jueves, 8 de enero de 2015

Batalla de San Quintín: Cuando Francia se postró a los pies del Imperio Español

Batalla de San Quintín:

Cuando Francia se postró a los pies del Imperio Español


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Resumen de la Batalla de San Quintín


La batalla de San Quintín fue uno de los más grandes enfrentamientos militares entre españoles y franceses. Esta victoria  contra Francia  dio a conocer al joven e inexperto todavía Rey Felipe II,  inauguró un poderoso reinado, motivó la construcción de un grandioso monumento y fue tal el sufrimiento de ambos bandos durante el combate, que dio origen de una frase "Se armó la de San Quintín".
La batalla tuvo lugar en San Quintín ( Francia) ,  el día de San Lorenzo, 10 de agosto de 1557,   lo que motivó  al  joven rey español, ordenar  construir su palacio de El Escorial con la forma de Parrilla, en honor al santo del día de esta grandiosa  y decisiva victoria; cuando Francia se postró a los pies del Imperio Español . En 1563 comenzaron las obras.
La Batalla de San Quintín fue el resultado de un plan estratégico por Felipe II y su gobierno. Los franceses habían entrado en Italia con el beneplácito del Papa, para tomar el Reino de  Nápoles. En Nápoles, la táctica fue defensiva, porque  su objetivo que no era otro que entretener a los franceses en Nápoles.
Los franceses, se confundieron y  pensaron que el "contragolpe" español seria en Italia para  salvar Nápoles. No fue así, el contragolpe estaba decidido , sería desde Flandes   hacia Paris.  En este camino, estaba la ciudad estratégica de San Quintín. Esta  fortaleza  , era la llave   de Paris.
EL ESCORIAL

Ficha de la Batalla de San Quintín

FICHA BATALLA SAN QUINTIN

Antecedentes Históricos de la Batalla de San Quintín

En el siglo XVI, España había conseguido rodear a su enemigo natural El Francés . El poder que ejercía Felipe II  sobre el rey de Francia,  Enrique II, jamás antes se  había dado a lo largo de  la Historia . España rodeaba a Francia e impedía su expansión.
Al subir Felipe II al trono era el rey más poderoso de la tierra , pues aun sin el imperio de Alemania, regía la España unida por los Reyes Católicos; en Italia Nápoles, Sicilia, el ducado de Milán y la Cerdeña; en Francia el Rosellón; al Norte los Países Bajos y el Franco Condado; en el Mediterráneo las Islas Baleares; en las costas occidentales de África las Islas Canarias y se reconocían su autoridad en Cabo Verde, Orán, Bujía y Túnez; en Asia las Islas Filipinas y una parte de las Molucas y en el Nuevo Mundo los inmensos y opulentos reinos de Méjico ,Perú, Chile y la Isla de Cuba la Española .
Con razón se vanagloriaban en aquella época de que el Sol no se ponía en los dominios de España

Después de firmar un acuerdo secreto con el Papa Pablo IV, Enrique II, decidió  tomar la iniciativa y conquistar terreno español,  en Flandes, en el Milanesado e incluso pretendió quedarse con el emblemático Reino de de Nápoles. El fanatismo sentimiento antiespañol del Papa, iba a permitir   las maniobras de paso, a través de los Estados Pontificios , de  las tropas francesas, camino de Nápoles.  Durante este intento de conquistar  el Reino de Nápoles, las fuerzas francesas, contaron con el apoyo de tropas   papales  al mando del  duque de Guisa.
Gracias a  la intervención decisiva  del III duque de Alba, que estaba al mando de las tropas española, la coalición franco/pontificia fue eficazmente rechazada.  Posteriormente,  las tropas imperiales llegaron incluso a aislar al Papa en Roma ,  lo que le valió la excomunión a Felipe II.
Pero las disputas entre España y Francia no se iban a resolver en Roma. Felipe II  había decidió atacar Francia desde sus territorios en Flandes 
En 1556, Felipe II dio la orden de invadir Francia. Esta orden fue   la respuesta del Imperio Español a la osadía francesa de invadir Nápoles. La   batalla de San Quintín,   forma parte de las denominadas Guerras  entre España y Francia.

