Entrada nueva en Maestroviejo's Blog |
domi LA CONTRAINICIACIÓN EN AMÉRICA DEL SUR PRECOLOMBINA (Sergio Fritz Roa)by maestroviejo |
En
alguna oportunidad[1] nos hemos referido brevemente a la
contrainiciación en el sentido dado por René Guénon (es decir, una
“espiritualidad” al revés o el proceso contrario a la iniciación; un
descenso consciente para llegar a los estados inferiores del ser), para
tratar el tema de las Torres del Mal (o siete torres del diablo) y su
posible relación con la secta herética yezidi. De ello, ya
existen algunos trabajos de otros autores; y, sin embargo, lo
concerniente a la influencia contrainiciática en la América del Sur
precolombina es terreno aun ignoto. Sin pretender llenar este vacío sino
simplemente con el objeto de enunciar algunas ideas al respecto que
puedan continuar un análisis más profundo, hemos escrito el presente
artículo. Por tanto, éste es un trabajo meramente enunciativo y básico,
no un análisis definitivo.
I
Partamos indicando algo sabido: que existe un conflicto milenario, que ya se da “ab initio”.
La lucha que según los griegos antiguos se dio entre los dioses y los
titanes; o en la visión judía y cristiana entre Jehova y Satanás; es
muestra de aquello.
En
la cosmogonía mapuche se refleja entre el combate de las dos serpientes
primordiales. “El Padre Sol tuvo unos hijos rebeldes, los Gigantes.
Estos fueron precipitados a la Tierra y transformados en la serpiente
Kai-kai-filu, que provoca el Diluvio.
La humanidad se refugia en la Montaña de la Creación y de la Salvación, Threng-Threng, en la que habita la Serpiente Buena”. (Citado por Dick Ibarra Graso en “Cosmogonía y mitología indígena americana”, Kier, Buenos Aires, 1980, p.258-259).
Desde dichos tiempos la lucha entre bien y mal seguirá. Y los siervos de la Serpiente Mala tendrán sus líderes, ritos y centros.
La humanidad se refugia en la Montaña de la Creación y de la Salvación, Threng-Threng, en la que habita la Serpiente Buena”. (Citado por Dick Ibarra Graso en “Cosmogonía y mitología indígena americana”, Kier, Buenos Aires, 1980, p.258-259).
Desde dichos tiempos la lucha entre bien y mal seguirá. Y los siervos de la Serpiente Mala tendrán sus líderes, ritos y centros.
II
No
deja de llamar la atención el excesivo uso de demonios, bestias y
aberraciones de todo tipo (especialmente sexual) en algunas
representaciones escultóricas precolombinas. Pensamos que no se trata,
como en el caso del Budhismo, el Hinduismo o de las gárgolas de las
Europa medioeval, de la manifestación de ciertas energías que están
dentro de un orden espiritual o de mecanismos de protección, sino que
más bien de algo invertido, derechamente satánico.
Esto se hace muy patente en antiquísimas representaciones sudamericanas, especialmente las del eje Colombia-Ecuador-Perú. ¿Por qué allí? Ciertamente no es casual que sea esta región, pues precisamente el Ecuador además de ser una de las referencias centrales de la geografía física, lo es también en cuanto a sacralidad. La importancia de Ecuador en el contexto espiritual americano es impresionante. La sola mención a la Cueva de los Tayos y las polémicas generadas en torno a sus descubrimientos nos puede dar una idea de lo que allí está en juego.
Esto se hace muy patente en antiquísimas representaciones sudamericanas, especialmente las del eje Colombia-Ecuador-Perú. ¿Por qué allí? Ciertamente no es casual que sea esta región, pues precisamente el Ecuador además de ser una de las referencias centrales de la geografía física, lo es también en cuanto a sacralidad. La importancia de Ecuador en el contexto espiritual americano es impresionante. La sola mención a la Cueva de los Tayos y las polémicas generadas en torno a sus descubrimientos nos puede dar una idea de lo que allí está en juego.
Desde
ya se debe comprender que así como esta zona ha sido sin duda muy
importante desde una perspectiva espiritual tradicional, ha tenido su
contraparte en la existencia de monstruosos cultos.
Uno
de los casos más explícitos a nuestro juicio de esta inversión
espiritual o contrainiciación en territorio sudamericano es el referido a
las piezas escultóricas que fueron halladas por Antonio Carrillo
Bucheli. En el sitio http://www.piedrasdeica. es/ecuador_1.html, de
donde tomamos algunas de las fotografías que a continuación incluimos,
se nos da una explicación: “Los objetos expuestos a continuación y en
las siguientes páginas de este artículo son sólo una pequeña muestra que
perteneció a la colección ya desaparecida, originalmente compuesta por
casi 8000 piezas, del Dr. Antonio Carrillo Bucheli, profesor de
arqueología con estudios en Francia y EEUU, fallecido en 1998 , y que
durante muchos años estuvo abierta al público en la ciudad de Quito
(Ecuador). Estos objetos nunca antes habían aparecido en ningún medio
oficial de comunicación, revista, prensa, televisión, o documental.
