Amanece un día totalmente nublado, el peor que hemos tenido en todo el viaje y tenía que ser precisamente cuando vamos a ver lo que más deseamos.
FUERTE ROJO DE AGRA
Está ubicado en la orilla oeste del río Yamuna. Fue construido en piedra arenisca roja (de ahí su nombre) por el emperador Akbar y en realidad se trata más bien de un palacio amurallado, encerrando en su interior un conjunto de palacios y edificios con estilos arquitectónicos diferentes ya que fue la residencia de otros emperadores mogoles. Sólo se visita el sector oriental, el resto de la fortaleza está bajo ocupación militar. Las murallas de la ciudadela terminan en almenas apuntadas y miden cerca de 3 km. y se encuentran protegidas por un foso.
Desde 1983 está considerado como Patrimonio de la Humanidad.
Antiguamente tenía cuatro puertas, hoy sólo hay dos, la Puerta de Delhi es la más grande y conduce a otra llamada Puerta de los Elefantes a través de un puente levadizo. Pero solamente la utiliza el ejército indio. Los turistas utilizamos la Puerta de Lahore que pasó a llamarse puerta de Amar Sing cuando los británicos le cambiaron el nombre. Esta puerta es muy parecida a la Puerta de Delhi, en piedra arenisca roja, pero un poco más pequeña.
La Puerta de Amar Singh no se trata de una puerta única pues sucesivamente vamos pasando bajo los arcos de tres grandes puertas, después hay una larga rampa que lleva a los palacios.
Lo primero que vemos es el único edificio importante del reinado de Akbar que se conserva dentro de la ciudadela, es el Jahangir Mahal. En el centro de su fachada principal hay un gran arco coronado por paneles de mosaicos geométricos, el resto presenta una serie de arcos apuntados ciegos, en su parte superior hay cuatro balcones y dos chhatris en los extremos.
Delante del palacio, entre los jardines, se encuentra la bañera de piedra que Jahangir utilizaba y que transportaban sus criados cuando viajaba, está hecha de un solo bloque de piedra.
Atravesamos la puerta que da a una especie de recibidor con dos plataformas en dónde bailarinas y músicos recibían al emperador cuando volvía de algún viaje, se nota que es la parte más antigua porque su decoración geométrica se encuentra deteriorada. Se accede a un patio cuadrangular rodeado de varias dependencias, templo, sala de audiencia, dormitorio de invierno, dormitorio de verano… con 88 arcos de estilo hindú con columnas finamente talladas, como si fueran de madera, capiteles asemejando trompa de elefante con flores de loto. Está construido en piedra de arenisca roja con moldura y cornisa de mármol. Todo el contorno recuerda bastante las edificaciones de Fahtepur Sikri.
A partir de aquí la arquitectura cambia ya que la mayor parte del palacio que sobrevive es obra de Shah Jahan que derribó edificios construidos por Akbar para dejar espacio a sus propios palacios de mármol blanco.
En un gran patio se halla el Anguri Bagh o jardín de las Uvas, llamado así porque, al parecer, había viñas plantadas en su tiempo; es un jardín de trazado geométrico, dividido en cuatro partes con dos paseos perpendiculares de mármol blanco, en el centro un estanque también de mármol.
A un lado de este patio nos encontramos el Khas Mahal construido en mármol blanco. Es una terraza con tres pabellones, los dos pabellones laterales tienen tejados curvados con coberturas de cobre y terminados en pináculos también de cobre; el pabellón central, más alto que los laterales, es una estancia abierta y limitada por arcos lobulados excepto en su parte posterior que tiene celosías de mármol calado a través de las cuales se puede ver el río, tiene el tejado plano y en sus extremos se alzan dos chhatris con cúpula de cobre. Este pabellón central era como el dormitorio del rey y en su tiempo estuvo todo revestido y adornado con pan de oro, se puede comprobar en una esquina que se encuentra restaurada.
