sábado, 4 de abril de 2015

La comunicación arrebatando el poder

La comunicación arrebatando el poder

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Hoy en día, los medios de comunicación se han convertido en un elemento fundamental que influye en la formación del individuo. Contribuyen a la construcción de la realidad, interviniendo y afectando en las variables socioculturales, económicas y políticas que conforman los pilares sobre los que se sostiene la sociedad. Por esto la importancia de los medios de comunicación, ellos influyen en la comprensión de nuestra época.
medios de comunicacion - medios de manipulacion
Actualmente, son pocas las empresas que tienen el dominio y poder de los medios de comunicación, y ¿cómo no?, si además de ser una fabulosa fábrica de ilusiones, en el mundo moderno, los medios se han convertido en un gran negocio, en una máquina de hacer dinero.
Según Francisco Vidal Bonifaz, autor de “Los dueños del cuarto poder”,  son cinco los grandes grupos internacionales que dominan el mercado mundial de medios de comunicación: Time Warner, Walt Disney, News Corp, Viacom y Bertelsmann, siendo los primeros cuatro de Estados Unidos y el último de Alemania (2008: 29). Estas empresas se han convertido en un oligopolio, el poder que tienen a nivel mundial es impresionante, a tal grado, que “son ellos los que marcan las tendencias en este tipo de negocios a escala mundial y los que en buena medida crean el mundo imaginario y real de la actualidad”. (Vidal, 2008:53)
Basta con darse cuenta de la enorme influencia que ya tienen estos conglomerados internacionales en México, por medio del duopolio de Televisa y Tv Azteca. Es pertinente recordar que el artículo 28, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, advierte que en nuestro país están prohibidos los monopolios y las prácticas monopólicas. Sin embargo, el martes 11 de abril del 2006, por acuerdo del Presidente de la República, Vicente Fox Quesada, se publicaron en el Diario Oficial de la Federación las reformas a las leyes de Radio, Televisión y de Telecomunicaciones, que otorgaban a Televisa y Tv Azteca el uso discrecional de las frecuencias que serían liberadas una vez que se digitalizaran las señales televisivas, sin tener que solicitar permisos y sin pagar los derechos correspondientes.
Estas nuevas regulaciones fortalecían al duopolio televisivo. Según los especialistas, las debilidades de la nueva ley que favorecía a Televisa y Tv Azteca eran, entre otras, las siguientes:
El presidente de la República ya no tendría la facultad de decidir a quién o quiénes se les otorgan concesiones de radio y televisión. Las concesiones públicas pasarán a ser prácticamente propiedad de los dueños de los medios.   
Las televisoras podrían ampliar de facto su capacidad de difusión, sin tener que pagarle al Estado ni un centavo más por ello, pues el proceso de digitalización les dará automáticamente esa mayor amplitud.
Para nuevas concesiones, los solicitantes participarían obligatoriamente en un concurso de licitación, lo que favorecería a quienes tuvieran más influencia o dinero.
La nueva ley dejaba fuera de la competencia a los medios electrónicos públicos, sociales y educativos y ponía en riesgo la existencia de espacios de televisión como Canal 11 y Canal 22, y radiodifusoras como Radio UNAM, Radio Educación y todas las radios públicas y comunitarias.
Disminuía las facultades de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, órgano que se encarga de regular a la industria de la radio y televisión. La CFT ya no podría sancionar ni auditar a las empresas de radio y televisión, por lo que en los hechos, la autoridad reguladora pasaría a ser un mero observador.
Excluía al IFE de la contratación de los espacios en radio y televisión durante las campañas electorales y le dejaba al margen de su fiscalización.
La nueva ley no incluía el derecho de réplica para los ciudadanos ni las organizaciones de la sociedad.
Pese a que las reformas de la llamada Ley Televisa no fueron aprobadas ni entraron en vigor al ser consideradas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación contrarias al espíritu de la Constitución General de la República, en el 2012, se publicó un artículo del periodista Jorge Meléndez Preciado, titulado “El poder de las televisoras”, en el que se analiza el enorme poder de los concesionarios televisivos.
El texto comienza así: “Si quieren debate, véanlo por  Televisa, si no, vean el futbol por Azteca. Yo les paso los ratings (sic de la audiencia) el día siguiente”. Así lo dijo el dueño de Tv Azteca, Ricardo Salinas Pliego, en su cuenta de  Twitter, con respecto al debate presidencial que ocurrió en el 2012.
Ante esta declaración, Jorge Meléndez Preciado, opina: “Ya sabemos que desde siempre, a las televisoras lo que les importa sobre manera es ampliar sus beneficios, a pesar  que la nación se quede sin alternativas. A fin de cuentas se trata de varias cosas. Primero, demostrar quién tiene el poder en la mano, algo que ya vimos hace seis años y que hemos notado claramente en la ascensión de Enrique Peña Nieto. Segundo, que el negocio para estos  mercaderes de la imagen, es lo único que cuenta, no obstante sus teletones, concursos y supuestos apoyos a diferentes ciudadanos. Tercero, que el legislativo puede hacer reformitas y otras cuestiones, pero las teles a fin de cuentas serán los que decidan. Y cuarto, para no alargar la lista, que el IFE, los partidos, los ciudadanos y las autoridades todas les valen un sorbete a los dos notables”. Quizá la pregunta ante todo lo mencionado, sería saber si en verdad existe la democratización de los medios y cumplen con su papel social, o como bien lo menciona Vidal, se han convertido en una máquina de hacer dinero.
