  Según Alan Greenspan la deuda externa no debió rebasar en ningún caso el 20% del PIB, y el Fondo Monetario Internacional plantea que si la deuda de un país franquea el 35% del PIB, penetra en una circunstancia de incertidumbre económica.
En la actualidad, el 26% de todo lo recaudado  queda devorado por esa deuda. En medio de estas nieblas, el 70%de los empleos que se han creado, o son informales o son creaciones de un Estado que se ha vuelto mastodóntico, que no puede ser sustentados por las recaudaciones. Hemos entrado, pues, en un círculo vicioso. Si se continúa ese derrotero, el gobierno impondrá a una nueva reforma fiscal, aumentando brutalmente los impuestos; caerá el consumo y el empleo. Si se mantiene el rumbo de impotencia, inmovilismo, irresponsabilidad crecerá naturalmente el desempleo y la inseguridad.  Ninguna de las dos circunstancias nos pondrían a salvo de una devaluación de la moneda que empobrecería al conjunto de la sociedad. ¿ Cuándo ocurrirá?  En cualquier caso, como dice un antiguo proverbio: no hay buen viento, para quien no sabe adónde va. Dicho esto: pasemos a las amenazas inmediatas.
  1. El modelo de familia comienza a desvanecerse
  2. a) Concluidas las elecciones, ya ha entrado en el Congreso “El proyecto de salud sexual y salud reproductiva”. cuyas ideas centrales se hayan impulsada por el libro Hablemos patrocinado por Pro Familia-USAID, que incita a los menores de edad al ejercicio de la sexualidad, al margen de las opiniones de los padres.
  3. b) Se halla, igualmente, estimulada por el cabildeo del embajador de EE UU, que promovió la creación de la Cámara de Comercio LGTB, el apoyo a los candidatos que representan al grupo LGTB con un millón de dólares y se ha propuesto incluso impulsar este enfoque en las escuelas públicas . En la embajada británica se celebró el primer matrimonio entre homosexuales en el país aprobada por la Cancillería(Listín Diario, 31/12/14). Nuestra Constitución define el matrimonio de manera positiva como la unión entre un hombre y una mujer. Cualquier otra modalidad queda formalmente excluida. Por lo tanto, de esa ceremonia no podrían  derivarse consecuencias legales en nuestro país. Es decir, derechos jurídicos de adopción y  reconocimiento en la estructura familiar del Estado.
c)Esa operación ha sido acompañada de una defensa a capa y espada por parte del poder ejecutivo, de las observaciones que autorizan la práctica legal del aborto, concebido no como una circunstancia excepcional, sino como un derecho de la mujer. Se calcula que cada año se realizan 90.000 abortos en todo el país. De estos unos,  39.000 corresponden a madres adolescentes; muchas de las cuales (un 13%) mueren durante estas manipulaciones; la legalización del aborto no reduce esta hecatombe. Estamos, pues, ante uno de los grandes desafíos a la estructura familiar. Nuestra  Constitución garantiza, sin excepciones,  el derecho a la vida desde la concepción. La idea de que los seres humanos concebidos por una relación impropia–violación, incesto, circunstancias indeseadas—o que padezcan desde antes de nacer de una malformación congénita deben ser condenados a muerte, es decir que se le aplique  la pena capital, y que esto  sea refrendado por la Ley,  carece de fundamento moral. Por eso, las Iglesias han sido sensibles, reconociéndole derechos a seres humanos en su etapa embrionaria, tan vulnerables que no pueden defenderse.
. Muy probablemente estas nuevas legislaciones constituyan el mayor ataque al modelo de familia.
  1. La remoción de las Altas Cortes. Desde comienzos de año se barrunta el convocatorio del Consejo Nacional de la Magistratura (Listín Diario, 4/1/16), para nombrar a todos los jueces del Tribunal Superior Electoral, a jueces del Tribunal Constitucional y evaluar a todos los jueces de la Suprema Corte de Justicia y sus tribunales. Una vez concluido este proceso es muy probable que muchas de las intenciones expresadas por el Poder Ejecutivo vuelvan a ser colocadas en el tapete. En efecto, el 20 de enero del 2015,  el Gobierno dominicano, representado por el Ministro de Relaciones Exteriores y el Gobierno de EE UU firmaron un acuerdo sobre “El Estatus del Personal de los Estados Unidos en la República Dominicana”, que autorizaba la instalación de tropas extranjeras, contratistas militares y personal de inteligencia, todos protegidos por inmunidad diplomática, con exenciones para el uso del espacio terrestre, marítimo y aéreo, y con derecho operar el espacio radiofónico del país. Ese acuerdo fue anulado por la Sentencia 315/15 del  Tribunal Constitucional.  Si se desplazan las cabezas, que han defendido  y protegido la soberanía nacional, podrían quedar allanadas las vías para  intentar  imponer una soberanía tutelada, tal como había sido concebido por el Poder Ejecutivo, hace apenas un año. 