En una esquina de este jardín de las Uvas, junto al palacio Khas Mahal, se encuentra el Shish Mahal, Palacio de Cristal, dos salas con ventanas cuyas paredes están decoradas con espejos sobre estuco dorado y de colores.
Al este del jardín y cara al río está el edificio llamado Aramgah o Morada del Descanso, pabellón de mármol con arcadas dónde estaban los aposentos privados del emperador. Este pabellón se encuentra rodeado por otros menores de estilo bengalí, como el de la hija favorita de Sha Jahan o el conocido como pabellón de la Aparición, desde donde el emperador se mostraba a sus súbditos. Este último comunica con el Shah Burj, Torre del Rey o Torre Octogonal. Es un pabellón con galería construido sobre un bastión del fuerte de la época de Akbar que da al río. Es todo de mármol con incrustaciones de mármol de colores y piedras semipreciosas. En esta torre es dónde Sha Jahan estuvo confinado por mandato de su hijo. Desde aquí contemplaba las obras del Taj Mahal y aquí murió después, en los brazos de su hija preferida y mirando hacia el sitio dónde estaba lo que más había amado.
El día sigue nublado y cubierto impidiendo con ello que veamos nosotros desde aquí la silueta del Taj Mahal.
Enfrente de esta torre se encuentra el Diwan-i-Khas, sala de audiencia privada, de mármol, abierto a tres lados. En esta sala estuvo por unos años instalado el trono de pavo real, con la cola abierta en la que hay incrustaciones de zafiros, rubíes, esmeraldas, perlas y otras piedras preciosas de colores.
Hay otro gran patio que antes era una piscina de mármol con fuentes, también, de mármol, que fue saqueado y posteriormente se cubrió de tierra y ahora está sembrado de césped. En este patio está el Diwan-i-Am, sala de audiencia pública. Se trata de una gigantesca sala de tejado plano construida a base de numerosos arcos lobulados sostenidos por columnas que primero fueron realizadas en piedra arenisca roja por Akbar y posteriormente revestidas de estuco por su hijo. En el muro del fondo hay un entrante en el que se sentaba el emperador durante las asambleas, tanto el entrante como los tres arcos que le protegen son de mármol ricamente decorado con incrustaciones de piedras semipreciosas. Esto fue realizado por el nieto de Akbar, Sha Jahan.
Hemos comenzado la visita por el Fuerte Rojo para dar una oportunidad al día de que se vaya despejando y que salga el sol, pero sigue igual de nublado.
TAJ MAHAL
Al Taj Mahal no se puede acceder en coche. Para protegerlo algo de la contaminación se ha prohibido la circulación de vehículos en 500 m. Se llega hasta él, bien andando, que sería lo más normal, en trenecito eléctrico ó en Tonga, una especie de calesa tirada por burros, que es la que utilizamos nosotros, a la vuelta usamos el trenecito eléctrico. Hay un gran control de seguridad para acceder al palacio, no te dejan entrar comida, cigarrillos, mecheros, bolígrafos, objetos punzantes. La entrada cuesta 750 INR y con la misma te dan una botella de agua y unos patucos porque al mausoleo no se puede entrar con zapatos.
Y comenzamos la historia, digo la visita
Había una vez .. un rey mogol que gobernaba su imperio desde Agra. Este emperador se llamaba Shah Jahan y estaba casado con Arjumand Bano Begum, más conocida como Mumtaz Mahal, no era su única esposa, pero si su favorita. Ambos se amaban desde muy jóvenes pero fue Mumtaz Mahal la que se murió de amor al dar a luz al 14º hijo de la pareja, que era una niña. Muntaz tenía apenas 38 años cuando murió y su esposo prometió construirle una tumba tan grande y tan pura como su amor. Transcurría el año 1631 y los mejores arquitectos del imperio comenzaron a trabajar.
No importaba que las canteras de mármol estuvieran a más de 300 km. ni que las piedras semipreciosas destinadas a la ornamentación no se consiguieran en la india, las arcas del emperador estaban abiertas para esta construcción y no se podía reparar en gastos.