Preparativos de la Batalla de San Quintín

En abril de 1.557 los franceses ya habían comenzado los ataques. Después de varias incursiones , que lograron tomar algunas plazas flamencas. Los generales del rey Felipe II no contraatacaron a la espera   de refuerzos
En aquellos días, Felipe II tenía que solucionar graves problemas económicos que  debilitaban la posición de España frente “al francés”. Después de la abdicación de Carlos V, Felipe II heredó, además de una inmensidad de territorios (no se ponía el Sol en el Imperio Español)  una enorme deuda de 6 millones de ducados.
El proceso de renegociación de la deuda, llevó a Felipe II a solicitar ayuda a su padre (retirado en Yuste) y a su amante esposa , María I de Inglaterra, conocida como María Tudor, que vivía en Inglaterra.  María consiguió financiar el proyecto de Felipe con 9.000 libras, además de 7.000 soldados al mando de Lord Permbroke.
ANA TUDOR Además de la ayuda británica, Felipe tuvo la suerte de recibir una buena partida de oro procedente de América. Felipe II ya disponía de recursos suficientes para afrontar la guerra contra Francia. En julio de 1.557 Felipe II ya había regresado de Inglaterra y se disponía afronta el proyecto
Felipe II desde su regreso de Inglaterra a Flandes mantuvo grande actividad en la reuniones con las tropas, viajando de Bruselas a Valenciennes y Gambray para lograr de los magnates los recursos necesarios.

Organización del Ejército Imperial Español

General Jefe: Manuel Filiberto duque de Saboya
General de la artillería: Mr de Glageon general
General de la caballería: Conde de Egmont
Comisario general: Mr de Berlaymont
Maestre de campo: Conde de Aremberg

EJERCITO IMPERIAL SAN QUINTIN


Comienza la Batalla de San Quintín


En 1557, al mando del joven general Manuel Filiberto, duque de Saboya, las tropas del Imperio Español, invadieron Francia .
Felipe II había nombrado  comandante en jefe  de sus tropas en Flandes a su primo y amigo Manuel Filiberto, duque de Saboya. Contaba con tan sólo 29 años y era un firme aliado de España;   años antes ya había combatido  a las órdenes de Carlos V cuando el rey de Francia  saqueó a su familia el  Ducado de Saboya
La fuerza española que tenía que invadir Francia,  estaba compuesta por  12.000  jinetes  y 30.000 infantes  de los tercios. En esta  batalla llego a participar personalmente  Felipe II,    al mando de los   18.000 hombres  que formaban las fuerzas de reserva. En total los imperiales contaban con unos  recursos de  60.000 hombres. Los soldados del emperador eran  españoles, flamencos, saboyanos, italianos y muchos lansquenetes alemanes.
Después de penetrar en Francia por  la Champaña, el ejército se dirigió a Rocroi. Los enormes recursos localizados en esta plaza, hizo desistir a los imperiales de sitiar y asediar  la ciudad. Las tropas de Felipe II eran seguidas a pocos kilómetros  un ejército francés al mando  Anne de Montmorency , condestable de Francia.  

Los franceses pensaros que  Gisa sería la ciudad elegida por los imperiales. Montmorency aprovisionó con abundantes recursos la ciudad. Pero los franceses fueron engañados,  y    una noche, a principios de agosto  Egmont dirigió  su caballería a  San  Quintín con intención de sitiarla y cercarla hasta su rendición.
San Quintín era  una localidad de la Picardía francesa, situada en el margen derecho del rio Somme, con unos 8.000 habitantes. Su posición estratégica era muy buena y permitía  controlar las comunicaciones entre París y Flandes. Además sus 15 kilómetros de altas murallas, el río Somme   por el sur y una zona pantanosa por el oeste , protegían a San Quintín de posibles ataques.
Entre el rio y los pantanos había una zona de tierra, por la que se comunicaba la ciudad, llamado el arrabal de la Isla.
El arrabal, situado en la orilla izquierda y era la única comunicación de San Quintín con dicho márgen del Somme. El paso era difícil , se hacía a través de un estrecho puente , llamado de Rou.
Los españoles pensaron que una vez conquistada, su   robusta fortificación impediría la llegada de refuerzos para auxilio de las tropas cercadas.
Al amanecer del uno de agosto, la sorpresa fue total. Los franceses engañados no pudieron impedir que los españoles cercaran San Quintín, que contaba con unos pocos defensores al mando de un simple capitán.
El punto más crítico de la defensa era una isla fortificada, situada al otro lado del río y unida a la ciudad por un puente. Con objeto de impedir la llegada de refuerzos a los sitiados, resultaba  imprescindible la toma de esta pequeña isla.
La caballería de los españoles inició el ataque a San Quintín el 2 de agosto. El duque de Saboya acometió la plaza con tanta rapidez que las compañías españolas de Julián Romero y Carondelet se apoderaron instantáneamente del arrabal de la isla sin que la guarnición tuviese tiempo de reponerse.
El gobernador de San Quintin temiendo perder en pocas horas la plaza a su mando, aviso el mismo día al almirante Coligni. El  almirante francés Gaspar de Coligny , sobrino de Montmorency,  reaccionó urgentemente; mandó  500 soldados de refuerzo que lograron entrar en la ciudad   durante la noche del 3 de agosto.
Los españoles, una vez cercada  la ciudad, comenzaron  el bombardeo de su muralla.  La toma al asalto de la fortaleza  de San Quintín corría prisa ya que debía lograrse antes   de que llegasen las tropas de  socorro del condestable de Montmorency  
La toma de esta isla fue asignada a los  tercios españoles. El objetivo de logró no sin importantes bajas. Una vez tomada la posición se aseguró defensivamente ante el inminente ataque de las tropas francesas. Los tercios aprovecharon la posición y castigaron los muros de San Quintín con duras descargar de artillería.
Mientras se aceraban los franceses, las tropas imperiales continuaban bombardeaban y excavaban minas en las murallas.
Entre tanto, el principal cuerpo de ejército francés, con unos 22.000 infantes, 8.000 jinetes mandados por Louis Gonzaga Duque de  Nervers y 18 cañones, se estaba dirigiendo rápidamente  hacia San Quintín para socorrer a los sitiados.
Después de introducir en la ciudad un primer grupo de unos 500 soldados, el intento principal de penetrar en la ciudad con 4.500 soldados  al mando general Andelot  fracasó. Esta última  maniobra fue interceptada y controlada en una emboscada por el conde de Mansfeld, al servicio de Felipe II.
 Montmorency adelantó  unos 6.000 soldados para inspeccionar la situación en San Quintín. Los franceses se aproximaron a la orilla del río, pero el duque de Saboya , sin cambiar sus planes, continuó atacando las ciudad sin dar importancia a la presencia de las tropas francesas. La pasividad de las tropas españolas, fue interpretada por el comandante francés  como debilidad de   las fuerzas de Felipe II y que  no eran tan fuertes como se pensaba. De vuelta al campamento del condestable francés, una vez informado de la situación, Montmorency  ordenó el avance del  ejército francés.