Por otro lado, tal parece que nos encontramos en el momento de esplendor de la cultura del ocio, es decir, cada vez es más fácil tener acceso a la información y entretenimiento, por lo que  invertir tiempo en esto, no resulta complicado para los seres humanos. De esta manera los medios de comunicación se han encargado de crear patrones de conducta, estereotipos y modelos de comportamiento, sin olvidar, que también son ellos en gran medida los que crean la opinión pública y la cultura de cada nación. El hecho de que los medios se “olviden” de su responsabilidad social y se enfoquen en ser negocio, está afectando a la sociedad, pues la diversidad programática que ofrecen, quizá con algunas excepciones, no tienen como fin crear a mejores seres humanos, sino generar ganancias y ver por intereses propios o comerciales.
Quizá la solución ante todo este panorama, sería encontrar el contrapeso que de alguna manera pueda frenar los abusos de este “cuarto poder”, y lo más lógico es pensar en el gobierno y la política. Sin embargo, según la investigadora del Colegio de México, Fátima Fernández, “hoy en día no se gobierna ni se ganan elecciones sin los medios, los medios deciden quién existe y quién no. Son los medios los que dan el visto bueno de muchas acciones públicas y hay una clara conciencia de que sin ellos ni se accede al poder, ni se mantiene en éste”. (2005: 28-29) Por lo tanto, es evidente que no solo existen interesen entre ambos, sino que hoy en día la relación  entre el poder político y los medios, está dominada por los medios de comunicación. Como bien lo menciona el especialista en medios de comunicación, José Carreño: “Ahora los políticos necesitan más de los medios que los medios de los políticos”. (2005: 37) Además, Manuel Castells en su texto titulado “La era de la información” dice:  “Los sistemas políticos están sumidos en una crisis estructural de legitimidad, hundidos de forma periódica por escándalos, dependientes esencialmente del respaldo de los medios de comunicación y del liderazgo personalizado, y cada vez más aislados de la ciudadanía”.
Existen intereses entre el Estado y los medios de comunicación, ¿en dónde quedan los intereses de la sociedad?  La sociedad quiere que los medios sean espacios abiertos a la pluralidad y a la deliberación que requieren los asuntos públicos, se quieren medios que cumplan con su labor social y con las cuestiones éticas, medios que dejen de ver por sus intereses comerciales y vean por el bien de todos. Es por esto, que los dirigentes de este “cuarto poder” deberían someterse a un autocontrol cada vez mayor, ya que se trata de uno de los grandes pilares de la democracia. (Raúl Trejo Delarbre, 2002-2003)
“La gran interrogante está en saber que instituciones pueden constituirse en contrapeso para el poder de los medios. La respuesta se encuentra en instituciones que aún no surgen, que de manera embrionaria se encuentran en el seno de la sociedad”. (Fátima Fernández, entrevistada por  María Elena Cantú, 2005: 32-33)
Finalmente, con lo que respecta a las ganancias, los medios de comunicación, principalmente la televisión, obtienen muy buenas utilidades e intereses económicos. Sin embargo, están en deuda con la nación, con la sociedad. Le deben a la nación, al gobierno que los apoya y a la sociedad que elige y sostiene a esos gobiernos que los apoyan. Como ya se mencionó anteriormente, existen intereses entre el gobierno y los medios de comunicación, y así se “llevan entre las patas” a la sociedad, a la que le deben espacios en los que se promuevan valores como el diálogo, la pluralidad, la convivencia, el respeto a las ideas, el trabajo para el bien común y más cultura para la democracia, que tanta falta le hace a México. 
Bibliografías:
Berger, Peter y Luckmann,Thomas (1968). La construcción social de la realidad. Madrid: Amorrortu Editores.
Cantú, María Elena (2005). Los medios: un poder sin contrapeso. Fátima Fernández Christlieb, Medios y poder. El papel de la Radio y la Televisión en la Democracia Mexicana (27-35) México: Grupo Editorial Norma.
Castells, Manuel (2005). La era de la información. La sociedad Red. Volumen I. Alianza Editorial.
Meléndez Jorge (2012) El poder de las televisoras. La carpa. En
Monsiváis, Carlos (2000). Desperté y era otro, en Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina (155- 180). España: Anagrama.
Thompson, Jhon B. (2011, enero- junio). Los limites cambiantes de la vida pública y la privada, en Comunicación y sociedad, Nueva época, Núm. 15, (11-42)
Trejo Delarbre, Raúl (Octubre 2002- Marzo 2003). Los medios que quisiéramos, en Configuraciones, revista de la Fundación Pereyra y el Instituto de Estudios para la Transición Democrática No. 10-11.
Vidal Bonifaz, Francisco (2008). I. Fábrica de ilusiones y de dinero, II. Los grandes jugadores mundiales, Los dueños del cuarto poder (15-61) México: Planeta.

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Acerca de Andrea Gómez Reyes

Estudiante de la carrera de comunicación en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en Guadalajara, México. Durante mi carrera, hice un intercambio de un año a Bogotá, Colombia a la Pontificia Universidad Javeriana en la cual cursé materias de sociología, ya que es la investigación el enfoque que le doy a mi carrera. Por otro lado, me gusta la fotografía documental como elemento complementario de la investigación

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