sábado, 11 de junio de 2016

EL CASTILLO de SANT´ANGELO

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EL CASTILLO de SANT´ANGELO

El Castillo de Sant'Angelo o Castel Sant'Angelo (también conocido como el Mausoleo de Adriano o Mole Adrianorum) es un monumento romano situado en la orilla derecha del río Tíber, en frente del pons Aelius (actual puente de Sant'Angelo), a poca distancia de la Ciudad del Vaticano.
Iniciado por el emperador Adriano en el año 135 para ser su mausoleo personal y familiar, fue terminado por Antonino Pío en el 139. El monumento, levantado con piedra de travertino, estaba engalanado por una cuadriga en bronce guiada por el emperador Adriano. Muy pronto el edificio cambió de uso y se convirtió en un edificio militar. Se integró a la Muralla Aureliana en el 403.
El actual nombre del castillo proviene del 590, durante una gran epidemia de peste que golpeó la ciudad de Roma. El papa de la época, Gregorio I, vio al Arcángel San Miguel, sobre la cima del castillo que envainaba su espada significando el fin de la epidemia. Para conmemorar la aparición, una estatua de un ángel corona el edificio (primero una estatua en mármol de Raffaello da Montelupo, y desde 1753, una de bronce de Pierre van Verschaffelt sobre un dibujo de Bernini).
Desde 1277, el castillo está conectado con la Ciudad del Vaticano por un corredor fortificado, llamado Passetto, de unos 800 metros de longitud. La fortaleza fue el refugio del Papa Clemente VII durante el asedio y saqueo de Roma en el año 1527, que llevaron a cabo las tropas del rey Carlos I de España, Emperador del Sacro Imperio Romano.
ORIGEN:

Iniciado por el emperador romano Adriano (nacido en el año 76, fallecido en el 138) en el año 135 para ser su mausoleo personal y familiar, y terminado por el también emperador Antonino Pío en el 139, situado en la orilla derecha (bajando) del río Tíber, en frente del Pons Aelius Hadrianus (actual puente de Sant'Angelo, construido en el año 133), a poca distancia de la Ciudad del Vaticano.
En la construcción se depositaron las cenizas del emperador Adriano un año tras su fallecimiento en Baiae en el año 138 (por lo que se denominó originalmente al monumento "Hadrianeum"; hoy se denomina así a otro monumento de la época de Adriano en la romana Piazza da Pietra) y a su esposa Sabina, su primer hijo adoptivo (el emperador Lucius Aelius Verus, fallecido también en el año 138), luego a su sucesor Antoninus Pius y su esposa Faustina, y también a los emperadores Marco Aurelio, Commodus, Septimius Severus y su esposa Giulia Domna y los emperadores Geta y Marcus Aurelius Antoninus Bassianus (más conocido como Caracalla, enterrado en el año 217). El arquitecto fue un tal Demetrianus.
El puente romano (hoy sólo peatonal), del que las tres arcadas centrales son originales, es uno de los más bellos de Roma y cruza el río Tíber para unir el centro de la Roma antigua con la entrada de la fortaleza al otro lado del Río. Las estatuas de los apóstoles Pablo y Pedro fueron encargadas por el papa Clemente VII a mediados del siglo XVI, y Bernini, con sólo 17 años dibujó las figuras de los ángeles que sus alumnos elaboraron entre 1660 y 1667. Sólo tras la colocación de las estatuas recibió el puente su actual nombre.
DECRIPCIÓN:
El monumento fue construido sobre una base cuadrada de unos 84–89 metros de lado, y unos 10–15 metros de alto (las fuentes divergen), recubierto con mármol "lunar" (como se llama al mármol blanco de Carrara) con un friso decorativo de cabezas de ganado (bucrani).
Sobre tal base se construyó un cilindro ancho (64 metros de ancho, 20 metros de alto), con piedra volcánica rojiza (peperino) y opus caementicium (el típico hormigón romano), siendo recubierto con gruesos bloques de piedra blanca calcárea blanquecia (travertino de Tívoli) de la que aún se pueden apreciar algunos restos, y sobre un friso por el lado del río se grabaron los nombres de los emperadores enterrados en el lugar.
Era habitual desde la época etrusca construir tumbas de forma cilíndrica y plantar jardines o árboles (cipreses) sobre el cilindro (como se hizo igualmente en el cercano mausoleo de Augusto, o en la tumba de Caecilia Metella, sita en la Via Appia Antica), y se supone que así sucedió también en el caso del Hadrianeum, donde se cree que además existían varias estatuas de mármol y adornos de bronce, y un templete circular con columnas sobre el cilindro, y sobre el templete una cuadriga de bronce dorado con el emperador Adriano en pose del dios solar Helios. Otros expertos creen que simplemente había un remate cónico de piedra.
Al interior del mausoleo se accedía por una amplia rampa helicoidal cubierta por una bóveda de cañón que se iniciaba en donde estaban las tumbas, en un nivel hoy inferior al de la calle, y de la que sólo se conserva un tramo de 122 metros, por ser sustituido en el época medieval el resto de la rampa por una escalera (interrumpida en cierto lugar por un foso defensivo). Al final de lo que queda de la rampa, se puede observar aún los restos de un hueco para un ascensor, con raíles de madera, realizado en la época medieval.
Alrededor del mausoleo había originalmente un muro una con puerta de bronce, decorado con pavos reale (dos de ellos se conservan en el Vaticano). Las ampliaciones posteriores y medievales (sobre y alrededor del monumento original, para darle más altura o extensión con fines defensivos) se hicieron fundamentalmente de ladrillo. De los cinco baluartes circulares exteriores construidos en la Edad Media, dos de ellos fueron demolidos durante la construcción de la Piazza Pia y de la Lungo Tevere.


