Leyes raciales fascistas
Las leyes raciales fascistas son un conjunto de medidas
legislativas y administrativas (leyes, decretos, circulares, etc.) que fueron
lanzadas en Italia entre 1938 y los primeros
cinco años de la década de 1940, inicialmente por el régimen fascista y luego por la República, dirigidas principalmente
–pero no exclusivamente– contra las personas de religión judía. Benito Mussolini las presentó por primera vez el 18 de septiembre de 1938 en Trieste, desde el balcón del ayuntamiento
con motivo de su visita a la ciudad.
Para la legislación fascista,
era judío cualquier persona que había nacido de: dos padres judíos, un judío y
un extranjero, de madre judía en condiciones de paternidad desconocida o que, a
pesar de tener un padre ario, profesara la religión judía. Sobre los judíos se
promulgaron una serie de leyes discriminatorias, pero se admitió la discutida
figura del judío «convertido en ario» o del judío con méritos especiales:
militares, civiles o políticos. A los judíos «convertidos en arios» se les
aplicaron las leyes con algunas excepciones y limitaciones.1
·
la prohibición de matrimonio entre los italianos y los judíos,
·
la prohibición de que judíos emplearan a nacionales de raza aria,
·
la prohibición a todas las administraciones públicas y empresas privadas
de carácter público –tales como bancos y compañías de seguros– de emplear a
judíos,
·
la prohibición de judíos de entrar en Italia,
·
la retirada de la ciudadanía italiana concedida a judíos en el
extranjero con fecha posterior a 1919,
·
la prohibición de trabajar como abogado o periodista y fuertes
limitaciones para ejercer las llamadas «profesiones intelectuales»,
·
la prohibición de la inscripción de los niños judíos –con excepción de
aquellos que no se hubiesen convertido al catolicismo y que no viviesen en
áreas donde no hubiese escuelas judías por falta de alumnos– en escuelas
públicas,
·
la prohibición de usar textos escolares en cuya redacción hubiese
participado de alguna manera un judío.
También se ordenó a la comunidad
judía la creación de escuelas específicas para los niños judíos. Los maestros
judíos sólo podían trabajar en esas escuelas.
Premisas teóricas y antecedentes
Las
leyes ilustran la enorme influencia de Hitler y
el pensamiento racista nazi sobre Mussolini. En los dieciséis años anteriores a
la proclama del manifiesto, el gobierno fascista italiano no había aprobado
ninguna ley
racial; Mussolini mantenía el punto de vista de que el reducido
número de judíos italianos había vivido en el territorio «desde los días de los reyes de Roma», una referencia a los bené roma, y que
deberían «permanecer imperturbados».3 Había
incluso algunos judíos en el Partido Nacional Fascista (PNF), como Ettore
Ovazza, que en 1935 fundó el periódico fascista judío La Nostra
Bandiera.4 Diversos
historiadores explican el cambio de opinión de Mussolini como un intento de
acercarse a la Alemania de Hitler, «un gesto de buena voluntad», de forma que
el antisemitismo fascista no era teórico, sino más bien nacía de razones
políticas y tácticas.5 La
influencia alemana sobre la política italiana alteró incluso el equilibrio
establecido en la Italia fascista y resultó muy impopular entre la mayoría de
los italianos, hasta el punto que el papa Pío XIIenvió una carta a Mussolini protestando por
las nuevas leyes.6 Tras
una resistencia considerable, la influencia nazi comenzó a penetrar algunos
círculos fascistas. El antisemitismo, en forma de racismo biológico, comenzó a
aparecer en algunas publicaciones. Sin embargo, en general, hubo un gran
esfuerzo en distinguir el racismo fascista del que emanaba del norte. No era raro, antes del inicio de
la II Guerra Mundial, que los intelectuales fascistas se opusiesen a alguno de
los principales elementos del
El
fundamento y las premisas teóricas de las leyes raciales fueron algunas
consideraciones que tenían como objetivo establecer la existencia de la raza
italiana y su
pertenencia al grupo de las llamadas razas arias. A estas reflexiones se les trató de dar
una base c ientífica, aunque el resultado fuese inconsistente.