Muntaz Mahal significa “Perla del Palacio” o “Elegida del Palacio”, el nombre del mausoleo, Taj Mahal significa “Corona del Palacio” ya que, aunque se trata de una tumba, el emperador quiso ofrecerle a su esposa un palacio y una corona.
Aunque el mausoleo es la parte más conocida el Taj Mahal es un conjunto de edificios integrados. Es considerado el más bello ejemplo de arquitectura mogol, estilo que combina elementos de las arquitecturas islámica, persa, india e incluso turca. El diseño general se inspira en otros edificios como la tumba de Tamerlán, la tumba de Itmad-Ud-Daulah y la Jama Masjid de Delhi.
Rodeando al recinto hay una alta muralla de arenisca roja, rodeada a su vez de jardines, con una monumental puerta de entrada, Darwaza, en el sur. En esta puerta hay un gran arco, a ambos lados y también en su interior hay otros arcos más pequeños dispuestos en dos pisos. La piedra roja se combina con mármol blanco incrustado de piedras semipreciosas que dibujan motivos florales e inscripciones en grafía árabe. A ambos lados de los arcos laterales hay unas torres que culminan en chhatris (kiosco con cúpula) y sobre el gran arco central hay una especie de galería sobre la que se disponen once pequeñas cúpulas, tanto en la parte exterior como en la interior, en total 22 pequeñas cúpulas que simbolizan los 22 años que duró la construcción del Taj Mahal.
Pasamos esta puerta y se nos abre una maravillosa visión, al fondo el mausoleo de mármol blanco como flotando contra el cielo gris. Dicen que el Taj Mahal tiene algo de mágico, propiedad que le confiere el mármol del que está formado, cambia de color según la luz que recibe, blanco brillante cuando hace sol destacando en el inmenso cielo azul, se vuelve gris cuando está nublado y trata de confundirse con el cielo.
Se siente esta magia y aunque lo has visto en innumerables ocasiones en distintas reproducciones, cuando lo tienes delante te sobrecoge su visión, de proporciones más grandes de las que te imaginabas, es único, es perfecto y no te cansas de mirarlo.
Comenzamos a acercarnos en medio de los amplios jardines divididos en cuadros y organizados mediante la cruz formada por los canales. Cada sección del jardín está dividida por senderos en 16 canteros de flores con un estanque central de mármol a medio camino entre la entrada y el mausoleo. Como hoy el día está nublado la superficie del agua refleja los edificios de una forma muy vaga y a veces nula.
Estos jardines, en su origen, tenían una abundante vegetación con rosales, narcisos y árboles frutales. Con el declive del imperio mogol decreció su mantenimiento y cuando los británicos asumieron su control introdujeron las modificaciones para transformarlo en un jardín inglés.
Nos vamos acercando poco a poco envueltos en la multitud de turistas indios (parece que son más numerosos que los turistas occidentales y orientales), percatándonos cada vez más de sus dimensiones, de su belleza, de su perfecta simetría, a veces pienso que es una de las visiones más bonitas que he tenido en mi vida.
En el Taj Mahal todo es simetría. En el extremo del complejo se levantan dos grandes edificios a los lados del mausoleo, paralelos a los muros este y oeste. Ambos son fiel reflejo uno del otro. El occidental es una mezquita y su opuesto es el jawab cuyo único sentido es mantener la simetría, se cree que era como una casa de invitados, si bien este último no tiene minarete. El diseño de la mezquita es similar al de Jama Masjid de Delhi, que consiste en una gran sala rematada por tres cúpulas.
