La Libertad
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"Todo hombre vive
eligiendo, y al elegir, se construye a sí mismo"
·
Introducción
·
El concepto de
libertad
·
Libertad de razonar
·
La libertad negada
·
La libertad en
Spinoza
·
La libertad en el
existencialismo
·
Libertad en la
educación
·
Etapas en la educación para
la libertad
·
Libertad y persona
·
La libertad
responsable
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A manera de conclusión
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Bibliografía Citada
·
Bibliografía
Consultada
INTRODUCCIÓN
Atendiendo al tema
seleccionado:
"La libertad, en
su nivel más elevado, emerge cuando la persona,
sujeto de derechos inviolables,
es reconocida como tal. Los derechos del otro se convierten así en deberes del
sujeto y recíprocamente, los derechos del sujeto constituyen deberes para el
otro. En esta situación la libertad, como simple libre albedrío se convierte en responsabilidad".
Decimos que el hombre se
transforma en el ejercicio de la libertad. En la actualidad el hombre
tiene sed de autorrealización, se siente más oprimido y alienado por el trabajo,
que en épocas anteriores; ya que todas las actividades que realiza tienden al desarrollo socioeconómico
más que al logropersonal.
Los llamados técnicos
en educación utilizan
el juego y
la comunicación humana
para que la persona alcance su autorrealización mediante la comprensión de los
otros, la tolerancia y
la reflexión constante.
Al plantear el tema de
la libertad surge la búsqueda acerca de su significado, desde el básico diccionario a
los textos de antropología y
educación; en un deseo de presentar como un hilo conductor histórico
el planteamiento de la libertad por y para el hombre.
El presente trabajo se
circunscribe a una sucinta revisión bibliográfica de lo que es la libertad en
la filosofía,
la antropología y la educación; planteando a la educación como un ámbito
adecuado para que la persona encuentre un modo eficaz de servicio y
entrega a sus semejantes.
Es en el ámbito educativo,
desde la etapa primaria hasta la terciaria; donde el hombre aprende a vivir su
libertad, a entender que su libertad termina donde empieza la del otro. Es a
partir de la educación donde empezamos a formar a esa persona en minúsculas,
por la tierna edad en que ingresa; hasta sacarla a actuar en la sociedad,
convertida ya en persona con mayúsculas, por el tiempo transcurrido
dentro de las instituciones educativas
junto adocentes y
pares.
Es responsabilidad nuestra
como docentes, como institución educativa, responder a la
llamada del otro, de la otra persona que exige nuestra atención,respeto y poder vivir
en plenitud.
I. El concepto de
libertad
Desde la definición
más simple tenemos:
" Facultad natural que
tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar". "Estado o
condición del que no es esclavo". "Estado del que no está
preso". "Facultad de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni
a las buenas costumbres".
Pasando por las
diferentes clases de libertades encontramos:
...de conciencia, derecho de
profesar cualquier religión, sin ser
inquietado por la autoridad pública.
...de cultos,
derecho de practicar públicamente los actos de la religión que cada uno
profesa.
...del espíritu, dominio o
señorío del ánimo sobre las pasiones.
...de pensamiento,
derecho que tiene cada uno de sostener o propagar sus propias ideas.
...religiosa,
derecho de cada individuo a
profesar cualquier creencia.
A la libertad en el área de
la antropología
filosófica sería:
"...libertad es
pertenecerse a sí mismo" - Romano Guardini
"Estado de aquel
que, tanto si obra bien como si obra mal, se decide tras una reflexión, con conocimiento de
causa. Es el hombre que sabe lo que quiere y por qué lo quiere, y que no obra
más que en conformidad con las razones que aprueba" – A. Lalande
"Tomás de Aquino
distingue entre libertad de toda violencia exterior
y libertad frente a la necesidad interna; que es la que constituye en exclusiva
la esencia de la libertad humana" – E. Coreth
"Spinoza entiende
como "libre lo que existe únicamente por necesidad de su naturaleza y
sólo por ella se determina a la acción,
necesario, o por mejor decir, obligado; es algo que está determinado de una
manera segura y precisa por otra cosa para ser y actuar" – E. Coreth
Considerando las
diversas concepciones encontradas, me permito hacer una breve revisión acerca
del problema de la libertad en la historia.
II. Libertad de
razonar
La filosofía
moderna intentó forjar una nueva concepción del mundo y de la
sociedad y, aunque inicialmente no prescindió absolutamente de la influencia
religiosa, postuló la resolución de los problemas mediante
la libertad de razonamiento. Abandonó así progresivamente las verdades
absolutas o reveladas, intentando sustituir lo sobrenatural por lo natural, lo
divino por lo humano, lo celeste por lo terrenal, resolviendo zanjar
definitivamente la polémica entre la fe y la razón a favor de esta última.