Los 22.000 hombres del potente ejército francés  avistaron la San Quintín  el 10 de agosto de 1.557, festividad de S. Lorenzo.
Una vez desplegado, el ejército francés inició un fuerte cañoneo contra el  campamento  español. Con la ayuda de cientos de barcas, como si fuera un desembarco, los soldados   franceses intentaban cruzar el rio Somme. 
La operación de traslado tropas no fue sencillo y hubo numerosos  problemas técnico.  El exceso de carga  produjo numerosos abarrancamientos. El proceso fue muy lento y peligroso.   Un grupo al mandado de Andelot, que logró cruzar con éxito el río, fue interceptado por arcabuceros españoles  que   apostados en la otra orilla del río dispararon a placer contra los enemigos. Fue una masacre total, resultando herido el propio Andelot; tan sólo 200 soldados consiguieron entrar en la ciudad sin armas y con la munición mojada.
La noticia del fracaso de la empresa de Andelot llegó rápidamente al Condestable. Montmorency decidió ir en persona con su ejército y forzar el paso para entrar en San Quintin. Se precisaba preparar el terreno con tablones para asegurar el paso de los pantanos de la Abbiette y cruzar en barcas el Somme. La idea era entrar con 6.000 hombres por la puerta de Santa Catalina

Desenlace de la Batalla de San Quintín

 Mientras tanto, con la infantería francesa sin logara cruzar el rio, Egmont al mando de la caballería española cruzó el rio Somme más al norte del   intento francés. Los franceses no se enteraron del paso de la caballería  española . Una vez en la otra orilla, se mantuvieron ocultos, tras una colinas a la espera de su intervención.
Una imprudencia de Montmorency, había permitido pasar el río, a través del puente de Rouvroy, al  principal cuerpo de ejército  de la infantería española al mando del   duque Manuel Filiberto de Saboya. La prepotencia francesa  aconsejó  abandonar  la protección del bosque a orilla del rio, lo que dejo vía libre a los tercios imperiales para cruzar libremente el Somme.
El general francés reaccionó rápidamente, ordenando el ataque de su caballería. Los franceses habían  caído en la trampa. En el momento que la caballería francesa  estuvo  a punto de llegar a la posición de la infantería española,  Egmont cargó con su caballería eficazmente  por la retaguardia y el flanco de los confiados franceses.
El condestable de Francia al verse rodeado por las tropas de Felipe II, ordenó la retirada de sus tropas de caballería; más tarde también ordenó a su infantería la retirada ante la amenaza del  ejército del duque de Saboya.
Cuando todo el ejército de Felpe II hubo pasado el rio, se desplegó y preparó para el ataque definitivo.
Ala derecha: formada por   soldados españoles y alemanes estaban mandadas por Alonso de Cáceres . El centro: a las órdenes de Julián Romero, con españoles, borgoñones e ingleses. Ala izquierda: bajo las órdenes del Maestre de Campo Alonso de Navarrete, estaba formada por el   temido Tercio de Saboya. En la retaguardia la caballería flamenca, al mando del Conde de Egmont.
La caballería imperial inició el ataque contra el flanco izquierdo francés; obligando a Montmorency a retirarse otra vez  ;hacia el bosque. Simultáneamente la caballería francesa bajo las órdenes de Louis Gonzaga Duque de Nevers trataba de contener el ataque español.
Ambas alas del ejército de Felipe II, rodearon a los franceses y cayeron sobre ellos con extrema contundencia.  Poco a poco la organización de fuerzas francesas  empezó a romperse y por sus huecos entraban a saco los jinetes de Felipe II . Los arcabuceros de los tercios españoles, con sus continuas  descargas, destrozaron las filas galas. La eficacia de las tropas española, fue tal, que 5.000 soldados franceses se rindieron en masa a los imperiales. Todo acabó  en una hora. La carnicería fue brutal. En este momento llegó a primera línea de combate el duque de Saboya y sus infantes.
Los franceses cayeron como pajaritos ante los arcabuceros de los tercios españoles; Montmorency fue capturado por un soldado español de caballería llamado Sedano, que en recompensa recibió 10.000 ducados.


