sábado, 24 de noviembre de 2012

La familia y su responsabilidad social

La familia y su responsabilidad social

Reflexión dictada por el Rector de UCATECI P. Julio Martín Castillo Mejía en El Instituto Vegano de Cultura, en la Casa de la Cultura de La Vega.

La familia y su responsabilidad social

1)  A  modo de introducción.

Con motivo del mes de la familia tenemos esta reflexión.- ¿Será verdad que todos podemos hablar de la familia por el mero hecho de que pertenecemos a una familia, o porque al menos la conocemos desde lejos?  ¿Me siento parte de una familia ? o ¿Tengo una familia?
  
 -La primera referencia que tenemos al iniciarnos en el mundo es la mirada a nuestra familia. Si preguntamos cuales son las cosas que más estimamos o los valores primeros en nuestras vidas damos por seguro que saldrá la familia
Toda bibliografía que consultemos sobre la familia nos dará de una u otra forma es el elemento natural y fundamental de la sociedad y requiere la protección de la sociedad y del Estado.
    
Ya en esta afirmación encuentro una indicación indirecta de su naturaleza, la cual se entiende en el sentido de dar descendencia a la especie humana, haciendo posible su continuidad en el devenir del tiempo. Y por otra parte, cuando refiere que es fundamento de la sociedad, nos hace saber su responsabilidad social.
   
La familia es la primera referencia de cada persona humana. No importando la transformación de su concepción a lo largo de la historia. Pues, todo ser humano llega al mundo, ve la luz, e inmediatamente hay un cruce de miradas o un encuentro con “un otro”. Este encuentro es lo que le afirma su ser existente, como bien dijo Martín Heidegger en su obra Sein und SEIT: “yo soy ahí” (Dasein), en el mundo; y por otra parte, “soy con otros”. Ser con otro permite la afirmación como persona, algo más  que una cosa. Este “ser con”  nos permitirá concebirnos siendo para otros y ante otros, pues yo no soy solo, dará lugar al surgimiento de la comunidad social o un grupo social, que en el proceso  histórico nuestro tomará diversas expresiones en torno a la sangre, los modos de producción, el entorno geográfico, los gustos, clan, tribus, urbes, ciudad, nación, pero la célula base para tal agrupación vendrá siendo la familia sea en un ámbito reducido o ampliado. Es así como deducimos que surge una especie de compromiso o responsabilidad de sus miembros para con sus semejantes en el grupo social ampliado.
   
El compromiso o responsabilidad social estará impregnado de una fuerza natural por sobrevivir a los desastres naturales, accidentes y enfermedades. Podríamos afirmar que desde los orígenes de la familia, una tarea común de la especie humana es la de sobrevivir. 
   
El sentido de la sobrevivencia de la especie o del grupo social es un postulado digno de valorarse en la familia y su responsabilidad social y lo podemos rastrear en las culturas antiguas. En la misma Biblia sale a relucir la importancia del grupo o clan familiar mediante la promesa de Dios a Abrahan. Dios le promete tierra y descendencia. Ambos aspectos estará muy ligados en el inicio del desarrollo de los pueblos humanos, pues el numero de gente y la tierra eran valores primarios. La descendencia numerosa daba seguridad y poder a las familias y a la comunidad grande. Desde este aspecto, debemos entender la ley del levirato en el pueblo hebreo, la cual obligaba a los hermanos varones de una familia, si uno de ellos fallecía sin dejar descendencia, a esposar a la viuda y así dar descendencia a su hermano. Esto nos demuestra el peso de la responsabilidad social y familiar en el pueblo de Israel. También lo vemos en la desconsideración ante las mujeres estériles, que no daban a luz, a las que concebían como sujetas de una maldición divina que podía venirles de generaciones precedentes.
   
En conclusión, desde siglos atrás, en el inicio del surgimiento de la familia tenemos nosotros que ha sido la base de la sociedad y a la vez sujeta de una responsabilidad social.
   
Lo que hasta el momento hemos expuesto nos plantea dos puntos fuertes en nuestra temática: En primer lugar, enfocar la familia desde su estructura constitutiva y en un segundo momento su responsabilidad social.
   
2) El concepto de familia en su constitución natural.
   
