lunes, 7 de septiembre de 2015

Ylonka Nacidit-Perdomo: Patria Mella del Monte, “¿A dónde se fue la pedagogía?

Ylonka Nacidit-Perdomo: Patria Mella del Monte, “¿A  dónde se fue la pedagogía?”

Por Ylonka Nacidit Perdomo. 7 de septiembre de 2015 - 6:00 am -  0
http://acento.com.do/2015/cultura/8281915-patria-mella-del-monte-a-donde-se-fue-la-pedagogia/
En la escuela dominicana en 1950, se apostaba a la “escuela nueva”, a la “escuela activa”. Patria Mella del Monte (Santo Domingo, 3 de septiembre de 1895- 11 de diciembre de 1986), Maestra Normal, educada por Luisa Ozema y Eva Pellerano en el Instituto de Señoritas “Salomé Ureña”, [3], tenía sumo interés de que se propiciara una transformación en los programas de estudios de las escuel
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Foto: Archivo de la autora/Patria Mella, tercera de izquierda a derecha. San Cristóbal, 1934

A Altagracia Josefina de los Santos, Directora de la Escuela “Patria Mella”;  Josué Pichardo, Subdirector,  y a Ana, a quienes agradezco profundamente,  mantener vivo el legado de la eximia Maestra Normal, y realizar  junto a  los maestros una labor encomiable en la Tanda Extendida.
“La creencia de que la política se obtenga en alguna parte de  principios científicos o sistemas teoréticos es un error de la gente culta. La misma participación de ideologías, es decir, de directrices formuladas intelectualmente, en la actuación política suele ser sobreestimada por aquéllos que como meros espectadores de la política quieren hacerse alguna idea de ella. La opinión expresada hoy frecuentemente, sobre todo en los círculos del magisterio, de que la ciencia de la educación puede ofrecer con sus medios fundamentaciones científicas unívocas para determinadas medidas de la organización, la legislación y la política escolar tiene que ser falsa por estas dos razones: porque la pedagogía por sí sola no puede naturalmente resolver problemas de la teoría del Estado ni de la ciencia del derecho y porque la misma política práctica no es simplemente la aplicación de una política teórica que la sirva de suposición”.
Eduardo Spranger,  Fundamentos de la Política Escolar [1]
En 1946 el profesor Charles E. Skinner, de la Universidad de New York, era citado recurrentemente como uno de los más importantes maestros de las ciencias pedagógicas en Estados Unidos. Había  publicado en 1936 su obra Psicología de la Educación, escrita para que los educadores tuvieran conocieran los distintos campos de la enseñanza,  y cómo podían inducir a los alumnos  a interesarse por el conocimiento. El libro reunía las doctrinas y experiencias en las aulas  de un notable grupo de colaboradores; era un compendio de  ideas de  profesionales de alto prestigio y  relieve en sus distintas disciplinas, y  exponían conceptos desde diversos  puntos de vista,  no obstante, haciendo la salvedad  Skinner  de que “El punto de vista psicológico  que aquí se mantiene es  eclético”. [2]
En la escuela dominicana en 1950, se apostaba  a la “escuela nueva”, a la “escuela activa”. Patria Mella del Monte (Santo Domingo, 3 de septiembre  de 1895- 11 de diciembre de 1986), Maestra Normal, educada por Luisa Ozema y Eva Pellerano en el Instituto de Señoritas “Salomé Ureña”, [3],   tenía sumo interés  de que se propiciara una transformación en los programas de estudios de las escuelas.
Su participación directa en el movimiento de las sufragistas, su militancia en el Club Nosotras (1927), en la  Acción Feminista Dominicana (1931),  y el hecho de que fundara en Barahona la Junta Provincial de la AFD,  que  organizó el Voto de Ensayo de 1934 de la mujer,  la catapultó a un  liderazgo social, y a una influencia en los círculos intelectuales  y  el magisterio.