È
tempo che gli Italiani si proclamino francamente razzisti. Tutta l'opera che
finora ha fatto il Regime in Italia è in fondo del razzismo. Frequentissimo è
stato sempre nei discorsi del Capo il richiamo ai concetti di razza. La
questione del razzismo in Italia deve essere trattata da un punto di vista
puramente biologico, senza intenzioni filosofiche o religiose. La concezione
del razzismo in Italia deve essere essenzialmente italiana e l'indirizzo arianonordico.
|
Es hora de
que los italianos se proclamen abiertamente racistas. Todo el trabajo que
hasta ahora ha hecho el Régimen en Italia es en el fondo racista. Muy
frecuente ha sido siempre en los discursos del Caudillo la referencia a los
conceptos de raza. El tema del racismo en Italia debe ser tratado desde un
punto de vista puramente biológico, sin intenciones filosóficas o religiosas.
El concepto de racismo en Italia debe ser esencialmente italiano y la
dirección arianonordica.
|
Tras
la entrada en vigor en 1937 del Real Decreto-Ley nº. 880 –que prohibía el «madamato» (la
compra de una concubina) y el matrimonio de italianos con «súbditos
de las colonias africanas»– otras leyes racistas fueron aprobadas por el
Parlamento italiano
El «Manifiesto de la raza»[
Un
documento clave, que desempeñó un papel importante en la promulgación de las
llamadas leyes raciales, es el Manifesto
degli scienziati razzisti («Manifiesto
de los científicos racistas», también conocido como el Manifesto della Razza,
«Manifiesto de la raza»). Publicado por primera vez de forma anónima en el Giornale d'Italia, el 15 de
julio 1938, bajo el título Il
Fascismo e i problemi della razza(«El fascismo y los problemas de la
raza»), y reeditado después en el número uno de la revista La difesa della razza («La defensa de la raza») el 5 de
agosto de 1938, firmado por 10 científicos.
El 25
de julio 1938 –después de una reunión entre los diez directores de la tesis, el
ministro de la cultura popular Dino
Alfieri y el
secretario del partido fascista (PNF) Starace
Achille– el secretario político del PNF cumunicó el texto completo
de la obra, la lista completa de signatarios y los adherentes.
Entre
las adhesiones posteriores, destacan las de personajes famosos –o que llegarían
a serlo–, como, por ejemplo, Giorgio Almirante,Bargellini
Piero, Giorgio
Bocca, Galeazzo Ciano, Amintore Fanfani, Agostino Gemelli, Giovanni Gentile, Luigi
Gedda, Giovannino Guareschi, Mario
Missiroli, Romolo Murri, Giovanni Papini, Ardengo Soffici o Giuseppe Tucci.
A
pesar de que se ha llegada a afirmar que Mussolini no era antisemita (una de
sus amantes, Margherita Sarfatti,
era judía),7 Galeazzo
Ciano escribió en su diario el día de 14 de julio 1938 : «El Duce me ha
anunciado la publicación en el Giornale
d'Italia de una declaración
sobre las cuestiones de la raza. Ha sido escrito por un grupo de estudiosos,
bajo la dirección del Ministerio de la Cultura Popular. Me dice que, de hecho,
lo ha preparado casi en su totalidad él mismo».8
Al
Real Decreto-Ley del 5 de septiembre de 1938 –que establecía «Medidas para la
defensa de la raza en la escuela fascista»– y al del 7 de septiembre –que establecía
«Medidas contra los judíos extranjeros»– le siguió el 6 de octubre una
«declaración sobre la raza» emitida por el Gran Consejo Fascista.
Esta declaración fue adoptada posteriormente por el Estado, por un Real
Decreto-Ley con fecha del 17 de noviembre de ese año. Son muy numerosos los
decretos firmados por Benito Mussolini como jefe de gobierno y luego
promulgados por Victor Manuel III entre
el verano y el otoño de 1938. Todos tendían a legitimar una visión racista de
la llamada «cuestión judía».
La combinación de estos decretos y documentos mencionados es en realidad todo
el corpus de las leyes raciales.
