El Castillo de Venaria (en italiano, Reggia di Venaria Reale) es una de las Residencias de la casa real de Saboya.
Este castillo posiblemente fue la más grande de las residencias saboyanas en cuanto a su tamaño, parangonable en cuanto a estructura al palacio real francés de Versalles que fue construido teniendo en mente el proyecto de la residencia real piamontesa (según algunos, los diseños de la Venarìa fueron llevados a París por voluntad del rey de Francia).
Este palacio fue proyectado y construido en pocos años (1658 - 1679) según proyecto del arquitecto Amedeo di Castellamonte. Lo había encargado el duque Carlos Manuel II que pretendía hacer de él la base para las batidas de caza en las páramos y las colinas turinesas.
El mismo nombre en lengua latina de la región, Venatio Regia, deriva de hecho del arte venatoria.
El conjunto de cuerpos de fábrica que constituyen el complejo, enorme si se considera la extensión (80.000 m2 en plano), incluye el parque y el burgo histórico de Venaria, construido de modo que formaba una especie de collar que evoca directamente a la Santísima Anunciada, símbolo de la casa saboyana.
El conjunto de cuerpos de fábrica que constituyen el complejo, enorme si se considera la extensión (80.000 m2 en plano), incluye el parque y el burgo histórico de Venaria, construido de modo que formaba una especie de collar que evoca directamente a la Santísima Anunciada, símbolo de la casa saboyana.
En el burgo se unieron bien pronto muchas casas y palacios de trabajadores y ciudadanos normales que querían habitar en el entorno del palacio real, hasta hacer que Venaria Reale fuese un municipio autónomo de la provincia de Turín.
La elección del sitio fue favorecida por la proximidad de extensos bosques llamados del Gran Paese, riquísimos en caza: un terriotrio que se extiende por un centenar de kilómetros hasta las montañas alpinas, llegando al sur y al este a la proximidad de la capital Turín.
Probablemente, la idea de crear un palacio real en Venaria nace en Carlos Manuel II de Saboya con el ejemplo del Castillo de Mirafiori (o de Miraflores), lugar destinado a la mujer del duque Carlos Manuel I, Catalina Micaela de España. Carlos Manuel II, queriendo también él crear un palacio real que se uniera a su propio nombre y al de su esposa, María Juana Bautista de Saboya-Nemours, compró los dos pequeños villorrios de Altessano Superiore e Inferiore a la familia de origen milanés Birago, que aquí había creado importantes plantaciones. El lugar fue después rebautizado «la Venaria» porque fue destinado a los entretenimientos venatorios.
Los trabajos fueron proyectados en 1658 y confiados a los arquitectos Amedeo di Castellamonte y Michelangelo Garove. La obra se dilató en el tiempo al menos hasta 1675, cuando el pueblo de Venaria (realizado con una planta apta para diseñar un Collare dell'Annunziata y el palacio estaban ya en gran parte completados. En particular, la Galleria di Diana, corazón de la estructura. En cualquier caso, los trabajos no se cerraron sino que siguieron en el tiempo: después del 1 de octubre de 1693 los franceses destruyeron algunas construcciones, Víctor Amadeo II encargó una intervención posterior sobre el palacio real que fue reestructurado según los cánones franceses.
Daños posteriores fueron infligidos durante el asedio de Turín de 1706, cuando los franceses de Louis d'Aubusson de la Feuillade se asentaron aquí, dañando muchas estructuras destinadas, en esta época, a la soldadesca: Víctor Amadeo II, tras la muerte de Garove, confía el proyecto a Felipe Juvara. También durante la dominación napoleónica el palacio real sufrió una serie de transformaciones, en particular los jardines, destruidos para hacer una plaza de armas: todo el complejo, de hecho, fue transformado en barracas y, con la restauración, esta nueva finalidad de Venaria se mantuvo. en este periodo que va desde el fin de las guerras napoleónicas hasta el año 1978, el palacio real se confió al ejército, cediéndose después a la Soprintendenza para labores de restauración, que aún continúan: la apertura del complejo tuvo lugar el 13 de octubre de 2007.
La Galería de Diana
.
El complejo es imponente: accediendo desde la entrada principal se llega al patio de honor, en cuyo centro surgía una fuente llamada del ciervo, la fachada principal en estuco con cornucopias de conchas y frutos se encuentra sobre la parte derecha como «cortada» por una línea de ladrillos a la vista que delimitan la parte del siglo XVII con la del XVIII, posterior a la intervención del primer arquitecto de corte Amedeo di Castellamonte.
.
El complejo es imponente: accediendo desde la entrada principal se llega al patio de honor, en cuyo centro surgía una fuente llamada del ciervo, la fachada principal en estuco con cornucopias de conchas y frutos se encuentra sobre la parte derecha como «cortada» por una línea de ladrillos a la vista que delimitan la parte del siglo XVII con la del XVIII, posterior a la intervención del primer arquitecto de corte Amedeo di Castellamonte.
La parte de la izquierda presenta la intervención del segundo arquitecto de corte, Michelangelo Garove 1699-1713 en síntesis la realización de dos torreones con techos llamados «a la Mansart» (mansardas) recubiertos de scandole, baldosas pentagonales multicolores de cerámica, unidos por una gran galería erróneamente indicada a mitad del siglo XX, como la de Diana.
En el interior hay estucos, estatuas, pinturas (según Castellamonte, más de 4.000 cuadros), realizados por artistas que merecen la pena, entre ellos Vittorio Amedeo Cignaroli, Pietro Domenico Olivero y Bernardino Quadri.
Para ilustrar el complejo del palacio real, existe un modelo extremadamente exacto realizado por Carlo Costantini.
Para ilustrar el complejo del palacio real, existe un modelo extremadamente exacto realizado por Carlo Costantini.
Los jardines
Los jardines del palacio real desaparecieron completamente cuando los franceses de Napoleón los transformaron en plaza de armas: una obra extremadamente significativa del complejo se perdió para siempre. Quedaron los diseños de la época, que mostraban el espléndido jardín a la italiana dividido en tres terrazas enlazadas con escalinatas escenográficas y arquitectura (como la torre del reloj del primer patio) que los unen: la fuente de Hércules, el teatro en forma de hemiciclo y los parterres.
Los jardines del palacio real desaparecieron completamente cuando los franceses de Napoleón los transformaron en plaza de armas: una obra extremadamente significativa del complejo se perdió para siempre. Quedaron los diseños de la época, que mostraban el espléndido jardín a la italiana dividido en tres terrazas enlazadas con escalinatas escenográficas y arquitectura (como la torre del reloj del primer patio) que los unen: la fuente de Hércules, el teatro en forma de hemiciclo y los parterres.
Sólo recientemente, Venaria Reale ha visto renacer su ambientación natural, gracias a las labores que se están realizando en la estructura (establos, Reggia di Diana, etc.). Actualmente sólo están abiertos al público las partes ya acabadas, encima de eso dañados en parte por el violento chaparrón de junio de 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario