Goya se hace psicólogo en Londres
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La exposición 'Escenas y miradas de condes y bandoleros' mostrarán la España del XVIII-XIX en la National Gallery de Londres, unos 70 retratos del pintor aragonés que harán piña cronológica y temática.
No sólo por sus lentejuelas, sus peinetas de teja o sus abrigos
varoniles de armiño se les distinguen, sino que su porte y gesto
altanero delata que nadan en la abundancia aristócrata del siglo XVIII y
XIX. Junto a los señoritingos, los mamelucos o los pobres desgraciados,
hambrientos con harapos y rabia en el gesto. Todos ellos fueron
captados por Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828),
pintor y retratista. De este último género se conservan unas 150
imágenes esparcidas por todo el mundo de las cuales, casi la mitad, se
reunirán en la National Gallery de Londres el mes que viene en una
exposición que ya ha empezado a hacer ruido por su excepcionalidad.
A Londres llegará procedente de la Hispanic Society de Nueva York el 'Retrato de la duquesa de Alba', de 1797, en su segundo viaje a Europa y el primero a Reino Unido. Una pieza que la pinacoteca quiso asegurarse antes de pregonar la exposición. A diferencia de la difunta Cayetana, su antecesora es poco dada a ir de viaje y prefiere el devenir de sus días en su recaudo neoyorquino. En el edificio de la plaza de Trafalgar conocerá a 'Don Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro', que nunca ha sido visto antes en una muestra pública o a la 'Condesa de Benavente', procedente de una colección privada.
La National Gallery, como si fuese una página de Facebook para
encuentros familiares, reunirá a los condes de Altamira y algunos de sus
hijos que andan desperdigados por el mundo. La condesa y su hija, María
Agustina, (de la colección Lehman) compartirán pared con el conde,
propiedad del Banco de España, y con su hijo, Manuel Osorio Manrique,
del Museo Metropolitano de Nueva York. Juntos pasarán la Navidad y permanecerán en Londres hasta el 10 de enero de 2016.
Para quienes se resistan a pagar las 18 libras (25 euros) que costará la entrada a la muestra de los retratos hechos por Goya, queda el consuelo gratuito de las obras en exposición permanente y el 'Retrato de Doña Isabel de Porcel', adquirido por el museo en 1896 por 404 libras (565 euros). La autenticidad del cuadro de Doña Isabel está en disputa por parte de los expertos y autoridades en el artista aragonés. La imagen y las pruebas documentales y gráficas en favor y en contra de la autenticidad goyesca ocuparán la sala 1, gratuita, del museo. Doña Isabel estará a sus anchas por toda la estancia, con su mantilla y peineta de teja más baja que la de la duquesa de Alba, pero igualmente católica y pechugona.
Desde los retratos de reyes, y gentes de poder a tamaño natural en
lienzo, hasta los dibujos en miniatura de mendigos y monstruos a tinta o
lápiz sobre papel, el pintor de Fuendetodos capta la historia de
España, la sociedad y la psicología de sus retratados. Y se analiza a sí
mismo en una serie de auto retratos que también se expondrán en Londres en donde Goya
mostrará a su familia; su esposa Josefa, su hijo Javier y su nieto
Mariano, a quien retrató poco antes de morir, olvidado por quienes le
habían adulado, en su exilio de Burdeos (Francia) donde se refugió
huyendo de la tiranía del régimen de Fernando VII y de los desastres de
las guerras.
A Londres llegará procedente de la Hispanic Society de Nueva York el 'Retrato de la duquesa de Alba', de 1797, en su segundo viaje a Europa y el primero a Reino Unido. Una pieza que la pinacoteca quiso asegurarse antes de pregonar la exposición. A diferencia de la difunta Cayetana, su antecesora es poco dada a ir de viaje y prefiere el devenir de sus días en su recaudo neoyorquino. En el edificio de la plaza de Trafalgar conocerá a 'Don Valentín Bellvís de Moncada y Pizarro', que nunca ha sido visto antes en una muestra pública o a la 'Condesa de Benavente', procedente de una colección privada.
Para quienes se resistan a pagar las 18 libras (25 euros) que costará la entrada a la muestra de los retratos hechos por Goya, queda el consuelo gratuito de las obras en exposición permanente y el 'Retrato de Doña Isabel de Porcel', adquirido por el museo en 1896 por 404 libras (565 euros). La autenticidad del cuadro de Doña Isabel está en disputa por parte de los expertos y autoridades en el artista aragonés. La imagen y las pruebas documentales y gráficas en favor y en contra de la autenticidad goyesca ocuparán la sala 1, gratuita, del museo. Doña Isabel estará a sus anchas por toda la estancia, con su mantilla y peineta de teja más baja que la de la duquesa de Alba, pero igualmente católica y pechugona.
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