  1. El plan binacional  Quisqueya: la alianza del Grupo Vicini y el Gobierno.  Una obra sobrevaluada en más de 1000  millones de dólares—La planta a carbón de Punta Catalina– fue asignada a la empresa ODEBRECHT precisamente en el momento en que Marcelo Odebrecht , el Presidente de la empresa brasileña, entraba en prisión. Como consecuencia de las investigaciones de sobornos y corrupción de dicha empresa que llevaron a la anulación del apoyo financiero a la obra, el Gobierno ha comenzado a emplear los fondos obtenidos de la reducción de los precios internacionales del petróleo para financiar la construcción de dichas plantas en las tierras del Grupo Vicini. Para  colmar la ausencia de la banca de desarrollo de Brasil, ya se barrunta que el Gobierno emplearía 600 millones de dólares de los fondos de pensiones de todos los trabajadores dominicanos para la completar el presupuesto de la planta a carbón de Punta Catalina. Lo que parecía intocable, los ahorros de los fondos de pensiones ha sido mancillado por la manipulación política . Se tomaron 130 millones de dólares para financiar los equipos contratados a la empresa española INDRA. Coincide la construcción de esta planta con la sentencia de un tribunal de Delaware que ha dado la razón a los afectados por las cenizas del carbón de la planta puertorriqueña AES,  escombros amontonados en Arroyo Barril, que provocaron cánceres, enfermedades respiratorias, muertes y deformaciones físicas, además de los daños a la pesca y a la agricultura. Triste paradoja,  que los habitantes de Baní hayan votado abrumadoramente por un Gobierno, que construye una planta que verterá cadmio, selenio, arsénico; cuyas cenizas duplicarán los efectos provocad0s por las cenizas traídas por la AES, y que para realizar esa nefasta proeza, utilizará los fondos de pensiones de los trabajadores. ¿ Quién indemnizará a los pescadores, a los agricultores y habitantes de esta laboriosa provincia?
  2. La sumisión al  intervencionismo internacional
Todo el esfuerzo de la clase política y de sus elites económicas se ha centrado en el esfuerzo mantener inalterable el proceso de desnacionalización y sin que, en ningún momento, se pongan de relieve los derechos de los dominicanos. La deslealtad de los que dirigen el país, ha echado al ruedo la tesis haitiana, según la cual, la República Dominicana se ha comportado con Haití como una nación agresora, responsable de la explotación y del atraso de Haití. Para ponerle punto final a ese desequilibrio se proponen, primero, una soberanía tutelada, que subordinen al Estado dominicano a sus intereses de colonización del territorio vecino, y hacerlo subido en la ola de los organismos internacionales, aun cuando el pueblo se halla autorizado por la Constitución del 2010 a participar en las decisiones trascendentales que afecten el estatuto de extranjería, el territorio, la modificación de la Constitución y los derechos fundamentales. Pero todas esas providencias han quedado congeladas por la inexistencia de la ley de referéndum. De este modo, se ha privado al pueblo de decidir sobre todas las cuestiones que amenazan suplantar los rasgos de nuestra sociedad.
Ante la encrucijada se plantean dos posibilidades.
  • Una sociedad que permanece en la inconsciencia de su propia historia .Que, dadas esas premisas, no manifiesta ninguna lealtad a sí misma; ignora su condición nacional; se desentiende de su realidad. En las elecciones últimas, los dominicanos no votaron por un proyecto ni por ideas ni siquiera por propuestas. ¿Qué se propone esta sociedad? ¿Hacia dónde la lleva las decisiones del mando colectivo? Si no hay un proyecto colectivo, ¿Qué es lo que se columbra en el horizonte? Estamos en la creencia de que la independencia de 1844 era algo sólido, ¿puede ocurrir que todo lo que creíamos como algo permanente, se deshace, se aniquila, se desintegra. Todo esto pone a prueba las ideas, el patriotismo,
  • Unas fuerzas enseñoreadas del mando político han decidido anular el proyecto nacional. O peor aún: dejar al país sin proyecto:
  1. La ruptura de la frontera demográfica, que nos pone delante de un trastorno del empleo, de las conquistas sociales, del registro civil;
  2. La hostilidad ante las manifestaciones de la soberanía
Ante estas circunstancias, queda claro que hemos entrado en una etapa de vértigo. No hay, pues, un proyecto común entre el pueblo y los que lo dirigen. Una sociedad que niega lo que le pasa, que se refugia en utopías, en mundo imaginarios,  que se entrega a falsas soluciones que le eviten el ejercicio de la responsabilidad que es la recuperación de todo su patrimonio. La historia no siempre significa progreso, sino también de retrocesos. La desfiguración de nuestra sociedad, el olvido de lo que somos, la deslealtad a nuestro proyecto, todas esas cuestiones que hunden la sociedad que hemos construido, tras 170 años de independencia, sería el mayor de los retrocesos; la anulación de todos los progresos.
Según el parecer del último boletín de la Junta Central Electoral,  el 15 de mayo del 2016, el pueblo dominicano le entregó su soberanía y el mando nacional al Presidente Danilo Medina por un período que comenzaría el 16 de agosto de este año y que sólo concluiría cuatro años más tarde.
Con esa elección se mantiene invariable el rumbo que había tomado el país en este Gobierno. En economía, más sombras que luces. Comencemos por las luces. Los abogados defensores del régimen  proclaman que hemos reducido sustancialmente la deuda de PetroCaribe con Venezuela, en unos 2000 millones de dólares. Circunstancia originada por la desgracia de Venezuela, que la llevó a vender su deuda con la Republica Dominicana por el 48% de todo su valor. Que el déficit fiscal, heredado del 2012,  por la administración del Presidente Medina que había alcanzado unos  175 mil millones de pesos, quedo reducido a unos 80 mil millones de pesos.  Por lo general, los  trovadores grandilocuentes de estas noticias, dejan en penumbras,   la información  de que  la deuda externa ha crecido en unos 15 mil millones de dólares.  Una cifra  vertiginosa  que al inestable  cambio actual  alcanza los   690 mil millones de pesos. Que  el extraordinario crecimiento de la economía se ha fraguado merced al endeudamiento.
Muy probablemente continúen en la cosa pública los mismos Ministros; se mantenga en el candelero la misma circunstancia política, es decir, se continúe  el endeudamiento para apoyar el presupuesto cada año, que nos ha llevado emisiones de bonos de deuda  a una proporción de 4000 millones de dólares cada año. 12 mil millones ha tomado prestado el Gobierno para solventar los gastos del Presupuesto.  El cuerpo exangüe de la nación, amén  de consumir  altísimas dosis del ahorro nacional– la deuda interna es gigantesca–  ha necesitado, además, 334 millones de dólares cada  mes; 27 millones 750 mil  dólares  cada día; 1,156, 250 de dólares cada hora; 19,270.834 dólares  cada  minuto. Se trata , pues, de un paciente en cuidados intensivos. El 40% del presupuesto, es decir, unos 4,0442 millones de dólares se ha establecido para pagar los servicios de esa deuda.
¿Cuál es la proporción de este inmenso problema? ¿Podrá nuestra organización social seguir  endeudándose de manera improductiva indefinidamente?  Toda la riqueza nacional se calcula en unos 60 mil millones de dólares, la deuda externa ronda los 31 mil millones de dólares, con lo que, la deuda exterior representa el 50% del Producto Interno Bruto.  Según Alan Greenspan la deuda externa no debió rebasar en ningún caso el 20% del PIB, y el Fondo Monetario Internacional plantea que si la deuda de un país franquea el 35% del PIB, penetra en una circunstancia de incertidumbre económica.
En la actualidad, el 26% de todo lo recaudado  queda devorado por esa deuda. En medio de estas nieblas, el 70%de los empleos que se han creado, o son informales o son creaciones de un Estado que se ha vuelto mastodóntico, que no puede ser sustentados por las recaudaciones. Hemos entrado, pues, en un círculo vicioso. Si se continúa ese derrotero, el gobierno impondrá a una nueva reforma fiscal, aumentando brutalmente los impuestos; caerá el consumo y el empleo. Si se mantiene el rumbo de impotencia, inmovilismo, irresponsabilidad crecerá naturalmente el desempleo y la inseguridad.  Ninguna de las dos circunstancias nos pondrían a salvo de una devaluación de la moneda que empobrecería al conjunto de la sociedad. ¿ Cuándo ocurrirá?  En cualquier caso, como dice un antiguo proverbio: no hay buen viento, para quien no sabe adónde va. Dicho esto: pasemos a las amenazas inmediatas.