Todos sus esfuerzos por que se reconociera la validez y antigüedad de
los mismos fueron en vano. Nadie quiso escuchar sus peticiones de que se
realizaran pruebas de radiocarbono-14, termoluminiscencia, y otras”.
Basta
una simple mirada a estas esculturas para percibir que estamos ante
algo de un orden inferior, no solar. Obviamente no hablamos desde una
perspectiva “artística” (pues es innegable la destreza en la
representación) sino metafísica. Seres bicéfalos, copulaciones entre
bestias, etc.
(FUENTE DE LAS FOTOGRAFÍAS ANTERIORES: http://www. piedrasdeica.es/ecuador_1.html )
II
Otro
caso del cual queremos dejar nota es el llamado Tesoro de los
Quimbayas. Se trata de piezas de una confección extraordinaria que
representan a hombres con un claro aspecto narcotizado. Como si
estuvieran en una contemplación de un paraíso artificial, los rostros
son distantes, con los ojos dormidos y una sonrisa suave.
(Fotografía: Juan Mayr)
Estos
objetos hallados en territorio colombiano, hoy se encuentran en España.
(Ver el libro “Un viaje mágico por los misterios de América” de Pablo
Villarrubia Mauso, EDAF S.A., Madrid, 2000, pp 179 y ss.).
III
Un
tercer lugar que queremos mencionar, también se relaciona con Colombia.
Se trata de San Agustín de Huila. Es irónico a nuestro juicio que el
libro más común sobre los monolitos de Huila se llame “La iniciática en
San Agustín de Huila” (Osman Gonzalez Espoz, Ediciones Jeal, Bogota,
1987), cuando si algo queda claro de la simple observación es el hecho
que estamos frente a un culto oscuro, donde los seres son evidentemente
demoniacos.
(El célebre investigador Paul Rivet y el ministro de Bélgica junto a la estatua en
San Agustín, el año 1938. Del archivo fotográfico Gregorio Hernández de Alba
Sobre
el origen del pueblo que esculpió los impresionantes megalitos nada se
sabe, salvo que a la llegada de los españoles ya no existía. Según
pruebas realizadas por alemanes donde se utilizó carbono 14, los
megalitos datarían de ¡33 siglos antes de Cristo!
¿Qué se quiso expresar en este centro americano?
Se trata en gran parte de humanoides con dientes bestiales, o animales-demonios.
(Estatua en San Agustín de Huila. Aspecto demoniaco de la escultura
IV
La
contrainiciación existe aún en estas regiones. El caso del culto al Tío
en las minas de Bolivia, del que pronto esperamos escribir, lo
demuestra.
También
podemos dar un testimonio muy cercano: Cuando nuestros padres tuvieron
la fortuna de ir a unas ruinas a las cuales no van frecuentemente los
turistas (nos referimos a un lugar no lejano de Patallacta), invitados y
dirigidos por una descendiente de auténticos Inkas pudieron
contemplar esculturas pétreas de animales gigantescos, muchos de los
cuales la zoología descarta como habitantes de Sudamérica. Lo
sorprendente fue que todos o casi todos carecían de cabeza. La anciana
peruana les indicó a nuestros padres que al ser esos animales los
guardianes del lugar, satanistas habían cortado sus cabezas. Ello quedó
demostrado con inscripciones modernas donde había la típica simbología
de satanistas (pentagramas invertidos, etc.).
Hemos
escuchado algo semejante que ocurrió hace diez o más años en el Pucará
de Chena, al sur de Santiago de Chile, donde grupos juveniles realizaban
invocaciones satánicas en la noche.
La
muerte a un sacerdote en la Catedral de Santiago el 24 de julio de
2004, mientras aquél realizaba misa, por el joven Rodrigo Orias (quien
preparó con mucha antelación su viaje desde el sur al centro del país;
compró un daga para cometer el acto homicida; días antes de viajar al
centro de Chile le comentó a su madre, que viajaría a “cumplir una
misión”, “que su dios le exigía”, etc.) es de claro sentido ritual. No
por nada, él mismo confesó que se preocupó de "elegir una iglesia que
por su simbolismo y grandeza fuera la más importante para el
país". Curiosidad o no, Orias es un nombre de un marqués infernal.
Además, parece existir una relación entre este crimen con las
misteriosas muertes de 12 jóvenes en Aysén (la misma región de donde
provenía Rodrigo Orias).
El utilizar lugares sacros para acciones satánicas es ciertamente una labor de la contrainiciación, realizada por los awliyâ ash-shaytân (“santos
de Shaytán”) o en términos akbarianos “la Corte de Iblis” (véase el
tratado “El árbol del universo”, Ibn al-Arabi, Editorial Sufí, Madrid,
1989, p.37). El profanar lo sacro no es casual ni inofensivo. Tampoco el
querer llevar a la humanidad a sus estados inferiores.
¿Qué influencias sutiles pero perversas actúan hoy día en Nuestramérica?
No hay comentarios:
Publicar un comentario