Paria Mella
Paria Mella
Patria Mella profesaba la filosofía de educación que transmitía  Skinner, y mostraba sus propósitos en cursillos que impartía a maestros. Al parecer, Patria  aprendió del  profesor norteamericano, los métodos  desarrollados por él  para que el niño tuviera un aprendizaje basado en el método anecdótico, el cuestionario, el método del relato, el método experimental, y  el método de los “tests”. Ella entendía que los libros de textos contribuyen  a formar, pero que hay que conocer cuáles factores ambientales  pueden influir sobre el cociente intelectual, proporcionar al niño una conducta de competencia, de colaboración o actitudes antagónicas, resultado de directrices autocráticas.
También ejercían gran influencia en la Directora de la Escuela Brasil, como bibliografía pedagógica de consulta, las interesantes obras de  John Dewey,  en especial sus libros Interest and Effort in Education (Interés y esfuerzo en Educación), Boston, Houghton Mifflin (Riverside Educational Monographs), 1913; y How We Think (Cómo pensamos), Boston, D. C. Heath and Co., 1933, que nuestra Maestra Normal, conocía, y usaba como material de referencia para sus charlas, así como el trabajo de  H.  Kilpatrick, y su texto Foundations of Method (Bases del Método), Nueva York, Macmillan Co., 1925.
Pero el autor más citado y ponderado por  Patria Mella del Monte, en 1950, era  Skinner, de quien  trabajaba en los  “Cursillos para Directores de Escuelas Graduadas” [4] sus ideas, y lo citaba como fuente para sustentar esos talleres de capacitación, en especial  las obras realizadas con grupos de colaboradores tituladas Reading in Educational Psychology(Lecturas sobre Psicología de la Educación), Nueva York, Farrar and Rinehart, 1937; Reading in  Psychology (Lecturas sobre Psicología, Nueva York, Farrar and Rinehart, 1935, y  Elementary  Educational  Psychology (Psicología Elemental de la Educación), Nueva York, Prentice-Hall, 1945.
Patria Mella, al centro con pamela blanca, al lado de la puerta del auto junto a su hermano Manuel Ma. Mella del Monte. Col. YNP.
Patria Mella, al centro con pamela blanca, al lado de la puerta del auto junto a su hermano Manuel Ma. Mella del Monte. Col. YNP.
Además consultaba de Skinner, C. E., y P. L. Harriman (directores), su texto Child Psychology (Psicología del niño), editado en Nueva York por  The Macmillan Company en  1941. Todos estos libros eran   asumidos  como corolarios pedagógicos o magnas obras didácticas, de lo que puede ser la “escuela-laboratorio”. Estas corrientes  de la “escuela viva”,  como innovación pedagógica, las conoció Patria Mella, durante sus viajes a congresos internacionales de pedagogos en Espeña, y en especial a Southampton, Inglaterra,  en la postguerra.
De John Dewey,  reconocido como el padre de la educación progresiva, Patria Mella aprendió que “la escuela y todas sus actividades deben descansar sobre principios  democráticos en vez de hacerlo en el autoritarismo”.
La sociedad en la cual, la Maestra Normal, Patria Mella del Monte  tuvo que desenvolverse en el ejercicio de su labor, no era el mejor modelo ambiental para enseñar. Los adultos estaban afectados por la tensión emocional, por las aprehensiones que trae el desarrollo de las circunstancias cotidianas, por la condición precaria a la resistencia, por el peligro de no saber cómo satisfacer las necesidades de la libertad. Se inició en el magisterio en el umbral de una dictadura, donde la “indiferencia” política inducida y comprada era la norma. Había que cuidar de la vida, y no acumular odios, callarse en la calle, callarse en la casa, y, por supuesto, callarse en la escuela.
Escuela Primaria Graduada de Niñas. Juan Pablo Pina. Patria Mella a la derecha.
Escuela Primaria Graduada de Niñas. Juan Pablo Pina. Patria Mella a la derecha.
La reacción emocional a todo esto, no era siquiera un sentir colérico o un enojo; se vivía  empujado a no hacer la transgresión y evitando las “molestias” de una persecución. La relación única que se podía establecer entre la maestra y el discípulo era “ser amables”, ganarse su afecto, y  estimular el desarrollo de su intelecto. Ningún maestro se sentía libre, porque los informes hablarían por sí solos,  de esa maestra que rechazaba  en las aulas hacer la propaganda del  Jefe, como Padre de la Escuela.
Muchas Maestras Normales  derramaron lágrimas ante el hecho de estar restringidas a defender su interés de enseñar a sus alumnos a pensar. Sin embargo, en ese creciente círculo donde el miedo adquirió la categoría de utilidad de Estado,  se estableció la confianza entre padres-maestros y alumnos,  para salvaguardar la salud emocional de los párvulos, de los niños y de los adolescentes.
La conducta intimidadora que desde el Estado se construyó  para que se tuviera  miedo a disentir, el poder político la utilizó para evitar  la movilización de sus enemigos, de la “sociedad” que tenía  la inquietud de no querer  vivir en los presagios del terror psicológico.
Patria Mella vestida de blanco,  al extremo derecho. Escuela Juan Pablo Pina. 1935. San Cristóbal
Patria Mella vestida de blanco, al extremo derecho. Escuela Juan Pablo Pina. 1935. San Cristóbal
Dada esta experiencia del pasado, de la dictadura, la escuela, entendemos,  es el lugar donde se puede hacer el hábito para que los alumnos aprendan a defenderse del estímulo dañino de la propaganda política, donde pidan explicaciones sobre los asuntos sociales, donde desarrollen la capacidad de autocrítica, donde aprendan dónde está la amenaza velada, y empieza la batalla de desterrar los temores.
Patria Mella del Monte, actuando como directora de la Escuela Brasil, antigua Escuela María Nicolasa Billini, en la calle 16 de agosto,  escribió y mecanografió un folleto (que aún permanece inédito) que tituló “Cursillo para Directores de Escuelas Graduadas”, el cual dividió en cinco unidades, a saber: Tema I. La Educación. Definición. Fines y valores de la Educación. Tema II. Características de la psicología infantil en los principales periodos escolares. La edad escolar. Tema III. El interés de los niños. Evolución de los intereses infantiles y su utilización pedagógica.  Edad de adquisición. Tema IV.“Estudio de la memoria en los niños y su utilización en la educación”. Tema V. La  voluntad de los niños y su educación.
En aquel  Cursillo que dictó, Patria Mella, se “apropió” de las ideas de Skinner, sobre la “Naturaleza y alcance de la Psicología de la Educación”, y la expresó, dándolas  a conocer como un subterfugio.
Al hablar para los maestros sobre los valores intrínsecos, citó de Skinner que: “Un individuo puede servirse mejor a sí mismo y a los demás mediante aquellos cambios del ambiente producidos por él que pueden ser apreciados por los otros en la satisfacción de sus necesidades lo mismo que en las propias. Puede servir mejor a la sociedad  y a sí mismo por su conducta, por su manera de obrar, de pensar o de otra manera de manifestarse, o por la forma en que usa los frutos del trabajo de las demás personas. Puede utilizar todo esto para animar a los otros a obrar o a vivir mejor, o,  por medio de los cambios que produce en los demás, lograr una apreciación de lo que han hecho. Finalmente, puede servirse a sí mismo y a la sociedad por su habilidad para cooperar efectivamente con los demás en los esfuerzos que realizan a favor del progreso social”. [5]
 Celebración del Centenario  de Don Federico Henríquez y Carvajal. Patria Mella detrás del Maestro, vestida de negro. 1951.
Celebración del Centenario de Don Federico Henríquez y Carvajal. Patria Mella detrás del Maestro, vestida de negro. 1951.
