Una de las tumbas romanas descubiertas en Les Drassanes. JOSÉ LUIS BIEL
Fuente: el Periódico.com | Ramón Comorera | 14 de enero de 2013
Los descubrimientos arqueológicos relevantes sobre los primeros
siglos de la era actual en los que era genuina y esplendorosamente
romana, es decir Barcino, se suceden sin pausa. A la
cosecha, en plena recolección, de la extensa villa vitivinícola
destapada por las obras de la macroestación de La Sagrera
se añaden los primeros resultados contrastados de la gran necrópolis
destapada, para sorpresa de los expertos, en las excavaciones y las
obras de rehabilitación del edificio de las Drassanes.
Se han identificado aquí cerca de un millar de fragmentos de marfil
correspondientes a lechos funerarios de lujo de nobles del imperio que
fueron incinerados en algún momento de la larga vida útil de más de 500
años de la necrópolis, entre los siglos I y VI.
De este importante cementerio han aflorado tres zonas. Una con 19
inhumaciones y otras dos con incineraciones en un total de 11 urnas de
vidrio y cerámica de producción local. Es en este mausoleo de cenizas
donde han aparecido los centenares de fragmentos de marfil parcialmente
quemados.
Se trata de un descubrimiento singular ya que se conocen pocos
precedentes de este ritual funerario en la península. Los trabajos de
conservación y recomposición de las piezas, aún en curso, los realiza la
restauradora Isabel Pellejero del Museu Marítim de Barcelona centro ubicado en las propias Drassanes.
Urna cineraria de cerámica. JOSÉ LUIS BIEL
Mausoleo romano descubierto en el edificio de las Drassanes donde estaban las urnas cinerarias, en marzo. DANNY CAMINAL
CATEGORÍA SOCIAL
Los arqueólogos explican que, según la fuentes clásicas, los
materiales de fabricación de estos lechos que eran pasto de las llamas
como el propio cadáver, pero que raramente se convertían enteramente en
cenizas y así han podido conservarse hasta hoy, estaban en consonancia
con la categoría del difunto.
Existían lechos de madera revestidos de bronce, plata u oro y de
hierro chapados con incrustaciones de marfil o carey, materiales
tallados muy posiblemente por artesanos orientales. La sostificación de
estos lechos, característica que también tenían los que eran de reposo,
es la que existe por ejemplo en la tumba de la mujer del emperador Augusto expuesta en una cama de oro y marfil entre otras diversas exquisiteces.
El trabajo de Pellejero se realiza en el centro de restauración y mantenimiento del Museù d'Història de Barcelona en
la zona Franca, donde se trasladan todos los hallazgos arqueológicos
que no se conservan "in situ". Después de un intenso y laborioso proceso
de limpieza de cientos de piezas que inicialmente se habían considerado
de hueso, ahora se procede a reconstruir las posibles composiciones
originales de ese material precioso extraído del colmillo de elefantes
de hace 20 siglos.
Plano cenital de la intervención arqueológica en las Drassanes. JOSÉ LUIS BIEL
NUEVOS DESCUBRIMIENTOS
La siguiente fase será realizar un vaciado completo de las urnas
cinerarias para encontrar, se cree con una alta probabilidad, otros
fragmentos de lechos funerarios y establecer correspondencias con los
restos de huesos humanos que también contienen. Todo ello, concluyen los
arqueólogos, puede llevar a conocer aspectos del ritual mortuorio ahora
desconocidos.
La gran diversidad de procesos funerarios presentes en los restos
de la necrópolis de las Drassanes es una de sus mayores riquezas. De los
vestigios romanos solo quedará a la vista de los visitantes al Museu
Marítim de Barcelona el mausoleo rectangular en el que han aparecido las
urnas cinerarias. La propia estructura de las Drassanes y el museo que
acoge ha obligado a sepultar de nuevo el resto de la necrópolis.
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