Tomado de la Fuente/http://www.muyinteresante.es/naturaleza/fotos/animales-que-se-alimentan-de-sangre/animales-alimentan-sangre-chinche
Los ixodoideos (Ixodoidea) son una superfamilia de ácaros, conocidos como garrapatas. Suelen encontrarse en la hierba alta, donde esperan para engancharse a cualquier animal que pase. No pueden saltar, por lo que la única forma de que lleguen al huésped es el contacto directo. Para alimentarse, perforan la piel del animal y comienzan a succionar sangre. Mientras lo hacen, su cuerpo se va hinchando, hasta tal punto que no se sueltan hasta que están completamente llenas, lo que puede durar varios días. Aunque la mayoría de las picaduras de garrapata son inofensivas, existe la posibilidad de que contagien la enfermedad de Lyme que provoca artritis, trastornos del corazón y del sistema nervioso como encefalitis o meningitis.
Se trata de un parásito de la familia Ceratopogonidae y, por tanto, de nuevo portadores de enfermedades como el virus de la lengua azul, enfermedad equina africana o la fiebre efímera bovina que transmiten tras picar a sus víctimas para extraerles la sangre.
La ladilla (Pthirus pubis) es un insecto ectoparásito de los seres humanos, que mide entre 1 y 3 milímetros de longitud y que obviamente se alimenta de sangre. Lo asombroso de este insecto es que lo hace al menos 50 veces al día, por lo que provoca un prurito muy molesto que hace que el infectado se rasque, lo que conlleva una irritación de la piel. Las ladillas suelen transmitirse por contacto sexual, aunque es posible -aunque raro- que se contagien por usar ropa en contacto con una persona portadora. Aparte de la región púbica, las ladillas suelen situarse en el vello corporal, las cejas, las pestañas o el cabello
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Los hiperoartios (Hyperoartia) son conocidos vulgarmente con el nombre de lampreas. Se trata de una especie muy primitiva de cuerpo gelatinoso, cilíndrico, sin escamas y tremendamente resbaladizo. primitivos, semejantes externamente a las anguilas, aunque no emparentados con ellas, y con cuerpo gelatinoso, cilíndrico, sin escamas y muy resbaladizo. Es un animal acuático cuya boca tiene forma circular y en forma de ventosa, por lo que es capaz de adherirse a cualquier cosa. Pueden llegar a alcanzar 1 metro de largo y pesar hasta 1 kg. Una vez fija la boca a su presa, sus múltiples dientes concéntricos y su lengua que raspa la piel de las víctimas, hacen lo propio para obtener sangre y alimentarse. Sus presas favoritas son los tiburones, salmones y otros mamíferos marinos
Las hembras de los mosquitos son hematófagas y por ello son frecuentes vectores de enfermedades infecciosas. Los machos, sin embargo, no se alimentan de sangre. Las hembras, viven además mucho más tiempo que los machos, llegando a alcanzar algunas casi 6 meses de vida, aunque la media es un mes. Las hembras necesitan la sangre de sus víctimas para alimentarse y, aunque cada mosquito puede tener sus preferencias, la mayoría de ellos prefiere los mamíferos y, en especial, al ser humano, por tener una piel muy fina y de fácil acceso a la “comida”. Tras perforar al individuo y succionar la sangre, los mosquitos pueden inyectar hasta 6/4 partes de veneno común, lo que causa la habitual inflamación característica de su picadura. Uno de sus parientes, que también se alimenta de sangre y funciona de la misma forma que el mosquito, es el zancudo.
Es el más grande en tamaño de todos los animales que viven a base de sangre. Sin embargo, de las más de 1.000 especies diferentes de murciélagos que existen, solo tres se alimentan de sangre. La mayoría se alimentan de insectos, carroña, frutas o néctar. Respecto a las que se alimentan de sangre existen: el vampiro común (Desmodus rotundus), el vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata) y el vampiro de alas blancas (Diaemus youngi). Las tres especies son originarias de América. Los murciélagos vampiro sólo cazan cuando está completamente oscuro. El vampiro común suele alimentarse de cualquier animal de sangre caliente, sin embargo, las otras dos especies se nutren con la sangre de los seres humanos y las aves. Cuando localiza su presa, el vampiro aterriza en una zona desprovista de pelo y muerden la zona que su sensor de radiación infrarroja les indica. Una vez hecho, no absorben la sangre, sino que la beben a lengüetadas.