El Taj Mahal es una maravilla de formas y proporciones. Está situado sobre una plataforma de mármol, lo que contribuye a crear esa sensación de que está flotando. Se trata de un edificio cuadrado con las esquinas achaflanadas creando una forma octogonal irregular; en cada una de las cuatro fachadas unos arcos ordenados en dos pisos rodean un arco central cuyo reborde se levanta más alto que el resto de la fachada; el chaflán de cada esquina tiene la misma anchura y estructura que las partes laterales de las fachadas principales, de forma que entre cada gran arco y el siguiente hay tres lados iguales que dan la vuelta a la esquina armoniosamente. Sobre el edificio hay una cúpula en el centro de mármol blanco, de grandes dimensiones que se acentúan por estar apoyada en un tambor circular de 7 m. Esta cúpula es del tipo de cebolla y en su parte superior está decorada con un anillo de flores de loto en relieve y en el remate una aguja dorada. La forma de la cúpula queda resaltada también por los cuatro chhatris de cada esquina, las cúpulas de estos kioscos replican la forma de la central. Sus bases columnadas se abren a través del techo del mausoleo dando luz natural al interior.
En cada esquina de la plataforma se alzan cuatro minaretes de más de 40 m. de alto que se encuentran rematados por chhatris con la misma terminación que en el mausoleo, diseño de flor de loto y aguja dorada sobre la cúpula. Estos minaretes fueron construidos con una leve inclinación hacia fuera del conjunto, para que, en caso de derrumbe, no caigan sobre el edificio principal.
Llegamos cerca de esta plataforma, a la zona dónde hay que ponerse los patucos sobre los zapatos. Hay guardias vigilando que nadie pase con los zapatos, o descalzo o con patucos. Y nos ponemos en fila para entrar en el mausoleo, es mucha la gente que nos juntamos aquí.
Ya de cerca podemos apreciar el detalle y la bellísima decoración del mausoleo. Los elementos decorativos pertenecen básicamente a tres categorías, caligrafías, elementos geométricos abstractos y motivos vegetales aplicados con tres técnicas diferentes: pintura o estuco aplicado sobre los muros, incrustación de piedras, y escultura. Los pasajes del Corán son utilizados en todo el complejo como elementos decorativos, las letras están incrustadas en oro sobre los paneles de mármol blanco. Los paneles superiores están escritos con caligrafía más grande y proporcionada para compensar la distorsión visual al mirarlos desde abajo, de esta forma todas las letras se ven como si fueran del mismo tamaño. Los elementos geométricos abstractos se utilizan en el pedestal del mausoleo, en los minaretes así como en la mezquita y la jawab. La técnica de incrustación sobre las placas de mármol es de tal perfección que las juntas entre las piedras y las gemas incrustadas apenas se distinguen por más que mires y toques, la superficie al tacto es lisa y tersa. Las paredes bajas de la tumba muestran zócalos de mármol con bajorrelieves de flores y vides que han sido pulidos para resaltarlos. Los zócalos y laterales de arcos han sido decorados con incrustaciones de piedras semipreciosas formando dibujos de flores, frutos y vides. Las piedras incrustadas son mármol amarillo, jade y cuarzo de colores.
Entramos a la sala principal dónde están los cenotafios de Mumtaz y Shah Jahan, el de Mumtaz en el centro y al lado el de Shah Jahan, es el único elemento asimétrico en todo el complejo. Hay un guardia que pone orden indicando por dónde tienes que dirigirte ya que con tanta gente aquello no circularía. La forma de la sala es octogonal y aunque su diseño permite ingresar por cualquiera de los lados, sólo la puerta sur, la que da a los jardines, es la que se utiliza habitualmente. El material que se usa aquí para las incrustaciones ya no es mármol o jade, sino gemas preciosas y semipreciosas. La caligrafía que hay en las tumbas es de un trabajo extremadamente delicado y detallado. Cada uno de los muros de la sala ha sido bellamente decorado con zócalos en bajo relieve, intrincadas incrustaciones de pedrería y refinados paneles de caligrafía, reflejando incluso a nivel de miniatura los detalles expuestos en el exterior del complejo.