III. La libertad
negada
La libertad ha quedado
negada o eliminada por decisiones filosóficas previas, en las concepciones
positivista - materialista, así como en el pensamientoidealista
y panteísta.
El materialismo considera
únicamente la existencia de los seres y acontecimientos materiales,
estando el hombre sujeto a la determinación causal propia de los procesos materiales
de la naturaleza; con lo cual la libertad no existe.
En el panteísmo se
tiene un determinismo del acontecer. Todo se circunscribe a un único principio,
absoluto y divino. Siendo Dios la única sustancia que abarca todo cuanto es.
Dios es el sumo Ser; es una sustancia absolutamente infinita.
Para los idealistas
como Hegel,
toda realidad es absolutamente cognoscible. La realidad es la autocreación de
Dios, es Dios en devenir. De esta forma el hombre individual no es más que un
elemento del proceso absoluto
del espíritu. En los idealistas se reproducen aún los rasgos panteísticos.
IV. La libertad en
Spinoza
Spinoza es el
prototipo del pensador panteísta, quien como tal defiende una rígida y absoluta
determinación.
Desarrolló la idea
cartesiana que consideraba a Dios como sustancia infinita. Así, Dios es la
única sustancia que abarca todo cuanto es. Dios es el sumo ser; es una
sustancia absolutamente infinita.
Al tratar el tema de
la libertad, Spinoza señala: "... se dice libre la cosa que existe por la
sola necesidad de su naturaleza y que se determina a obrar por sí misma"..
En lo que se refiere a la libertad humana, Spinoza concluyo de modo
determinante que el hombre no es libre porque "no se puede considerar un
imperio dentro de otro imperio". Considerando que la libertad es exclusiva
de Dios. Sólo Dios es libre.
De esta tesis puede
deducirse que, mientras Dios exista, el hombre nunca podría ser libre. Es
decir, en el plano de la libertad la afirmación divina es la negación humana.
Dos siglos más tarde, Nietzsche,
afirmó que la libertad humana solamente puede alcanzarse con la
"destrucción de Dios".
Según Spinoza, el
hombre, pues, no es libre, ni el mundo tiene por que tener una finalidad que
cumplir. Cree que la vida es necesaria y que está causalmente determinada.
Contraria a la afirmación hecha por Albert Camus,
ya en el siglo XX, de que la vida es innecesaria por su reducción al absurdo;
señala que el hombre es una paradoja: un esclavo porque se cree libre y está
dominado y condicionado por la necesidad.
Sin embargo, no cerró
completamente las puertas de la esperanza, dejando el resquicio de la libertad
humana para conocer, tesis que explica del siguiente modo: "En este plano
sólo es libre el hombre que se conoce a sí mismo, pues tiene conciencia de que
no es libre y, por lo tanto, no se siente obligado o coaccionado, sino que
acepta el determinismo que le condiciona. Por tanto, la libertad humana es sólo
relativa, y un hombre será tanto más libre cuanta mayor conciencia posea de esa
relatividad".
En contra de lo que
pudiera creerse, según Spinoza, este planteamiento no disminuye la dignidad humana,
pues la no-libertad es un precio muy
bajo, ya que la compensación es el privilegio ontológico de ser considerado
como una parte de Dios.
V. La libertad en el
existencialismo
En el existencialismo se
investigan conceptualmente los principales problemas que se le plantean al
hombre durante su existencia concreta, perdiendo importancia todos los temas
tradicionales de la especulación.
Fueron precursores en
el siglo XIX, Nietzsche y Kierkegaard y en el siglo XX, los principales filósofos de
esta corriente fueron Heidegger,
Merleau-Ponty, Sartre y
Camus, entre otros.
Son características de
esta corriente:
·
En primer lugar, que
se prescinde de la "filosofía de las esencias", rechaza los
mecanismos del pensamiento abstracto, metafísico, físico, tomando como
preocupación básica la existencia humana, el Yo humano.
·
En segundo lugar, la
existencia humana es la actualidad, el momento presente, la realización de unas
posibilidades que revelan las cualidades del hombre. Consideran que la existencia precede
a la esencia, que el hombre cuando nace, no es nada; y que
solamente existe cuando va decidiendo libremente lo que es y
lo que será.
