HIMNO DE LA INDEPENDENCIA.
Tomado
de la Conferencia leída en el Ateneo Dominicano el 25 de febrero de 1934, Día
de la Escuela y Aniversario del
Natalicio del ´Prócer Ramón Matías
Mella. Dictada por el Maestro José de Jesús Ravelo, director del Liceo Nacional y Presidente de
la Sección de Bellas Artes del Ateneo Dominicano. Editado por Luis Sánchez Andújar, Casa Editora
Ciudad Trujillo República Dominicana
1945
Hasta hoy la
Historia Patria no ha dedicado un
capítulo que hable del primer Himno (ni de
los otros) congénito con la Independencia del la República Dominicana. Este
himno, letra del poeta Félix María Delmonte y música del Coronel Juan Bautista Alfonseca, debía
ser realmente el único si los dominicanos hubieran sentido más inclinación
por las cosas de su tierra.
Inconsecuencia que no admite justificación pro aris el focis , por la patria y por la Historia.
Escrito por
dos prestantes compatriotas en el instante mismo en que nos
hicimos libres, no ha debido de ninguna manera abandonarse por
cuestiones de política de partidos. Cuando
Alfonseca y Delmonte escribieron
el Canto Patriótico de la naciente República Dominicana pertenecían tan
sólo al único y sacratísimo partido de la Independencia. Más tarde,
al organizarse los bandos que dirigieron
Santana y Báez, aquellos ciudadanos militaron en las filas del rojísimo
y esa parece ser la causa que influyó poderosamente en al
abandono del Himno del 1844.
Don Félix
María Delmonte, Teniente de la Guardia Nacional al constituirse la República,
refería que el 1ro. De marzo de 1844,
estando de guardia en La Fortaleza, compuso la letra del Himno que tiene la
música del Coronel Alfonseca. Tan precioso dato lo he visto confirmado en
una carta de felicitación dirigida al General Ramón Cáceres, Presidente que fe de la República, por Don Juan de la Cruz Alfonseca como motivo del
duodécimo aniversario dl 26 de julio de
1899, la cual fue publicada
en el Listín Diario No. 639 del 26 de julio de 1911.
Pero de tal
suerte llegó a ser olvidado, a pesar de ser
el único de nuestros Himnos que se
cantó en el campo de batalla,
cuando nuestros hermanos luchaban para afianzar la Independencia
Nacional, que en los últimos gobiernos presididos por el General Buenaventura
Báez la República no tenia Himno y
se hacían honores al jefe del
Estado con las solemnes notas del Canto
Nacional de Inglaterra.
El competente
maestro Fernando Rueda, dice el Prof. José
de Jesús Ravelo, “me pintó con vivos colores la escena cómica, de la que
fue testigo, en que para hacer honores
al Presidente Alejandro Woss y Gil, año de 1885, la Banda de Músicos ejecutó una polka que se tocaba en un Circo
de Acróbatas que trabajaba en esta ciudad en aquellos días. El Presidente,
hombre de vastísima cultura, indignado por lo que consideraba una burla al Primer Magistrado
de la Nación hizo llamar al jefe de la Banda y ya en su presencia le dijo: ¿Usted se ha creído
que yo soy maromero?.
En el año 1889 en que
gobernaba el General Ulises Heureaux
yo recuerdo haber oído la
Marsellesa en el momento en que las
tropas en correcta formación presentaban
las armas del Presidente de la República, y el Pacificador de la Patria. Así
estuvimos hasta el año 1890 en que el
Himno del poeta Emilio Prud Homme y del
Maestro José Reyes, compuesto en 1883, comenzó a ejecutarse en los actos
oficiales
Cotejando la
música del Himno de Alfonseca con la del
de Reyes, no hay duda de que ésta es mejor. Pero aquella, a pesar de
haber sido compuesta en una época en que
artísticamente estábamos menos adelantados, no es tan poco estimable
como creen algunos. Si los dominicanos
sólo tuviéramos el Himno de Delmonte y de Alfonseca, estaríamos tan
orgullosos de él como lo están los
uruguayos del suyo cuya música no es superior a la de nuestro primer Canto
Nacional.