Bajas que tuvieron lugar en la Batalla de San Quintín

Durante la batalla las bajas del ejército francés, fueron brutales: 14.000 muertos, 2.000 heridos y 6.000 prisioneros, entre ellos había 10 coroneles 30 capitanes. Capturaron 60 banderas y 50 estandartes y toda la artillería. Cogiéndose un rico botín de alhajas oro y dinero que se repartieron entre la tropa.
Murió casi toda la nobleza francesa y muchos quedaron como prisioneros: el Condestable de Francia,herido; su hijo menordel Condestable, el duque de Montpensier, el duque de Longavila, el Príncipe de Mantua, el Marichal de Sanct Andres, el Ringrave general de los Todescos, el Roxa du maine, el Roxa fort Rochefort, el Vizconde de Toraina y el baron de Curton.
A los 5.000 prisioneros alemanes mercenarios, se les dio libertad después de exigirles juramento de que en cuatro años no debían luchar contra el Rey de España. Antes de ponerles en libertad, estuvieron reteniendo en el campamento para exigir por su rescate sumas proporcionales a su fortuna y empleo.
Entre muertos y heridos, las bajas de las fuerzas de Felipe II no llegaron a 1.000 hombres.

Felipe II toma San Quintín

Al conocer el resultado de la batalla, Felipe II se puso en marcha el día 11 y se presentó en San Quintín el 13 de agosto al frente de sus fuerzas de reservan, unos 20.000 hombres, donde estaba incorporado el contingente inglés. El emperador llevaba puesta su fabulosa armadura.
Felipe II escribió a su padre Carlos V, retirado en Yuste informando de la gran victoria:
"Y pues yo no me hallé allí de que me pesa lo que VM puede pensar no puedo dar relacion de lo que pasó syno de oido"
Fue tal su alegría que decidió conmemorar la victoria ordenando la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Felipe II, no atendió la recomendación del duque de Saboya y finalmente decidió no avanzar hacia Paris, hasta no haber tomado la ciudad de San Quintín, que aún permanecía en manos francesas. A partir de entonces, se le conoció como el Rey Prudente
Coligny sabía que su resistencia era muy importante para Francia. Su determinación frente a las tropas de Felipe II, inmovilizaba, ante sus murallas la 50.000 soldados imperiales. San Quintín se negaba a rendirse y con tan sólo de 2.000 hombres.
Los sitiados continuaron su resistencia  hasta el 27 de agosto, cuando tras una dura preparación artillera simultánea sobre múltiples objetivos, la ciudad fue tomada al asalto por unidades, españolas,  flamencas e inglesas . Las tropas imperiales capturaron también al almirante Coligny y a varios nobles más.
Antes del final, Coligny se había puesto sus mejores y más llamativos ropajes, engalanándose con joyas para ser reconocido y de esta manera salvar su vida.
Al día siguiente, la ciudad fue incendiada, y el día 30, Felipe II hizo su entrada triunfal en San Quintín.
 A los pocos días , Felipe II regresó a Bruselas con su ejército. En San Quintín quedó una guarnición de 4.000 soldados al mando del conde de Abresfem

Consecuencia de la Batalla de San Quintín

Un año después, 13 de julio de 1558 las tropas españolas volverían  a vencer a las francesas en la batalla de Gravelinas, forzando a Francia a firmar la Paz de Cateau-Cambrésis en 1559. Pero esto ya es otra historia De esta forma finalizó la amenaza reino francés sobre las posesiones españolas en Flandes e Italia. Con esta decisiva victoria , España se aseguraba la hegemonía del Imperio sobre Europa Occidental durante un siglo más.

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La batalla de San Quintín - Francia es humillada ante Felipe II
Batalla de San Quintín deJuan Carlos López Eisman
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