Saliendo al exterior nos dirigimos a la parte de atrás del mausoleo. Esta parte es la única que no tiene la muralla de piedra roja, solamente el río Yamuna. Este es un estupendo mirador con hermosas vistas del Fuerte Rojo, cuando la niebla te deje verlo. Lo mismo que desde el Fuerte Rojo no pudimos ver el Taj Mahal, ahora tampoco podemos ver, ni siquiera la silueta, del Fuerte Rojo.
Vamos volviendo a la salida, por la puerta sur, por dónde mismo se entra, atravesando y disfrutando de los jardines y volviendo la vista atrás de vez en cuando, con la visión cada vez más lejana de este monumento al amor que en 1983 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y posteriormente fue nombrado como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
Rabindranath Tagore definió el Taj Mahal como “un poema escrito en piedra” y que estaba destinado a brillar por siempre como “una lágrima de amor en las mejillas del tiempo”.
No habremos tenido una visión del mármol del mausoleo brillando con la luz del sol con el fondo del cielo azul, pero hemos tenido la visión de un mármol gris intentando mimetizarse con el fondo nublado del cielo, flotando entre la niebla con un halo de misterio y romanticismo que tiene, si ello es posible, un encanto mayor, (el que no se consuela es porque no quiere).
Cuenta la historia .. que cuando Mumtaz murió Shah Jahan estuvo encerrado algún tiempo y cuando salió estaba envejecido y con el pelo blanco. Se dedicó a los trabajos de construcción del mausoleo y descuidó las cuestiones de gobierno. A poco de terminar la obra en 1656, Shah Jahan cayó enfermo y se rindió a los ataques de sus hijos, Aurangzeb (el hijo que se hizo con el poder frente a otros tres hermanos mayores) le permitió seguir con vida en arresto domiciliario en el Fuerte Rojo, en la Torre Octogonal, atendido por su hija querida, que no es la que nació cuando su esposa falleció sino que era la mayor de todos sus hijos. Y cuenta también la leyenda .. que pasó el resto de sus días mirando por la ventana el Taj Mahal, su gran obra, monumento a su amada y refugio para el descanso eterno de ambos.
Después de la comida hacemos una visita muy distinta, en todos los aspectos, a las realizadas en la mañana. Vamos al orfanato de la Madre Teresa de Calcuta en Agra (Sister of Charity). Nos recibe la madre superiora hablando en un inglés no demasiado comprensible, nos enseña las instalaciones, los dormitorios de los niños, hay algunos enfermos o con problemas en las camas que no van al colegio, algunos bebés. Comenta que la gente no quiere adoptar nada más que bebés y sin problemas, que todos estos niños tendrán que vivir aquí. Son instalaciones humildes pero no están mal y hasta tienen espacios abiertos, algún pequeño jardín y zona de juegos. Los niños comienzan a volver del colegio. Damos nuestro donativo y nos volvemos más de uno con el pañuelo en la mano. Una mezcla de sentimientos opuestos cruzan nuestro ánimo. Por un lado el sentimiento de enfrentarte a una realidad como esta, la de los niños abandonados y con muchos problemas y por otro lado dando gracias a Dios por toda esta gente que tan desinteresadamente trabajan para el prójimo, seguidoras de la gran obra de la Madre Teresa de Calcuta, porque todos la llaman madre, sean de la religión que sean. Estos orfanatos no reciben más que la ayuda de los distintos donantes.
Nos regresamos al hotel, hay tarde libre. Unos quieren ir a una tienda de esas grandes que venden gemas, otros van a un espectáculo de bailes al estilo Boliwood.