·
En tercer lugar, el
existencialismo considera la existencia como una forma de ser específicamente
humana: sólo el hombre existe; las demás cosas son. La existencia es una forma
de ser consciente, libre y activa, que se define más por su realidad, que por
su posibilidad ("el hombre está condenado a ser libre decía Sartre).
VI. Libertad en la
educación
En el proceso de
educar toman parte los profesores, los alumnos, la familia,
la institución educativa, la sociedad, etc. Cada una de estas esferas debe
posibilitar un clima de
respeto y tolerancia, de autonomía e independencia para
la educación en libertad.
El educador debe tener
respeto a su ideología,
a su persona, a su concepción política, a sus
iniciativas y al ejercicio profesional.
El educando debe
cumplir dos condiciones: respeto al docente y autonomía propia. Debe ser
tolerante con las opiniones del profesor,
siempre que éste no quebrante conscientemente los derechos del alumno.
La institución escolar
debe estar libre de opresiones y manipulaciones, tanto de la política educativa
de la nación,
como de presiones sociales, de intolerancia del equipo docente, de
intransigencias del alumnado o de los padres de familia.
La sociedad en la que
está inserta la institución escolar favorece o dificulta también la educación
en libertad, ya que no es lo mismo un centro educativo en sociedades totalitarias
que en sociedades democráticas. La sociedad proyecta en la escuela su
cosmovisión y según sea más o menos respetuosa con la dignidad de la persona
humana, resultará fácil o incómodo educar en libertad.
La educación es
correcta, si es una educación de la libertad de o de la libertad
para. Con la expresión "libertad de" se habla de la liberación de
prejuicios, estereotipos, esquemas mentales de los adultos, que es preciso
operar, como terapia, en la mente del educando y del educador. Un docente no
liberado es incapaz de educar en libertad a sus alumnos. Sólo el profesor "libre
de" puede producir un tipo de educación semejante a la que él ha recibido
o se ha autoimpuesto.
Al estar "libres
de" el educando y el educador están preparados para autorrealizarse como libres para
juzgar a los demás entregarse sin prejuicios, dominar la naturaleza, ejercer el
mando y otras funciones necesarias
en la vida personal y social de los individuos.
El compromiso del
maestro es doble: asistir y ayudar al alumno a que corra su riesgo y
arriesgarse él mismo ante sí y ante el alumno. Este compromiso ha de ser
liberador y no manipulador; el docente ha de buscar la independencia de juicio
y acción, porque cuanto menos necesite el alumno su apoyo, a medida que
progresa cronológica y escolarmente, tanto mayor ha sido el provecho obtenido
en el proceso educativo.
Si el educador no
respeta la libertad del educando y si no se compromete en correr el mismo
riesgo suyo, al elegir, suele responder con rebeldía y contestación, sobre todo
en la pubertad y
en la adolescencia.
Es bastante visto, en
los últimos años, la agresividad con que responde el alumno universitario ante
la falta de compromiso del equipo docente o de alguno de los profesores.
De aquí que educar en
libertad sea educar en responsabilidad y en compromiso; es arrancar de la tierra el
ingente número de los amorfos e indecisos, de los arribistas y de los
aprovechados, cuando otros se han quemado por el progreso.
Según Dürr se tienen
tres clases de compromisos en la educación: compromiso del espíritu, compromiso
social y compromiso pedagógico.
El compromiso
del espíritu es el compromiso ante sí mismo, consciente de la decisión
tomada y de la doctrina creada, que ya no nos permite reflexiones inútiles,
sino fidelidad a nosotros mismos. Es un acto positivo, no una mera actitud hostil
y contestataria, porque nada está produciendo, más que una sistemática negación
de cuanto los demás hacen. Se llama espíritu de compromiso a esta conducta,
porque sólo en el espíritu radica la libertad y el descubrimiento de la verdad,
condiciones ambas para esta clase de
responsabilidad, en la cual se crea cotidianamente el hombre, conquistando su
propia imagen y
autorrealizándose.
El compromiso
social es una consecuencia pública y comunitaria del compromiso del
espíritu, dado el carácter social
de la vida humana, que no puede refugiarse en soledad ermitaña. El compromiso
social quiere decir que no se pueden quebrantar los derechos del grupo,
por salir adelante con los caprichos personales, porque el grupo conquista su
libertad basándose en sacrificios y obsequiosas renuncias de los individuos. La
sociedad subsiste gracias al esfuerzo de sus miembros, que participan en los
propósitos e intereses comunes. Se compromete socialmente el hombre que se
identifica política, religiosa y científicamente. La libertad como compromiso
obliga a participar.