Los ftirápteros (Phthiraptera), comúnmente conocidos como piojos, son insectos sin alas, ectoparásitos de aves y mamíferos de los que existen más de 3.000 especies. Se alimentan de restos de piel (epidermal), partes de plumas, secreciones sebáceas y sangre. Su color varía de beige pálido a gris oscuro, pero si se alimentan de sangre su color puede ser aún más oscuro. En su forma adulta, este insecto puede medir entre 1,5 y 4 mm. Tiene 6 patas que terminan en una especie de garfios que le permiten adherirse al pelo. No tienen alas ni tampoco saltan. Pueden vivir hasta 30 días en la cabeza de una persona y trasladarse a otro huésped por contacto.
Los sifonápteros, como se les conoce científicamente, son una clase de pequeños insectos sin alas pero muy ágiles. Las pulgas son parásitos externos que viven de la sangre de los mamíferos y los pájaros. Cuentan con un mecanismo bucal de tubos especialmente adaptado para poder alimentarse de la sangre de sus huéspedes. Apenas miden de 1,5 a 3,3 milímetros de largo pero, gracias a sus largas patas pueden saltar hasta 18 cm en dirección vertical y 33 cm en dirección horizontal, lo que las convierte en unas excelentes saltadoras. Existen cerca de 2.000 especies y varias de ellas son transmisoras de enfermedades como el tifus o la peste bubónica
La sanguijuela medicinal (Hirudo medicinalis) es una especie de gusano anélido hirudíneo que habita en gran parte de Europa y que como imaginarás, se alimenta de sangre, tanto de animales como de hombres. Su hábitat natural es el agua dulce, por lo que suele encontrarse en lagos o estanques de agua con lodo en el fondo y matorrales de cañas o juncos. Esta sanguijuela es capaz de distinguir y sentir la luz, la temperatura y la humedad. Una vez que se adhiere a su presa, no la suelta hasta que está completamente saciada. Las sanguijuelas medicinales llevan utilizándose siglos en medicina. De hecho, en la antigua Grecia y Roma se utilizaban porque creían que curaba todo tipo de enfermedades. En la actualidad su uso sigue siendo tan popular que se han convertido en una especie en extinción.
El arador de la sarna (Sarcoptes scabiei) es una especie de ácaro de cuerpo no segmentado, ovoide, con 4 pares de patas y con un tamaño de apenas 400 micras. Sus víctimas son animales mamíferos y, en los humanos a los que succiona la sangre y produciendo la enfermedad conocida como sarna. Fuera de su huésped, el arador de la sarna no suele vivir más de 4 días. Tras la fecundación, que ocurre en la superficie de la piel, el macho muere y la hembra se introduce en el estrato córneo de la piel creando túneles en los que va dejando los huevos. Una vez que los huevos eclosionan y las larvas emergen a la superficie de la piel, se transforman en ninfas en 3 a 8 días y posteriormente en adultos en 12-15 días. La enfermedad que provoca este ácaro es tremendamente contagiosa.
Los tabánidos, mejor conocidos como tábanos, pueden volar muy activa y eficazmente gracias a las funciones de sus alas posteriores que les ayudan a controlar el vuelo, pudiendo llegar a alcanzar hasta 30 kilómetros por hora en vuelo recto. Al igual que ocurre con los mosquitos, los machos no se alimentan de sangre, sólo las hembras, que se alimentan de la sangre que extraen a los mamíferos y a las aves, debido a que ésta es rica en proteínas. La picadura de un tábano es dolores y deja enrojecida la zona afectada. El aparato bucal de los tábanos es tan fuerte que puede atravesar la piel de burros, caballos o caprinos.
Los hemípteros representan un gran orden de insectos neópteros que comprende más de 84.500 especies conocidas. Se caracterizan por poseer un aparato bucal chupador que, según las especies, utilizan para succionar savia o sangre. Las chinches tienen piezas bucales modificadas formando una estructura en forma de pico denominada rostro adaptado para perforar y succionar líquidos de plantas (como savia) y animales (por ejemplo, sangre). Algunas de las que se alimentan de la sangre de los vertebrados son importantes transmisores de patógenos. Por ejemplo, en América Central y Sudamérica, los Tiratominae transmiten la enfermedad de Chagas-Mazza o tripanosomiasis americana, una enfermedad potencialmente mortal.
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