jueves, 4 de diciembre de 2014

¿Es más importante comer que tener libertad?

¿Es más importante comer que tener libertad?

Libertad significa la capacidad de decidir y elegir lo que uno considera mejor para sí mismo, así como contar con las herramientas necesarias para poder ejecutarlo. Entender el cómo uno toma decisiones, con base a lo que se considera mejor o no, depende meramente de lo que uno es. Lo que uno es debería estar estrechamente ligado a lo que uno elige ser y no lo que se le impone que sea. Para poder llegar a ser verdaderamente plenos y poder elegir con libertad lo que uno aspira ser, existen medios que pueden ayudar a conseguir dicha plenitud.
la libertad es un estado de animo
Sí se define al Estado como una unidad jurídica política, entonces debería fungir como una herramienta para que esto pueda lograrse. En este sentido el Estado debe asumirse como el principal motor para que se puedan proveer los medios esenciales para el desarrollo integral del individuo dentro de un marco regulatorio que delimite los actos de los que poseen mayor poder, para que estos no puedan abusar de los menos favorecidos impidiéndoles una vida digna e integra, a la vez que funcionen como impulsor del crecimiento individual.
Ver al Estado como un engranaje fundamental para potenciar el desarrollo del ser y como un impulsor de lo que el humano puede hacer o llegar a ser, es importante para plantear algunas cuestiones que hoy en día son criticas y se han dejado de lado. Existen aspectos a los que no se le han dado la importancia suficiente o no se han tomado en serio. Por ejemplo los altos indicies de pobreza de países latinoamericanos, es una consecuencia de las carencias que se tienen en los países en materia de políticas públicas; la creación de políticas públicas efectivas han sido remplazadas por decisiones tomadas por intereses políticos más que por las verdaderas necesidades de los individuos.
Malos diseños de políticas públicas, la ejecución de las mismas y la rendición de cuentas de los resultados obtenidos, son etapas importantes dentro del plan de desarrollo que no han sido evaluadas correctamente. Un estado por medio de la creación de políticas públicas, debería ser capaz de proveer los medios para conseguir fines; en este caso la libertad de no tener hambre: a mayor grado de libertad, se tendrá un menor grado de dependencia.
La dependencia vista como sumisión de una persona con respecto a otra, tiene como consecuencia el sometimiento del que se subordina. Hablar de una dependencia de un individuo hacia el otro crea una necesidad constante que se espera sea solucionada por el otro. Tal es el caso del alimento, al ser el sujeto A, dependiente del sujeto B, el sujeto A vive esperando a que se le proporcione lo que necesita para sobrevivir. Al vivir esperando soluciones paliativas a un problema que no se está resolviendo a profundidad, ocasiona que el sujeto A nunca tenga medios reales y a largo plazo que le resuelvan su problema a futuro y de manera estable.
La consecuencia es que se continua manteniendo el control sobre el otro ya que el que espera soluciones no es capaz de conseguirlo por la falta de recursos derivado de la falta de oportunidades.
Zygmunt Bauman, sociólogo y filósofo polaco, mencionaba que la libertad nunca es total porque somos determinados por nuestras acciones pasadas y constantemente algunas elecciones que se toman en el presente. Partiendo de esta premisa, considero que los gobiernos que tenemos en la actualidad, destacando el caso de los países latinoamericanos, adolecen de acciones pasadas que tomaron los gobiernos en turno. Algunos rasgos de los regímenes en los que las dictaduras prevalecieron, han dejado rezagos que no han podido ser superados. La ausencia de división de poderes y la concentración de poder en un solo individuo todavía es tangible como en el caso venezolano.
Hoy en día muchos países continúan desplazándose sobre rezagos históricos que no han logrado superar y que disminuyen la calidad de vida del presente ocasionando no poder definirse en el futuro. La incertidumbre es la única certeza que se tiene hoy en día y en esta laguna de mares inciertos, se ha se navegado de forma temerosa y sin rumbo definido. Historias de dictadores son las que al parecer están marcando el rumbo de los gobiernos actuales de muchos países de Latinoamérica.