Nos reunimos un grupo al que no nos gustaban estas alternativas y decidimos seguir visitando algo de Agra. Salimos a la puerta del hotel y comenzamos a negociar con el dueño de un tuc-tuc (estos motocarros de color verde y amarillo), necesitábamos cuatro tuc-tuc, llama por teléfono y al instante estaba aquello lleno de estos vehículos. Nos enseña una libreta mugrienta y llena de polvo con una página en la que unos españoles habían escrito que era de fiar. Pactamos un precio y le dejamos muy claro el recorrido que queríamos hacer en el que nos tenían que esperar a ver el primer sitio, llevarnos al segundo y luego de vuelta al hotel. Nos ponemos en camino con este tuc-tuc, que parece el líder, y el resto siguiéndolo. Ya nos vamos acostumbrando a este tráfico endemoniado y el recorrido nos parece de lo más divertido. Cada vez nos parece más justo el precio pactado al comprobar que está bastante lejos del hotel el destino al que vamos, tardamos de 20 a 30 minutos y el tráfico no estaba demasiado congestionado.
Mausoleo de Itimad-ud-daulah
Con las entradas para entrar en el Taj Mahal puedes acceder, en el mismo día, a otros sitios con un descuento del 10% y este es uno de ellos, (y además en el Fuerte Rojo, Fatehpur Sikri, Tumba de Akbar), la entrada cuesta 100 INR por lo que nos cobran 90 después de comprobar y taladrar las entradas que teníamos del Taj.
El mausoleo de Itimad-ud-daulah o “Pequeño Taj” como se le conoce popularmente, está situado a un kilómetro y medio del Fuerte Rojo, río arriba y en la orilla izquierda del Yamuna. La esposa preferida de Jahangir, Nur Jahan, considerada la mujer más poderosa de la época mogol, encargó la construcción de este mausoleo para sus padres, Mirza Ghiyas Beg, llamado Itimad-ud-daulah (pilar del estado) y su esposa.
Mirza Ghiyas Beg también era el abuelo de Mumtaz Mahal, esposa de Shah Jahan, por lo que podríamos decir que el pequeño Taj es el abuelo del Taj Mahal por lazos familiares y por la influencia que tuvo en su construcción.
Construido entre 1622 y 1628 el mausoleo representa la transición entre la arquitectura mogol primitiva que utilizaba arcilla roja y este nuevo periodo en el que el material principal pasa a ser el mármol blanco y de la que es máximo exponente el Taj Mahal.
Se entra por una puerta de arenisca roja combinada con mármol blanco que tiene un alto arco central flanqueado por otros de dos pisos y dos pequeñas cúpulas, una a cada extremo, en la parte superior.
La tumba está situada dentro de unos jardines muy cuidados atravesados por pequeños cursos de agua y varios caminos. El recinto se encuentra rodeado de un muro rojo por tres lados, detrás del mausoleo el río Yamuna. Hay varios monos correteando por los árboles pegando a uno de los muros.
El mausoleo se construyó sobre una plataforma de arenisca roja con decoración, es cuadrado y pequeño, unos 23 metros cuadrados, está limitado en sus lados por cuatro torres hexagonales de 13 m. de alto y en el centro del techo un pabellón cuadrado con una cúpula. Todo él está revestido de mármol blanco ricamente decorado con abundantes incrustaciones de piedras semipreciosas en dibujos florales y geométricos, no parece recargado debido a la armonía de los colores empleados en las incrustaciones, negro, gris y varios matices de ocre, siendo por el contrario esta decoración la que le da el principal toque de elegancia y distinción que hace de este edificio una joya única.
El interior se encuentra también profusamente decorado y, relativamente, bien conservado pese a que fue saqueado por los Jats que desmantelaron la decoración de oro y plata de los techos. Las paredes tienen un zócalo de mármol blanco con incrustaciones de motivos geométricos en los mismos tonos que el exterior. En la parte de arriba de las paredes la decoración se reparte entre pequeñas hornacinas con forma de arco y los vanos entre ellas, los motivos además de geométricos son también jarrones, adornos florales, cipreses .. y con más abundancia de colores que en el exterior. Las piedras que se utilizaron en las incrustaciones son topacio, ónix y lapislázuli. En el interior hay bastante luz que se filtra a través de pequeñas aberturas en el mármol y diversas celosías.
