Fuente:
Carlos Esteban Deive. “Etnias Africanas
en la esclavitud en Santo Domingo.” Revista ¡AHORA! No. 721. 5 de
septiembre de 1977. Págs. 30 al 32
La
búsqueda de los orígenes ha sido abordada desde dos perspectivas: la etnológica
y la historia. En Santo Domingo la primera perspectiva se vuelve difícil
por cuanto las supervivencias culturales africanas
legada por los esclavos están
intrincadamente mezcladas con la
cultura española, por lo que se hace inevitable recurrir a las fuentes puramente históricas.
Estas
fuentes, desafortunadamente, no son muy numerosas las vicisitudes históricas
vividas por la colonia de Santo Domingo,
con sus secuelas de invasiones y depredaciones, impidieron que nuestros archivos,
otrora tan ricos, conservaran para los futuros investigadores datos y
documentos de valor inapreciable para conocer no sólo la procedencia tribal de
los esclavos negros, sino otros muchos aspectos de la vida colonial
Los
documentos que han podido salvarse
permiten averiguar n o pocos nombres de tribus y pueblos africanos que aportaron
forzosamente mano de obra a las plantaciones e ingenios azucareros
establecidos en la colonia española de la isla
El
conocimiento de las procedencias de esclavos no es un problema que
tiene exclusivamente a los
historiadores contemporáneos. Por razones diversas, los compradores y traficantes de esclavos se sentían también vivamente interesados en los orígenes
tribales de los hombres de color que traían a vender a las colonias españolas
de las Indias.
El
carácter y la constitución física de los esclavos eran de gran importancia para los propios compradores, que
querían asegurar sus inversiones en hombres
fuertes, sanos y sumisos. Aquellos esclavos que tenían fama de rebeldes,
perezosos o débiles eran repudiados por poco rentables
La
faja costera comprendía tres regiones: la Senagambia, la Alta y Baja
Guinea. En cada una de esa zonas
los traficantes explotadores europeos establecieron fuertes y poblados a donde
eran llevados los esclavos capturados en correrías o bien comprados a los
propios reyezuelos africanos, que no tenían impedimento algunos en vender a
sus súbditos o a aquellos que eran apresados en las numerosas
guerras tribales existentes en esa épocas.
LA
DOCUMENTACION DOMINICANA
Por
cronistas, documentos y escritos se sabe que a Santo Domingo llegaron
esclavos de distintos orígenes étnicos. Uno de los
documentos, es el inventario de los bienes del ingenio de Hernando Gorjón, inventario que se realizo el 17 de diciembre de 1547. En ese documento aparecen los nombres y
apellidos de varios esclavos pertenecientes al ingenio. Otros papeles,
relativos a las devastaciones de Osorio en 1605 y 1606, contienen
nombres de esclavos rebeldes que tropas
del gobernador lograron reducir o matar.
Muy
frecuentemente los esclavos traídos a
América eran rebautizados con el nombre del amo y el apellido que correspondía al gentilicio de
sus relativas tribus, pero también conviene advertir que a
menudo, ese gentilicio no correspondía exactamente al pueblo del esclavo, sino al de la zona o
lugar por donde era embarcado.
Así
sucedía, como muchos de los esclavos
llamados minas, quienes en realidad no
eran de esa etnia, sino que recibieron ese apelativo por el nombre del fuerte El Mina, establecido por
los portugueses. La relación de
gentilicios africanos conocidos hasta el
momento en Santo Domingo abarcan, entre
otros, los nombres de: Angola, Arará,
Bámdara o Bambara, Biafara, Bran, Calabar, Carabalí, Congo, Fala,
Locumí, Mandinga, Matamba, Mina,
Tierranova, Zafres.
La
localización geográfica y la posible ascendencia de algunos de esos
gentilicios:
ANGOLA.-
Con este gentilicio pasaron a Santo
Domingo numerosos esclavos de las seis provincias que dividían el territorio de
Nadongo. Los
viajeros que visitaron Angola, que es
nombre dado por los portugueses a parte del Imperio Congolés, nos ofrecen
descripciones contradictorias de los moradores de esa región, pues mientras unos los
tenían en gran aprecio como
esclavos por su habilidad en las artes
mecánicas, otros los despreciaban por ser de calidad inferior
ARARÁ.- Estos esclavos debieron ser muy numerosos en la
colonia española, Los Ararás pertenecían
a la tribu ew-fon de Dohomey, y eran tomados
generalmente de Whydah. El nombre de
Arará procede a su vez de Allada,
capital del reino de Ardrá. Los Ararás
llegados a Santo Domingo eran muy conocidos por haber constituidos cofradías
religiosas integradas exclusivamente por ellos, como la llamada de San Cosme y San Damián.
También suministraron grandes
contingentes de esclavos a la colonia
francesa de Santo Domingo.