Si nos atenemos a la interpretación de la concepción de la familia desde la historia y las distintas culturas desarrolladas por la especie humana, podríamos sugerir que la familia ha tenido cambios en su manera de ser concebida, pero que su estructura natural hay algo que ha permanecido y es la unión del varón y la mujer y la prole. La estructura familiar y su concepción ha ido variando a lo largo de la historia hasta llegar a la que primara en la realidad occidental de la denominada familia nuclear en la que ambos progenitores trabajan y la prole queda al cuidado de un ente social, por ejemplo la escuela la que se encarga de la educación. Pero en las últimas décadas ha ido creciendo la familia monoparental en la cual la prole queda bajo la tutela de uno de los progenitores, sea por causa de la muerte, de divorcios, o de la emigración etc.  Por ejemplo, en el Nacional de ayer se publicó que «RD registra 47 divorcios diarios en últimos 5 años», lo cual evidencia como va cambiando la concepción y la estructura de la familia. Pero, por otra parte, permanece lo esencial: la familia como fundamento de la sociedad, la estructura familiar: la relación conyugal de la pareja matrimonial, el rol y la función del padre y de la madre, la relación filial de los hijos (as) respecto a genitores; la relación fraterna de los hermanos (as) si los hay.
   
En la actualidad, tenemos la familia como un eje fundamental de la sociedad. Así lo indican el art. 16 de la Declaración Universal de los derechos humanos:
   
«Todas las personas pueden formar una familia y el Estado debe ayudarlas para que puedan hacerlo. 

Nadie puede obligar a una persona a casarse. En el matrimonio, los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos.
  
 1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
   
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.»
   
En lo que respecta a los componentes en sus relaciones, por ejemplo en la pareja matrimonial; la Iglesia Católica llama fuertemente a la reflexión ante las amenazas que se ciernen sobre los matrimonios y el relatividad en que son valorados actualmente. La Iglesia inspirada en la Palabra de Dios presenta el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer que pasan a ser un solo ser y mediante el acto de la alianza son reflejo del amor de Cristo por su Iglesia.  En este sentido, no puede haber división, pues son unidos en el amor que es uno y para siempre como lo es el de Cristo por su Iglesia. 
   
"Se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Le está permitido a uno repudiar a su mujer por cualquier motivo? Jesús les contestó: ¿No han leído aquello? Ya al principio el Creador los hizo varón y mujer, y dijo: 'Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser'  (Gn 1,27; 2,24). De modo que ya no son dos, sino un solo ser; por consiguiente, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

Ellos insistieron: Y entonces, ¿por qué prescribió Moisés darle acta de divorcio cuando se la repudia?  (Dt 24,1).

El les contestó: Por lo incorregibles que son, por eso les consintió Moisés repudiar a sus mujeres; pero al principio no era así. Ahora les digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegal- y se casa con otra, comete adulterio"  (Mt 19,3-9).
   
En cuanto a la relación de los padres con los hijos, Jesús nos dice; "tienen que ser buenos del todo, como es bueno su Padre del cielo"  (Mt 5,48).   Jesús mismo nos pide confiar en el Padre celestial, al enseñarnos la oración del Padrenuestro en la cual nos dice que tenemos un padre en común (padre nuestro), si así lo creemos, somos hermanos y hermanas entre nosotros, constituimos una familia, la familia de los creyentes en Cristo Jesús.  Jesús, el hijo primogénito del Padre nos revela la paternidad de Dios, la cual nosotros debemos imitar. Al presentarnos la parábola del hijo pródigo, un texto cargado del mayor sentimiento en acto de amor y de perdón, nos presenta la imagen verdadera de Dios Padre que perdona a su hijo y nunca le niega su status filial, y por otra parte saca a relucir  la relación entre los dos hermanos, el celo del mayor ante el menor, nos invita a reflexionar quien en verdad ante Dios Padre es el hijo meritorio.
   
La fraternidad es uno de los valores más grandes que nos transmite la familia y que se sobrepone a las dificultades que puedan surgir entre sus miembros, especialmente cuando se comparten los bienes materiales y se ponen a disposición del miembro de la familia que más lo necesita. Pero también resalta la relación de los hijos (as) ante los padres.

La Biblia se hace eco de la atención de la prole por sus padres, a los cuales ha de respetar, amar, sostener cuando estén necesitados y viejos: “Sustenta a tu padre y a tu madre, y el que deje en la miseria a su padre o a su madre tiene pena de muerte”  (Ex 20,12; 21,17; Dt 5,13; Lev 20,9).

