La CIA hizo "campaña de vacunación falsa" para hallar a Bin Laden
Redacción
BBC Mundo
Martes, 12 de julio de 2011
"La CIA estaba desesperada por confirmar que Bin Laden estaba en la casa. Nunca estuvieron seguros"
Saeed Shah, The Guardian
La CIA intentó confirmar que Osama bin Laden se ocultaba en la ciudad paquistaní de Abbottabad, donde finalmente fue abatido, con una falsa campaña de vacunación en Pakistán, según una investigación del periódico británico The Guardian.
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El plan consistía en obtener el ADN de los niños que vivían en el complejo en el que sospechaban que el líder de Al Qaeda se ocultaba, para contrastarlo con los registros estadounidenses sobre la familia Bin Laden.
De darse la coincidencia, ésa era la prueba de que el considerado el terrorista más buscado del mundo se ocultaba en esa ciudad del norte de Pakistán y no había muerto o estaba en las montañas de la frontera con Afganistán.
"La CIA estaba desesperada por confirmar que Bin Laden estaba en la casa. Nunca estuvieron seguros. Éste fue el complicado plan que se les ocurrió para tratar de verificar sus sospechas", le explicó a la BBC Saeed Shah, el periodista de The Guardian que firma el reportaje.
Fuentes oficiales no comentan la noticia, pero el periodista contó que pasó "mucho tiempo en Abbottabad" trabajando en la confirmación de la información. "Lo contrasté con fuentes paquistaníes y estadounidenses antes de publicarla".
Vacunas falsas
La operación fue concebida después de que se descubriera a uno de los emisarios de Al Qaeda en el fortificado complejo de Abbottabad.
"Hasta donde sé, no funcionó. No consiguieron el ADN adecuado porque en la casa había muchos niños"
Saeed Shah, The Guardian
La CIA intensificó la vigilancia en sus alrededores y llegó a emplear satélites espías. Pero quería pruebas fehacientes de la presencia del líder de la red islamista antes de aventurar una peligrosa operación de asalto.
Como era virtualmente imposible entrar al fortificado complejo, y sólo trabajadores de salud locales habían tenido acceso para tratar a los niños, optaron por la fórmula de la supuesta campaña de vacunación contra la hepatitis B.
Sin embargo, la investigación de The Guardian dice desconocer exactamente cómo sería extraído el ADN que pretendían comparar con el de la hermana del líder de Al Qaeda, muerta en Boston (EE.UU.) en 2010.
El reportaje habla de la posibilidad de que se fuera con extracciones de sangre tras administrar la vacuna.
Entonces fue que reclutaron al doctor Shakil Afridi, que era el responsable de salud de Khyber, una zona tribal de la frontera con Afganistán.
"No tengo dudas de que trabajaba para la CIA y que además le pagaban generosamente. El hombre asumió un riesgo enorme y ahora está pagando el precio", comentó en la entrevista Shah.
El médico fue en marzo a Abbottabad diciendo que había conseguido fondos para la vacunación de los niños de la ciudad. Con algunos sobornos, puso en marcha la campaña con la ayuda de enfermeras y médicos locales, que desconocían el propósito último de la acción.
Una de las enfermeras consiguió acceder a la instalación en que vivía Bin Laden.
Fracaso
Según el periodista, el médico ahora se encuentra bajo custodia de los servicios secretos paquistaníes, el ISI.
"Todavía no ha sido acusado formalmente de ningún delito, pero trabajar para una agencia de inteligencia extranjera es un delito en cualquier país y particularmente en Pakistán. Podría acarrearle un serio castigo".
Según el relato de los hechos publicado en The Guardian, la detención del médico es uno de los elementos en la creciente tensión diplomática entre Washington e Islamabad. "EE.UU. ha intercedido por él".
La operación fracasó según al menos una de las fuentes del diario. De los 18 niños que había en el complejo, sólo unos pocos tenían vínculos de sangre con Bin Laden. De ninguno de ellos se recogieron muestras de ADN.
"Hasta donde sé, no funcionó. No consiguieron el ADN adecuado porque en la casa había muchos niños", comentó el periodista.
De momento, la historia publicada por el diario británico no ha sido respondida por fuentes oficiales paquistaníes o estadounidenses.
Pero según el propio Shah, desde ambos países recibió presiones para que no publicara la noticia.
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