El compromiso
pedagógico obliga al educador a metódicamente indagar la verdad,
someter a verificaciones sus hipótesis,
descartar sus sueños y atenerse a realidades, ser fiel a sí mismo en la cátedra
y los niveles consultivos y decisorios del centro escolar. El compromiso
pedagógico, le hace al docente respetar la lenta separación que el alumno va logrando
respecto a los criterios y cosmovisión del profesor y aceptar la personalidad de
cada uno como la única forma de autorrealización.
VII. Etapas en la
educación para la libertad
La educación
contribuye para que el hombre conquiste, poco a poco, su autonomía a través de
una serie de estadios, que marcan los niveles escolares.
La primera
infancia (0-3 años) es un período significativo en la educación para
la libertad, gracias a la autoafirmación de sí mismo mediante el pararse, el
caminar y la primera ligera oposición al final del primer año. Según Spitz,
psicoanalista, el primer "no" gesticulante del niño es el origen de
la iniciativa y de la personalidad. El niño no acepta imposiciones y se rebela
con el llanto y las pataletas.
La segunda
infancia (4–6 años) se caracteriza por la obstinación e independencia,
al comenzar el cuarto año de vida, dando lugar a una fuerte crisisde
independencia y de negativismo, como única manera de afirmarse como sujeto y
persona. Los mayores han de aceptarle y él ha de ir comprobando las
limitaciones e inseguridades que le rodean y de las que es portador.
La tercera
infancia (7-11 años) no es una etapa en la que pueda hablarse de una
auténtica educación de la libertad, sino de lo que se denomina
"espontaneidad dirigida". El niño no posee aún el pensamiento
universalizador y abstracto que le capacite para las elecciones maduras. Sin
embargo, es un período en el que puede hacerse una preeducación de la libertad
mediante la adquisición de hábitos de orden, disciplina,
regularidad, aceptación de la autoridad, responsabilidad de sus propios actos,
respeto de los demás... El niño ejercita su iniciativa de múltiples maneras,
siendo una de las principales el juego, donde crea, se recrea y
autorrealiza. La tensión de los juegos entre
sus reglas e iniciativas es un entrenamiento eficaz
de las antinomias libertad – autoridad, libertad – disciplina, espontaneidad –
normatividad.
La pubertad (12-14
años) con sus cambios somáticos y sexuales conlleva el sentimiento de disgusto
e incomodidad ante la disciplina, acatada únicamente con la condición de que el
educador haya ganado al púber afectivamente. El púber confunde la libertad con
el libertinaje e irresponsabilidad, si no se aprovechan las circunstancias y se
le hace profundizar en la naturaleza de la libertad, a la que ha de llegarse
basándose en madurez y compromiso.
La adolescencia (15-18
años) es el periodo más importante para educar la libertad. El adolescente
rehuye toda postura rígida, porque tamiza las órdenes en el filtro de su propio
pensamiento. La misión del
educador consistirá en convencerle de que la libertad es fruto del carácter
equilibrado y del hombre inteligente. Los sentimientos sociales del adolescente
brindan muchas oportunidades para inculcar el respeto por la opinión ajena, a
la vez que para apelar a su responsabilidad y su compromiso con la comunidad.
VIII. Libertad y
persona
Es difícil aceptar la
libertad pues tenemos muchos y grandes condicionamientos, obstáculos,
impedimentos. Además, como la libertad no es objetivable, no la podemos
demostrar.
El hombre no sólo es sino
que también se hace; es fruto de sí mismo, de su libertad, de sus
opciones libres. Es hombre en búsqueda de verdad. Pero además, jerarquiza y
realiza los valores según
su proyecto personal
de vida.
Es por ello que la
sociedad y la comunidad deben dar al niño que nace, las condiciones para que
encuentre lo necesario para realizarse como persona en vistas a una integral
realización.
Para la Antropología,
el hombre además de individuo es persona, es sujeto, es uno, es único. El
hombre se manifiesta, se revela como persona en su relación con los otros. Es
un Yo en relación con un Tú. Existe en el mundo con los demás para realizarse
personal y comunitariamente.
Su perfeccionamiento
como persona se realiza en relación con el otro. El hombre es un ser
responsable de otro. Esto supone responder a la llamada del otro, de otra
persona que exige tu atención, respeto y poder vivir en plenitud. Todo esto
implica responsabilidad.
IX. La libertad
responsable
La cumbre de la
libertad es la responsabilidad. La libertad responsable surge cuando descubro
al otro como sujeto de derechos, que tiene una dignidad inviolable que yo debo
respetar.