Algunos
de los científicos e intelectuales judíos afectados por la orden del 5 de
septiembre, sobre todo en el mundo de la educación y la enseñanza, emigraron a
los Estados Unidos. Entre ellos se encuentran: Emilio Segrè, Achille Viterbi (padre de Andrea
Viterbi),Bruno
Pontecorvo, Bruno Rossi, Ugo
Lombroso, Giorgio
Levi Della Vida, Mario Castelnuovo-Tedesco, Camillo
Artom, Ugo Fano,Roberto
Fano, Salvatore
Luria, Piero Foà, Luigi
Jacchia, Guido Fubini, Massimo
Calabresi y Franco Modigliani. Otros encontraron refugio en Gran Bretaña, como Arnaldo Momigliano, Uberto
Limentani y Guido
Pontecorvo; en Palestina, como Umberto
Cassuto yGiulio
Racah; o en América del Sur, como Carlo Foà, Amedeo
Herlitzka y Beppo Levi. Con ellos también salieron de Italia Enrico Fermiy Luigi
Bogliolo, cuyas esposas eran judías. Otros decidieron quedarse en
Italia, aunque perdieron su cátedra. Entre estos últimos están Tullio
Ascarelli, Walter
Bigiavi, Mario
Camis, Federico
Cammeo, Alessandro
Della Seta, Donato
Donati, Mario
Donati, Marco
Fanno, Gino Fano, Federigo
Enriques, Giuseppe
Levi, Benvenuto
Terracini, Tullio Levi-Civita, Rodolfo Mondolfo, Adolfo
Ravà, Attilio
Momigliano, Gino
Luzzatto, Donato
Ottolenghi, Tullio
Terni y Mario
Fubini. Entre las dimisiones famosas de las instituciones
científicas italianas está la de Albert Einstein, miembro de la Accademia dei Lincei.
Texto del manifiesto[
El 5
de agosto de 1938, en la revista La difesa
della razza, se publicó el siguiente manifiesto:
Il
ministro segretario del partito ha ricevuto, il 26 luglio XVI, un gruppo di
studiosi fascisti, docenti nelle università italiane, che hanno, sotto
l'egida del Ministero della Cultura Popolare, redatto o aderito, alle
proposizioni che fissano le basi del razzismo fascista.
1.
LE RAZZE UMANE ESISTONO. La esistenza delle razze umane non è già
una astrazione del nostro spirito, ma corrisponde a una realtà fenomenica,
materiale, percepibile con i nostri sensi. Questa realtà è rappresentata da
masse, quasi sempre imponenti di milioni di uomini simili per caratteri
fisici e psicologici che furono ereditati e che continuano ad ereditarsi.
Dire che esistono le razze umane non vuol dire a priori che esistono razze
umane superiori o inferiori, ma soltanto che esistono razze umane differenti.
2.
ESISTONO GRANDI RAZZE E PICCOLE RAZZE. Non bisogna soltanto
ammettere che esistano i gruppi sistematici maggiori, che comunemente sono
chiamati razze e che sono individualizzati solo da alcuni caratteri, ma
bisogna anche ammettere che esistano gruppi sistematici minori (come per es.
i nordici, i mediterranei, i dinarici, ecc.) individualizzati da un maggior
numero di caratteri comuni. Questi gruppi costituiscono dal punto di vista
biologico le vere razze, la esistenza delle quali è una verità evidente.
3.
IL CONCETTO DI RAZZA È CONCETTO PURAMENTE BIOLOGICO. Esso quindi è basato su altre
considerazioni che non i concetti di popolo e di nazione, fondati
essenzialmente su considerazioni storiche, linguistiche, religiose. Però alla
base delle differenze di popolo e di nazione stanno delle differenze di
razza. Se gli Italiani sono differenti dai Francesi, dai Tedeschi, dai
Turchi, dai Greci, ecc., non è solo perché essi hanno una lingua diversa e
una storia diversa, ma perché la costituzione razziale di questi popoli è
diversa. Sono state proporzioni diverse di razze differenti, che da tempo
molto antico costituiscono i diversi popoli, sia che una razza abbia il
dominio assoluto sulle altre, sia che tutte risultino fuse armonicamente,
sia, infine, che persistano ancora inassimilate una alle altre le diverse
razze.
4.
LA POPOLAZIONE DELL'ITALIA ATTUALE È NELLA MAGGIORANZA DI
ORIGINE ARIANA E LA SUA CIVILTÀ ARIANA. Questa popolazione a civiltà
ariana abita da diversi millenni la nostra penisola; ben poco è rimasto della
civiltà delle genti preariane. L'origine degli Italiani attuali parte
essenzialmente da elementi di quelle stesse razze che costituiscono e
costituirono il tessuto perennemente vivo dell'Europa.
5.
