miércoles, 17 de septiembre de 2014

Molina Ureña dice se exilió frustrado por invasión EU

Molina Ureña dice se exilió frustrado por invasión EU

Publicado el 9:22 am por
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http://elnacional.com.do/molina-urena-dice-se-exilio-frustrado-por-invasion-eu/
El doctor José Rafael Molina Ureña en el Palacio Nacional durante los días iniciales de la revuelta constitucionalista, la que abandonó tras tres días de corta presidencia provisional para asilarse en la embajada de Colombia.
A 14 años de su muerte, la palabra del doctor José Rafael Molina Ureña, por medio de sus memorias, explica que el abandono de su presidencia provisional constitucionalista en abril de 1965 y su asilo en la embajada de Colombia a tres días de ejercer la alta magistratura, se debió a la frustración ante la intervención militar norteamericana, a la inflexibilidad de los militares golpistas de San Isidro y las contradicciones y diferencias internas en el propio movimiento rebelde.
Molina Ureña, fallecido el 22 de mayo del año 2000 dejó sus memorias escritas y acaban de ser publicadas por Editorial Letra Gráfica, con la clara intención de restituir su nombre ante la historia y no pasar a ella solo como el presidente que abandonó el Palacio Nacional por miedo y abrumado por contradicciones internas.
Al dirigente perredeísta le tocó aceptar la Presidencia del país con el estallido de la Revuelta Constitucionalista por su condición de presidente de la Asamblea Constituyente de 1963 y duró tres días en el Palacio intentando lograr un acuerdo que garantizara el retorno de Juan Bosch al poder, para lo cual los militares ambos bandos (de San Isidro y los constitucionalistas), dice en el libro, plantearon hasta una junta cívico-militar encabezada por Molina Ureña que llamara a elecciones en seis meses. Esa postura fue rechazada por los militares constitucionalistas del Movimiento Enriquillo (formado en los cuarteles clandestinamente con apoyo del Partido Revolucionario Dominicano gestión subversiva en la que Molina Ureña reivindica su participación.
Molina llegó a Palacio el 25 de abril de 1965 como presidente provisional y, tras un agotador proceso en que se vio en el centro de negociaciones para impedir derramamientos de sangre, el bombardeo aéreo del Palacio Nacional, el trato denigrante -dice en sus memorias- a que el embajador norteamericano William Tapley Bennet, ofreció a los dirigentes civiles y militares de la revuelta constitucionalista, y la resistencia armada de la Fuerza Aérea, la Marina de Guerra y parte del Ejército, aplastado psicológicamente por la intervención militar norteamericana, decidió asilarse en la embajada de Colombia junto a Leopoldo Espaillat Nanita.
El libro, titulado Molina Ureña, Mis Memorias, (31 de mayo 1961 al 27 de abril de 1965) fue escrito por el político y guardado por su esposa, quien autorizó a Orlando Inoa su publicación, a fin de aportar ese testimonio a la construcción del agitado periodo histórico vivido por el autor.
A Molina Ureña, hasta ahora se le tiene, como el presidente que abandonó el más alto cargo público, y se asiló apenas iniciada la lucha constitucionalista, condición que el autor (ya fallecido) argumenta se debió a muchas circunstancias que no son de dominio público y que intenta explicar a lo largo de sus 238 páginas, en un libro cuidado en su edición e impreso en Editorial Búho.
Peña en Palacio
Revela Molina que al Palacio Nacional, con toda la agitación imperante en la ciudad y los brotes violentos de lucha armada, de intentos de linchamientos de personeros que apoyaron el golpe de Estado a Juan Bosch, (septiembre 25 de 1963), el doctor José Francisco Peña Gómez, impecablemente vestido de blanco se presentó en Palacio.
Molina se dirigió a Peña para indicarle que desde Radio Santo Domingo (la radio y televisora del Estado) agitadores del bando constitucionalista, estaban llamando a actos de violencia y que ello no convenía al movimiento, pidiéndole que en su condición de director de prensa del PRD, debía enfrentar esa situación.
Cuenta que Peña le informó que su presencia en Palacio se debía exclusivamente a su deseo de saludar al doctor Donald Reid Cabral, quien estaba preso en la tercera planta, dicho lo cual, subió a cumplir con ese cometido, sin dar respuesta a Molina Ureña.
Tomar San Isidro
Uno de los planes de los militares constitucionalistas, dice Molina Ureña, era tomar el más activo foco de resistencia castrense: la base aérea de San Isidro, para lo cual los comandantes Illio Capocci, Andrés Riviere y Manuel Ramón Montes Arache, trazaron un plan estratégico consistente en avanzar sigilosamente hasta rodear la base, con apoyo de la Marina de Guerra, que hasta ese momento su comandante, el contralmirante Rib Santamaría, estaba a tono con los constitucionalistas (postura que cambió posteriormente). Sostiene que el coronel Caamaño se opuso a esa acción militar contra San Isidro porque no estuvo de acuerdo con el papel que estratégicamente se le asignó. “Se caía así una operación llamada a constituirse en una carta de triunfo para poner fin al enfrentamiento de los dos bandos militares” dice Molina Ureña.
UN APUNTE
Molina Ureña
Nació el 31 de enero de 1921, en la ciudad de San Francisco de Macorís. Abogado y político, presidente de la Asamblea Constituyente en 1963; presidente de la Cámara de Diputados; ex-presidente Constitucional de la República, como consecuencia de la guerra civil que se produjo ese año. Fue embajador en París de 1968 a 1971. Fue sustituido por el Congreso de la República que nombró al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó. Murió en el año 2000.

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