En la parte que da al río Yamuna hay como una especie de baradary en piedra que tiene unas bonitas vistas de la ciudad y del río. En las arenas del río juegan unos niños que al vernos asomados nos piden caramelos. Les arrojamos unas cuantas piruletas que cogen al vuelo.
El sitio nos ha encantado a todos, es una pequeña joya que se encuentra eclipsada por la majestuosidad del Taj Mahal, y por ello tiene el encanto añadido de su tranquilidad, unos pocos turistas más visitándolo, lo recorremos a nuestras anchas, entrando y saliendo de las distintas habitaciones las veces que queremos.
Para entrar también hay que descalzarse o bien ponerse unos patucos encima de los zapatos, es bueno guardarse los que te dan en la visita del Taj Mahal, si éste se visita con anterioridad.
Los tuc-tuc nos están esperando en la puerta como habíamos acordado y ahora nos dirigimos, dentro de la misma orilla izquierda del río, hacia la curva que hace el mismo en la ciudad de Agra, para ver el atardecer con el Taj Mahal delante. Es la misma zona que estuvimos anoche y no pudimos ver casi nada. Aquí hay dos opciones, irte directamente hacia el río por un camino que no pasan coches y ves el Tal Mahal algo escorado a la izquierda ó entrar en los jardines Mehtab Bag, “jardín de la luz de luna”, pagando 25 INR, y ver el gran mausoleo de frente y con una paz excepcional.
Optamos por entrar a los jardines y acertamos, ya lo habíamos visto de la otra forma la noche anterior, aunque fuera en penumbra. Los jardines son de estilo mogol y dicen que tienen más de 40 variedades de plantas. La verdad es que no nos entretuvimos en contemplarlos porque se hacía tarde y el sol se iba. El sol después de casi todo el día nublado había brillado tímidamente por la tarde y ahora que estamos allí para ver su retirada las nubes nos vuelven a hacer una jugarreta para impedirlo.
Contemplamos la maravillosa silueta del Taj en las ruinas de lo que se ha llamado el Taj Negro y nos pasamos el resto del atardecer sentados en una pared de estas ruinas sin querer dejar de mirar lo que tenemos enfrente.
Se dice .. que el emperador Shah Jahan quería construir su propio mausoleo en mármol negro, a imagen y semejanza del de su esposa, al otro lado del río Yamuna y unir después ambos mediante un puente de oro. Precisamente dónde estamos quedan unos restos en piedra roja de lo que se dice que fue el inicio de la construcción de dicho edificio. No llegó a construirse porque Aurangzeb, cuarto hijo de Shah Jahan, después de vencer a sus hermanos y hacerse con el poder encarceló a su padre en el Fuerte Rojo, tal y como se ha mencionado en la visita del Taj Mahal.
Pero recientemente se ha descubierto que en realidad lo que se construyó frente al Taj Mahal del otro lado del río, fue un jardín que mantenía la simetría tan apreciada por Shah Jahan, este complejo de jardines tenía una piscina octogonal en la que se reflejaba la imagen del Taj Mahal y al verlo en el reflejo se apreciaba un Taj Mahal de color negro. Nunca se ha encontrado mármol negro en ninguna de las excavaciones realizadas.
Aquí una pincelada de cómo viven algunas personas en la India. Chabola junto a los jardines anteriores.
Ya de noche nos volvemos al hotel en los tuc-tuc que siguen esperándonos, claro, sino no cobran, y quieren llevarnos a una tienda a lo que nos oponemos rotundamente. Luego resulta que la tienda a la que querían llevarnos está justo enfrente del hotel. Como tiene buena pinta entramos a echar un vistazo y tenían de todo tipo de artículos entre los que había como unos joyeros de mármol auténtico con las incrustaciones como las del Taj Mahal. Nos hicieron un cambio de moneda más beneficioso que en el hotel y también tenían servicio de teléfono desde el que llamamos a la familia por el módico precio de 30 INR. Una tarde completa.[/size]
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