¿Tienen demasiada libertad los extremistas blancos en EE.UU.?
Última actualización: Jueves, 3 de julio de 2014
Es una tarde calurosa en
Marionville, Misuri, y Joe Walker, el dueño de una empresa de remolques,
está sentado en una estación de gasolina hablando de Frazier Glenn
Miller, un hombre de 73 años que fue acusado de asesinato tras las
muertes de tres personas en Kansas, en abril.
"Él cree que los judíos están a cargo de todo",
dice Walker, quien acostumbraba a ver en el pueblo a Miller, un
exconductor de camión de Aurora, una localidad que limita con
Marionville en el Condado Lawrence. "No sé de dónde sale con eso".Dos de las víctimas -William Lewis Corporon, de 69 años, y su nieto, Reat Underwood, de 14- fueron asesinadas en el centro comunitario judío del área metropolitana de Kansas City, a casi 300 kilómetros de la casa de Miller. Reat, quien pertenecía a la Iglesia de la Resurrección, estaba allá para una audición de canto.
Poco después, Miller condujo hasta un centro geriátrico, Village Shalom, donde murió Terri LaManno, una terapeuta ocupacional de 53 años. Ella era católica.
Miller dijo repetidamente que los judíos debían ser matados. Incluso escribió una carta para sus colegas: "Quien combate al judío, combate al demonio", opinó. También escribió en páginas extremistas sobre la necesidad de "matar a todos" los judíos y recogió nombres de restaurantes kosher, según las autoridades.
Sus escritos son un recordatorio de la virulencia de las opiniones supremacistas blancas. Y algunos se preguntan si las autoridades fueron demasiado blandas con Miller antes de los asesinatos, así como con los supremacistas blancos de Estados Unidos en general.
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Libertad de expresión
Él se declaró culpable en 1987 de un cargo por posesión de armas y aceptó testificar contra otros a cambio de una sentencia reducida. Estuvo tres años en prisión.
El 20 de junio, el senador republicano Jerry Moran, de Kansas, les escribió una carta a las autoridades judiciales del país preguntando si lo habían monitoreado suficientemente con el paso del tiempo. Dena Iverson, una vocera del Departamento de Justicia, le dijo a la BBC que están revisando la carta.
Bajo la Primera Enmienda a la Constitución de Estados Unidos, los ciudadanos tienen el derecho de decir cosas odiosas, pero con excepciones. Si alguien le ordena a otra persona que cometa un asesinato, puede ser procesado. De otra manera, la libertad de expresión -incluso cuando sea desagradable y ofensiva- es un derecho fundamental en el país.
Michael German, un exagente del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que se infiltró en grupos extremistas, dijo que los materiales de entrenamiento del FBI hacen énfasis en los derechos de algunos supremacistas blancos y milicias de derecha, pero no en los de otros extremistas.
German explicó que, en una presentación del FBI, los agentes hablaron de las "actividades protegidas por la Primera Enmienda" al referirse a los supremacistas blancos, pero no cuando mencionaron a los que defienden el "ecoterrorismo" y el extremismo islámico.
Paul Bresson, un vocero del FBI, dijo: "No nos enfocamos en grupos por lo que son. Si uno quiere ser un supremacista blanco, legalmente no hay nada malo en ello".
"Lo que nos preocupa es que se rompan las leyes".
Mentalidad de frontera
Las restricciones fueron canceladas, pero el antisemitismo continuó.
Cuando yo estaba creciendo en esa zona en los años 1970, la gente se refería al centro como "JewCommu". Parecía inofensivo en ese entonces, pero no tanto ahora. El antisemitismo, como quiera que se exprese, hace que las personas sean menos sensibles a su historia.
La amenaza de los supremacistas blancos
- Los extremistas de derecha han matado a 670 personas y herido más de 3.000 desde 1990.
- Entre 2001 y 2013, 233 personas fueron acusadas de "terrorismo yihadista" en EE.UU., mientras 178 "no yihadistas" fueron acusados.
- Extremistas de derecha mataron a 34 personas, mientras quienes se identificaron como "yihadistas" mataron a 21.
El problema no se reduce solo a la región. Alrededor del mundo se estima que el 25% de las personas tienen visiones antisemitas, de acuerdo con la Liga contra la Difamación. Algunas personas dicen que a los supremacistas blancos y otros extremistas se les da demasiada libertad para odiar.
Las personas que viven en los Ozarks, un área montañosa en la frontera entre Misuri y Arkansas, tienden a no preguntarles a sus vecinos lo que hacen.
La zona está llena de iglesias, así como pequeñas calles donde la gente puede esconderse. También viven allá miembros del Klan, nudistas en una comunidad donde vestirse es opcional y otros grupos alternativos.
"Hay una mentalidad de frontera", dice David Embree, quien enseña nuevos movimientos religiosos en la Universidad Estatal de Misuri, en Springfield, y una vez llevó a Miller como invitado a su salón de clases. "Acá es ‘usted se encarga de sus asuntos, yo de los míos’".
"Un granjero viejo, retirado"
"Como que estaba de acuerdo con él en algunas cosas", dijo Dan Clevenger, quien en la época era alcalde de Marionville, en una entrevista tras los tiroteos.
"Tenemos una economía falsa", dijo. "Algunas de esas corporaciones están lideradas por judíos".
Después, MaryEllen Brundle, concejal de la ciudad, y otras personas amenazaron con impugnarlo. Él eventualmente renunció, pero la controversia demostró que algunas personas en el área se sienten libres de expresar visiones extremistas.
Por su parte, Lorraine Ghan, una agente de finca raíz en el Condado Lawrence, dijo que se sentía incómoda alrededor de Miller.
"Él nunca levantó su voz, pero uno simplemente podía decir que había algo en él", dijo. "Uno no quería hacer que se enfadara. Él tenía este "'no sé qué'".
En la calle donde está la casa de Miller, los habitantes se habían detenido cerca de un estanque al final de la tarde. Una mujer dijo que no había hallado nada fundamentalmente malo en la casa. Las autoridades tampoco.
Como dijo Bresson: "No hay nada ilegal en ser raro".
Las ideologías extremista y antisemita parecen jugar un rol en la violencia, pero Bresson y otros funcionarios dicen que está lejos de su alcance determinar cuándo va a explotar un supremacista blanco o cualquier persona.
En últimas, a las autoridades les queda una realidad triste, descrita por el sheriff DeLay: "Este es simplemente un mundo hecho un desastre".
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