La fortaleza tiene en la actualidad cinco niveles:
Nivel 1, Mausoleo propiamente dicho (lugar donde se encontraban las tumbas, al principio de la rampa) y la rampa inicial de acceso.
Nivel 2, la cárcel y los depósitos para cereales y aceite.
Nivel 3, de uso militar y con dos patios. Desde el patio llamado Cortile dell'Angelo, donde se expone el antiguo arcángel, se llega a las habitaciones papales y salas de uso actualmente museístico (desde 1901 se exponen en 58 salas armas, pinturas, muebles, otros objetos y exposiciones temporales y documentos sobre el edificio).

Nivel 4, el apartamento papal, con frescos manieristas de Perino del Vaga, Giulio Romano y otros artistas de la escuela de Rafael y las llamadas salas de Pablo III, Clemente VII, Clemente VIII y León X. Aquí se encuentran también las logias de Sangallo y de Donato Bramante. Igualmente se ha instalado una cafetería con espléndidas vistas.

Nivel 5, la terraza superior, con espléndidas vistas sobre toda Roma y el Vaticano, donde se encuentra el Arcángel, y la "Campana della Misericordia".
En medio del mausoleo se hallaba la cámara funeraria, donde se podía leer un poema presuntamente compuesto por el mismo Adriano:
ANIMULA VAGULA BLANDULA HOSPES COMESQUE CORPORIS QUAE NUNC ABIBIS IN LOCA PALLIDULA RIGIDA NUDULA NEC UT SOLES DABIS IOCOS.:
“Pequeña, delicada, alma vacilante huésped y compañera del cuerpo, que ahora desapareces a allí donde todo es pálido, rígido y desnudo y no bromearás como acostumbras”.
En la actualidad hay en el interior de la rampa de acceso al monumento una placa de mármol con el anterior texto.
HISTORIA DEL EDIFIO TRAS SU CONSTRUCCIÓN:
Cuando el emperador Aureliano, Honorio (395–423) y Arcadio (395–408) reforzaron con la ayuda del magister militum Estilicón la llamada "muralla aureliana", se integró el mausoleo, y se convirtió en un edificio militar, pasando a ser denominado "Castellum".
El ataque de los visigodos del rey Alarico en 410 hizo que se perdieran las tumbas y cenizas depositadas en el edificio, pero el baluarte salvó al Vaticano de la conquista, y de la posterior de Genserico en el 455. Para defenderse, los romaron arrojaron desde la muralla todo lo que tenían a mano, entre otras cosas la magnífica estatua del llamado "Fauno Barberini", que se descubrió enterrada en los fosos de la fortaleza y hoy se conserva en la Gliptoteca de Múnich.
En el año 537, el edificio sufrió saqueos y desperfectos por el ataque de los ostrogodos del Rey Vitiges, perdiéndose las estatuas y los adornos de bronce, como contó Procopio.
El actual nombre del castillo proviene según la leyenda del año 590, durante una gran epidemia de peste que golpeó la ciudad de Roma. Según una leyenda pía, el papa de la época, Gregorio I (San Gregorio Magno), vio en plena procesión penitencial en una visión al Arcángel San Miguel, sobre la cima del castillo envainando su espada significando la voluntad divina de dejar de castigar a los hombres, poniendo fin a la epidemia. En el Museo Capitolino se conserva una piedra circular con la presunta huella del Arcángel dejada en la piedra ala anunciar el fin de la peste. Tal visión coincidió con al terminación de la epidemia. En el año 610 el papa Bonifacio IV hizo construir una capilla, dedicada al Arcángel. El Edificio es denominado en esta época Castellum Sancti Angeli.
En el siglo sexto, el rey godo Totila comprendió la utilidad estratégica de la fortificación y la amplió.
En el siglo X consta que al edificio se lo llamaba "Domus Theodirici" or "Carceres Theodorici" (casa o cárceles de Teodorico) en alusión al Rey Teodorico, del siglo V-VI.
En la segunda mitad del siglo X, el castillo pasó a la propiedad de la familia Crescenzi, que lo reforzó y le dio el nombre "Castrum Crescenzi", nombre que conservó el edificio durante mucho tiempo, incluso tras pasar a manos de otras familias como los Pierleoni o los Orsini o de los papas, pues se usó tal nombre hasta finales del siglo XV., aunque simultáneamente con el de Castrum Sancti Angeli.
Desde el siglo XI la fortaleza pasó a ser propiedad de los papas, cuando el papa Nicolás III, de la familia Orsini, decide traspasarlo a la Iglesia, por su cercanía a la Iglesia de San Pedro, su fama de inexpugnabilidad, y la situación expuesta del Laterano. sirviéndoles de refugio en épocas de peligro. En 1084 se refugió en ella el papa Gregorio VII del emperador Enrique IV.
En 1277, el papa Nicolás III hizo construir un pasaje elevado y almenado de unos 800 metros de largo (Passetto di Borgo, o Corridoio di Borgo) hasta el cercano Vaticano.


