Se convirtió en leyenda tras conquistar cuatro oros olímpicos en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y rebatir las creencias del Führer sobre la superioridad de la raza aria.
El
atleta estadounidense Jesse Owens batió cuatro récords mundiales, en
los 100 metros, 200, 4x100 y salto de longitud, para convertirse en el
primer estadounidense en ganar cuatro medallas de oro en los mismos
Juegos.
Su
actuación es recordada por vulnerar la propaganda nazi en los JJOO de
Berlín, donde se mostraba a los deportistas de origen africano como
inferiores. Adolf Hitler buscaba dar al mundo la imagen de una Alemania
nazi renaciente. Lo que nunca imaginó es que un joven negro de Alabama
iba a desmoronar su teoría.
"Todos
tenemos sueños, pero para que esos sueños se vuelvan realidad, se
necesita una gran determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo",
fue una de las frases que dejó como legado.
A
partir de los logros de Owens, la historia es difusa y hay quien afirma
que Hitler no saludó al gran triunfador de los Juegos Olímpicos por su
origen. Cuando otros afirman que no tenía ninguna obligación de hacerlo,
ya que sólo lo hizo con los dos primeros vencedores.
En
1976 recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo honor
que puede recibir un civil en los Estados Unidos. El 31 de marzo de
1980, murió en Arizona a los 66 años debido a un cáncer de pulmón.
En
1990, el Presidente George H. W. Bush le concedió la Medalla de Oro del
Congreso por sus triunfos para la humanidad. Hasta el día de hoy,
existe la Fundación Jesse Owens que ayuda económicamente a jóvenes sin
recursos.
Fuente: infobae.com
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