jueves, 6 de junio de 2013

Los laboratorios de Thomas A. Edison, en West Orange


Los laboratorios de Thomas A. Edison, en West Orange

Jesús Méndez Jiminián
Jesús Méndez Jiminián
Jesús Méndez Jiminián | ACTUALIZADO 04.06.2013 - 6:33 pm
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Poco tiempo después del éxito de Edison en Nueva York con la luz eléctrica, se comenzaron a instalar sistemas similares en París y Londres. El prestigio de Thomas A. Edison por aquellos días era de tal magnitud, que en 1889 cuando se celebró en París la famosa Exposición de aquel año, el pabellón que él instaló atrajo allí a más de 30 mil personas, fascinados, sobre todo, por dos de sus inventos: el fonógrafo y el sistema de iluminación.       

 En la ocasión, se ha resaltado, que fue recibido por el entonces Presidente de Francia, Sadi Carnot, quien le impuso en el Palacio del Elíseo la máxima condecoración francesa: la Legión de Honor; y en Italia, también recibió varias condecoraciones. En este viaje, a Edison se interesaron por conocerle algunas celebridades, tales como el científico Louis Pasteur, Gustav Eiffel, ambos franceses… y hasta Búffalo Bill.
   
Aquel viaje de Edison a Europa, lo realizó en compañía de su segunda esposa Mina Miller, con quien había contraído matrimonio el 24 de febrero de 1886, tras el fallecimiento de su primera mujer, en 1884, Mary Stiwell Edison. Fue precisamente luego de su matrimonio con Mina, que Edison estableció su hogar en Glenmont, y sus laboratorios en lugar cercano, en West Orange. Tras su regreso a West Orange, a mediados de octubre de 1889, Edison se encontró con una agradable sorpresa: dos empleados suyos Batcherlor y Dicken “habían construido, siguiendo los bosquejos de Edison, el kinetoscopio”.                   

 En la demostración hecha a su jefe (Edison, n. de j.m.j.), “proyectado sobre una pantalla blanca” decía: “Buenos días, señor Edison, me alegro que haya regresado. Espero que esté satisfecho con el kinetoscopio. Frente a la tradición que sitúa a los hermanos Lumiere como los pioneros del cine, aparece la primera proyección, sonora y no muda como la de los franceses, nacida de la factoría de West Orange” (p. 121, en “Thomas Alva Edison”…).
   
A partir de aquella prueba del kinetoscopio, Edison comenzó a realizar varias más, con la finalidad de mejorar el aparato, “La preocupación desde entonces fue aumentar el tiempo de duración de las proyecciones e intentar reproducirlas con sonido, eliminando los problemas que suponían sincronizar la imagen visual con las grabaciones de audio”.
   
En 1892, decidió explotar el kinetoscopio, y encargó para ello a algunos de sus colaboradores en West Orange de crear un teatro, en las instalaciones de sus laboratorios, “usando un barrancón de madera recubierto de alquitrán, que aislase de la luz solar las películas y que pudiese ser iluminado… este teatro fue llamado Black María… En este centro se produjeron los primeros corto – metrajes de la historia del cine. Aprovechó (Edison, n. de j. m. j), como medida publicitaria, personajes populares del momento…                    

Entre ellos… el boxeador Jim Corbett o el mismo Búffalo Bill… elaboró una serie de documentales entre los que se destacan uno de las instalaciones de West Orange y otro en el que el protagonista era el mismo Edison trabajando en su laboratorio”. (pp. 131-132).
   
En pocos días, “el kinetoscopio se convirtió en la forma de diversión preferida de los norteamericanos, que llegaban a hacer varias horas de cola para poder ver películas de 9 minutos…”. (p. 132). Entre 1903 y 1904, Edison rodó en el Black María dos éxitos corto – metrajes: La vida de un bombero americano y El asalto al tren. Edison logró construir más de 800 salas de películas en los Estados Unidos, que esperaban a través de su compañía, la Thomas A. Edison Inc.Continuará …. 

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