En 1379 el castillo sufrió graves daños por el ataque del pueblo enfurecido contra la guarnición francesa encargada de guarnecer el castillo por Urbano V. En 1395 el papa Bonifacio IX encarga al arquitecto Niccolo Lamberti reforzar las defensas, con un foso y una entrada única al castillo.
Los papas Alejandro VI y Nicolás V, para reforzar su valor como fortaleza, reformaron ésta en el siglo XV. Se empezó entonces a construir además diversas lujosas dependencias para los papas, como la sala paolina en el siglo XVI, visitable hoy. Alejandro VI hizo construir los cuatro bastiones y varias habitaciones papales. Sixto V hizo construir la cámara del tesoro, en la que también se encontraba parte del archivo privado. Varias de ellas están adornadas con excelentes pinturas renacentistas o de estilo neopompeyano.
En el siglo XVI, como relata Giorgio Vasari, se retiraron ciertas columnas de mármol para utilizarlas en iglesias cristianas.
La fortaleza fue durante un mes el refugio del Papa Clemente VII durante el asedio y saqueo de Roma en el año 1527, que llevaron a cabo las tropas del rey Carlos I de España, Emperador del Sacro Imperio Romano.

La fortaleza sirvió además como prisión para la Inquisición, alojando a presos ilustres como Giordano Bruno, Galileo Galilei o Alessandro Cagliostro.
Entre 1577–1753 coronó la fortaleza la estatua del arcángel de Guglielmo della Porta, hecha en mármol y con la alas de bronce, que aún se exhibe en uno de los patios, el llamado Cortile dell’Angelo. Fue sustituida en 1753 por la actual, de bronce del flamenco Peter Anton von Verschaffelt, hecha basándose en un boceto de Bernini.
A finales del siglo XVIII los papas abandonaron algo la fortaleza, que había perdido valor militar; Pio VII se refugió en la fortaleza ante el ataque de las tropas napoleónicas, que llegaron a tomarla y confiscarla. .
Tras pasar a manos del estado italiano en 1870, pasó a ser administrado por el ejército, que realizó obras de restauración que fueron criticadas posteriormente por eliminar muchos vestigios de la historia bimilenaria del castillo para dejarlo como estaba en la época romana; fue habilitado durante una época como cárcel, contando con prisioneros tan ilustres como el gran escultor Benvenuto Cellini y la heroína Beatrice Cenci.

En 1906 se da al edificio un uso como museo (Museo Nazionale de Castel Sant'Angelo), siendo una de las atracciones más visitadas y reproducidas de Roma. La restauración de 1933-34 restauró las zanjas y murallas y se estableció la zona del jardín.
Reyes González 


 

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