Datos curiosos sobre la Cerveza y su historia en la República Dominicana
Las primeras reglamentaciones en aspectos de la fabricación, venta y consumo de la cerveza, fueron contenidas en el Código de Hamurabi, de Babilonia, de unos 1,700 a. C.
La gran mayoría de la cerveza que actualmente se confecciona en el mundo es de fermentación baja, lo que significa que la levadura se deposita en el fondo y opera a bajas temperaturas. El tipo predominante de esta cerveza moderna es la lager, caracterizada por su color rubio.
La mundialización de la cerveza la ha tornado en la bebida de mayor consumo en el mundo y la más extendida en una amplia variedad de países de distintos continentes y condiciones socioculturales.
Aunque no en todos los países sobresale la Pilsener, es la más común a escala internacional. Incluso en países de América Latina, por definición, casi toda la fabricación de cerveza responde a este tipo.
Desde finales del Siglo XIX, si bien el consumo de cerveza per capita de los norteamericanos es menor que el de algunos países europeos, la dimensión de la población determina que el volumen de producción se sitúa en el primer lugar en el mundo. Algunas marcas que han alcanzado cotas de ventas sin comparación en cualquier otro país son: Budweiser, Schlitz, Pabst, Coors y Miller.
En el siglo XIX, y por diversas razones, en la isla de Santo Domingo no prosperó la producción de cerveza, sino que, por el contrario, se destacaron otras bebidas como el chocolate, el jengibre, el café, el mabí y otras provenientes de la caña de azúcar, como el aguardiente.
Hacia 1895, entre los restaurantes existentes en la ciudad de Santo Domingo, uno sobresalió sobre los demás en relación al consumo de la cerveza. Era La Alhambra, situado al lado de la Cervecería Nacional, en Ciudad Nueva. Puede ser considerado como el primer centro cervecero dominicano.
A principios del siglo XIX, el crecimiento del consumo de cerveza en la República Dominicana, era bastante más rápido que el de la población total, ligeramente superior al 2.5% anual.
Después de dos intentos con marcas locales (Colón y Reina), que no calaron en el público, la Cervecería Nacional Dominicana lanzó en 1935 la Presidente. El resto es historia.
La Cervecería Nacional Dominicana, con el interés de mantener vínculos con el gobierno trujillista que previniesen cualquier decisión adversa de un gobernante que detentaba poderes totales, hizo saber, desde el mismo momento del lanzamiento, que el nombre de su marca predilecta se puso en «homenaje al ilustre Presidente de la República Generalísimo Rafael L. Trujillo con motivo de los grandes empeños que se toma el Benefactor de la Patria por el desarrollo y progreso de las Industrias Nacionales.»
La primera campaña publicitaria conocida de la CND, consistió en desplegados a toda página en la prensa diaria, consistentes en escenas basadas en los siete enanitos del cuento de Blanca Nieves. Se puede inferir que se quería destacar la laboriosidad que conllevaba la elaboración, planteando el símil con diversas operaciones de la mina de diamantes, como el acarreo de los barriles.
Hacia la mitad de la década de 1940, seguramente en vinculación con su interés por tomar parte en el mercado cervecero, Trujillo mostró ostensible malestar ante la proximidad de la CND a su residencia. Esto tornaba el proceso productivo de la cervecería en extremo precario. Las actividades no se podían desenvolver con normalidad y la administración cayó en un estado de zozobra.
Como el problema, aparentemente, se circunscribía a las molestias que se derivaban de la ubicación del local, los propietarios decidieron mudarlo a un nuevo emplazamiento, en la Carretera Sánchez. El nuevo edificio se construyó en 1950. Durante esos años las operaciones productivas se mantuvieron en ascuas, ante la actitud irascible del dictador. A la larga, sin embargo, la decisión forzada permitió una reestructuración de la cervecería, pues en el nuevo local se instalaron con rapidez nuevas maquinarias que determinaron un incremento de la productividad que resultaría crucial para afrontar la expansión del consumo durante la década de 1950, de intenso crecimiento económico.
El mercado de la cerveza es muy volátil, sobre todo en condiciones de competencia, pues los consumidores pueden variar con facilidad las marcas de preferencia.
No sólo en República Dominicana, sino en toda la cuenca del Caribe, la producción de malta es un rasgo distintivo de la operación de las cervecerías. En nuestro país sobresalen las marcas Malta India, Malta Morena y Löwenbräu.