Los estados democráticos, los cuales son considerados los mejores regímenes por diversos motivos, entre ellos, el reconocimiento de las libertades fundamentales del hombre, han caído en un estancamiento en cuestión del desarrollo de las libertades personales. John Rawls, filósofo estadounidense, mencionaba que la libertad personal tiene prioridad política frente a los objetivos sociales, sin embargo, considero que la libertad política del ser humano no se interpone con los objetivos sociales que se planean alcanzar hacia el futuro, sino que van de la mano y es necesaria la realización de lo individual para que esto consecutivamente se traduzca en remuneración futuras a nivel nacional.
Tal parece ser que se han olvidado del motor principal de los Estados, que es precisamente el ciudadano. El ser humano debe ser visto como el centro de un desarrollo individual que se traduzca en un trabajo en conjunto; ya que si se tienen resueltas las necesidades básicas, este podrá ir escalando, aumentando sus posibilidades de bienestar y traducirse en mejores resultados en general, tanto en ingresos estatales como en crecimiento económico. El desarrollo económico debe ir de la mano del cumplimiento de las libertades fundamentales. Apostarle al individuo como el eje angular del crecimiento integral, es empezar por partir de un razonamiento muy básico pero lógico:
la independencia del ser humano, permite que el Estado sea cada vez más independiente por que el individuo al contar con mejores oportunidades, este vivirá mejor y tendrá energía y disposición para desempeñarse.
Abraham Maslow, psicólogo estadounidense, en su teoría de la jerarquía de las necesidades, planteo de manera gráfica una pirámide en la que se reflejaban las necesidades en los niveles correspondientes dependiendo de la magnitud de las mismas. Las que deben ser cubiertas como inicio, se encuentran en la base y así sucesivamente hasta llegar a la cúspide que se traduce a la autorrealización. En la base de dicha pirámide, considera que como necesidad primordial a cubrir se encuentran las necesidades fisiológicas, entre ellas, la necesidad del alimento. Si esta no se satisface, no se puede ir escalando de nivel lo cual me hace sentido; ¿si no se satisface algo tan primordial como es el comer, como se espera un buen desempeño del mismo tanto ética como en sus funciones?
El planteamiento es sencillo, sin embargo, la justificación del porqué el problema persiste es un tanto compleja. Sin bien no se puede pensar en escalar en otros niveles sin haber satisfecho lo esencial, existen varios casos en los que se han saltado este nivel o se ha dejado a un lado. Las políticas públicas en el caso de México, se han centrado en crecer a la economía al exterior, lo que no es igual a crecer la economía del individuo.
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en México hay 53.3 millones de mexicanos están en situación de pobreza lo que se traduce a un 46.2% de la población. La justificación ha argumentado desde crisis económicas hasta el disparo de precios de alimentos. Sin embargo, la falta de políticas de desarrollo social que generen empleos y la distribución del ingreso son aspectos que han sido ineficientes para erradicar el problema. Hoy en día, tras la propuesta de varias reformas, el estado mexicano continua sin dar una respuesta concreta a estos problemas.
Retomando la pirámide de Maslow y aterrizando la teoría al caso mexicano, es contundente observar que aquellos que se encuentran en la cúspide, los “auto realizados”, son solo una pequeña fracción de los ciudadanos, al contrario de la mayoría que se encuentra en la base. ¿A qué se debe tal disparidad y cuáles son los elementos que motivan a que esto continúe?
La pobreza es un factor que vulnera a la sociedad, por tanto, la hace fácilmente manipulable. El tener el control sobre estos permite a los pocos que se encuentran en situación excepcional seguir manipulando a las masas para su propio beneficio. Nos encontramos ante un ejercicio de poder en el que la vulnerabilidad del individuo funge como una herramienta para la retribución de unos pocos. La cúspide oprime a la base para que estos no escalen lo suficiente y así no verse amenazada.
Tener libertad es no tener que depender de alguien para definir el rumbo de su propia vida, mucho menos para que se le suministre lo esencial para sobrevivir.
Sin embargo, en la libertad va implícito el conocimiento y la responsabilidad de decidir por uno mismo. Sí esto sucede, aquellos que desean controlar tendrán cada vez menos capacidad para hacerlo, lo que resulta inconveniente para ciertos actores claves en la historia de varios países.