El enfoque de la estructura familiar en al relación padres- hijos nos permite afirmar que es en la familia que los individuos de la sociedad desarrollan su identidad y alcanzan una madurez que les permite vivir adecuadamente en sociedad. La familia a la vez que relaciona los miembros en “vínculos únicos” permite  a su vez  el crecimiento del sujeto en autonomía y responsabilidad. «En esas relaciones aprende identidad pero el sujeto también aprende responsabilidad y reciprocidad sobre la base de la identidad de los demás.»
   
El hogar, ámbito del desarrollo familiar. Un punto no muy destacado en los analistas de la temática familiar, y que es de alta importancia, es el de la dimensión del hogar, en cuanto el espacio donde la familia crece y se desarrolla. El hogar o la casa, conviene que sea permanente porque es el vínculo físico o punto de referencia como un mittel-point , punto central, lugar de encuentro, especialmente para lo hijos. Es el lugar de los recuerdos, las añoranzas, las vivencias experimentadas, los años de gozo y felicidad.
   
El P. José Kentenich habló de los hombres y mujeres desarraigados cuando no tenían un hogar ni una familia. Muchas veces crecen con carencias afectivas que les impiden una correcta inserción  en la sociedad y se tornan inseguros en la toma de decisiones cuando son padres. El hogar le permitió a José Kentenich  valorar la vida celestial, es decir  entender la vida con Cristo en el cielo, pues el cielo es nuestra verdadera morada y nosotros como bien dice san Pablo somos ciudadanos del cielo.  Así como el templo de Jerusalén  era anhelado por los judíos y se veían entrando por sus atrios hasta acercarse al altar de Dios, el cristiano, mientras camina peregrino en el mundo, anhela encontrarse con Dios su salvador, y  ansía el encuentro con su Cristo en la Jerusalén del cielo, donde ya no hay llanto ni dolor sino una seguridad total, como  bien lo expresara la doctora mística Santa Teresa:
   
Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
   
Vida, ¿qué puedo yo darle a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?

Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.     
   
3) Concepto de responsabilidad social

Sobre el concepto de responsabilidad social, he de decir que este concepto ha sido asumido como lenguaje técnico universitario, pues se concibe como “responsabilidad social” la dimensión de extensión de la Universidad en su relación de apoyo y colaboración con el desarrollo comunitario tanto de su entorno como de la sociedad en la que está inmersa y a la cual sirve.

En las últimas décadas este concepto se ha comprendido como “obligación o compromiso”  de las corporaciones empresariales con sus empleados y la sociedad de la región donde éstas se ubican:
   
La responsabilidad social «se refiere a la carga, compromiso u obligación que los miembros de una sociedad -ya sea como individuos o como miembros de algún grupo- tienen, tanto entre sí como para la sociedad en su conjunto». Tal compromiso compete a todos los ciudadanos, las instituciones -públicas o privadas- y las organizaciones sociales, en general, para contribuir al aumento del bienestar de la sociedad local o global.

El ser humano por necesidad se debe relacionar con otros y para ello debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo en el que se encuentre;  a estas obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás se les denomina responsabilidades sociales.

La declaración de los Derechos Universales del Hombre; los derechos de los niños, la “Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos” adoptada por la UNESCO,   responden a una responsabilidad universal que se hace presente con la conciencia del ser humano.    

Podríamos afirmar que surge de su naturaleza.
   
Así como hablamos de responsabilidad social desde el ser humano en distintos ángulos, o desde aspectos de su quehacer, podemos decirlo también de la familia. Esta tiene una responsabilidad social. Pero conviene precisar que antes tiene una responsabilidad familiar. Por ejemplo, la paternidad responsable, la de educar y transmitir  los valores de la cultura familiar que van en armonía con el derecho natural.
   
Para delinear este rasgo, he intentado hacer una lista de aspectos que considero de responsabilidad familiar y social, porque ambos se implican no obstante que el familiar sea primario.

1.- la paternidad responsable.
2.-los derechos del niño (a)
3.-relacionarlos los familiares
4.-Educación del hogar
5.- Dedicarles tiempo a los niños
6.- Respetar sus tiempos de juegos
7.- Respetar y reorientar correctamente sus gustos y preferencias
8.- Salvar la comunicación, diálogo, compartir
9.-inculcarle los valores: patrios, religiosos, civiles
10.- Enseñarles la diferencia social en la humanidad y la tolerancia
11.-El derecho que nos rige como nación
12.-  cuidar el medio ambiente, respeto a la naturaleza
13.- cultivo de los valores.
14. Correcta alimentación
15.- conocimiento financiero
16. compartir con los más necesitados
17.-La gratitud
18. Colaboración, voluntariado
19. buenos modales
20.- Amor a la verdad
21.- Respeto a la libertad interior  y a la de los demás
22.-Amar la vida
23.- cumplirles las promesas
24.-propiciarles un ambiente sano y seguro
25.- Brindarle afecto mediante abrazos de felicitaciones, regalos
26.- Reprobarles con amor y sabiduría las necedades de los hijos
   