È UNA LEGGENDA L'APPORTO DI MASSE INGENTI DI UOMINI IN TEMPI
STORICI. Dopo
l'invasione dei Longobardi non ci sono stati in Italia altri notevoli
movimenti di popoli capaci di influenzare la fisionomia razziale della
nazione. Da ciò deriva che, mentre per altre nazioni europee la composizione
razziale è variata notevolmente in tempi anche moderni, per l'Italia, nelle
sue grandi linee, la composizione razziale di oggi è la stessa di quella che
era mille anni fa: i quarantaquattro milioni d'Italiani di oggi rimontano
quindi nella assoluta maggioranza a famiglie che abitano l'Italia da almeno
un millennio.
6.
ESISTE ORMAI UNA PURA "RAZZA ITALIANA". Questo enunciato non è basato
sulla confusione del concetto biologico di razza con il concetto
storico–linguistico di popolo e di nazione ma sulla purissima parentela di
sangue che unisce gli Italiani di oggi alle generazioni che da millenni
popolano l'Italia. Questa antica purezza di sangue è il più grande titolo di
nobiltà della Nazione italiana.
7.
È TEMPO CHE GLI ITALIANI SI PROCLAMINO FRANCAMENTE RAZZISTI. Tutta l'opera che finora ha
fatto il Regime in Italia è in fondo del razzismo. Frequentissimo è stato
sempre nei discorsi del Capo il richiamo ai concetti di razza. La questione
del razzismo in Italia deve essere trattata da un punto di vista puramente
biologico, senza intenzioni filosofiche o religiose. La concezione del
razzismo in Italia deve essere essenzialmente italiana e l'indirizzo
ariano–nordico. Questo non vuole dire però introdurre in Italia le teorie del
razzismo tedesco come sono o affermare che gli Italiani e gli Scandinavi sono
la stessa cosa. Ma vuole soltanto additare agli Italiani un modello fisico e
soprattutto psicologico di razza umana che per i suoi caratteri puramente
europei si stacca completamente da tutte le razze extra–europee, questo vuol
dire elevare l'italiano ad un ideale di superiore coscienza di se stesso e di
maggiore responsabilità.
8.
È NECESSARIO FARE UNA NETTA DISTINZIONE FRA I MEDITERRANEI
D'EUROPA (OCCIDENTALI) DA UNA PARTE E GLI ORIENTALI E GLI AFRICANI DALL'ALTRA. Sono perciò da considerarsi
pericolose le teorie che sostengono l'origine africana di alcuni popoli
europei e comprendono in una comune razza mediterranea anche le popolazioni
semitiche e camitiche stabilendo relazioni e simpatie ideologiche
assolutamente inammissibili.
9.
GLI EBREI NON APPARTENGONO ALLA RAZZA ITALIANA. Dei semiti che nel corso dei
secoli sono approdati sul sacro suolo della nostra Patria nulla in generale è
rimasto. Anche l'occupazione araba della Sicilia nulla ha lasciato
all'infuori del ricordo di qualche nome; e del resto il processo di assimilazione
fu sempre rapidissimo in Italia. Gli ebrei rappresentano l'unica popolazione
che non si è mai assimilata in Italia perché essa è costituita da elementi
razziali non europei, diversi in modo assoluto dagli elementi che hanno dato
origine agli Italiani.
10.I CARATTERI FISICI E
PSICOLOGICI PURAMENTE EUROPEI DEGLI ITALIANI NON DEVONO ESSERE ALTERATI IN
NESSUN MODO. L'unione
è ammissibile solo nell'ambito delle razze europee, nel quale caso non si
deve parlare di vero e proprio ibridismo, dato che queste razze appartengono
ad un ceppo comune e differiscono solo per alcuni caratteri, mentre sono
uguali per moltissimi altri. Il carattere puramente europeo degli Italiani
viene alterato dall'incrocio con qualsiasi razza extra–europea e portatrice
di una civiltà diversa dalla millenaria civiltà degli ariani.
|
El
ministro secretario del partido ha recibido, el 26 de julio de XVI, a un
grupo de académicos fascistas, docentes en las universidades italianas, que,
bajo la égida del Ministerio de Cultura Popular, han redactado o se han
adherido a las propuestas que sientan las bases del racismo fascista.
1.
LAS
RAZAS HUMANAS EXISTEN.
La existencia de razas humanas no es una abstracción de la mente, sino que
corresponde a una realidad fenoménica, material, perceptible con nuestros
sentidos. Esta realidad está representada por las masas, casi siempre
impresionantes, de millones de hombres similares por las características
físicas y psicológicas que se han heredado y continúan heredándose. Decir que
hay razas humanas no significa necesariamente que hay razas humanas
superiores o inferiores, sino sólo que existen diferentes razas humanas.
