domingo, 7 de junio de 2015

La poética de Jacques Viau Renaud y su permanencia en la isla

La poética de Jacques Viau Renaud y su permanencia en la isla


06_06_2015 Areito 6 junio Areíto6
Recordar al poeta Jacques Viaud Renaud es recordar los principios de la solidaridad universal y saludar a un gran poeta, ciudadano del Mundo.
Los inmigrantes dejan su sangre, su abono y contribución en la tierra que los acoge. La Historia nos dice cuántos poetas, filósofos, artistas y libres pensadores entregaron sus vidas por “la libertad”.
La Historia Universal está llena de ejemplos heroicos. República Dominicana pudo contar en sus momentos más patéticos con el compromiso firme de muchos ciudadanos del mundo, lo que ha ocurrido siempre en sus gestas heroicas, sobre todo durante la más importante contienda revolucionaria contemporánea: la Guerra de Abril de 1965.
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En los más fuertes combates heroicos contra la invasión norteamericana de ese año, fueron presentes y ofrendaron sus vidas tres extranjeros, dos de ellos europeos: el italiano Ilio Capozzi, quien cae junto a los titanes dominicanos, el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, Juan Miguel Román y Euclides Morillo, entre otros héroes que se embarcaron en rescatar uno de los más importantes símbolos de la nación, como lo es el Palacio Nacional. Luego en otros eventos de igual grandeza mueren en combate el francés André Riviere y el poeta Jacques Viau Renaud, a quien tanto quisieron y admiraron generaciones de jóvenes dominicanos, muchos de ellos –en esa época-poetas en ciernes, como el caso de Mateo Morrison, a quien probablemente Jacques Viau en las aulas del Liceo Dominicano donde este hacia su bachillerato, Viau en sus clases de literatura e idioma, le infringiera la dosis de amor por la patria y por la vida…
Escribió el poeta Juan José Ayuso, su “Canto a Jacques y a los otros”, que como él trascendió los tiempos y ofrendaron sus vidas:
“Pasa Jacques Viau montado en una estrella/junto a los helicópteros por el cielo invadido./ Cruza Jacques Viau montado en una estrella/el cielo de su Patria hacia el Oriente/llegando a su Patria en Occidente./ Junto a Jacques van también los otros conocidos, /los otros ignorados./ Junto a Jacques un tropel de jinetes/ sobre estrellas criollas/sobre estrellas haitianas, /y españolas,/sobre estrellas francesas e italianas./ Un tropel de jinetes/entre los helicópteros por el cielo invadidos./ Abajo están las tumbas y las ruinas./ (Abajo están el silencio convirtiéndose en grito)”.
Abril…el 15 de junio y los días siguientes no pueden escribirse sin Jacques, nacido en Puerto Príncipe, un 28 de julio de 1941, quien tan pronto llegó junto a sus padres y hermanos como exiliados a Santo Domingo, decidió ser hijo adoptivo de este lado de la Isla. Porque para esta familia de haitianos libres e ilustrados, la insularidad suena con solidaridad y libertad.
Su padre, un perseguido político de la dictadura de Francois Duvalier, emigró de Haití con su familia a la vecina República Dominicana en el año de 1958, donde ejerció como profesor de francés.
Desde joven, Renaud se interesó por la literatura, profesando a través de ella un profundo amor y respeto por las dos naciones que forman la isla de Quisqueya o Hispaniola. Realizó una labor docente y participó activamente en la vida literaria dominicana de comienzos de los años sesenta, vinculándose a grupos como “Arte y Liberación”, que entre sus combatientes gestores contaba con el artista plástico Silvano Lora, quien fue también exiliado –por muchos años en París-, por combatir la otra dictadura de la Isla: la de Rafael Leónidas Trujillo.
Al estallar el conflicto bélico conocido como Guerra de Abril de 1965, rebelión que propugnaba por el retorno al poder del derrocado presidente Juan Bosch, se unió Jacques Viau decididamente a las fuerzas rebeldes, formando parte del comando B-3. Cayó abatido el 15 de junio de 1965 por el estallido de un mortero disparado por las tropas de ocupación, contando apenas con 23 años de edad.
La poética del exilio es apasionante, por humana, tierna y a la vez, dolorosa… La nación haitiana tiene una gran diáspora intelectual difuminada por el mundo: París, Nueva York, Miami, Canadá, en fin, por muchas partes podemos disfrutar el arte y la literatura haitiana. La poética de la diáspora haitiana cuenta con importantes obras de poetas al servicio de la libertad, como: Anthony Phelps, es uno de los mayores con su libro, quien escribió: …Mon pays que voici…
Serge Legagneur, autor de “Mots muets”, y más recientemente justamente titulado “La poétique de l´exil”(La poética del exilio) de Joel Desrosiers, estos tres miembros de la diáspora establecidos en Quebec, Canadá.
Pero en Francia, el famoso intelectual y neurólogo, justamente especialista en “la palabra”, Jean Métellus, es el portavoz de la poesía comprometida con el exilio, muy manifiesta en su obra….Au Pipirite chantant… saludada por el intelectual francés André Malraux, y publicada por Maurice Nadau. También, entre su gran producción tiene la novela épica Anacaona.
En la Isla tenemos el recuerdo de este poeta ciudadano de Haití, Jacques Viau, que nos ofrece su juventud y la mística de su compromiso como claves de reflexión y meditación sobre el valor y la dignidad en la convivencia insular.
Recordar a Jacques Viau, en estos días que se acercan al aniversario de su entrega y muerte, es pensar la poética insular como gesta de libertad. Es también invitar a muchos escritores, pensadores, poetas e intelectuales haitianos a conocernos más y a acercarnos más a la metáfora de “la dominicanidad” con el respeto de un mayor conocimiento de las dos partes soberanas, sin especulaciones emocionales y nacionalistas, que en muchos casos entorpecen los esfuerzos diplomáticos y culturales de convivencia compartida entre dos soberanías incuestionables.
La gesta heroica de Viau, es un ejemplo vivo y un llamado para un encuentro entre escritores e intelectuales de Haití y de República Dominicana con el propósito de conocer más a fondo nuestras realidades y responsabilidades.
Existen todavía hoy en Haití y en las diferentes diásporas muchos amigos haitianos solidarios y conocedores agudos y justos de nuestras problemáticas y de nuestro provenir; amigos que saben que el futuro de la isla será de paz y de libertad de lado y lado, con el compromiso de todas las inteligencias. Amigos de Haití, conscientes de sus amigos en República Dominicana, amigos de verdad con la esperanza de compartir una democracia que ayude y participe en la urgencia de la solución de los problemas insulares, respondiendo con determinación y buena fe a la buena y generosa voluntad de las autoridades dominicanas. Hoy se necesitan en Haití muchos Jacques Viau, que con su poética y su conciencia ciudadana, ayuden a acompañar un futuro de paz en dos soberanías respetadas.
Es con honor que debemos recordar la ciudadanía heroica del poeta Viau, pero también, del valiente ciudadano del mundo que supo levantarse en armas, para defender el derecho de los pueblos soberanos.

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