Del poeta Gastón
Fernando Deligne.
¡Tercien
armas¡………… Como quiera;
El
acostumbrado estruendo:
Ello es que
el sol va saliendo,
Y hay que
enhestar la Bandera.
Enfilado
pelotón
De la
querida soñolienta,
Al pie del
asta, presenta
Arbitraria
formación,
Y, hecha a las dos auroras
En que el cielo y patria están,
Pasan de
largo a su afán
Las
gentes madrugadoras.
Ni ven el
sol de la raza,
Cuyos
colores lozanos
Trémulas
entre las manos
Del
ayudante de plaza
Ni el lienzo nacional,
Fijo ya en
la delgada driza,
Recuerdan
que simboliza
Toda una
historia inmortal.
Pues cada matiz encierra
Lo que
hicieron los mayores
Por el bien
y los honores y el recate de la tierra
El rojo, de
su gloriosa
Decisión
habla al oído,
¡Soy, dice el laurel teñido
Con su
sangre generosa
Es el azul,
de su anhelo
Progresista, clara enseña
Cuando
sueña con el cielo.
Al blanco,
póstumo amor
De sus
entrañas, se aferra;
Dar por
corona a la guerra
El olvido
redentor
¡Presenten
Armas¡ …. Ya Ondea
El pabellón,
y se encumbra;
Bajo el
sol, que deslumbra,
Y el
clarín, que clamorea.
Ladra un
can del estridente
Sonido
sobresaltado,
Arde en
aroma el prado,
Rompe en trinos el ambiente….
¡Que linda
en el tope estás
Dominicana
bandera ¡
¡Quien te
viera, quien te viera
Más arriba,
mucho más.
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