Un componente de importancia en los procesos de expansión de la década de 1970 fue el mejoramiento de las operaciones de laboratorio, problema crucial para el control de calidad en la producción a gran escala. Uno de los aspectos más delicados del proceso de fabricación de la cerveza, con vistas a su estabilidad, es la homogeneidad de la levadura, puesto que de otra manera los cocimientos arrojarían sabores distintos. Probablemente la mejoría clave de los procedimientos de laboratorio de la CND se refirió a la introducción del cultivo de la levadura. Hasta entonces la levadura se traía del exterior, específicamente de los laboratorios Schwarz.
Desde la década de 1980 se pasó únicamente a importar las cepas madres cada cierto tiempo.
El mantenimiento de los estándares de calidad de la marca Presidente se debió en buena proporción a la relación establecida entre la CND y los laboratorios Schwarz, la principal empresa de Estados Unidos en labores de asesoría de control de calidad a las compañías productoras de cerveza. Regularmente, al menos dos veces al año, llegaba algún experto de Schwarz para revisar cómo se desenvolvían las operaciones.
El eje de la expansión exportadora reciente de la CND ha estado dirigido hacia Estados Unidos. La empresa ha instalado oficinas de distribución en Miami (con presencia desde 1990) y Nueva York (desde 1996). En los últimos años se ha registrado una tendencia de aceptación más acelerada en Miami, desplazándose allí el centro de gravedad de las ventas, aunque la zona de Nueva York y alrededores sigue teniendo un peso fundamental. Para el año 2001 República Dominicana se colocó en el sexto lugar entre los países exportadores de cerveza a Estados Unidos, superando a países de antigua tradición, como Bélgica e Irlanda.
Se ha seguido incursionando en mercados estadounidenses, y se registra ya una corriente continua de pequeñas exportaciones a España. Lo más sorprendente es que también se están abriendo pequeños mercados en lugares insospechados, como las islas africanas San Tomé y Príncipe y la posesión británica de la Isla Skye. Más aún, en los últimos años se registran pequeñas exportaciones hacia puntos tan variados como Holanda, Alemania, Ecuador, Samoa Occidental y otros lugares. ¡A la fecha, Presidente está llegando a cuatro de los cinco continentes!
La conexión progresiva de la cerveza con la cotidianidad de la vida dominicana, no ha sido ajena a una expansión de los espacios públicos de sociabilidad. Prácticamente en todas las ciudades se han consolidado establecimientos centrados en el consumo de la cerveza. Se conformó un tipo sui generis de establecimientos en la República Dominicana: los colmadotes, en los que, como sabe todo dominicano, se siguen vendiendo las provisiones propias de los colmados; pero, al mismo tiempo, se han definido como espacios de sociabilidad, especialmente nocturna y de fines de semana. El producto que más se vende en los colmadones es la cerveza. La cerveza se consume primordialmente en el mismo establecimiento comercial o en el entorno inmediato característico.
Dominicanos con responsabilidad en la CND. Luego de la muerte de Bonetti, y posteriormente de Wanzer, fueron promovidas otras figuras que desde la década de 1940 pasaron a desempeñar una función más permanente, hasta las décadas de 1960 y 1970. Entre esos funcionarios sobresalieron Rafael G. Menicucci Rodríguez, Genaro Pérez, Jorge Pesquera, Mariano Defilló, Frank Columna y Luis del Toro. La nota dominante de ese conjunto de administradores y técnicos es que, literalmente, vivían para la CND. No tenían fines de semana libres de los cuidados de la empresa, sintiendo que su realización existencial estaba conectada con la marcha de las operaciones. En conjunto, identificaron sus personas a la entidad empresarial, aunque no fueran accionistas o, a lo sumo, adquirieran no más que pequeños paquetes de acciones.
A la muerte del Tirano, sus acciones tenían un valor exacto de $1,002,100. No pasaron muchos días para que Ramfis Trujillo, heredero político de Trujillo, decidiera vender las acciones de la CND.
En el año 2002 la Cervecería Bohemia y la Cervecería Nacional Dominicana recibieron las certificaciones ISO 9001 versión 2000 en calidad, e ISO 14001 versión 1996 en medio ambiente como aval de excelencia en su actividad industrial.
El tiempo de caducidad de la cerveza es de cuatro (4) meses.
Obtenido de: Raíces y Desarrollo de un Orgullo Dominicano.
Las primeras reglamentaciones en aspectos de la fabricación, venta y consumo de la cerveza, fueron contenidas en el Código de Hamurabi, de Babilonia, de unos 1,700 a. C.
La gran mayoría de la cerveza que actualmente se confecciona en el mundo es de fermentación baja, lo que significa que la levadura se deposita en el fondo y opera a bajas temperaturas. El tipo predominante de esta cerveza moderna es la lager, caracterizada por su color rubio.
La mundialización de la cerveza la ha tornado en la bebida de mayor consumo en el mundo y la más extendida en una amplia variedad de países de distintos continentes y condiciones socioculturales.
Aunque no en todos los países sobresale la Pilsener, es la más común a escala internacional. Incluso en países de América Latina, por definición, casi toda la fabricación de cerveza responde a este tipo.
Desde finales del Siglo XIX, si bien el consumo de cerveza per capita de los norteamericanos es menor que el de algunos países europeos, la dimensión de la población determina que el volumen de producción se sitúa en el primer lugar en el mundo. Algunas marcas que han alcanzado cotas de ventas sin comparación en cualquier otro país son: Budweiser, Schlitz, Pabst, Coors y Miller.
En el siglo XIX, y por diversas razones, en la isla de Santo Domingo no prosperó la producción de cerveza, sino que, por el contrario, se destacaron otras bebidas como el chocolate, el jengibre, el café, el mabí y otras provenientes de la caña de azúcar, como el aguardiente.
Hacia 1895, entre los restaurantes existentes en la ciudad de Santo Domingo, uno sobresalió sobre los demás en relación al consumo de la cerveza. Era La Alhambra, situado al lado de la Cervecería Nacional, en Ciudad Nueva. Puede ser considerado como el primer centro cervecero dominicano.
A principios del siglo XIX, el crecimiento del consumo de cerveza en la República Dominicana, era bastante más rápido que el de la población total, ligeramente superior al 2.5% anual.
Después de dos intentos con marcas locales (Colón y Reina), que no calaron en el público, la Cervecería Nacional Dominicana lanzó en 1935 la Presidente. El resto es historia.
La Cervecería Nacional Dominicana, con el interés de mantener vínculos con el gobierno trujillista que previniesen cualquier decisión adversa de un gobernante que detentaba poderes totales, hizo saber, desde el mismo momento del lanzamiento, que el nombre de su marca predilecta se puso en «homenaje al ilustre Presidente de la República Generalísimo Rafael L. Trujillo con motivo de los grandes empeños que se toma el Benefactor de la Patria por el desarrollo y progreso de las Industrias Nacionales.»
La primera campaña publicitaria conocida de la CND, consistió en desplegados a toda página en la prensa diaria, consistentes en escenas basadas en los siete enanitos del cuento de Blanca Nieves. Se puede inferir que se quería destacar la laboriosidad que conllevaba la elaboración, planteando el símil con diversas operaciones de la mina de diamantes, como el acarreo de los barriles.
Hacia la mitad de la década de 1940, seguramente en vinculación con su interés por tomar parte en el mercado cervecero, Trujillo mostró ostensible malestar ante la proximidad de la CND a su residencia. Esto tornaba el proceso productivo de la cervecería en extremo precario. Las actividades no se podían desenvolver con normalidad y la administración cayó en un estado de zozobra.
Como el problema, aparentemente, se circunscribía a las molestias que se derivaban de la ubicación del local, los propietarios decidieron mudarlo a un nuevo emplazamiento, en la Carretera Sánchez. El nuevo edificio se construyó en 1950. Durante esos años las operaciones productivas se mantuvieron en ascuas, ante la actitud irascible del dictador. A la larga, sin embargo, la decisión forzada permitió una reestructuración de la cervecería, pues en el nuevo local se instalaron con rapidez nuevas maquinarias que determinaron un incremento de la productividad que resultaría crucial para afrontar la expansión del consumo durante la década de 1950, de intenso crecimiento económico.
El mercado de la cerveza es muy volátil, sobre todo en condiciones de competencia, pues los consumidores pueden variar con facilidad las marcas de preferencia.
No sólo en República Dominicana, sino en toda la cuenca del Caribe, la producción de malta es un rasgo distintivo de la operación de las cervecerías. En nuestro país sobresalen las marcas Malta India, Malta Morena y Löwenbräu.
