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La geografía de esta ruta se corresponde con la franja nororiental de la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia, regada por el río Pirón y que tiene a Turégano como su principal y más conocida población.
Las aldeas de esta zona han sufrido una fuerte sangría demográfica en las últimas décadas por el poder de atracción de la capital segoviana, con sus mejores posibilidades y comodidades modernas.
El románico de estas tierras cercanas a la ciudad de Segovia es abundante y homogéneo. Especialmente influido por las modas y estilos imperantes en la capital, comparten con ésta su general carácter tardío, probablemente fechables en el siglo XIII.
Hay que añadir que muchas de estas tierras pertenecieron al Obispado de Segovia durante la Edad Media. algo que de lo que ha quedado constancia en la calidad de algunos de sus templos.
En algunas iglesias se repite el motivo común de lucha entre guerreros cubiertos con cota de malla y el tormento de pecadores a manos de malignos demonios.
No obstante, hay algunos capiteles figurados con escenas bíblicas como el de la iglesia de San Miguel de Turégano que representa una bella Anunciación o la Adoración de los Reyes Magos que podemos ver en uno de los capiteles del pórtico de Sotosalbos. Además, hay que significar los retablos pétreos dentro del ábside de la iglesia de Santiago de Turégano con la hierática representación del Apóstol junto a un Cristo en Majestad rodeado por el Tetramorfos (en la Parusía).
Iglesias románicas en la Comarca del Río
Pirón y Turégano
A lo largo del Valle del Pirón y las proximidades
de Turégano (al nordeste de la ciudad de Segovia) se esparcen
decenas de iglesias románicas. Hemos elegido, por su importancia,
las de Sotosalbos, Pelayos del Arroyo, Caballar, La Cuesta, Tenzuela,
Torreiglesias, Muñoveros, Viollovela de Pirón, Peñarrubias
de Pirón, Adrada de Pirón y Basardilla, además
de las propias de Turégano.
Turégano
es una conocida y turística población de Segovia, donde
sobresale su magnífico castillo con iglesia románica
en su interior y la plaza mayor porticada.
En el contexto
románico, diremos que la propia villa de Turégano
tiene dos iglesias románicas.
La más conocida, por encontrarse junto a la plaza
mayor, es la de Santiago, que conserva una imponente cabecera
formada por presbiterio recto y ábside de semitambor, todo ello construido
en buena sillería sobre zócalo de mampuesto.
Carente de columnas entregas, animan la desnudez del
muro tres ventanales con arcos ligeramente apuntados sobre columnillas.
Los capiteles de las columnas, a pesar de haber sufrido
la inclemencia de los siglos, aún conservan expresivas tallas
de arpías y aves picándose sus patas. Pero, sobre todo,
destacan dos capiteles que muestran infantes en lucha frontal y caballeros
alanceándose en batalla. Horizontalmente, dos impostas recorren
el ábside a la altura del arranque de las ventanas y de los
cimacios de sus columnas, respectivamente.
No nos han llegado los canecillos del ábside pero
si los del presbiterio, destacando por su conservación y expresividad
la cabeza de un animal demoniaco y una arpía cubierta según
la moda de la época. El alero muestra flores de cuatro pétalos
inscritas en círculos.
Por su parte, la nave fue destruida en el siglo XVII
para ampliar el espacio hábil para alojar a los feligreses.
En el interior, el arco triunfal es muy apuntado, y presenta
grandes capiteles de aves picando el suelo entre tallos, y grifos
enfrentados. La estructura interior del ábside está
tapada por un retablo neoclásico del siglo XVIII que, según
parece, debió reemplazar a uno anterior renacentista y que
desaparecería en un incendio.
Un descubrimiento muy importante aconteció a finales
del siglo XX, cuando tras el retablo citado y recubierto por un enlucido
aparecieron dos grupos escultóricos con buena parte de su policromía
original en los espacios entre ventanales.
Ya en nuestro siglo se decidió adelantar el retablo
para dejar la capilla absidal con espacio suficiente para poder contemplar
con comodidad este interesantísimo conjunto escultórico.
El retablo de la izquierda está protagonizado
por un personaje de gran volumen en hierática y solemne postura
frontal con báculo en forma de tau y un libro con la inscripción:
IACOBVS APOSTOLVS, por lo que queda claro que se trata del
Apóstol Santiago (Hay que recordar que la advocación
del templo es, precisamente, ésa).
El grupo principal está formado por un Cristo
en Majestad rodeado por el Tetramorfos haciendo acto de presencia
en la Parusía. Debajo aparecen dos filas superpuestas de personajes.
Las interpretaciones han sido numerosas. Para algunos se trataría
de Bienaventurados, siendo dos de ellos, la Virgen y San Juan. Para
otros, sin embargo se trata de peregrinos jacobeos que miran a la
vecina imagen de Santiago.