BAMBARA.-
Integraban un grupo étnico muy característico que, a
principios del siglo XVII, constituyo dos reinos a orillas del río Níger; el de Segú y el de Kaarta. Al parecer, el origen de los bambara hay que
establecerlo a partir de la desmembración del Imperio de Mandinga. Eran según los cronistas y viajeros de la época, agricultores y animistas
BIAFARA.-
Los documentos coloniales dominicanos
nombran a este pueblo con
ortografía variada: biafra, biafara, biafada, y braffala. Sin embargo, conviene establecer
una clara distinción entre biafara y biafra, que son tribus diferentes una guineana y la otra
bantú. Los primeros negros del reino del Biguda, en la
ribera del viejo río Grande. Los biafra pertenecen a una tribu bantú que los
especialistas no han logrado identificar todavía. Los otros nombres son
sinónimos de biafara-
Bran.-
Por los datos, los esclavos de esta nación
debieron entrar en número considerable a la isla. Eran embarcados
en la factoría
de San Jorge de Mina. El
verdadero nombre de estos esclavos es brong. Vinieron de los alrededores de la mencionada posesión lusitana. En la Costa de Oro.
CALABAR.-
Pertenecían a la región de Calabar o
Carabales, entre el Delta de Río Níger
y el Río Rey. Todos los esclavos de esa zona, densamente poblada entraron a
Santo Domingo y al resto de América con el nombre de carabalíes. Tenían fana de
amables y pacíficos.
LOS
CONGOS
CONGO.-
Con este gentilicios se engloban a todos los habitantes de las orillas del Río Zaire, descubierto en 1482 por el
portugués Diego Cao. El monarca de esta región recibía el titulo de Monicongo, y con ese nombre pasaron a Santo Domingo numerosos esclavos. El
reino del Congo, formado por negros
bantús, comprendía diversos pueblos, parte de cuyos moradores fueron
también conocidos en la colonia de Santo Domingo por sus
respectivos gentilicios.
La
cultura conga se transculturó fuertemente en la colonia, y varios de sus rasgos pasaron a integrarse a la dominicana de
hoy.
FALA.-
Se trata, sin duda de, los fula. Grupo originalmente localizado en la estepa arenosa del Futa
Tora, en el Senegal Central. Es un pueblo mestizado de mandinga y Serere.
A los fula se le conocía también con el nombre de papúes, y con el pasaron a la actual Haití.
Tenían rasgos caucasoides, y por
eso sus vecinos africanos los denominaban “blancos”. De religión mahometana, mucho de ellos hablaban
y escribían el árabe.
LUCUMI.- Este nombre es una variante de locumi,
apelativo dados a los horubas, quienes
pasaron a América con distintos nombres. En Haití y Brasil se conocían como nagos, mientras en Cuba y Santo Domingo
se le llamaba lucumis. Los Lucumis o Yorubas constituyeron el grueso de la
esclavitud en Cuba y Brasil, y por eso los remanentes culturales africanos vigentes en esos dos
países están llenos de rasgos procedentes de esa nación africana.
MANDINGA.
Los mandingas formaban parte del grupo
mandé y se establecieron un reino que, surgido de los valles del Senegal y el Níger, seria posteriormente
absorbido por los solinké. Abundaron
mucho en América y en algunos lugares como México y Venezuela,
su gentilicio ha quedado como sinónimo
de diablo y brujo. El antropólogo brasileño Arthur Ramos dice de ellos que eran
de índole guerrera y cruel.
MINA.-
Las diversas tribus que se extendían
entre los ríos Bandana y Volta aportaron
números esclavos a América. Esta región comprendida en parte llamada Costa de Oro, repartida en diversos
reinos, El centro esclavista más importante de esa costa fue la Fortaleza Factoría de San Jorge de Mina, y por eso la mayor parte de los negros capturados por los
portugueses en esa zona entraban a América con el apelativo
común de minas. Los minas son muy
conocidos en la historia colonial de Santo Domingo. Con ellos se estableció en la margen oriental del Ozama
un pueblo llamado San
Lorenzo de los Minas. Eran todos
ellos esclavos fugitivos de la colonia francesa, que al llegar a territorio
español recibieron su libertad.
TIERRANOVA.-
Con este nombre pasaron a América esclavos probablemente sacados de
Porto Novo, en la cercanía de Whydah,
Larrazábal recuerda que Sandoval cita a
los lucumis o terranovos como negros que
pasaron a la trata por la isla de Santo Tomé.
ZAPE. Tribu
de Sierra Leona, cuyo territorio solía
incluirse, en la época de la trata, en la región de la Alta Guinea.
Los Zapas debieron venir en gran número
a Santo Domingo en el siglo XVI a pesar de que la zona de Sierra Leona no
aportó grandes contingentes de esclavos a América
Si
se toma en cuenta los gentilicios señalados, se puede distinguir la mayoría de
las tribus llegadas a Santo Domingo en
tres grandes áreas culturales africanas:
a)-
El área del Congo, Bandú, de economía
agrícola, aldeas de casas rectangulares,
paredes de barro y techos de paja organización sociopolítica muy compleja y de
base familiar matriarcal
b)-El
área Guineana, de lengua Sudanesa, muy desarrollada culturalmente, de religión
compleja (vudú), orichas) y prácticas mágicas y adivinatorias asociadas a sus
cultos
c)-
El área Sudanesa occidental, de carácter marginal, de grandes reinos e imperios
y con pueblos predominantemente pastores y agricultores muy influidos por
rasgos y complejos culturales musulmanes.
Fuente:
Carlos Esteban Deive. “Etnias Africanas
en la esclavitud en Santo Domingo.” Revista ¡AHORA! No. 721. 5 de
septiembre de 1977. Págs. 30 al 32.
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