http://paseandohistoria.blogspot.com/2009/10/origen-del-budismo.html
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgksulY7GIfbxbpvKMy14MerpQ8h-WO_uqaspcJUi471cHlUNFBVnzf6kDpejJIBAn7c4lGpwUJgvZoTkXD4J592VD9kxlHSmUab0_SGt8YDmXEXtAtpGOSQRYPjzl-P9L6j4EB9mHOv3qx/s320/Buda2.jpg)
En
el año 563 a.C. nació un príncipe en una ciudad cerca de los Himalayas,
al norte de la India. Esa ciudad, Lumbini, está ahora en el país de
Nepal.
Según la leyenda, el nacimiento de este príncipe conocido como
Siddharta Gautama
estuvo rodeado de milagros. Un vidente vaticinó que se presentaba en su
futuro una encrucijada: Siddharta llegaría a ser o un gobernante
mundial, o si alguna vez veía juntos o por separado un viejo decrépito,
un enfermo, un cadáver y un monje, se convertiría en un buscador errante
de la verdad y en un
'buda', un iluminado.
Su padre, el
rajá, no quería que su hijo se convirtiera en un
guía espiritual, de modo que el príncipe fue educado en el lujo
palaciego y protegido del conocimiento del mundo exterior. Se casó joven
y tuvo un hijo.
Al final, sin embargo, salió a las calles a mezclarse con la gente y por
primera vez contempló la vejez, la enfermedad y la muerte. Indagó la
naturaleza de la vejez, la enfermedad, el dolor y la muerte. Siddharta
entonces acudió a un santón hindú y quedó profundamente impresionado por
su calma y su naturaleza pacífica. Como resultado de este encuentro, a
la edad de 29 años Siddharta abandonó su hogar, a su esposa e hijo y la
esperanza del poder y la gloria terrenos. Se echó a los caminos de la
India en busca de la verdad sobre la existencia humana.
La religión predominante en la India en esa época era el hinduismo, una
religión que adoraba a muchos dioses y que creía que llevar una vida de
austeridad extrema era el camino para alcanzar el mérito espiritual.
Mientras vagaba vestido de harapos y sin dinero, Siddharta se encontró
con más santones hindúes que le impresionaron profundamente con sus
vidas sencillas de oración y meditación. Vivían como ascetas habiendo
dedicado sus vidas totalmente a Dios. Se pasó cinco años practicando
austeridades extremas, comiendo a veces un simple grano de arroz al día y
viviendo a la intemperie. Al final de esta época se dio cuenta de que
no estaba más cerca de su meta de alcanzar el conocimiento y la
sabiduría; abandonó el camino austero y se sentó a la sombra de una
higuera a meditar. Dijo:
“Que mi piel se seque, mis
manos se entumezcan y mis huesos se descompongan. Hasta que no haya
logrado la comprensión no me levantaré de aquí”
Era
su 35 cumpleaños y durante siete semanas se sentó a meditar hasta que
por fin su plegaria fue escuchada.
Esta es la historia que se cuenta de los comienzos del viaje espiritual
de una persona. Un viaje que dio origen a la religión del
'budismo'.
Un sendero que rechaza por una parte la abnegación, y por otra la
autoindulgencia.
Mientras se hallaba meditando, Siddharta tuvo una visión: vio seres
desfilando y reencarnándose. Algunos en circunstancias felices y otros
en circunstancias miserables de acuerdo con la ley universal del
karma,
según la cual cada acto bueno o malo será recompensado o castigado en
esta vida o en alguna otra reencarnación.
Al crecer como hindú, Siddharta aceptó la doctrina de la reencarnación.
Vio este ciclo de renacimiento como una fuente de sufrimiento humano: el
nacimiento es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, la vida misma es
sufrimiento. El final de este sufrimiento, pues, era el
nirvana,
es decir, escapar del renacimiento. El nirvana no se podía alcanzar en
este mundo, pero logrando un estado de bienaventuranza, el gozo de no
preocuparse más por el propio 'yo', una persona podía escapar al dolor
de la vida. Como
Buda, “el iluminado”, Siddharta
Gautama comenzó su enseñanza.
En su primer sermón, cerca de Benarés en la India, enseñó lo que él
había descubierto que era la noble verdad del camino que conduce al cese
del dolor, el
“noble camino óctuple”:
- Visión recta
- Intención recta
- Discurso recto
- Acción recta
- Ocupación recta
- Esfuerzo recto
- Atención recta
- Concentración recta
El
resto de su vida Buda viajó de aldea en aldea enseñando su camino
óctuple. Murió a la edad de 80 años en casa de un amigo que le había
servido sin saberlo una comida preparada con setas venenosas.
Mucho después de la muerte de Buda, sus enseñanzas fueron reunidas por
sus seguidores en una colección titulada
'tres cestos',
porque la escritura se hizo sobre hojas de palmera como las que se
usaban para hacer cestos. Después de su muerte sus discípulos
continuaron su obra, y este amplio fervor religioso supuso una efusión
creativa de grandes obras de arte.
Actualmente, la pintura
'tanka' es una bella forma de
arte budista. Estas pinturas representan acontecimientos de la vida de
Buda y se utilizan como objetos de meditación. Algunas pinturas tanka se
realizan con tanto detalle que son pintadas con un pincel de un sólo
pelo. Los artistas tanka de Nepal comienzan a pintar a una edad muy
temprana con diseños más sencillos. Las estatuas de metal de Buda son
también una forma popular de arte. Se funden en latón o bronce y después
se terminan cuidadosamente a mano.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIXhQlAxDy4nIjAOBhXeOdGwisnc6dSeu3pZWcOT5nhnX65qom232BNEUGlUGYXSvw9_2BvvslFftn7aGKglJ8I0YH74v13jnC42AFgmmGFiTd02Lgp0UJ_nJX4uHB-f0ByznDnsHrhyJ3/s400/tanka.jpg)
Los animales figuran de forma prominente en la fe budista, reflejando la
creencia de que toda vida es sagrada. Son tema de la escultura pero
también se encuentran en templos donde se les alimenta y se les cuida
con esmero.
Los misioneros budistas llevaron la historia y las enseñanzas de Buda
por todo el mundo. Hoy, más de 250 millones de personas siguen su camino
hacia la iluminación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario