Conmemorando el nacimiento del Poeta nacional, Don Pedro Mir
Pedro Julio Mir Valentín fue un poeta, ensayista, historiador, abogado y educador. Nació el 3 de junio de 1913, "allá en San Pedro de Macorís , pueblo pequeño y mi rincón de aguas perdido en el Caribe", dice el mismo poeta. Hijo de Pedro Mir, un mecánico industrial cubano que se estableció en San Pedro de Macorís a principio del siglo XX y de la borinqueña Vicenta Valentín. Pronto abandona su ciudad natal y se dirige hacia Santo Domingo para estudiar y trabajar a la vez.
Quizás sus mejores versos los escribió en su juventud, cuando las condiciones económicas eran muy precarias, los zapatos rotos y la última colilla que se apagaba en mucho tiempo.
Leyó mucho desde muy joven y tuvo una activa vida interior; planteándose problemáticas abstractas, y acentuando un sentimentalismo profundo, que se exalta más en la juventud.
El ingenio, la ironía, la comunicación se transmitían en la obra de un poeta luchador por la libertad de su Patria, llegando al sentimiento de su generación, y planteando las problemáticas de la realidad dominicana.
Pedro sigue con sus estudios hasta alcanzar el doctorado en Derecho en 1941. Bien pronto va a comenzar su oposición firme y frontal a la dictadura de Trujillo. En 1947, señalando que tiene problemas graves de salud, logra escapar a Cuba.
Desde La Habana, donde fija su residencia, comienza la gran obra del poeta. Allí publica Hay un país en el mundo. Vivirá muchos años fuera del país.
Se estableció definitivamente en el país, en 1968, e ingresó como profesor a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dedicándose a la investigación histórica y estética, al ensayo y periodismo literarios.
Admirado por los jóvenes, profesor en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el poeta, como hará durante toda su vida, se muestra vacilante sobre su obra al regresar a su patria tras un largo exilio. Siempre, desde aquellos primeros años en San Pedro de Macorís, casi va a ser poeta pese a él mismo. Dudas, vacilaciones y desánimos muchas veces se apoderan de este hombre inquieto, con sed que no se apaga nunca de descubrir, saber e investigar más.
Su obra fue reconocida y valorada. Le otorgaron el Premio Anual de Poesía por su poema El Huracán Neruda. Por su ensayo Sobre la doctrina Monroe recibió el Premio Anual de Historia. En 1984, el Congreso Nacional lo declaró Poeta Nacional. En 1993, fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura por la Fundación Corripio y la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.
Falleció en Santo Domingo, el 11 de julio de 2000 a los 87 años.
Obras
Hay un país en el mundo (1949), Contracanto a Walt Whitman (1952), Seis momentos de esperanza (1953), Poemas de buen amor y a veces de fantasía (1969), Amén de mariposas (1969), Tres leyendas de colores (1969), El gran incendio (1969), Viaje a la muchedumbre (1971), Apertura de la estética (1974), Las raíces dominicanas de la doctrina Monroe (1974), El huracán Neruda (1975), La gran hazaña de Límber y después de otoño (1977), Cuando amaban las tierras comuneras (1978), Fundamentos de teoría y crítica del arte (1979), La noción del período en la historia dominicana (1981), ¡Buen viaje, Pancho Valentín! (Memorias de un marinero) (1981), El color del camino, La bella historia del hambre dominicana (1987), Los orígenes del hambre en la República Dominicana (1987), Estética del soldadito (1991), El lapicida de los ojos morados (1991), Primeros versos (1993), Ayer menos cuarto y otras crónicas (1945-1980).
Texto: J. Marcano
Pedro Julio Mir Valentín fue un poeta, ensayista, historiador, abogado y educador. Nació el 3 de junio de 1913, "allá en San Pedro de Macorís , pueblo pequeño y mi rincón de aguas perdido en el Caribe", dice el mismo poeta. Hijo de Pedro Mir, un mecánico industrial cubano que se estableció en San Pedro de Macorís a principio del siglo XX y de la borinqueña Vicenta Valentín. Pronto abandona su ciudad natal y se dirige hacia Santo Domingo para estudiar y trabajar a la vez.
Quizás sus mejores versos los escribió en su juventud, cuando las condiciones económicas eran muy precarias, los zapatos rotos y la última colilla que se apagaba en mucho tiempo.
Leyó mucho desde muy joven y tuvo una activa vida interior; planteándose problemáticas abstractas, y acentuando un sentimentalismo profundo, que se exalta más en la juventud.
El ingenio, la ironía, la comunicación se transmitían en la obra de un poeta luchador por la libertad de su Patria, llegando al sentimiento de su generación, y planteando las problemáticas de la realidad dominicana.
Pedro sigue con sus estudios hasta alcanzar el doctorado en Derecho en 1941. Bien pronto va a comenzar su oposición firme y frontal a la dictadura de Trujillo. En 1947, señalando que tiene problemas graves de salud, logra escapar a Cuba.
Desde La Habana, donde fija su residencia, comienza la gran obra del poeta. Allí publica Hay un país en el mundo. Vivirá muchos años fuera del país.
Se estableció definitivamente en el país, en 1968, e ingresó como profesor a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dedicándose a la investigación histórica y estética, al ensayo y periodismo literarios.
Admirado por los jóvenes, profesor en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el poeta, como hará durante toda su vida, se muestra vacilante sobre su obra al regresar a su patria tras un largo exilio. Siempre, desde aquellos primeros años en San Pedro de Macorís, casi va a ser poeta pese a él mismo. Dudas, vacilaciones y desánimos muchas veces se apoderan de este hombre inquieto, con sed que no se apaga nunca de descubrir, saber e investigar más.
Su obra fue reconocida y valorada. Le otorgaron el Premio Anual de Poesía por su poema El Huracán Neruda. Por su ensayo Sobre la doctrina Monroe recibió el Premio Anual de Historia. En 1984, el Congreso Nacional lo declaró Poeta Nacional. En 1993, fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura por la Fundación Corripio y la Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos.
Falleció en Santo Domingo, el 11 de julio de 2000 a los 87 años.
Obras
Hay un país en el mundo (1949), Contracanto a Walt Whitman (1952), Seis momentos de esperanza (1953), Poemas de buen amor y a veces de fantasía (1969), Amén de mariposas (1969), Tres leyendas de colores (1969), El gran incendio (1969), Viaje a la muchedumbre (1971), Apertura de la estética (1974), Las raíces dominicanas de la doctrina Monroe (1974), El huracán Neruda (1975), La gran hazaña de Límber y después de otoño (1977), Cuando amaban las tierras comuneras (1978), Fundamentos de teoría y crítica del arte (1979), La noción del período en la historia dominicana (1981), ¡Buen viaje, Pancho Valentín! (Memorias de un marinero) (1981), El color del camino, La bella historia del hambre dominicana (1987), Los orígenes del hambre en la República Dominicana (1987), Estética del soldadito (1991), El lapicida de los ojos morados (1991), Primeros versos (1993), Ayer menos cuarto y otras crónicas (1945-1980).
Texto: J. Marcano
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