No tengo
noticias de que este Himno se publicara antes del año 1911 en
que fue insertado en el No 151, (agosto del mismo año) de la Revista
Ilustrada Blanco y Negro que dirigía
entonces el artista señor Francisco A. Palau. Afirma Palau
que Don José María Arredondo, inspirado compositor y Maestro de Capilla
por más de cincuenta años de nuestra Catedral Primada, hoy Basílica, le dio de
propio paño de copia para su publicación
en dicha Revista.
En ese año de
1911, en las ediciones del 7 y del 12 de
julio, publico el Listín Diario dos artículos intitulados JUSTICIA, del
fenecido Lic. Virgilio Arredondo, en que sustentaba la tesis de que siendo el Himno de Delmonte y Alfonseca el
Canto Patriótico del 1844, debía
preferirse al de Prud Homme y de Reyes.
Los artículos
del Lic. Arredondo pasaron inadvertidos. De tal modo. Que nadie absolutamente
nadie, escribió una palabra para robustecer sus argumentos y el Lic.
Arredondo se quedó solo.
Entonces
algunas personas influyeron en el ánimo
del General Ramón Cáceres, Presidente de la República en aquella época,
para que patrocinara esa iniciativa e
sometiéndolo al Congreso Nacional un proyecto de Ley que lo declarara Himno
Oficial, pero él General Cáceres no quiso tomar en consideración tal delicado
asunto. Entre otros motivos, porque el
Decreto del Poder Ejecutivo del 1ro. de
febrero de 1905 (Gaceta Oficial No 1549) con ocasión a la muerte del
Maestro Reyes, que disponía 3 días de
duelo; que se pase por la Puerta del 27 de febrero; que se ofrende una corona
en nombre del Gobierno; que se rindan los honores de ordenanza en el acto del
sepelio y que la pensión de que disfrutaba le sea asignada a su familia en un
reconocimiento legitimo del himno.
“Además
porque el Ilustre Ayuntamiento d la
Capital, a la sazón presidido por el
señor Frank Baehr, en sesión celebrada el
día 21 de febrero de 1905, a propuesta del Sindico Doctor F. Arturo
Alardo, resolvió dar el nombre de José
Reyes a la calle Regina, y por último, que ese mismo Cabildo, presidido
entonces por el Dr. Eduardo R. Soler, a iniciativa del Sindico Lic. Gustavo A. Díaz, consagro un mausoleo,
en el Cementerio, a los restos del ilustre compositor, y el Gobierno del
General Cáceres representado por el Gobernador de la Provincia, General Manuel
de Jesús Castillo, se asoció al merecido homenaje. Entre las distinguidas
personalidades que asistieron al acto,
que tuvo efecto el 16 de agosto
de 1911, se encontraba el autor de la
letra, Lic. Emilio Prud Homme, quien pronuncio un elocuente discurso. Un
coro de 500 niños, cantó acompañado por
la Banda de Música Militar, el Himno Nacional.”
Las
estrofas del Himno del 27 de febrero del 1844,
CORO.
Al arma,
españoles,
Volad a lid!
Tomad por
divisa
Vencer o morir!
Nobles hijos
de Santo Domingo
Erguid vuestra
frente guerrera,
Y ceñudos
volad tras la fiera
Que el solar
de Colón devastó;
A sus huestes,
cobardes e impías,
El terror y
exterminio llevemos;
Y los himnos
de gloria cantemos
Secundados del fiero cañón.
Al alma,
patriota &&&
Guerra a
muerte sin tegua, patriota!
Si ser libres
por siempre queremos,
De la historia
con sangre borremos
Cuanto lustros
de llanto y dolor!
Sepa el mundo
que a nombre odiamos
Acreedores
jamás nos hicimos,
Y que siempre
que gloria quisimos
Nuestro carro
la Gloria arrastró.
No hay piedad!
El haitiano indolente,
Penetrando en
los patrios hogares,
Profanó
nuestros templos y altares;
Nuestros
fueros osó atropellar;
Y el pudor de la cándida virgen;
Y las canas del mísero anclado,
Y cuando hay
de sagrado en lo humano
Ultrajó con
orgullo procaz.
Al arma,
patriotas. &&&
Más hoy
tiembla convulso, leyendo
De los cielos
la justa sentencia
Y amenazan
su odiosa existencia
Diez mil
lanzas que afila el Honor
Compatriota! Que el éxito es cierto!
Libertad con valor
conquistemos
Y el cruzado
estandarte plantemos
Del haitiano
en la oscura mansión.
Al
arma, patriotas. &&&
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