Al traer una vida al mundo se impone una responsabilidad familiar antes que social
Esta responsabilidad familiar recae directamente sobre los padres, y pasa a ser social, pues pasa a ser parte de toda familia. Y es que dicha obligación no solo pide el prepararse materialmente (economía, trabajo, bienes muebles, etc.), sino también  exige  preparar un el ambiente sano, estable, emocional, que ofrezca una vida llena de amor, paz, armonía, la cual permita que los hijos e hijas sean personas completas, coherentes, responsables, con valores y que estos los puedas transmitir de generación en generación. Esto evidencia  la importancia de la responsabilidad social familiar que debe ser apoyada por la sociedad y el estado, como bien lo expresa la Declaración de los Derechos humanos.”
   
4) dimensión ética de la responsabilidad familiar y social
   
Es aquí donde debemos decir que la familia es la primera escuela. porque es aquí donde se va formando la personalidad, el carácter y los valores de los futuros padres y madres y profesionales de la Patria, de la sociedad. Los padres tienen la obligación de formar la conciencia de sus hijos en la rectitud y en la apertura a la bondad. En la familia se aprende a discernir el bien del mal .Es desde este núcleo familiar con el que nos identificamos desde el momento en el que nacemos, el que nos enseña que está bien, que está mal, nos enseña a elegir bien o en otros casos mal, dependiendo que valores tienen los padres
   
La familia es determinante para la construcción de la sociedad. Hoy se hace imperiosa la educación desde el hogar por la violencia intrafamiliar, los feminicidios, los divorcios, el relajamiento moral, la irresponsabilidad paternal, el crecimiento de los antivalores.  Si bien La educación empieza en la casa, pues la familia y el hogar son la primera escuela para los hijos, también debemos recordar que la familia es una expresión de iglesia. Es una comunidad de fe. En la teología se le ha llamado la iglesia domestica.
   
5) La educación en la fe.

La iglesia domestica, es decir, de la casa, nos indica lo importante que es la familia cuando lo vemos desde la fe. Así como en una semilla está toda la planta. En la familia se hace presente toda la iglesia. Por lo tanto la familia es imagen de Dios. Así como de Dios brotó la vida, de la familia brota nueva vida en la unidad conyugal y en la prole. Pero por otra parte es en la familia que los hijos aprenden a amar a Dios, respetarlo y seguirlo. Es en la familia que surgen las vocaciones sacerdotales y religiosas. Viviendo la fe en el hogar los hijos aprenden lo que es Dios viendo como en su familia se vive, el amor, el perdón, la comprensión, la solidaridad. En definitiva se da el testimonio del amor de Cristo que se entregó por nosotros como bien lo expresara el Papa Juan Pablo II en su Carta a las familias (1994)

La familia tiene su origen en el mismo amor con que el Creador abraza al mundo creado, como está expresado «al principio», en el libro del Génesis (1, 1). Jesús ofrece una prueba suprema de ello en el evangelio: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único» (Jn 3, 16). El Hijo unigénito, consustancial al Padre, «Dios de Dios, Luz de Luz», entró en la historia de los hombres a través de una familia: «El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre, ...amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado»3. Por tanto, si Cristo «manifiesta plenamente el hombre al propio hombre»4, lo hace empezando por la familia en la que eligió nacer y crecer. Se sabe que el Redentor pasó gran parte de su vida oculta en Nazaret: «sujeto» (Lc 2, 51) como «Hijo del hombre» a María, su Madre, y a José, el carpintero. Esta «obediencia» filial,? no es ya la primera expresión de aquella obediencia suya al Padre «hasta la muerte» (Flp 2, 8), mediante la cual redimió al mundo?
   
Debo recordar que la función paternal y maternal nunca termina. Los hijos crecen y se hacen adultos y crean sus propias familias pero siguen unidos al hogar y a la familia (papá, mamá, hermano (a).
   
No olvidemos que la familia es una bendición de Dios, y que si estamos conscientes de ello debemos aprovechar no solo el mes de noviembre sino toda nuestra vida para expresar al mundo el valor inigualable de la familia entre todas las cosas del mundo. Muchas gracias.


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