Junípero Serra, el "padre fundador de California" al que el papa Francisco hará santo
- 22 septiembre 2015
Para algunos fue un pionero que, a través de la construcción de una decena de misiones a finales del siglo XVIII en lo que era parte del territorio del virreinato de Nueva España, sentó las bases para la fundación del actual estado de California.
Para otros, fue un instrumento de la colonización española que contribuyó a la aniquilación de los pueblos indígenas que habían vivido en esas tierras durante milenios.
Se trata de Junípero Serra, un fraile franciscano nacido en 1713 en la isla española de Mallorca, que consagró parte de su vida a tareas evangelizadoras en el Nuevo Mundo y que este miércoles será canonizado por el papa Francisco durante la visita del Pontífice a EE.UU.
Pese al revisionismo de las últimas décadas, Serra -quien en 1988 fue beatificado por Juan Pablo II- sigue siendo un personaje histórico que cuenta con gran estima entre los californianos y su figura sigue siendo reverenciada por las instituciones y enseñada en las escuelas.
Por algo es el único español honrado con una estatua en el Capitolio de Washington.
Pese a ello, descendientes de las tribus originarias de California pidieron al papa que no canonizara a Serra, al considerar que actuó más como un conquistador que como un religioso.
Parte de la historia de EE.UU.
"Para entender la historia de California hay que fijarse al periodo colonial español. Para los californianos, Serra es tan importante como George Washington o Thomas Jefferson", explica Steven W. Hackel, autor de "Junípero Serra: el padre fundador de California", una exhaustiva biografía del religioso que llegó a las librerías hace unos meses.
"La historia que se enseña en EE.UU. se centra en las trece colonias inglesas y la historia del oeste del país se cuenta a partir de la fiebre del oro que se vivió en la región en la segunda mitad del siglo XIX", señala Hackel.
"A veces parece que los misioneros españoles y los indígenas no formaron parte de nuestra historia. Para hacer justicia al padre Serra y a las culturas indígenas que habitaban estas tierras necesitábamos una exposición como esta", explica el historiador de la Universidad de California, Riverside.
Junípero Serra nació en Mallorca y pasó cerca de dos décadas formándose en un convento franciscano de la isla española.
Como corroboran los testimonios de quienes lo conocieron, Serra llevó una vida de pobreza, rectitud y sacrificio, y se vio influenciado de manera decisiva por las obras del filósofo y teólogo mallorquín Ramon Llull y de la monja María de Jesús de Ágreda.
En 1750, cuando ya contaba con 55 años, Serra llegó a México, donde, entre otras tareas, se dedicó al establecimiento y administración de varias misiones y colaboró con la Inquisición española en la investigación de los casos de individuos acusados de brujería.
El nacimiento de las misiones
En 1768, mientras se encontraba en Baja California reorganizando las misiones tras expulsión de los jesuitas, fue llamado por la Corona española para, junto con otros franciscanos y decenas de soldados, iniciar en establecimiento de nuevas misiones en Alta California.
Según explica Steven W. Hackel, "España temía que Rusia fuera a apropiarse de ese territorio, por lo que envió a Serra para constituir las misiones en San Diego y Monterrey, y así bloquear el avance ruso".
Los franciscanos españoles acabaron fundando 21 misiones a lo largo de la costa californiana, de las que nueve se pueden atribuir a Junípero Serra. Con el paso de las décadas, en esos enclaves nacerían importantes ciudades como San Francisco o Los Ángeles.
Según Hackel, centre los colonizadores y los indígenas que habitaban las tierras de lo que hoy es California se dieron unas compleajs interacciones.
Los nativos -en parte a la fuerza y en parte por propia voluntad- acabaron integrándose en la vida de las misiones, lo que hizo que muchas de sus tradiciones llegaran hasta nuestros días.
"La historia de las misiones es muy complicada y hay muchas visiones opuestas sobre lo que fueron y lo que supusieron para los pueblos indígenas de California. No puede decirse que estos se rindieran ante los colonizadores pero tampoco que se opusieran frontalmente a ellos", señala Hackel.
El impacto en los pueblo indígenas
Los franciscanos obligaron a bautizarse a los indígenas -a quienes consideraban poseedores de una inteligencia inferior similar a la de los niños- y no dudaban en utilizar el castigo físico si lo consideraban necesario.
Pese a ello, los religiosos también levantaron la voz contra los abusos de los soldados españoles y apreciaban el valor de la cultura de los nativos, que contaban con una elaborada artesanía.
Pero la buena voluntad de los religiosos no evitó que la población indígena se redujera considerablemente. Según calculan los historiadores, antes del establecimiento de las misiones, en el territorio de California vivían unos 300.000 nativos, cifra que hacia 1850 rondaba los 100.000.
Y es que una vez bautizados, los indígenas eran obligados a mudarse a vivir a las misiones, donde muchos acababan muriendo debido a las condiciones de insalubridad.
Lo paradójico de la situación era que, para otros, las misiones eran la mejor opción para sobrevivir, ya que tras la llegada de los españoles -con sus enfermedades y su ganado- la mayoría de los poblados indígenas habían desaparecido.
Revisitando la historia
En la primera mitad del siglo XIX el sistema de misiones se derrumbó, primero con la guerra de independencia mexicana y después con la guerra entre México y EE.UU., que haría que California pasara a formar parte del territorio estadounidense.
Con el paso de las décadas, los nuevos pobladores de California sintieron la necesidad de conocer la historia del territorio que habitaban y tomaron la figura de Junípero Serra como referente de la primera presencia europea en el lugar.
Entonces la vida en las misiones se idealizó, al mismo tiempo que las ruinas de los enclaves franciscanos eran reconstruidas y se convertían en un punto de atracción para los turistas.
No sería hasta después de la Segunda Guerra Mundial que, con el surgimiento de los movimientos de defensa de los derechos de los indígenas y gracias a la labor de los historiadores, empezó a conocerse lo que realmente fue la vida en las misiones y las nefastas consecuencias que estas tuvieron para los nativos americanos.
"La vida de Junípero Serra, sin importar lo que pensemos de él ni de sus actos, presenta cuestiones muy interesantes sobre la época moderna de California: la vida de los indígenas, las misiones, el catolicismo, el comercio transatlántico, etc...", señala Steven Hackel.
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