EL INCENDIO DEL 1805. EN LA VEGA.
Fuente: Guido Despradel y Batista, BAGN, año 1, No.3, 1938, Págs. 196/200.
Apena
trascurrido un año de haberse constituido en un Estado Independiente
los negros que como esclavos importara Francia a la parte occidental de
la Isla., dieron riendas sueltas a sus incontenibles ansias de
dominio, y se lanzaron en invasión armada a subyugar la parte oriental
española, entonces colonia francesa bajo el gobierno del General
Ferrand.
Divididos en dos cuerpos,
el ejército haitiano se lanza, ávido de matanza y de destrucción, sobre esta parte española a fines del mes de febrero de 1805. Por el norte venia el años más tarde Emperador Enrique Cristóbal y por
el sur, el Presidente Jean Jacques Desalines, severo y sanguinario
cabecilla que en su nombre de un feroz odio de razas esparció por todo
el territorio insular la muerte, la desolación y la ruina
Vencida por las huestes numerosa de Cristóbal la brava resistencia de Serapio Reynoso en la Embocada
(Serapio Reynoso era hijo de La Vega. Fue su padre Don Josef del Orbe,
Capitán de su Majestad y para el 1779, Alcalde Ordinario de esta ciudad
de La Vega. Como se ha dicho Don Gaspar de Arredondo y ´Pichardo en el
Historial de su salida de la Isla de Santo Domingo el 25 de abril de
1805, Serapio Reynoso fue hijo natural y criado como unos de sus hijos
legítimos. Consta en el Archivo Parroquial de esta ciudad de La Vega,
que para el 1847 murió en esta ciudad, a la avanzada edad de 90 años
María Carreño, viuda del valiente Serapio Reynoso) se
adueña de los pueblos del Cibao y prosigue su ruta de dolor, de pillaje
y de matanza para ir a reunirse, ante la murallas de Santo Domingo, con
su jefe superior Dessalines.
Después
de transcurridos veintiún días de asedio a la ciudad de Santo Domingo,
se presentó en el Placer de los Estudios una escuadra francesa, acto
que hizo temer al jefe haitiano que el Occidente fuera otra vez invadido
por las fuerzas de su antigua Metrópolis. Y entonces, precipitadamente
y como nuevo Atila enfurecido ante el fracaso, el día 29 de marzo
levanta el sitio y desocupa, tomando el camino del Cibao, el territorio
antes español y dejando tras de sí una negra estela de horror,
desolación y de sangre.
Crueles
fueron los padecimientos de la Concepción de La Vega en esta época
pesarosa de la Historia Nacional, y varios son los documentos que
hemos encontrados en los archivos que ponen de manifiesto lo
insaciable e implacable que fue Dessalines para con la ciudad que ya
para ese tiempo comenzaba a resarcirse de sus muchos quebrantos.
Dessalines, en sus ansias de destrucción, incendió la ciudad de La Vega,
así como varias otras del Cibao.
La
furia y la indignación del invasor Dessalines se cebaron en la ya
renacida ciudad del Camú e hicieron de ella nuevamente un doloroso
teatro de desolación y de ruinas. De todo aquel pueblo que bajo el
arrullo de pinares esbeltos entonaba hosannas al progreso, solamente
quedaron en pié la iglesia y dos casas; y sus vecinos fueron víctimas
del asesinato, del pillaje y de los atropellos más bárbaros y
bochornosos.
En
el informe que presenta el Presbítero Francisco Pablo de Amézquita al
celoso y progresista gobernador haitiano General Placide Le Brun, en
fecha 30 de abril de 1822, este ilustre levita al referirse al
destructor incendio de 1805, dice “A principio de abril del
pasado de 1805, esto es, a los doscientos cuarentauno más o menos de
haberse restablecido la ciudad de La Vega en esta misma área en donde
está, fue arruinada enteramente por el fuego que mandó darle el
General Juan Santiago Dessalines a su regreso de la de Santo Domingo que
invadió y no puso tomar. Todos los edificios, que eran de madera
excepto la iglesia y dos casas de pared sólida, fueron reducidos a
cenizas. Talados los campos inmediatos, saqueadas las haciendas de
crianzas; y de los vecinos parte prisioneros y conducidos al Guarico,
hoy Cabo Haitiano: parte emigrados a las islas vecinas, y ´parte
retirados a pasar dentro de la espesura de los bosques una vida
salvaje, habiendo experimentado algunos en todo rigor los estragos de un
ejército que traía licencia para hacer todo el mal que se pueda a los
vencidos.( la real fecha fue el 3 de abril aún otros señalan que fue el
5 de abril, ya que el degüello de Moca, fuel el 3 de abril)
En
un relato, aún inédito, intitulado DESGRACIA DE SANTO DOMINGO, el padre
Juan de Jesús Fabián Ayala García, vegano ilustre fundador de la ciudad
de San Cristóbal, nos da a conocer los horrores cometidos por las
huestes vandálicas de Dessalines sobre los pacíficos y laboriosos
habitantes de esta hospitalaria sultana del Valle Real. El Licdo.
Alcides García, en su muy bien documentado trabajo dedicado a la ciudad
cabecera de La Concepción de La Vega, transcribe parte de esta verídica
relación del Padre Ayala, y los crímenes en ella presentados. Es para
recordar a las generaciones las inauditas crueldades de que fue víctima
esta ciudad del Camú, de parte de las hordas en derrotas que en pasadas
épocas surgían de Occidente a sembrar el terror, el dolor y la muerte
en esta parte de la isl
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