EL TEATRO LA REPUBLICANA
Fuente: Gisela Mejía Billini de Espaillat, obra Figuras y
Relatos de Ayer. Editora del Caribe C por A. Santo Domingo. Año 1946.Págs.
129-130
Calidoscopio de mil faceta,
prima irisado de visiones multicolores s, símbolo que recoge en su alegoría
polisugerente un mundo de vivencia de un mundo de vivencias y sentimientos, el
teatro La Republicana, en un personaje legendario en la historia capitalina,
centinela mudo, guardián vigilante, testigo desvelado y fiel depositario de un
pasado que guarda innumerables páginas colmadas de gloria inmortales y de hitos de espiritualidad y
romanticismo.
Por su escenario inolvidable,
proscenio de grandezas, desfilaron imperecederas figuras del arte universal,
que hoy son sombras luminosas de un pretérito
de cada día se aleja más para nunca volver.
El edificio de piedra donde
funcionó por largos años el teatro “ la Republicana” fue iglesia de la casa de estudios y universidad
de los Padres Jesuitas. El regidor don Gerónimo de Quezada y Gorcón,
regaló en 1683 los recuerdos necesarios
para el levantamiento de estos edificios, de los cuales sólo se conserva hoy el magnífico templo que es el
Panteón Nacional.
Por gestiones del obispo
Navarrete se concedió permiso de lugar
para la construcción que se inició hacia
1715 a 1716. La cúpula de esa
iglesia fue considerada por los entendidos en la materia como la más elegante y
airosa de todos los monumentos coloniales de la ciudad de Santo Domingo.
El colegio de los Jesuitas que
tuvo su sede en ese local fue autorizado
por la Bula Pontificia a expedir
títulos, a nivel universitario. El
templo se hizo bajo la advocación de
San Ignacio. En 1767 ocurre la expulsión
de los Padres Jesuitas de la colonia, pero en 1802, transcurridos 35
años, se restablece la compañía
de Jesús en nuestro país. En 1859 fue concedido a la sociedad “Amantes
de las Letras” de fecunda labor, dicho
local para hacer allí un teatro.
El 13 de octubre de 1860 tuvo
lugar la inauguración del mencionado teatro con la puesta en escena del drama
de José Zorrilla “Zapatero a tus Zapatos”, interviniendo como actores los
aficionados: Alejandro Román, Luís Betances hijo, Francisco Javier Miura y los
hermanos Manuel de Jesús y José Gabriel García.
El 1878 se prorrogó la
concesión del local por otros 20 años a
la sociedad Literaria “La Republicana” y
en 1882
se alargó por diez años más el término de dicho plazo, el cual
terminaba el 26 de mayo de 1909. El
teatro desapareció en 1917, en los tristes días de la Ocupación Militar
Norteamericana.
Entre 1905 y 1917 pasaron por el escenario del Teatro “La Republicana”
la compañía de variedades del polifacético Manolo Lapresa, transformista,
violinista y cantante; la dramática de
Doña Luisa Martínez Casado, eminente
actriz de sobresalientes cualidades; la zarzuela de Vigil, la de Leopoldo Barón, la de Adelita
Vehi, en cuyo elenco vinieron la triple Esther Laciaustra, quien se quedó a vivir entre
nosotros, el maestro don Cándido Castellanos, violín concertino de grata
memoria y provechosa labor en el campo
de nuestra evolución musical, Consuelo Baillo, la mexicana Esperanza
Iris, su gran actuación en la obra “ La Viuda Alegre”, fue insuperable en ese
entonces, que se le conoció como la
reina de la Opereta,
Pasaron por aquel
escenario la Compañía Cómico-Lirico-Dramática de Ricardo Luque, la de Luis
Reyes, la de Ricardo Guell, la de Francia Fuentes, la de Virginia Fábregas.
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