Sobre la política
en la República Dominicana
En los actuales momentos políticos que vive la República Dominicana,
es muy coincidente para tener una idea
de las similitudes de los personajes que
intervienen en el quehacer de nuestra situación es esa época y la actual
En la naturaleza se realizan proceso
de selección. La lucha por la vida de cómo resultado la supervivencia de los
más aptos. Preside también todas las
manifestaciones o actividad de la vida
humana, con excepción de la política
En política, se
opera en una selección al revés,
el triunfo es de los más ineptos. Todo es
consecuencia del favor no del merecimiento. La capacidad no cuenta.
El caciquismo corruptor hace las
designaciones, escogiendo a los adeptos más serviles, los íntimos, esto es, los
da la incondicionales adhesiones
Se dan los cargos, no la opinión,
sino la voluntad del poderoso.
Nada más hondamente perturbador. Mas lesivo del orden social, que el padrinazgo. El ampara la ineptitud y
posterga el mérito, y ese espectáculo repetido de la injusticia reinante toma
el espíritu del más sordo al sentimiento del deber haciendo abandonar el culto del derecho.
El amor a la Patria languidece. El
parasitismo, la empleomanía como también
la mendicidad sustituyen al trabajo honrado. El favor político convierte en una
frase soez la representación de Las Cámaras.
El hacer y deshacer, crea y destruye,
exalta y humilla, engrandece o denigra, triunfante, irresponsable, omnipotente, señor de la razón y soberano de
lo justo
En el juego natural de las
influencias se establece una especie torpe de mercado en el
cual se comercializan con lo ajeno. Nada de gratis ese
flujo que constituye para el que lo tiene un verdadero patrimonio. Favor por
favor, servicio por servicio.
Todo a expensas públicas. De donde las complicidades política, los impuros
compadrazgos, la farsa indigna de la
vida pública, los partidos de votos, los
gobiernos de amigos, la adscripción de la conciencia a la voluntad ajena, la
injusticia que no puede ser rehusada, la iniquidad que no es posible dejar de
cometer. Política de aspiraciones, carentes en absoluto del ideal, se reduce exclusivamente a la distribución de destinos,
el trabajo de empleados y
funcionarios, la chismografía.
Todo esto contradice el postulado de Alejandro
Hamilton, cuando anunció ´´ El fin de toda organización política debe ser en primer término obtener para
gobernantes a aquellos hombres que
poseen más sabiduría piara entrever el bien público y la mayor aptitud
para llevarlo a cabo.
Entre nosotros ese principio no
ha tomado cuerpo en el espíritu público. Lo triste del caso es el no vislumbrarse indicio de algún cambio,
porque para curar los inveterados males
que afligen al cuerpo social, se requiere un largo tratamiento, consistente
en la creación de caracteres, en modificación
de las costumbres por el enaltecimiento
del trabajo y la difusión de la cultura con inquebrantable tenacidad.
Tal como en la práctica en
nuestra política vernácula, constituye una actividad nociva, ella justifica
ampliamente la frase genial de un gran sociólogo
dominicano, José Ramón López, el cual escribió.
Más útil es a la patria quien siembra una mata de
plátanos que quien consagra a la política
una vida entera.
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