Para Manuel Castiñeiras, los tres personajes inferiores
pudieran corresponderse con el rey Fernando III, su mujer Beatriz
de Suabia y el obispo segoviano Bernardo, que visitaron la catedral
compostelana allá por 1232.
Estilísticamente, el escultor o taller que trabajó
en este conjunto es el mismo que en la vecina iglesia del castillo.
Lo verdaderamente excepcional de este hallazgo
es la originalidad de colocar estas esculturas en el tambor absidal,
algo verdaderamente excepcional y que enaltece aún más
la calidad de las joyas del románico de la comarca segoviana
de El Pirón.Iglesia de San Miguel, en el castillo de Turégano
La iglesia de San Miguel es un espectacular pero poco conocido templo de tres naves que está embutido y tapado exteriormente en el interior del famoso castillo de Turégano.
Se trata de una gran iglesia de tres naves de comienzos del siglo XIII. Conserva restos de dos de sus portadas (meridional y occidental) además de la torre.
Castillos de Segovia y Castillo de Turégano
Muñoveros
La parroquial de Muñoveros dedicada a San Félix
se encuentra en la plaza principal del pueblo. De la antigua iglesia
románica queda muy poco. Sin embargo, aún conserva una
interesante portada tras el porche ubicado en el lado sur. Se trata,
sin duda de una de las puertas menos convencionales de la provincia.
Es de amplias dimensiones, con tres arquivoltas, la más externa
con tres baquetones en zigzag en estrella.
La arquivolta intermedia, sustentada en columnas, muestra
una sucesión de 17 arquillos en cuyo intradós se colocaron
cabezas de diversos personajes con variadas expresiones rudamente
talladas. Todavía hay restos de policromía en algunas
dovelas. De nuevo cabecitas humanas son el motivo de los capiteles
que sustentan los arcos.
No hay duda de la relación entre esta portada
y la del ingreso occidental de la galería de Orejana, pues
muestra parecido ordenamiento. Sin embargo, la talla es mucho más
artesanal.
Todo ello con una estética que nos habla de una construcción muy tardía, en la que el lenguaje simbólico románico ha dejado paso a la anécdota y la ornamentación preciosista.
Todo ello con una estética que nos habla de una construcción muy tardía, en la que el lenguaje simbólico románico ha dejado paso a la anécdota y la ornamentación preciosista.
Galería porticada
Este pórtico destaca por sus puertas con arcos que continúan hasta el suelo sin intermediación de columnas o jambas y llevan decoración muy vistosa de dientes de sierra.
También hay que fijarse con detenimiento en la enorme colección de canecillos y metopas de la galería, con bustos de personajes de la época, entre los que destaca una pareja de guerreros con cota de malla.
También, la colección de animales, flores y figuras geométricas es de inigualable imaginación y que se parecen a los de la cornisa de San Juan de los Caballeros.
Interior
En el interior de la iglesia son notorios los restos de frescos románicos del ábside. Se acierta a ver la mandorla con el Cristo en majestad y especialmente bien se ha conservado el buey alado que representa a San Lucas.
Pelayos del Arroyo La iglesia de Pelayos del Arroyo es de tipo rural y de modesta apariencia exterior por lo que parece que va a ofrecer poco al visitante.
Sin embargo, tras el porche que oculta parte de la fachada meridional se encuentra la soberbia portada del templo, de tan elegantes proporciones y buena fábrica que quienes la ven dicen que parece estar tallada en una única y gran piedra.
En el interior del templo se pueden ver unas interesantes pinturas murales sobre la vida de San Vicente y escenas de caza.
Caballar
La iglesia de la Asunción de Caballar, como buen ejemplo segoviano, tuvo torre y galería porticada, y preside la población recostada en una empinada ladera que parece sepultar la cabecera del templo que sólo se puede observar desde lo alto de la colina.
Exteriormente, la citada cabecera está compuesta -como es habitual-por tramo recto y ábside de tambor, seccionado con dos columnas sin capiteles, por lo que el fuste llega directamente al alero. Tiene tres ventanales maltrechos que han perdido parte de los fustes de sus columnas.
Torre campanario
La torre se yergue adosada al costado meridional del presbiterio, y tiene similitudes con la de La Cuesta, aunque ésta es más esbelta y elegante, además de estar restaurada. El cuerpo inferior es de mampostería con refuerzos de sillería en sus esquinas, mientras que el superior es de cuidada sillería, y en él se abren un ventanal por cada lado, con arquivoltas lisas y de baquetón sobre columnas, trasdosadas por chambrana.
De la galería
sólo quedan a la vista dos arcos de su frente occidental. El
resto fue cegado y alterado como tantas otras. No obstante, desde
el interior de la iglesia y mirando con cuidado el muro meridional
tras la puerta se aprecian numerosos restos del pórtico románico
original.