2.
EXISTEN
GRANDES RAZAS Y PEQUEÑAS RAZAS. No sólo hay que reconocer que existen los grupos sistemáticos
mayores, que comúnmente se llaman razas y que son caracterizados por sólo
algunas particularidades, pero también debemos admitir que existe grupos
sistemáticos menores (por ejemplo, los nórdicos, los mediterráneos, los
dinárdicos, etc.) caracterizados por un mayor número de particularidades
comunes. Estos grupos son desde el punto de vista biológico las auténticas
razas, cuya existencia es una verdad evidente.
3.
EL
CONCEPTO DE RAZA ES UN CONCEPTO PURAMENTE BIOLÓGICO. Por lo tanto, basado en
consideraciones distintas de los conceptos de pueblo y nación, basada
esencialmente en aspectos históricos, lingüísticos, religiosos. Pero en la
base de las diferencias entre los pueblos y las naciones están las
diferencias de raza. Si los italianos son diferentes de los franceses, los
alemanes, los turcos, los griegos, etc., no es sólo porque tienen un idioma
diferente y una historia diferente, sino porque la constitución racial de
todos estos pueblos es diferente. Tienen diferentes proporciones de
diferentes razas, que desde épocas muy antiguas constituyen los diversos
pueblos, sea que una raza tenía el dominio absoluto sobre las otras, sea que
todas resultaron mezcladas armoniosamente, sea, por último, que las
diferentes razas aún persisten no asimiladas por las otras.
4.
LA
POBLACIÓN ACTUAL DE ITALIA ES EN SU MAYORÍA DE ORIGEN ARIA Y SU CIVILIZACIÓN
ARIA. Esta
población de civilización aria habita desde hace varios milenios nuestra
península; bien poco ha quedado de la civilización de las gentes prearias. El
origen de los italianos actuales parte esencialmente de elementos de aquellas
mismas razas que componen y compondrán el tejido perpetuamente vivo de
Europa.
5.
ES
UNA LEYENDA LA CONTRIBUCIÓN DE MASAS INGENTES DE HOMBRES EN TIEMPOS
HISTÓRICOS. Tras la
invasión de los lombardos, no hay otros movimientos
importantes de pueblos en Italia que pudiesen influir en el aspecto racial de
la nación. De ello se desprende que, mientras que en otros países europeos la
composición racial ha cambiado considerablemente hasta los tiempos modernos,
en Italia, en líneas generales, la composición racial de hoy es la misma que
hace mil años: los cuarenta y cuatro millones de italianos de hoy se remontan
en su gran mayoría a las familias que han vivido en Italia durante al menos
un milenio.
6.
EXISTE
AHORA UNA PURA «RAZA ITALIANA». Esta afirmación no se basa en la confusión del concepto
biológico de raza con el concepto histórico-lingüístico de pueblo y de
nación, sino en el purísimo parentesco de sangre que une a los italianos de
hoy a las generaciones que pueblan Italia desde hace milenios. Esta antigua
pureza de sangre es el mayor título de nobleza de la nación italiana.
7.
ES
HORA DE QUE LOS ITALIANOS SE PROCLAMEN FRANCAMENTE RACISTAS. Todo el trabajo que hasta
ahora ha hecho el Régimen en Italia es en el fondo racista. Frecuentísimo ha
sido siempre en los discursos del Caudillo la referencia a los conceptos de
raza. La cuestión del racismo en Italia debe ser tratada desde un punto de
vista puramente biológico, sin intenciones filosóficas o religiosas. El
concepto del racismo en Italia debe ser esencialmente italiano y la dirección
ario-nórdica. Esto no significa, sin embargo, introducir en Italia las
teorías del racismo alemán, como son el decir que los italianos y los escandinavos
son la misma cosa. Sino que sólo quiere señalar a los italianos un modelo
físico y sobre todo psicológico de raza humana que por su carácter puramente
europeo diferencia por completo de todas las razas extraeuropeas, esto
significa elevar al italiano a un ideal de conciencia superior de sí mismo y
de mayor responsabilidad.
8.
ES
NECESARIO HACER UNA DISTINCIÓN NETA ENTRE LOS MEDITERRÁNEOS DE EUROPA
(OCCIDENTALES) DE UNA PARTE Y DE LOS ORIENTALES Y LOS AFRICANOS DE OTRA. Por lo tanto, Deben
considerarse peligrosas las teorías que sostienen el origen africano de
algunos pueblos europeos y que incluyen en una común raza mediterránea a pueblos camitas y semitas, estableciendo relaciones y
simpatías ideológicas absolutamente inaceptables.