La desigualdad ha sido un factor que no ha permitido la igualdad de oportunidades entre individuos y que ha causado que no se pueda avanzar. La falta de oportunidades merma la libertad misma, el ser libre es precisamente la propia autonomía de poder ser capaz de auto suministrarse y sostenerse como persona en el mundo. Ser libre implica la ausencia de mecanismos de dependencia que puedan afectar el desarrollo pleno del ser, que no existan obstáculos que impidan crecer y poder ser responsable entre elegir entre una cosa o la otra.
La reconstrucción del tejido social es necesaria y hoy en día, indica la urgencia de hacer cambios en los mecanismos políticos. El cambio social debe verse como algo necesario y dinámico, en este contexto Bauman en su concepto de “modernidad líquida”, destaca que una vez que se comprende a la sociedad como un conjunto de valores y contenidos al igual que el entorno actual en el que nos desarrollamos (la parte sólida); la incertidumbre y movilidad, (la parte liquida) es algo que puede sobrellevarse. El trabajar con ambos aspectos para la búsqueda de un equilibrio entre ambos en un mundo cada vez más globalizado, ya no es una opción; tanto las raíces que caracteriza a una sociedad aunado a lo fugaz, son elementos que deben tomarse en cuenta, no se puede vivir enajenado del otro en un mundo donde cada vez se entrelazan con mayor intensidad las relaciones.
Lo incierto, -lo que denominaba Bauman como fugaz- debe ser visto como un elemento para la creación de una realidad constantemente cambiante y que es modificada por los mismos cambios que pueden dar origen a la configuración de las nuevas realidades. Comprender que la vida es algo que fluye y a lo que uno debe adaptarse, es la única posibilidad para sobrellevar los conflictos que se presentan y que son cada vez más internos. Dejar de ver hacia afuera y empezar a ver hacia adentro es una posibilidad que tienen los países de redefinir estrategias que sean acertadas. Cuando el engranaje funciona la mejora hacia el exterior se manifestara de forma casi automática.
Las batallas por la necesidad del orden y subordinación del otro ha sido un rasgo característico sobretodo de las democracias que aun florecen y no han terminado de consolidarse. La búsqueda por mantener el control sobre el otro ha desencadenado una lucha de la sobrevivencia del más fuerte, ocasionando que siempre salgan ganando los de la cúspide de la pirámide de Maslow sin darle la oportunidad al otro sí quiera de competir. Sin embargo los mecanismos para la ejecución de estas intenciones son cada vez más difíciles de entrever, ya que no es necesariamente la fuerza lo que se utiliza para subordinar, sino otros mecanismos como la dependencia para controlar.
El Estado debe pensar a largo plazo y crear las oportunidades, -en este caso oportunidades de trabajo- para que por sí mismo el individuo vaya cubriendo sus necesidades y de esta manera ir escalando de forma individual. Que los gobiernos todavía no hayan sido capaces de crear políticas públicas que potencien la calidad de vida del individuo, se ha demostrado por medio de la existencia de una mayor dependencia del ciudadano hacia el Estado.
Que los países no puedan brindar posibilidades de crecimiento a los propios ciudadanos ha traído consecuencias negativas en diferentes niveles; la economía se ha visto afectada, las deudas externas persistan, la seguridad es cada vez menor, el número de pobres va en ascendencia, y el tener que salir del propio país hacia la búsqueda de oportunidades es una realidad.
Lo anterior deriva de los malos mecanismos que se han utilizado para erradicar estos problemas, las malas estrategias han causado la debacle en varios países acrecentando el número de pobres, convirtiendo al sistema en un círculo vicioso del que no se logra salir, sino más bien en el que cada vez se encuentran más inmersos. Decisiones ineficaces aplicadas a políticas públicas que no han resuelto a profundidad los problemas mínimos de las sociedades modernas ha disparado la marginalidad de aquellos que menos tienen provocando que los pobres sean cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos.
Los políticos verdaderamente comprometidos a erradicar el problema del hambre, deben partir de la idea de que es necesario empezar a visualizar la situación con urgencia pero no buscando soluciones urgentes que terminan apaciguado el problema pero no eliminándolo de raíz, entendiendo que cubrir la necesidad de manera rápida solo ocasiona efectos contraproducentes para el individuo a largo plazo.

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