  1. El modelo de familia comienza a desvanecerse
  2. a) Concluidas las elecciones, ya ha entrado en el Congreso “El proyecto de salud sexual y salud reproductiva”. cuyas ideas centrales se hayan impulsada por el libro Hablemos patrocinado por Pro Familia-USAID, que incita a los menores de edad al ejercicio de la sexualidad, al margen de las opiniones de los padres.
  3. b) Se halla, igualmente, estimulada por el cabildeo del embajador de EE UU, que promovió la creación de la Cámara de Comercio LGTB, el apoyo a los candidatos que representan al grupo LGTB con un millón de dólares y se ha propuesto incluso impulsar este enfoque en las escuelas públicas . En la embajada británica se celebró el primer matrimonio entre homosexuales en el país aprobada por la Cancillería(Listín Diario, 31/12/14). Nuestra Constitución define el matrimonio de manera positiva como la unión entre un hombre y una mujer. Cualquier otra modalidad queda formalmente excluida. Por lo tanto, de esa ceremonia no podrían  derivarse consecuencias legales en nuestro país. Es decir, derechos jurídicos de adopción y  reconocimiento en la estructura familiar del Estado.
c)Esa operación ha sido acompañada de una defensa a capa y espada por parte del poder ejecutivo, de las observaciones que autorizan la práctica legal del aborto, concebido no como una circunstancia excepcional, sino como un derecho de la mujer. Se calcula que cada año se realizan 90.000 abortos en todo el país. De estos unos,  39.000 corresponden a madres adolescentes; muchas de las cuales (un 13%) mueren durante estas manipulaciones; la legalización del aborto no reduce esta hecatombe. Estamos, pues, ante uno de los grandes desafíos a la estructura familiar. Nuestra  Constitución garantiza, sin excepciones,  el derecho a la vida desde la concepción. La idea de que los seres humanos concebidos por una relación impropia–violación, incesto, circunstancias indeseadas—o que padezcan desde antes de nacer de una malformación congénita deben ser condenados a muerte, es decir que se le aplique  la pena capital, y que esto  sea refrendado por la Ley,  carece de fundamento moral. Por eso, las Iglesias han sido sensibles, reconociéndole derechos a seres humanos en su etapa embrionaria, tan vulnerables que no pueden defenderse.
. Muy probablemente estas nuevas legislaciones constituyan el mayor ataque al modelo de familia.
  1. La remoción de las Altas Cortes. Desde comienzos de año se barrunta el convocatorio del Consejo Nacional de la Magistratura (Listín Diario, 4/1/16), para nombrar a todos los jueces del Tribunal Superior Electoral, a jueces del Tribunal Constitucional y evaluar a todos los jueces de la Suprema Corte de Justicia y sus tribunales. Una vez concluido este proceso es muy probable que muchas de las intenciones expresadas por el Poder Ejecutivo vuelvan a ser colocadas en el tapete. En efecto, el 20 de enero del 2015,  el Gobierno dominicano, representado por el Ministro de Relaciones Exteriores y el Gobierno de EE UU firmaron un acuerdo sobre “El Estatus del Personal de los Estados Unidos en la República Dominicana”, que autorizaba la instalación de tropas extranjeras, contratistas militares y personal de inteligencia, todos protegidos por inmunidad diplomática, con exenciones para el uso del espacio terrestre, marítimo y aéreo, y con derecho operar el espacio radiofónico del país. Ese acuerdo fue anulado por la Sentencia 315/15 del  Tribunal Constitucional.  Si se desplazan las cabezas, que han defendido  y protegido la soberanía nacional, podrían quedar allanadas las vías para  intentar  imponer una soberanía tutelada, tal como había sido concebido por el Poder Ejecutivo, hace apenas un año. 
