Cúpula militar asumiría el poder en RD si aplazaban elecciones 1962
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Sin que significara un apoyo al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que era el favorito para ganar las elecciones del 20 de diciembre de 1962, el alto mando militar amenazó con asumir el poder el 27 de febrero de 1963, si el Consejo de Estado suspendía los comicios.
Una tarde de noviembre de 1962, la cúpula militar se presentó en el Palacio Nacional ante los miembros del Consejo de Estado, que era el órgano de Gobierno del país, con esa firme determinación.
“Si no hay elecciones, las Fuerzas Armadas tomarán el poder el 27 de febrero de 1963; tal como lo dice la Constitución, el Consejo de Estado debe entregar el poder ese día; de manera que ni un día más allá del 27 de febrero de 1963”, fue el emplazamiento de los militares a los consejeros.
El profesor Juan Bosch en su libro Crisis de la democracia de América en la República Dominicana refiere que a medida que avanzaba el mes de noviembre y se sentía físicamente el crecimiento del PRD, comenzaron a aparecer trucos elaborados por los cívicos a través del Consejo de Estado.
Para Bosch una de estas artimañas fue un anuncio de la Junta Central Electoral (JCE) de que no habría votos de colores.
El voto de color era vital para el PRD que quería evitar confusión entre los sufragantes con las boletas que fueran blancas, de un solo color.
Bosch estimaba que el 50% de la población de entonces era analfabeta y hasta la gente medianamente culta no había sido educada por años en la técnica de la emisión del voto y le era engorroso votar correctamente.
Bosch explicó la firma actitud de los militares frente al Consejo de Estado a que se encontraban a la defensiva.
Muchos de estos militares, dice, habían sido acusados públicamente de haber cometido crímenes en el régimen de Trujillo y temían una crisis política que pudiera echarlos de los cuarteles y ponerlos al alcance del pueblo.
Expuso que en los rangos bajos de las Fuerzas Armadas y la Policía se producían constantemente pequeñas rebeliones.
Recordó la protesta de cientos de agentes para que no tomara posesión como jefe de la Policía el coronel Manuel Secundino Pérez Peña, designado por el Consejo de Estado el 17 de febrero de 1962.
Según la prensa de la época los policías alegaban que el coronel Pérez Peña, que venía del Ejército, maltrataba a los miembros de las Fuerzas Armadas, y que fue expulsado de esa institución por sus cualidades aviesas.
Los altos mandos militares y policiales, en noviembre de 1962, querían seguridad y la lograron haciéndose pasar por defensores de la Constitución. Temían a los cívicos porque ese partido había sido decisivo en la lucha contra el trujillismo.
Sin embargo, en septiembre de 1963 se asociaron a los cívicos en los planes golpistas.
El cambio era obvio, porque el gobierno surgido del PRD, encabezado por Bosch, era un estorbo y no les garantizaba los privilegios de que disfrutaban.
Los cívicos, que fueron derrotados abrumadoramente en los comicios del 20 de diciembre de 1962 se dedicaron a echar la base política para el derrocamiento de Bosch.
Contaron con el respaldo de un sector de la Iglesia católica molesto porque en la Constitución no aparecía mención alguna al Concordato que había firmado Trujillo con la Santa Sede.
Bosch cita que esa situación causó la ira del Averno y se vio el espectáculo que niños de colegios católicos apedrearon el edificio del Congreso Nacional causando averías en los cristales de la edificación.
La Constitución de Trujillo había sido modificada por Joaquín Balaguer, quien sucedió a Trujillo, para hacer posible el Gobierno del Consejo de Estado y el propio Consejo la enmendó para incluir las elecciones del 20 de diciembre de 1962.
Diez meses después de aquella amenaza, en noviembre de 1962 contra el Consejo de Estado los altos mandos militares estaban en situación distinta.
Ahora conspiraban junto a los cívicos para deponer al gobierno de Bosch surgido en las elecciones de diciembre de 1962 y lograron su objetivo el 25 de septiembre de 1963. Se instauró un Triunvirato dirigido por el doctor Emilio de los Santos, quien luego dio paso al doctor Donald Read Cabral.
La democracia de RD era una obra que se sembraría para porvenir
Para el profesor Juan Bosch la posible democracia dominicana sería obra del porvenir, no del pasado. El pasado era la infamia y de él no podría sacarse nada provechoso”, sostuvo.
Por eso había que sembrar para el porvenir, y hacerlo desde el primer momento, con voluntad y resolución de suicida..
Bosch dijo que la democracia dominicana que iba a nacer el 27 de febrero de 1963 debía ser tan pura como podía desearla un joven; “Debía ser pura en su respeto a todas las libertades, aun a los excesos en el uso de esas libertades, debía ser pura en el manejo de los fondo públicos, aunque para lograrlo cada alto funcionario tuviera que dedicar tiempo a vigilar las inmoralidades”.
Expresó que “debía ser pura en la vida privada de los representantes del poder público, debía ser pura e inflexible en el trato con las fuerzas reaccionarias del países y del exterior; debía ser pura en sus relaciones con otros países”.
UN APUNTE
Predominio de cívicos
Los cívicos tenían un predominio absoluto de la Junta Central Electoral (JCE). Bosch sostenía que si el PRD daba una batalla en el seno de la Junta, la perdía. El PRD había perdido la de las elecciones para la Constituyente.
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