Y, entonces, nos preguntamos: ¿Qué es la escuela sino un laboratorio de la sociedad, donde se pretende desplegar de manera inequívoca un dominio, una forma de control sobre el individuo? O bien, un recinto que  nos convoca  a la luz o a la oscuridad, a la virtud o al vacío,  a la “perfección”  de esa persona que se proyecta como “deber ser” y “ser deber”.
Actualmente, se escuchan muchas quejas sobre los libros escolares, y unos más que extremistas dicen que: los libros recomendados para el estudio de las asignaturas son el mejor purgatorio de los negocios. No se sabe, entonces, si ese “comercio”  estimula nefastamente el desasosiego de los padres, si la interpretación de su “contenido didáctico” se convierte en las peores experiencias. Pero sobrevienen año tras año quejas, desavenencias, pero no se desarrolla la capacidad de la autocrítica. El comercio de los libros a manos de las editoras, para las escuelas, no es un peligro imaginario. ¿A qué se tiene miedo?  ¿A quién o quiénes se pretende beneficiar? ¿Qué aprendizaje se pretende mostrar?
Primera página del manuscrito de Patria Mella de su ensayo sobre Socorro del Rosario Sánchez
Primera página del manuscrito de Patria Mella de su ensayo sobre Socorro del Rosario Sánchez
El Epígrafe de la prensa de todos los años escolares es: “Libros de textos se convierten en un negocio, lucran a determinados sectores”, y de pronto viene la advertencia de conocer: si con estos libros se está adoctrinando a los educados de manera pedagógicamente “útil”, si ese adoctrinamiento trae “conflictos de voluntades” entre el maestro, la comunidad de padres, la política escolar desde el Estado, la filosofía social que restringe y pone las reglas de  conducta. A lo cual, surge la pregunta: ¿Cuál es el proyecto de instrucción del Estado, sobre qué doctrina se hacen los planes de estudios? Este debe ser el problema de interés a discutir, no meramente la actitud de competencias de los maestros o sus credenciales profesionales en general. El saber del maestro y los educandos, a veces,  fastidia, y los gobiernos, no quieren integridad intelectual,  ni actitudes permanentes hacia el conocimiento, por el contrario, pretenden imponer la omnipotencia  de un modelo cultural.
 Alumnas de la Escuela Félix Evaristo Mejía.
Alumnas de la Escuela Félix Evaristo Mejía.
Una biografía simple, de un maestro o maestra de la Era de Trujillo que tuviera una relación conflictiva con el Estado, demostrará que el término  democracia política se convirtió  en una palabra que atrajo el pánico en las escuelas, y fue la causa de que valiosos maestros quedarán en el olvido, y aún permanezcan allí. Por eso, hay que hacer del maestro un individuo con grandes valores éticos, un  humanista de la educación, un exégeta que haga de su tiempo productivo en la escuela de la  enseñanza  su mayor satisfacción. Malograr ese anhelo, es  una manera  de que la nación no tenga la oportunidad de volver a renacer.
Es por ello, que Patria Mella en el “Tema II. Características de la psicología infantil en los principales periodos escolares. La edad escolar” del Cursillo que impartía,  luego de analizar las teorías de Fenelón, de Montesquieu, Rousseau, Pestalozzi, Tiedemann, Taine, Vermeylen, Charlotte Buhler, Cleparede, Froebel, Aguayo,   dice:  “Para terminar este trabajo quiero agregar  aquí algo que oí decir un día a mi querido y respetado maestro S. Colombino Henríquez: “Mientras los maestros del mundo tengan puesta la camisa de fuerza de programas hechos tomando en cuenta los conocimientos que se van a trasmitir y no la edad de los niños que van a recibirlos, la escuela será un fracaso”. Él  tiene razón. Si la psicología nos enseña cuáles son los intereses del niño, a cada edad, cómo pretender despertar en él curiosidad por cosas ajenas a su interés”.  [6]
Razón por la cual, espero encontrarme en el presente, en las escuelas de la tanda extendida,  con  magníficos maestros-humanistas, que tengan la digna y trascendente responsabilidad de instruir a los niños en un aprendizaje  que les enseñe a vivir en armonía, a  formarlos  para tener una personalidad equilibrada, estimulándolos constantemente  a la lectura, a hacer ejercicios de redacción sobre las lecturas, a no abandonarse  (los maestros) sólo a los libros de textos, o  los planes enciclopédicos corrientes, para lo cual es necesario que cada escuela  tenga para uso del maestro una bibliografía didáctica de consulta, y  la biblioteca del recinto educativo de ser  un espacio muerto de acumulación de conocimientos impresos o en formato digital de bienes culturales,  se convierta  en el  escenario de un Ateneo, desde el cual se pueda introducir el espíritu social a las escuelas, la relación entre los valores éticos  y cívicos.
