Relatan el desembarco de Caracoles
Relatan el desembarco de Caracoles
CLAUDIO CAAMAÑO DICE QUE MONTES MANUEL MONTES
ARACHE Y HÉCTOR LACHAPELLE DÍAZ INFORMARON AL ENEMIGO LOS PLANES DE
FRANCIS
Bosch secundado por Peña Gómez comenzó a preparar al PRD y Caamaño con militares constitucionalistas en el exilio comenzó a ubicar para reunir 500 de los mejores combatientes. Bosch que tenía contacto con dirigentes cubanos les informó del proyecto y solicitó ayuda, el Gobierno Revolucionario de Cuba les dio toda la ayuda necesaria incluida un área en Cuba para el entrenamiento de los combatientes con Caamaño. En octubre de 1967, Caamaño recibe de los cubanos documentos y dinero para el PRD y para reunir en Europa y viajar a Cuba 500 combatientes, y una invitación a un viaje secreto a Cuba, que había solicitado, para concretar los planes con la máxima dirección cubana. Se reúne en Holanda con Manuel Montes Arache y Héctor Lachapelle Díaz que participan desde el inicio encargados de viajar a Cuba con los combatientes. Les entrega dinero para el PRD, de ayuda familiar que habían pedido y los documentos y el dinero para reunir a los 500 en Europa y viajar a Cuba. Lachapelle acompaña a Caamaño a París, Francia, donde agentes cubanos les esperan con documentación y enmascaramiento para el breve viaje a Cuba.
La traiciónDías después Montes Arache y Lachapelle Díaz abandonan a Caamaño, informan a los norteamericanos del “Proyecto Bosch-Caamaño” de enfrentamiento político y militar a Balaguer, y también abandonan en Europa a los combatientes que habían llegado. Ambos viajan a Santo Domingo y delatan durante días ante dominicanos y norteamericanos los detalles del plan, según me narraron los generales José Ernesto Cruz Brea y Neder. De estas delaciones nacieron los antiguerrillas Cazadores de Montaña, concebidas por los norteamericanos para esperar a Caamaño. Juan Bosch fue amenazado de nuevo en Europa por los norteamericanos y obligado a retirarse del proyecto con Caamaño y viajar a República Dominicana, para desactivar el aparato militar creado en el PRD, al que llamó públicamente garrapatas.
Caamaño no pudo regresar en unos días como era su propósito, pues al conocerse su actividad revolucionaria por la Soberanía Nacional, la Justicia y la Dignidad de los dominicanos, su vida corría peligro. Quedó aislado de los combatientes constitucionalistas con la traición. Se informó de los dominicanos en Cuba que eran del MPD, 14 de Junio, PCD y otros. Con el apoyo total de los cubanos consiguió organizar un nuevo proyecto con los mismos fines. Envió emisarios a la patria, contactó con el aparato militar del PRD al que tomó bajo su orientación y lo reorganizó en dos grupos: en el sur de Santo Domingo a Barahona incluido San Juan, Padre Las Casas y San José de Ocoa; en el norte de Montecristi a Nagua, incluido Santiago, Moca, Salcedo y San Francisco de Macorís. Envió bajo su mando a Amaury Germán y Virgilio Perdomo a organizar la resistencia armada en Santo Domingo. Se recibieron en Cuba decenas de dominicanos y dominicanas, llegamos a ser en el entrenamiento de la guerrilla rural un poco más de cuarenta y en la urbana más de cien y miles nos esperaban en República Dominicana. Todo marchaba bien con la cooperación absoluta de los cubanos en 1971. Pero la organización creada por Caamaño y dirigida también por Heberto Lalane, Mario Galán y Amaury Germán estaba formada mayoritariamente por militantes de la izquierda dominicana donde predomina el personalismo y el divisionismo; sufrió varias divisiones y deserciones hasta quedar sólo nueve compañeros que divididos en cuatro equipos salimos de Cuba entre finales de 1972 y principios de 1973. Nos reunimos en la isla de Guadalupe el 25 de enero y salimos el 26, día del natalicio de Duarte, a unas islas venezolanas donde recogimos nuestros equipos, depositados bajo arena por los compañeros cubanos, y llegamos a la Bahía de Ocoa el 2 de febrero de 1973 en la tarde. Éramos Francisco Alberto Caamaño Deñó (Román), Heberto Geordano Lalane José (Eugenio), Mario Nelson Galán Durán (Juan), Alfredo Pérez Vargas (Armando), Ramón Euclides Holguín Marte (Braulio), Ramón Payero Ulloa (Ismael), Toribio Peña Jaqués (Felipe), Hamlet Hermann Pérez (Freddy) y Claudio Caamaño Grullón (Sergio). Cada uno con su historia, su familia, sus amigos. Que supimos poner la patria por delante de nuestros miedos, y al pueblo por encima de nosotros mismos.
Llegada tormentosaEl desembarco sería a las ocho pero por negligencia de Hermann y otros errores, tuvimos una llegada a tierra tan difícil, que un compañero quedó separado y perdimos dos mochilas. Salimos a la carretera con un atraso de varias horas, pasando por militares tomamos un vehículo hasta el pueblo de Las Charcas y de ahí un camión a Cañada Cimarrona, otro vehículo hasta La China, llegamos al amanecer a casa del Alcalde, desayunamos y a pie al poblado del Cercado, donde comimos en casa del Alcalde y compramos dos mulos y algunos artículos. Dormimos antes de llegar a Mesa de Domingo por el cual pasamos muy temprano el día 4. En la tarde nos alcanzaron dos militares y dos policías a caballos, mandados para investigar lo que hacíamos, le hicimos un cuento y se fueron no muy creídos. Avanzamos hasta las diez de la noche, el día 5 salimos al amanecer para llegar temprano a La Cienaguita, en la Cordillera Central, para recoger un entierro hecho por nuestra avanzada, Amaury y Virgilio, de 360 latas de leche condensada y 360 latas de sardinas. Para eso compramos los dos mulos en El Cercado.
Llegamos al sitio. Lalane y Hermann de vigilantes y los demás buscando el entierro, que se coordinó entre Caamaño, Amaury y yo en Cuba en el año 1970. Tres horas después y sin encontrarlo, nos alcanzaron militares. Solo los enfrentó Lalane, en segundos les hizo cuatro muertos y varios heridos, cuando llegamos los demás al área de combate vimos a decenas de militares y algunos civiles correr en retirada. Nadie les disparó. Lalane fue herido dos veces sin gravedad. Quedamos en control del área, pero evitando otros choques con los militares, Caamaño ordenó suspender la búsqueda del entierro, soltar los mulos y retirarnos por dentro de un arroyo para no dejar huellas.
El día 6, avanzamos lento porque el pie herido de Lalane dificultaba su marcha, aunque Lalane nunca se quejó. Nos deleitamos con los muchos dulces criollos del Cercado. El día 7, mejoró Lalane y avanzamos mas rápido evadiendo durante todo el día encuentros con miles de militares, helicópteros y aviones. Al oscurecer guiados por dos niños llegamos a su casa aislada en la montaña y su familia nos proporcionó una gran comida, recogimos varias informaciones y nos despedimos a las once de la noche. Caminamos casi toda la noche y el día 8 al amanecer llegamos al poblado Las Cuevas, donde esperábamos encontrar alimentos enlatados, leche condensada y sardinas. Había solo latas de avena. Varias conversaciones, un copioso desayuno de cerdo y desinformaciones para los miles que nos perseguían.
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