Sobre
el Dr. Guido Despradel Batista.
La ocasión es propicia
para hablar del médico-abogado-escritor-antropólogo-periodista-músico- sociólogo-historiador.
Uno de los grandes desconocidos del país
y principalmente de su pueblo natal la Concepción de La Vega.
Despradel Batista,
sobrino del Comandante Lorenzo Despradel, destacado periodista y escritor,
quien fuera secretario particular del
Generalísimo Máximo Gómez, durante la
guerra Libertadora de Cuba, como también su biógrafo, fue un estudiante excelente
y desde la presidencia de la ANEU (Asociación Nacional Estudiantes
Universitarios), sostuvo una b
actitud arraigada y cívica contra toda las dictaduras cuando se iniciaba la era
de Trujillo. En una ocasión se negó a darle la mano a Trujillo en la antigua casa
presidencia de Gazcue, después que fueron llevados a la presencia del brigadier numerosos
estudiantes de la ANEU detenidos en el Parque Independencia cuando se preparaban para celebrar un mitin.
Se graduó de médico en
1933, ejerció en La Vega, en donde fundo
junto a Julio Cesar Martínez en 1936 la
revista Renovación y la Sociedad Cultura y
reorganizo la vieja sociedad Amor
al Estudio, cuya biblioteca lleva su nombre.
Como dirigente
estudiantil estuvo en Haití para
solidarizarse con los estudiantes haitianos en su lucha contra la
dictadura de Borno. Era flautista, conferencista, gran conservador, fácil escritor de pluma galena pero sin alardes. Escribió sobre la
historia sociológica, agricultura, arqueología, folklore, y otras ramas.
En 1936 leyó un ensayo en la sociedad Amante de la Luz de
Santiago, que lo perfiló como una de las más sólidas promesas en los estudios
sociológicos dominicanos. La conferencia se intitulo –Raíces de nuestro
espíritu --, y fue reeditada por
Ediciones Renovación en 1971. También fueron reeditados
em 1975 su biografía sobre Juan Pablo Duarte y su trabajo sobre el aporte de la familia
Duarte Diez, a la Independencia dominicana, trabajo último que obtuvo un
premio en la sociedad Amante de la Luz.
El intelectual e
investigador se mantuvo durante años en una posición inquebrantable contra la
dictadura, pero la presión de esta, resumida en la frase fatídica de ** te pliega o te muere **,
quebró su voluntad y aceptó una curul de diputado. Ejerció en el hospital Padre
Billini y fue catedrático de la Universidad de Santo Domingo.
No hubo gesto ni
movimiento cultural en La Vega que no contase con el apoyo solidario de Guido.
En un momento en que todo parecía languidecer definitivamente bajo la armonía del absolutismo, Guido inició
en su pueblo un ciclo de lecturas comentadas. Cuando afuera todo era monólogo.
Mantuvo a un grupo de jóvenes dialogando
y debatiendo sobre temas indiscutibles trascendencia y sentidos.
Su Historia apareció el
16 de julio de 1938, como homenaje suyo al primer centenario de la fundación de la Trinitaria,
la sociedad patriótica que en 1838 coloco el detonante de
nuestra Independencia.
En La Vega en su
inmenso aislamiento, el joven participa en todos los actos artísticos y
culturales que matizaban todavía aquella
comunidad que había sido llamada la Atenas Dominicana, laboratorio que fue de
escritores como Don Federico García
Godoy y otros muchos artistas, técnicos y escritores.
En ocasión en que se
organizó un homenaje al ilustre munícipe e historiador don Manuel Ubaldo Gómez
Moya, el gobierno dictatorial pretendió reducir su categoría de reconocimiento
a un grande hombre y hasta amenazó con
prohibirlo; pero Guido y los demás organizadores del homenaje a Don Ubaldo se
mantuvieron firmes y el acto se celebró colectivo se efectuó sin permitir ninguna mediatización,
posteriormente se imprimió un folleto contentivo de todo lo que se escribió en
torno a la personalidad de don Ubaldo, sin
hacerse la menor mención, como era obligatorio del dictador de turno.
Guido, este hombre muerto prematuramente, con un universo
que descubrir ante sus compueblanos y compatriotas, escribió su Historia de La
Vega con intenso amor y devoción y hasta con
sentido críticos edificante que
se advierte en mucho de sus conceptos
sobre la evolución de la comunidad que le vio nacer. En su obra hay un trabajo muy interesante sobre la usurpación
de los apellidos. Explica, inclusive, el origen del propio apellido
Despradel cuya raíz estuvo en Haití. Así explica entre muchos, los apellidos
Monción, La Motta, Del Orve,
Deschamps, Velazco, etc.
La nueva edición de la Historia de La Vega,
oportunamente debe ser motivo de regocijo y de nuevo interés por las
cosas del pasado de parte de todos los
veganos. Sobre todos los veganos
ausentes. A veces, los descendientes se olvidan de todo. Olvidar los orígenes no
es constructivo. Tal vez por eso los
hebreos no se olvidan ni un momento de su Tabmud ni de la Biblia, ni los musulmanes se olvidan
de su Corán. En la historia están
el alma y el espíritu del hombre. La maldad
y la virtud son la materia prima del
hombre y hay que verificarlas, analizarlas
y superarla.
Tomado de la Fuente:
Guido Despradel Batista. Obras Tomo II, compilación de Alfredo Rafael Hernández.
Archivo General de la Nación. Volumen LXXXVI. Págs. 325-327.( Renovación
XLIII:325 Santo Domingo, 10 de octubre de 1978)
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