Patria Mella. En la dirección de la Escuela Félix Evaristo Mejía.
Patria Mella. En la dirección de la Escuela Félix Evaristo Mejía.
En fin, quizás  surja en el magisterio un nuevo humanismo. No muy lejos estaba Patria Mella, de esa necesidad imperante, al preguntarse “¿A dónde se fue la pedagogía?”, y de creer que se podría alcanzar, más aun cuando compartía las ideas que  Kerschensteiner vislumbró al  impulsar  una corriente pedagógica para  que la escuela fuera unaescuela de trabajo donde la enseñanza libresca  triunfara, independiente de los sin sabores que trae el magisterio cuando se hace desde el  corazón.
NOTAS
[1] Eduardo Spranger. Fundamentos de la Política Escolar. (Buenos Aires: Editorial Losada,  1953): 7. Traducción de Lorenzo Luzuriaga.
[2] Charles E. Skinner Psicología de la Educación, (México: Unión Tipográfica Editorial Hispano-Americana, 1951): VII. Traducción al castellano del Prof. Domingo Tirado Benedí.
[3] Patria Mella del Monte en 1914 fue nombra Maestra Interina de la Escuela de Párvulos Socorro del Rosario Sánchez; Directora de la Escuela Gaspar Hernández (1915),  Profesora de la Escuela Graduada No. 4 (1917), Directora de la Escuela Graduada No. 6 (San Carlos, 1919), Maestra de la Escuela de Varones (San Carlos, 1919),  Maestra de la Escuela Graduada Chile (1920), Directora  General de la Escuela María Nicolasa Billini  (1927).
Laboró en las escuelas Alejandro Pina de San Cristóbal (1934), Escuela Graduada Brasil  (1950), Escuela Anexa a la Escuela Normal de Señoritas Salomé  Ureña (1951)  y Escuela Félix Evaristo Mejía  (1954) de Santo Domingo. Patria Mella casó con Abigail Pereyra, Gobernador de San Cristóbal.  En el Cementerio Máximo Gómez, se encuentra ubicada la sepultura donde descansan sus restos mortales.
Sólo se conoce sobre temas pedagógicos una publicación que hiciera en la sección de “Educadores Dominicanos” del Boletín del Instituto de Investigaciones Psicopedagógicas (Ciudad Trujillo, Enero-Marzo de 1951, Año II, Tercera Época): 70-75 sobre Socorro del Rosario Sánchez.
En 1975 el gobierno dominicano designó con su nombre la Escuela  Elemental “Patria Mella”, al cual asistió la insigne educadora por el apostolado de su magisterio, en los Jardines de Alma Rosa I,  Villa Olímpica, Santo Domingo Oeste, en la Avenida Las Américas, Km. 5 ½.
[4] Patria Mella Vda. Pereyra. Cursillos para Directores de Escuelas Graduadas. 40 páginas mecanografiadas, 19 de febrero de 1950, s/l.
[5] Charles E. Skinner Ibídem, 11-12.
[6] Patria Mella Vda. Pereyra. Ibídem,  15.

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