9.
LOS
JUDIOS NO PERTENECEN A LA RAZA ITALIANA. De los semitas que a lo largo de los
siglos han aterrizado en la tierra sagrada de nuestra Patria nada en general
ha quedado. Incluso la ocupación árabe de Sicilia no ha dejado nada salvo el recuerdo
de algún nombre; y por lo demás, el proceso de asimilación fue siempre muy
rápido en Italia. Los judíos son la única población que nunca se ha asimilado
en Italia, ya que se compone de elementos raciales no europeos, absolutamente
distintos de los elementos que dieron origen a los italianos.
10.LAS CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y
PSICOLÓGICAS PURAMENTE EUROPEAS DE LOS ITALIANOS NO DEBEN SER ALTERADAS DE
NINGUNA MANERA. La unión
sólo es admisible dentro del ámbito de las razas europeas, en cuyo caso no se
debe hablar propiamente de verdadero híbridismo, dado que estas razas
pertenecen a un tronco común y se diferencian sólo en algunas pocas
características, mientras que son iguales en muchísimas otras. El carácter
puramente europeo de los italianos se altera a partir del cruzamiento con
cualquier raza extraeuropea y portadora de una civilización diferente de la
milenaria civilización de los arios.
|
Lista de los principales documentos y reales decretos-ley de carácter
racial
·
Comunicado del Secretario de Prensa del PNF,
25 de julio de 1938 - Il
Fascismo e il problema della razza («El
fascismo y el problema de la raza»)
·
Real decreto-ley del 5 de septiembre de 1938, nº. 1390 - Provvedimenti per la difesa della
razza nella scuola («Disposiciones
para la defensa de la raza en la escuela»)
·
Real decreto-ley del 7 de septiembre de 1938, nº. 1381 - Provvedimenti nei confronti degli
ebrei stranieri («Medidas contra
los judíos extranjeros»)
·
Real decreto-ley del 23 de septiembre de 1938, nº. 1630 - Istituzione di scuole elementari
per fanciulli di razza ebraica («Creación
de escuelas primarias para niños de la raza judía»)
·
Dichiarazione sulla razza («eclaración sobre la raza»),
votada por el Gran Consejo Fascista el 6 de octubre de 1938
·
Real decreto-ley del 15 de noviembre de 1938, nº. 1779 - Integrazione e coordinamento in
testo unico delle norme già emanate per la difesa della razza nella scuola
italiana («Integración y
coordinación en un texto único de las normas ya en vigor para la defensa de la
raza en la escuela italiana»)
·
Real decreto-ley del 17 de noviembre de 1938, nº. 1728 - Provvedimenti per la razza italiana («Disposiciones para la raza
italiana»)
·
Real decreto-ley del 29 de junio de 1939, nº. 1054 - Disciplina dell'esercizio delle
professioni da parte dei cittadini di razza ebraica(«Disciplina del
ejercicio de las profesiones por parte de los ciudadanos de la raza judía»)
Wikisource en
italiano posee una serie de documentos sobre las leyes
raciales italianas.
Otras minorías[
Disposición contra el movimiento pentecostal[
Una
disposición adicional trataba sobre el movimiento pentecostal. Esta disposición13 —que
data del 9 de abril de 1935 y fue firmada por el vicesecretario de interior Guido
Buffarini Guidi, refrendada por el jefe de la policía Arturo Bocchini– prohibía el culto pentecostal en
todo el Reino porque «es tan extrínseca y concreta
en las prácticas religiosas contrarias al orden social y perjudicial para la
integridad física y mental de la raza.»
Como
resultado de esta circular, se realizaron muchas detenciones y destierros,
tanto de simples creyentes como de pastores pentecostales. Uno de los más
importantes, Roberto Bracco, fue arrestado 17 veces. Por lo menos dos creyentes
pentecostales murieron por su fe: el primero, Fidardo De Simone, que se
encontraba en la cárcel romana de Regina Coeli por su fe, fue asesinado en las Fosas
Ardeatinas, junto con otras 334 personas, el 24 de marzo de 1944; el
segundo, Antonio Brunetti, fue asesinado en el campo de
concentración de Mauthausen.