Un componente de importancia en los procesos de expansión de la década de 1970 fue el mejoramiento de las operaciones de laboratorio, problema crucial para el control de calidad en la producción a gran escala. Uno de los aspectos más delicados del proceso de fabricación de la cerveza, con vistas a su estabilidad, es la homogeneidad de la levadura, puesto que de otra manera los cocimientos arrojarían sabores distintos. Probablemente la mejoría clave de los procedimientos de laboratorio de la CND se refirió a la introducción del cultivo de la levadura. Hasta entonces la levadura se traía del exterior, específicamente de los laboratorios Schwarz.
Desde la década de 1980 se pasó únicamente a importar las cepas madres cada cierto tiempo.
El mantenimiento de los estándares de calidad de la marca Presidente se debió en buena proporción a la relación establecida entre la CND y los laboratorios Schwarz, la principal empresa de Estados Unidos en labores de asesoría de control de calidad a las compañías productoras de cerveza. Regularmente, al menos dos veces al año, llegaba algún experto de Schwarz para revisar cómo se desenvolvían las operaciones.
El eje de la expansión exportadora reciente de la CND ha estado dirigido hacia Estados Unidos. La empresa ha instalado oficinas de distribución en Miami (con presencia desde 1990) y Nueva York (desde 1996). En los últimos años se ha registrado una tendencia de aceptación más acelerada en Miami, desplazándose allí el centro de gravedad de las ventas, aunque la zona de Nueva York y alrededores sigue teniendo un peso fundamental. Para el año 2001 República Dominicana se colocó en el sexto lugar entre los países exportadores de cerveza a Estados Unidos, superando a países de antigua tradición, como Bélgica e Irlanda.
Se ha seguido incursionando en mercados estadounidenses, y se registra ya una corriente continua de pequeñas exportaciones a España. Lo más sorprendente es que también se están abriendo pequeños mercados en lugares insospechados, como las islas africanas San Tomé y Príncipe y la posesión británica de la Isla Skye. Más aún, en los últimos años se registran pequeñas exportaciones hacia puntos tan variados como Holanda, Alemania, Ecuador, Samoa Occidental y otros lugares. ¡A la fecha, Presidente está llegando a cuatro de los cinco continentes!
La conexión progresiva de la cerveza con la cotidianidad de la vida dominicana, no ha sido ajena a una expansión de los espacios públicos de sociabilidad. Prácticamente en todas las ciudades se han consolidado establecimientos centrados en el consumo de la cerveza. Se conformó un tipo sui generis de establecimientos en la República Dominicana: los colmadotes, en los que, como sabe todo dominicano, se siguen vendiendo las provisiones propias de los colmados; pero, al mismo tiempo, se han definido como espacios de sociabilidad, especialmente nocturna y de fines de semana. El producto que más se vende en los colmadones es la cerveza. La cerveza se consume primordialmente en el mismo establecimiento comercial o en el entorno inmediato característico.
Dominicanos con responsabilidad en la CND. Luego de la muerte de Bonetti, y posteriormente de Wanzer, fueron promovidas otras figuras que desde la década de 1940 pasaron a desempeñar una función más permanente, hasta las décadas de 1960 y 1970. Entre esos funcionarios sobresalieron Rafael G. Menicucci Rodríguez, Genaro Pérez, Jorge Pesquera, Mariano Defilló, Frank Columna y Luis del Toro. La nota dominante de ese conjunto de administradores y técnicos es que, literalmente, vivían para la CND. No tenían fines de semana libres de los cuidados de la empresa, sintiendo que su realización existencial estaba conectada con la marcha de las operaciones. En conjunto, identificaron sus personas a la entidad empresarial, aunque no fueran accionistas o, a lo sumo, adquirieran no más que pequeños paquetes de acciones.
A la muerte del Tirano, sus acciones tenían un valor exacto de $1,002,100. No pasaron muchos días para que Ramfis Trujillo, heredero político de Trujillo, decidiera vender las acciones de la CND.
En el año 2002 la Cervecería Bohemia y la Cervecería Nacional Dominicana recibieron las certificaciones ISO 9001 versión 2000 en calidad, e ISO 14001 versión 1996 en medio ambiente como aval de excelencia en su actividad industrial.
El tiempo de caducidad de la cerveza es de cuatro (4) meses.
Obtenido de: Raíces y Desarrollo de un Orgullo Dominicano.
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