La serpiente emplumada en Mesoamérica (1)
La presencia de la gran
serpiente con plumas en su cuerpo es permanente en el pensamiento
antiguo de Mesoamérica. Quetzalcóatl es el dios capaz de arrancar las
ocultas riquezas del mundo subterráneo, oscuro y egoísta, principalmente
el maíz, sustento esencial de los humanos fue arrancado por
Quetzalcóatl a los dioses del mundo subterráneo, es también la carne
misma de este dios.
Con frecuencia, este dios se conduce desde las ocultas profundidades
hasta la superficie terrestre, en un movimiento serpentino y continuo.
Como divinidad del viento es también el dueño del remolino. Una de sus
insignias principales es la joya del viento o ehecacózcatl, un caracol
cortado con un diseño en espiral que sugiere el movimiento rotatorio del
aire y también de la serpiente, la cual en escultura casi siempre es
mostrada enroscada en sí misma o insinuando un movimiento ondulante. Su
habilidad para moverse entre distintos niveles hace de este ser divino
el transportador privilegiado de las materias que crean la vida sobre la
superficie de la Tierra.
Blas Castellón Huerta, “Cúmulo de
símbolos. La serpiente emplumada”, La serpiente emplumada en
Mesoamérica, número 53 de la edición regular de Arqueología Mexicana.
IMAGEN: A. Quetzalcóatl. Museo Arqueológico de Apaxco, estado de
México. B. Representación de Ehécatl-Quetzalcóatl con sus atributos
característicos: gorro cónico de piel de jaguar (a), máscara bucal (b) y
ehecacozcátl (c). Códice Telleriano-Remensis, f. 8v.
Foto y reprografía: Marco Antonio Pacheco / Raíces
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