En
1953, diez años después de la caída del fascismo y casi cinco desde la entrada
en vigor de la Constitución
de la República Italiana, el ministro del Interior, Mario Scelba, dijo en respuesta a una pregunta
parlamentaria que «el ejercicio del llamado culto pentecostal no está admitido
en Italia». La disposición fue declarada «no en
Tras
la toma de poder de Mussolini en
octubre de 1922, no se introdujeron leyes condenando la homosexualidad, consideraban que «los italianos son
demasiado viriles para ser homosexuales», que eso era un vicio inglés o alemán.15 16
Sin
embargo, a menudo se empleaban otras leyes, como las leyes raciales, contra los
homosexuales, sobre todo entre los los llamados «confinati politici»,
aquellos en los que se veía un «peligro político». A pesar de que este capítulo
de la historia italiana no está estudiado en profundidad, se han contabilizado
unos 88 confinati politici de 1931 a 1941, destacando en número
los procedentes de Catania, 42, debido a un juez muy estricto en su
interpretación de las leyes. Aquellos que eran condenados judicialmente corrían
el peligro de ser deportados a una colonia de castigo en zonas montañosas o en
islas de la costa italiana, como las de Ustica yFavignana.17 18 19
La República Social Italiana[
Tras
la ocupación aliada del sur de Italia y la caída de Mussolini en 1943, los
nazis crearon un estado marioneta en el norte, laRepública Social Italiana,
cuyo jefe de estado nominal era Mussolini. Las provincias de Bolzano, Trento y Belluno, además de Udine,Gorizia y Trieste, fueron declaradas zonas militares,
«Adriatisches Küstenland» (OZAK), y colocadas bajo administración de laWehrmacht. El ejército alemán aplicaba las leyes
alemanas, por lo que comenzó la persecución de judíos, opositores políticos y
demás «indeseables». Desde el campo de detención de la Risiera di San Sabba se enviaron 20.000 presos a los campos
de concentración de Dachau, Buchenwald, Auschwitz y otros; en el campo mismo, murieron
entre 3000 y 5000 presos.17
La Iglesia católica frente a las leyes raciales
A
pesar de la fuerte oposición del papa Pío XI al
régimen nazi, expresada en 1937 de la encíclica Mit brennender Sorge,
según algunos historiadores, en el caso de las leyes raciales fascistas, el
Vaticano en su conjunto no denunció con la misma firmeza la línea
discriminatoria hacia los judíos,20 preocupándose
sólo de «obtener del gobierno la modificación de los artículos que pudieran
afectar a las prerrogativas de la Iglesia en el plano jurídico del concordato,
especialmente en lo referente a los judíos convertidos.»21 Por
otro lado, el historiador Michele Sarfatti, Director del Centro de
Documentación Judía de Milán,22 reconoce
el «carácter netamente antirracista de la batalla en defensa de la libertad de
matrimonio.»23
La
Civiltà Cattolica, el órgano oficial de los jesuitas, comentando sobre el Manifesto degli scienziati razzisti,
creyó ver una importante diferencia con el racismo nazi:24
Chi
ha presente le tesi del razzismo tedesco, rileverà la notevole differenza di
quelle proposte da questo gruppo di studiosi fascisti italiani. Questo
confermerebbe che il fascismo italiano non vuol confondersi col nazismo o
razzismo tedesco intrinsecamente ed esplicitamente materialistico ed
anticristiano
|
Quien
tiene presente la tesis del racismo alemán, detectará la diferencia
significativa de las propuestas de este grupo de investigadores fascistas
italianos. Esto confirmaría que el fascismo italiano no quiere confundirse
con el nazismo o el racismo alemán, intrínsecamente y explícitamente
materialista y anticristiano.
|
Según
el historiador Renzo De
Felice, si la Santa Sede no
estaba de acuerdo con el racismo de tipo puramente materialista y biológico,
«al mismo tiempo no era contraria a una moderada acción antisemita,
extrínsecamente en el plano de las pérdidas de derechos civiles.»25 De
Felice señala que la mayor preocupación de la Iglesia era el hecho de que la
política fascista de no atacaba al judaísmo como religión, sino como una raza.