  1. El plan binacional  Quisqueya: la alianza del Grupo Vicini y el Gobierno.  Una obra sobrevaluada en más de 1000  millones de dólares—La planta a carbón de Punta Catalina– fue asignada a la empresa ODEBRECHT precisamente en el momento en que Marcelo Odebrecht , el Presidente de la empresa brasileña, entraba en prisión. Como consecuencia de las investigaciones de sobornos y corrupción de dicha empresa que llevaron a la anulación del apoyo financiero a la obra, el Gobierno ha comenzado a emplear los fondos obtenidos de la reducción de los precios internacionales del petróleo para financiar la construcción de dichas plantas en las tierras del Grupo Vicini. Para  colmar la ausencia de la banca de desarrollo de Brasil, ya se barrunta que el Gobierno emplearía 600 millones de dólares de los fondos de pensiones de todos los trabajadores dominicanos para la completar el presupuesto de la planta a carbón de Punta Catalina. Lo que parecía intocable, los ahorros de los fondos de pensiones ha sido mancillado por la manipulación política . Se tomaron 130 millones de dólares para financiar los equipos contratados a la empresa española INDRA. Coincide la construcción de esta planta con la sentencia de un tribunal de Delaware que ha dado la razón a los afectados por las cenizas del carbón de la planta puertorriqueña AES,  escombros amontonados en Arroyo Barril, que provocaron cánceres, enfermedades respiratorias, muertes y deformaciones físicas, además de los daños a la pesca y a la agricultura. Triste paradoja,  que los habitantes de Baní hayan votado abrumadoramente por un Gobierno, que construye una planta que verterá cadmio, selenio, arsénico; cuyas cenizas duplicarán los efectos provocad0s por las cenizas traídas por la AES, y que para realizar esa nefasta proeza, utilizará los fondos de pensiones de los trabajadores. ¿ Quién indemnizará a los pescadores, a los agricultores y habitantes de esta laboriosa provincia?
  2. La sumisión al  intervencionismo internacional
Todo el esfuerzo de la clase política y de sus elites económicas se ha centrado en el esfuerzo mantener inalterable el proceso de desnacionalización y sin que, en ningún momento, se pongan de relieve los derechos de los dominicanos. La deslealtad de los que dirigen el país, ha echado al ruedo la tesis haitiana, según la cual, la República Dominicana se ha comportado con Haití como una nación agresora, responsable de la explotación y del atraso de Haití. Para ponerle punto final a ese desequilibrio se proponen, primero, una soberanía tutelada, que subordinen al Estado dominicano a sus intereses de colonización del territorio vecino, y hacerlo subido en la ola de los organismos internacionales, aun cuando el pueblo se halla autorizado por la Constitución del 2010 a participar en las decisiones trascendentales que afecten el estatuto de extranjería, el territorio, la modificación de la Constitución y los derechos fundamentales. Pero todas esas providencias han quedado congeladas por la inexistencia de la ley de referéndum. De este modo, se ha privado al pueblo de decidir sobre todas las cuestiones que amenazan suplantar los rasgos de nuestra sociedad.
Ante la encrucijada se plantean dos posibilidades.
  • Una sociedad que permanece en la inconsciencia de su propia historia .Que, dadas esas premisas, no manifiesta ninguna lealtad a sí misma; ignora su condición nacional; se desentiende de su realidad. En las elecciones últimas, los dominicanos no votaron por un proyecto ni por ideas ni siquiera por propuestas. ¿Qué se propone esta sociedad? ¿Hacia dónde la lleva las decisiones del mando colectivo? Si no hay un proyecto colectivo, ¿Qué es lo que se columbra en el horizonte? Estamos en la creencia de que la independencia de 1844 era algo sólido, ¿puede ocurrir que todo lo que creíamos como algo permanente, se deshace, se aniquila, se desintegra. Todo esto pone a prueba las ideas, el patriotismo,
  • Unas fuerzas enseñoreadas del mando político han decidido anular el proyecto nacional. O peor aún: dejar al país sin proyecto:
  1. La ruptura de la frontera demográfica, que nos pone delante de un trastorno del empleo, de las conquistas sociales, del registro civil;
  2. La hostilidad ante las manifestaciones de la soberanía
Ante estas circunstancias, queda claro que hemos entrado en una etapa de vértigo. No hay, pues, un proyecto común entre el pueblo y los que lo dirigen. Una sociedad que niega lo que le pasa, que se refugia en utopías, en mundo imaginarios,  que se entrega a falsas soluciones que le eviten el ejercicio de la responsabilidad que es la recuperación de todo su patrimonio. La historia no siempre significa progreso, sino también de retrocesos. La desfiguración de nuestra sociedad, el olvido de lo que somos, la deslealtad a nuestro proyecto, todas esas cuestiones que hunden la sociedad que hemos construido, tras 170 años de independencia, sería el mayor de los retrocesos; la anulación de todos los progresos.
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