lunes, 22 de julio de 2013

EL GOBIERNO DEL VIRREY DIEGO COLON, EN LA ISLA DE SANTO DOMINGO Y LA CÉDULA REAL DEL 5 DE OCTUBRE DE 1511

EL GOBIERNO DEL VIRREY DIEGO COLON, EN LA ISLA DE SANTO DOMINGO Y LA CÉDULA REAL DEL 5 DE OCTUBRE DE 1511
Ante las innumerables denuncias llegada a la Metrópolis al rey Fernando por casi dos años, de los atropellos, vejámenes y corrupción, y nepotismo de la administración del virrey Diego Colón, en la isla de Santo Domingo. Ya que   en virtud de las Capitulaciones de Santa Fe, a la muerte del descubridor del Nuevo Mundo, los títulos, privilegios y propiedades que su padre había obtenido en América, este  fue designado, mediante la Declaración  Real  de  La Coruña,          Almirante de Indias y Gobernador de la isla Española, como  en las otras islas descubierta por Cristóbal Colón.

Diego Colón estaba casado con María de  Toledo y Rojas, hija de Fernando de Toledo, Comendador Mayor de León,  hermano de Radique de Toledo, Duque de Alba, primo hermano e íntimo del Rey, todo esto influyo  notoriamente para que se le concediera todos los privilegios señalados.
La Cédula Real que designa a Don Diego Colón, a todos los acordados en la declaración de La Coruña, fue firmando el 9 de agosto de 1508, personalmente el Rey  instruyo al primogénito  de Colón.

Las instrucciones dadas al virrey Diego Colón, como gobernador de la Isla Española  por el Rey Fernando, fueron; activar las construcciones de más iglesias, fomentar la población, la industria,  la ganadería, y el comercio, y que permitiera  a los habitantes construir carabelas para  el descubrimiento de  nuevas tierras.
 Como también;  que  diera a cada  uno de  sus oficiales reales y alcaldes, cien indios y a los labradores solteros, solteros, treinta, y si estaban casados, sesenta. Le indicaba además, que cuidaran  que los  dueños  instruyeran a los indios en los principios  de la fe cristiana.

Con todas estas instrucciones  y cédulas reales, se  embarco hacia nuevas tierras descubierta por su padre, partiendo de Sevilla  en una flota, y una linajuda y abigarrada comitiva donde estaba; su esposa María de Toledo, su hermano Fernando, sus tíos Bartolomé y Diego, don Francisco de Tapia y su hermano Cristóbal, varias doncellas cortesanas casaderas, numerosos caballeros e hijos, como también los conquistadores Hernán Cortes Briones, Juan de Grijalva, llegaron al puerto de  Santo Domingo el 10 de julio de 1509.

Su  primera  ejecutoria fue la designación  de un nuevo gobernador  a Fernando de Tapia, en sustitución  de Diego López  de Salcedo, sobrino de Ovando.

Las dificultades de don Diego, se iniciaron   con el Alcalde destituido Francisco Tapia, ya que este tenía  notables influencia en la Corte y era protegido del obispo Fonseca, y esta intrigas motivaron   una Orden Real solicitando a Diego Colón que entregara  su vivienda, la fortaleza, y fuera entregado el edificio  al Tesorero Miguel de Pasamonte. A causa de esto, don Diego y su mujer pasaron a vivir a la casa  de don Francisco de Garey, Alguacil Mayor, muy amigo de su  padre.

La situación  le condujo a la construcción de un hogar propio, hecho  que originó nuevas dificultades, llegando denuncias a la corona que indicaban  que lo que se construyo fue un castillo, con la intención de alzarse con el Poder, romper con el rey Fernando. Y colocar la isla bajo el mando  del Rey d Nápoles.

A pesar de todas estas dificultades don Diego, continuo la política de Ovando, dedicándose a construir la ciudad de Santo Domingo, que hasta ese momento solo tenía cuatro pequeñas calles, fue ampliada. Terminando  de Monasterio e Iglesia de San Francisco, la Casa del Cabildo, el fuerte y puerta de San Diego, muchas casas en las calles  Las Damas, y ampliando la Torre del Homenaje.
En el interior  sobre todo en La Vega y Santiago, se hicieron  importantes construcciones, que luego   fueron destruidas por  un terremoto.

A pesar de la dinámica  política  constructiva, las dificultades, en la isla como  en España nunca  acabaron, de todo esto  se desprendía que  el rey Fernando jamás le tuvo confianza.
 En la Corte se tenía a don Diego como ambicioso, ya que se había adueñado de grande cantidades de tierra  y de indios, haciendo distribución de  tierras e indios entre los familiares suyos y de su mejer  como también de amigos. Estos llevo al rey Fernando llamar a su tío Bartolomé a España, con el propósito de darle instrucciones para poner fin a las dificultades y llevar tranquilidad a la isla.
Pues la población había precisado mucho y el ambiente social había  entrado   en un franco proceso de descomposición moral y los pleitos y diferencias entre los colonos por cuestiones de posesión de indios, por mujeres, herencias, deudas,  y transacciones comerciales, eran voluminosa, superando la capacidad del trabajo de los funcionarios encargados de hacer justicia.
La ostentación, el lujo y el despilfarro de los pobladores españoles de la ciudad  eral  tal, que rivalizaban con las normas y costumbres de la propia Corte de España. Esto  dio origen al dictamen de una orden prohibiendo el uso del oro, la seda,  el brocado, y otras cosas de lujos en los vestidos, por ser considerados perjudiciales a la efectiva y real prosperidad.

Este conjunto de hechos escalonados fue  el motivo de la expedición de la cédula real del 5 de octubre de 1511, mediante la cual se creó la Real Audiencia  de Santo Domingo, primera institución judicial creada en el Nuevo Mundo. Esta acción de la monarquía limitó el Poder  del Gobernador, ya que la Real Audiencia, debía conocer de todos los recursos de alzada que se interpusiesen contra las providencias dictadas por las autoridades coloniales. La creación de la Real Audiencia, puso fin a la centralización gubernamental. Fueron  designados  para componerla tres  jueces o oidores y un fiscal.
Fueron estos;  los licenciados Alarco Marcelo de Villalobos y Juan Ortiz Matienzo, residente en Sevilla, Lucas Vásquez de Ayllón, en ese momento Alcalde de La Vega. El licenciado Sandro  de Velásquez, antiguo Juez de Resistencia, fue designado Fiscal. Se concedieron a cada miembro, además de su sueldo, doscientos indios.

La  Real Audiencia, además  de sus funciones judiciales, fue creada también con suficiente poder como para dar cuentas al Consejo de Indias de las providencias de las cuestiones administrativas de la colonia, del Real Fisco y de las Reales Ordenas.


Fuente consultada; Franklin Franco Pichardo. Historia del Pueblo Dominicano. Tomo I. año 1992. Ediciones del Instituto del Libro, Santo Domingo.  Cap. V. Pág. 45/48

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