Sin embargo, la elaboración de un balance de la actitud de los católicos
italianos de la cara a leyes antijudías, el historiador escribe: «En los
documentos que acabamos de mencionar, hemos visto cómo los católicos en todas
partes tenía una posición claramente contraria a las medidas antisemitas. El
hecho es incontrovertible, y, de hecho, será una constante hasta 1945.26 Pero,
continúa De Felice, «la jerarquía católica y los periódicos, sin embargo,
prefirieron no correr riesgos y, aunque no lo aceptaban, cesaron casi por
completo cualquier polémica público contra el antisemitismo».27
En
cambio, frente al silencio de los adversarios del antisemitismo, los
antisemitas, que ciertamente no faltaban entre los católicos y la jerarquía
eclesiástica, no callaron. Por ejemplo, el periódico Il regime
fascista, dirigido por Roberto Farinacci, escribió el 30 de agosto de 1938
que había «mucho que aprender de los Padres de la Compañía de Jesús» y que «el
fascismo es muy inferior, tanto en los fines, como en el rigor de La Civiltà Cattolica».28 Así,
en 1938, en un artículo polémico, la revista criticó ásperamente al científicoRudolf
Lämmel, debido a una obra29 en
la que condenaba el antisemitismo nazi. Afirmaban la La Civiltà cattolica que Laemmel había exagerado,
«demasiado olvidadizo de la continua persecución de los judíos contra los
cristianos, sobre todo contra la Iglesia Católica, y su alianza con los
masones, con los socialistas y los otros partidos cristianos; también exagera
demasiado cuando concluye que "Sería no sólo ilógico y antihistórico, sino
una autentica traición moral si hoy el cristianismo no defendiese a los
judíos". Tampoco podemos olvidar que los mismos judíos han llamado en todo
tiempo y aún siguen llamando sobre sí mismos la justa aversión del pueblo con
sus frecuentes abusos y con el odio a Cristo mismo, su religión y su Iglesia
Católica.»30
Referencias[
1. ↑ Para profundizar en el tema, véase Romolo Astraldi, La legislazione fascista nella XXIX legislatura, 1934-1939
(XII-XVII),
Roma, Tipografia della Camera dei fasci e delle corporazioni, 1939.
2. ↑ Maria Fausta Maternini (abril 2009). «La contraddittoria
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10. ↑ Emilio Canevari, colaborador ordinario de Il Regime Fascistacon el seudónimo de Maurizio Claremoris.
Nel
1938 Gedda accolse con favore le leggi razziali. Nel 1944 promosse la
formazione dell'Amci (Associazione Medici Cattolici Italiani). Nella sua
infaticabile opera, che continuò per larga parte degli anni cinquanta, Gedda
si servì di tutti gli schemi più retrivi del cattolicesimo conservatore,
utilizzandoli in funzione biecamente anticomunista.
|
En 1938
Gedda acogió favorablemente las leyes raciales. En 1944 promovió la formación
de los Amci (Associazione Medici Cattolici Italiani). En
sus incansables esfuerzos, que mantuvo durante gran parte de los años
cincuenta, Gedda se sirve de todos los esquemas más reaccionarios del
catolicismo conservador, que utiliza para la lucha anticomunista.
|
12. Saverio Luzzi, Salute e sanità nell'Italia repubblicana, Roma, Donzelli, 2004, p. 127.
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FilmografíaIl giardino dei Finzi-Contini, de Vittorio De Sica (1970), trata de la novela del mismo nombre de Giorgio Bassani.
·
Diario
di un Italiano, de Sergio Capogna (1973). De la
novela Vanda de Vasco Pratolini, relata la historia de amor de
un tipógrafo y una muchacha judía en la Florencia antisemita de 1938.
·
Prima
della lunga notte, de Franco Molè (1980). De la novela Un
ebreo nel fascismo de Luigi Preti:
relata la historia de un judío italiano, orgullosos defensor de la dictadura
fascista que, en el momento de la promulgación de las leyes raciales, abre los
ojos a la auténtica naturaleza del régimen.
·
Storia
d'amore e d'amicizia, de Franco
Rossi (1982). Filmada
para la televisión, la trama transcurre en Roma, entre 1935 y 1943, en las que
se entrelazan las historias de tres amigos: un judío, un socialista y una
muchacha judía de la que ambos están enamorados.
·
Concorrenza
sleale, de Ettore Scola (2001).
Sobre el fondo de las leyes raciales de 1938, se relata la competencia entre
dos comerciantes de Roma, que se convierte en una gran amistad cuando la
terrible persecución fascista le llega a uno de ellos.
·
Dalle leggi razziali alla Shoah, de Daniela Padoan, documental de Rai Tre - La grande storia
(2008)
·
La Nostra Bandiera - I Soldati ebrei di
Mussolini, Rai Storia 2011
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