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TAL
DÍA COMO HOY - El 8 de Septiembre del año 1380 tuvo lugar la Batalla de
Kulikovo entre los tártaros y los mongoles de la Horda de Oro contra
los rusos. Sucedió en la llanura de Kulikovo Polie, próxima al río Don y
terminó con victoria rusa.
En la batalla, los rusos y rebeldes lituanos al mando del gran príncipe de Moscú, Dmitri Donskói, vencieron a los tártaros, mongoles y lituanos al mando del Kan Mamái. Los rusos, sufrieron 70.000 bajas, pero el otro bando perdió a 130.000 hombres.
El preludio de la batalla fue un duelo entre dos guerreros, el monje
Aleksandr Peresvet y el héroe de la Horda, Chelubéi. La leyenda cuenta
que los guerreros se mataron uno al otro en la primera embestida.
El enfrentamiento entre los dos ejércitos comenzó con éxitos del lado mongol. El Gran Kan y su mariscal, Kotchuke, lanzaron una poderosa caballería que desintegró rápidamente a la rusa e hizo retroceder, poco más de 1 kilómetro, a la infantería. El Gran Duque de Moscú, creyendo ya perdida la batalla, dio la orden a su reserva (dirigida por Dimitri Bobrok) de lanzarse al combate. Sin embargo, el príncipe de Sérpujov, intervino enérgicamente: ¡No, Dmitri Ivanovitch, espera que el sol hiera los ojos de los tártaros! Entonces soltaremos a Bobrok...
Cuando el sol empezó a descender, aproximadamente tres horas después de iniciada la batalla, fue cuando la reserva de Bobrok lanzó la ofensiva y atacaron a los enemigos cegados. Los rusos se abrieron camino entre hachazos y acabaron rápidamente con el ejército mongol. El Gran Kan, herido por el príncipe de Kozelsk, logró escapar a Crimea, donde fue finalmente asesinado por sus enemigos, dejando la Horda al mando de Toqtamish.
El enfrentamiento entre los dos ejércitos comenzó con éxitos del lado mongol. El Gran Kan y su mariscal, Kotchuke, lanzaron una poderosa caballería que desintegró rápidamente a la rusa e hizo retroceder, poco más de 1 kilómetro, a la infantería. El Gran Duque de Moscú, creyendo ya perdida la batalla, dio la orden a su reserva (dirigida por Dimitri Bobrok) de lanzarse al combate. Sin embargo, el príncipe de Sérpujov, intervino enérgicamente: ¡No, Dmitri Ivanovitch, espera que el sol hiera los ojos de los tártaros! Entonces soltaremos a Bobrok...
Cuando el sol empezó a descender, aproximadamente tres horas después de iniciada la batalla, fue cuando la reserva de Bobrok lanzó la ofensiva y atacaron a los enemigos cegados. Los rusos se abrieron camino entre hachazos y acabaron rápidamente con el ejército mongol. El Gran Kan, herido por el príncipe de Kozelsk, logró escapar a Crimea, donde fue finalmente asesinado por sus enemigos, dejando la Horda al mando de Toqtamish.
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