Uno vive en libertad
cuando renuncia a sus propios intereses para actuar en el ámbito de personas
que tienen derechos y que lo llaman, lo necesitan a uno.
La libertad no se
juega sino cuando están en conflicto mi
tendencia espontánea egoísta y los derechos de los demás. De ahí que si ante
una situación determinada debo elegir qué acción realizar, toma parte la
voluntad que tiene dominio sobre el intelecto, en forma de una reflexión; pues
soy responsable de la conciencia que tengo.
El hombre se
transforma al elegir, porque es más él y menos los demás que le oprimen y la
naturaleza que le domina. Sólo cuando elige, es él mismo, el hombre, con
autonomía frente al mundo para construir y elaborar su propio mundo.
"Es por ello que
la libertad humana adquiere un carácter de conquista personal y se traduce en
tarea permanente; como nos lo señala Juan Pablo II cuando concibe la función del
bien y le asigna por objeto el amor traducido
en donación y servicio desinteresado a los demás"..
X. A manera de
conclusión
Es difícil hablar con propiedad de
la libertad, sobre todo considerando que todo el mundo habla de ella; libertad
para elegir, libertad para salir, libertad para volver, libertad para comprar,
libertad para comer, libertad para decir, libertad para hacer, libertad para
sentir, libertad para escribir, libertad para leer, libertad para crecer,
libertad para..., es difícil.
Más aún cuando estamos
tan condicionados en nuestro actuar, en nuestro hacer, decir y sentir; por la
familia, la sociedad social, la sociedad deconsumo,
los medios de
comunicación, etc.
Cuando planteamos la
responsabilidad que tenemos de atender el llamado del otro, del que está bien
cerca nuestro o bien apartado de uno pero que igual nos necesita; planteamos
nuestra necesidad de sentirnos útiles, de ser parte de otro u otros que también
atienden nuestro llamado.
Descubrir que soy con
los demás en el mundo, que no puedo circunscribirme a mi mundo egoísta, es
asumir que puedo darme a los demás sin pedir nada a cambio.
El docente que tiene a
su cargo 40 o más niños,
que no posee materiales didácticos, el alumno que debe recorrer varias
"leguas" para poder aprender; nos impele a reformular nuestra visión
de docentes universitarios, formadores de adultos profesionales, quizás futuros
dirigentes del país; nos impulsa a enfrentarnos a una revisión del cómo estamos
atendiendo a los derechos de esos alumnos, cómo estamos preparando las clases a
dictar, cómo nos estamos preparando para responder a sus llamadas; creo que en
la medida en que seamos nosotros mismos, auténticos y nos aceptemos como
individuos dadores y no sólo espectadores, podremos asumir la responsabilidad
de dar al otro su "libertad" (cualquiera sea la que el otro elija
utilizar).
BIBLIOGRAFÍA CITADA
CORETH, Emerich : ¿Qué es el
hombre? –Esquema de una antropología filosófica
Editorial Herder – España –
1982
·
Diccionario
de la Real Academia Española
Editorial Espasa - Calpe - España - 1985
·
Enciclopedia
Temática Océano
Editorial Océano Éxito –
España - 1987
Ediciones Ceac – España - 1982
Ediciones Sígueme – España – 1984
·
LUCAS, Juan : El hombre, ¿quién es? – Antropología
cristiana
Biblioteca Básica del Creyente – España – 1988
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
·
CARDOZO, Juan Andrés : La razón como alternativa
histórica
Editorial El Lector - Paraguay -
1984
Ediciones Siglo XXI - Argentina - 1985
·
FREIRE, Paulo : Educación como práctica de la
libertad
Editora Paz e Terra - Brasil -
1986
·
ZURETTI, Juan Carlos : Historia de la Educación
Edit. Itinerarium - Argentina - 1963
Trabajo presentado en la materia "Antropologia
filosófica abierta al mensaje cristiano" del curso de postgrado en
Formacion Etica y Teológica.
Titulo: La libertad Categoria: Filosofia -
Educacion
Resumen: Al plantear el tema de la libertad surge la busqueda
acerca de su significado, desde el basico diccionario a los textos de
antropologia y educacion; en un deseo de presentar como un hilo conductor
historico el planteamiento de la libertad por y para el hombre.
El presente trabajo se circunscribe a una sucinta revision
bibliografica de lo que es la libertad en la filosofia, la antropologia y la educacion;
planteando a la educacion como un ambito adecuado para que la persona encuetnre
un modo eficaz de servicio y entrega a sus semejantes.
Realizado por:
Lic. Bettina Cuevas - Psicologa Educacional
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