Puertas
A la nave se accede por dos
puertas. La principal está situada en el muro septentrional,
en lo alto de una escalinata, y la meridional cubierta por la galería
cerrada que es la que contiene los restos visibles del pórtico
románico.Interior
La escultura de capiteles, de esta iglesia de Caballar es variada y se adivina diferente cualificación en su artífices. Motivos vegetales de gran finura alternan con otros más toscos, además de figuras de leones encorvados, arpías, grifos, etc. Uno de ellos es muy atractivo al representar a un jinete con un halcón en un lance de cetrería.
Por último, mencionaremos la existencia de una pila bautismal románica con una ancha copa de grendes gallones y una cenefa de anillos entrelazados.
Creemos que la iglesia de La Cuesta fue construida por artífices muy cercanos o relacionados con el taller que levantó la vecina iglesia parroquial de Caballar que acabamos de ver, sólo que las alteraciones seculares de una y otra fueron tan distintas que su morfología actual difiere bastante.
La iglesia de La Cuesta fue de una nave rematada en cabecera de ábside con planta semicircular. Una torre románica similar a la de Caballar cumplía la función de campanario y posiblemente contaría con galería porticada.
La iglesia de la Cuesta, pues, conserva las dos puertas, aunque en muros replanteados. Son similares a otros ejemplares vistos en los alrededores de Turégano y la comarca del Pirón.
Tenzuela
Tenzuela tiene una iglesia con una galería porticada
que fue recompuesta a partir del material recuperado de uno de sus
muros.
Más información de la Iglesia de Tenzuela
El templo parroquial de Torreiglesias dedicado a Nuestra Señora de la Asunción es buen ejemplo de lo que ocurre con muchos casos del románico rural segoviano.
Se trata de un templo poco conocido, fundamentalmente porque salvo los vecinos de la población y unos pocos estudiosos del arte de Segovia, nadie conoce la monumental portada que queda escondida y olvidada dentro de un porche cerrado.
El interior del templo está bastante reformado
por obras barrocas, pero nos queda la capilla bautismal abierta a
los pies de la nave. Se conserva en ella una gran pila de gallones
como hemos visto en otras parroquias de la comaca del Pirón
en la cercanías de Turégano.
Del exterior, y dadas las reformas modernas sufridas, sólo es destacable su gran ábside de semitambor con tres ventanales.
Villovela de Pirón
La parroquial de la Purificación de Nuestra Señora de
Villovela de Pirón se encuentra en lo más alto de la población. De
estructura clásica, aunque alterada, presenta ábside completamente
liso, con canecillos de nacela, y nave de calicanto.
El ingreso al templo se realiza a través de la portada
abierta en el muro meridional, lo más importante del conjunto. Tiene
tres arquivoltas que apoyan sobre jambas yuna pareja de columnas.
El estado de la piedra, muy desgastada, impide reconocer el motivo
del capitel izquierdo, mientras que el derecho presenta dos arpías
bien proporcionadas en posición frontal con alas desplegadas. En el
interior, las columnas que soportan el arco triunfal de medio punto
presentan capiteles sencillos sin figuración.
Peñasrrubias de Pirón
La Ermita de la Virgen de la Octava se encuentra en un
altozano próximo a la carretera que conduce a la localidad
de Peñarrubias de Pirón. Edificio de mampostería
con sillares en las esquinas, se mantiene bien en sus partes esenciales:
ábside, muros de la nave y puerta de acceso.
Adrada de Pirón
En Adrada de Pirón, la parroquial de Nuestra Señora
de la Asunción conserva un rudo ábside de mampostería
muy sencillo, sin impostas ni columnas, y un solo ventanal. Las columnas
de la ventana tienen sendos capiteles de aves picándose las
patas y de motivos vegetales muy sencillos, como lo son también
los cimacios que prescinden de figuración vegetal tan típica
en las iglesias segovianas.
La corona de canecillos está muy desgastada, presentando
motivos de la región como bustos de personas, aves, cuadrúpedos,
etc.
En el interior, se coinserva el arco triunfal sobre
dos columnas. Los capiteles son uno vegetal y el otro con grifos.
Basardilla
Basardilla tiene una iglesia recientemente restaurada
de carácter rural, aunque su pequeña puerta meridional
es de elegantes y sencillas proporciones.
Podemos visitar otros restos menores en esta zona segoviana como los de la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción de Losana de Pirón o la de Santiago de Brieva.
En definitiva, esta comarca que hemos englobado bajo el epígrafe de Turégano (por ser la población más emblemática) y del Río Pirón está repleta de monumentos románicos que se pueden considerar -por sus características- como emblemáticos del románico tardío segoviano.